MONS. GONZALO LOPEZ M.

MONS. GONZALO LOPEZ M.

sábado, 31 de agosto de 2013

¿QUÉ NOS QUEDA DE MONSEÑOR PROAÑO?

Está circulando entre nosotros esta pregunta: ¿cuál es, según su criterio, el ecuatoriano más grande de todos los tiempos?
 
Con perdón de los “preguntones”, yo creo que esta pregunta no puede ser contestada: ningún ecuatoriano, por grande que sea, puede ser el más grande de todos y en todo….Sólo Dios es el único Grande sobre todos los grandes.
 
Yo prefiero hacerme y hacer esta pregunta, más humilde y casera:
 
¿Qué nos queda de Monseñor Proaño?
 
Y he hallado una respuesta, a la luz de las tres lecturas del Domingo 14 del presente: nuestro Dios es el único Dios vivo y verdadero; nuestro Dios es el Dios de la justicia y el derecho; nuestro Dios es de todos: si tiene una preferencia, algo así como “el lado flaco de su corazón”, es su amor preferencial a los más pobres entre los pobres. Esto brilla con claridad meridiana en toda la Biblia. Acentuó aquí el pasaje evangélico del domingo 14 de este mes. Me impactó sobre manera al estar preparando mi homilía dominical. Nuestro Dios, revelado en Jesús, está de paso por nuestros caminos. Una pobre mujer extranjera, sin nombre ni apellido, ¡la Cananea! Se le acerca: le pide a gritos que tenga lástima de ella: que sane a una hijita que se le está muriendo, atormentada por un pésimo demonio… Cree que, hasta entre los diablos, hay unos peores que otros.
 
Los discípulos, todavía no bien evangelizados, piden a Jesús que atienda a la pobre Cananea, y no tanto por ella misma y su petición, sino porque les está amargando la vida con sus gritos….
 
Jesús parece evitar el bulto….Dice que no ha venido sino para sus paisanos…. No está bien dar el pan de los hijos a los perros….
 
Palabras terribles, espantosas… La Cananea no se da por aludida: se emple a fondo…Así será, Señor…Pero hasta los perritos tienen un derecho elemental: recoger siquiera las migajas que caen de la mesa de sus amos…..Jesús se da por vencido. Qué grande, oh mujer, es tu fe: hágase como has creído….
 
Hoy más que nunca, es la hora de reclamar, dentro de la sociedad y hasta dentro de la Iglesia, el más elemental de los derechos humanos, que son obligaciones divinas: el derecho de recoger siquiera las migajas que caen de la mesa de los amos…. ¡El derecho de los nadies!
 
Esta es mi clave de lectura del mensaje de Mons. Proaño.
 
Todo él era un signo de nuestros tiempos. Una Editorial Católica, de España, le hizo esta pregunta: ¿Cuál es el credo que da sentido a su vida? Y Monseñor Proaño contestó nada menos que con el mejor de sus libros: “Creo en el Hombre y en la Comunidad”. No es, propiamente, su autobiografía: es, más bien, lo que yo llamo “la teología de la misa entera” toda la vida, en toda la misa; y toda la misa, en toda la vida; todo el evangelio, en toda la vida; y , toda la vida en todo el Evangelio….
 
Nombrado Obispo de Riobamba, se dedicó a ser el Obispo a tiempo completo. Su alegría era ver cómo, en la Provincia de Chimborazo, esta naciendo una Iglesia comprometida con los pobres, los oprimidos, especialmente, los indios. Soñó en que, algún día, del seno de la Iglesia Católica, llegue a nacer una IGLESIA INDIA, auténtica y autóctona, con su propia cultura, su propia teología, sus propios servidores.
 
Se lanzó, como Jesús, a quitar el pecado del mundo, el pecado estructural y estructurante, en lo que económico, lo social, lo político, lo cultural y religioso….
 
Así. EL OBISPO DE LOS INDIOS tubo que sentarse en el banquillo de los acusados. Roma envió un Visitador Apostólico, algo así como un juez de primera instancia….Acudieron los acusadores y los defensores.
 
Su defensora mayor fue nada más y nada menos que una indígena imbabureña: MANUELITA Males. Se presentó ante el Visitador Apostólico; le regaló una bufandita para el Papa Pablo y le dijo: NO SACARAS A TAITA LEONIDAS, POR EL, OJO ESTA APRENDIENDO A VER; OREJA ESTA APRENDIENDO A OIR; BOCA ESTA APRENDIENDO A HABLAR; PATA NO MAS, TODAVÍA NO CAMINA”….
 
Están pasando los años y todos estamos viendo, alegres unos, preocupados otros, como día tras día, el pueblo indio está marchando, marcando el paso en nuestro caminar por las carreteras y chaquiñanes de la patria.
 
En este contexto, surge mi pregunta de hoy: ¿Qué nos queda de Monseñor Proaño? EL SOÑADOR SE FUE, PERO SU SUEÑO QUEDA…. Un sueño que, para algunos va resultando pesadilla….
 
Otros, ciento por ciento atrasados  de noticias, sobre todo de la BUENA NOTICIA, creen que no queda nada: aparentan creer que ya murió la Teología de la Liberación y que hay que enterrarla en Pucahuaico, junto a los restos mortales de Monseñor Proaño….
 
¿Qué nos queda de Monseñor Proaño? Llega la hora de que, interpelados por el Evangelio, todos demos nuestra respuesta…..
 
Monseñor Proaño se preguntó a sí mismo: ¿Qué va a quedar de mí, de mi paso por los caminos de la Patria y de la Iglesia?
 
Y él mismo, lleno de fe, de amor y de esperanza, se contestó a sí mismo: QUEDAN LOS ARBOLES QUE SEMBRASTE….
 
COMO QUEDAN LOS ARBOLES
 
QUE ANTES, YA SEMBRARON OTROS….
 
Y, en las ramas de esos árboles inmortales, no pocas aves del cielo seguirán colgando sus pobres nidos….
 
Vaya aquí este recuerdo imborrable: se clausuraba una misión en una comunidad campesina de Químiag. Eran momentos de honda preocupación. Monseñor Proaño pregunto: ¿Qué pasaría aquí, si se separa a mí de esta Diócesis? Silencio, mucho silencio…. Un campesino de esos que parecen no tener nombre, ni apellido, lanzó este grito: No pasaría nada…. Más turbación en la asamblea…..Monseñor Proaño volvió a preguntar: Por qué no pasaría nada: y el mismo campesino anterior gritó: NO PASARÍA NADA: QUEDAMOS NOSOTROS….
 
¿Qué nos queda de Monseñor Proaño?  Nos queda esta conciencia de Iglesia.
 
QUEDAMOS NOSOTROS Y EL ESPÍRITU SANTO….
 

Agustín E. Bravo Muñoz.
Antiguo Vicario General de Monseñor Proaño.
Riobamba, Agosto 17-2005