MONS. GONZALO LOPEZ M.

MONS. GONZALO LOPEZ M.

viernes, 30 de agosto de 2013

Leonidas Proaño, el pastor de los pobres


 
 
 
 
 
EL PRÓXIMO 31 DE AGOSTO SE RECUERDAN 25 AÑOS DE SU FALLECIMIENTO
 
El religioso imbabureño, que llevó siempre al frente la bandera de la teología de la liberación, luchó por los derechos de los indígenas y su inclusión en distintos niveles
 
Monseñor Leonidas Proaño es uno de los principales referentes de la Teología de la liberación. Luchó siempre por los derechos de los más necesitados y dejó un gran legado de pensamiento, que estaba direccionado siempre a la búsqueda de la libertad y la verdad; tuvo una activa participación en la Iglesia.
 
Nació en Imbabura, en 1910, y fue ordenado como sacerdote en 1936. Durante su participación en la diócesis de Ibarra, una de sus principales obras fue la creación de la asociación Juventud Obrera Cristiana. También fue profesor en el seminario. Asimismo, en 1944, el entonces cura creó el semanario llamado La Verdad.
 
Leonidas Proaño fue nombrado obispo de Riobamba en 1954. Durante el tiempo que ocupó este puesto trabajó de manera preferencial por los indígenas, luchaba por sus derechos y su inclusión a distintos niveles, como educativos, laborales, entre otros. En 1960 creó las Escuelas Radiofónicas Populares, y fue una herramienta para alfabetizar a los indígenas en su propia lengua.
 
Luego, en 1962, monseñor fundó el Centro de Estudios y Acción Social también para ayudar a que las comunidades indígenas cuenten con un desarrollo digno.
 
Fue partícipe también del Concilio Vaticano II y desde 1960 formó parte del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam).
 
En 1976 fue llevado a la cárcel por la dictadura militar, junto a 16 obispos latinoamericanos, por haber realizado una reunión en la que analizaban la situación del continente.
 
Su renuncia como Obispo de Riobamba fue aceptada en 1985. Luego fue nombrado Presidente del Departamento de Pastoral Indígena de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana. Por su labor social y apostólica, al siguiente año, el entonces obispo emérito fue nominado como candidato al Premio Nobel de la Paz.
 
Continuó con su trabajo por los derechos de los indígenas, por lo que en 1988, junto a la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), promovió la campaña 500 años de Resistencia India.
 
Ese mismo año, monseñor Leonidas Proaño falleció el 31 de agosto. En 2008, el pleno de la Asamblea Nacional lo declaró como personaje símbolo del país.
 
Entre las obras escritas por Monseñor Leonidas Proaño están Rupito (1953), Creo en el Hombre y en la Comunidad (1977) El Evangelio Subversivo (1977) y Concienciación, Evangelización y Política ( 1974).
 
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Primer editorial del diario La Verdad
Monseñor Leonidas Proaño Villalba
 
En busca de la verdad
 
A cualquiera que vea nuestro semanario puede parecerle pretencioso el título que lleva. Y es que puede creer que nos presentamos al público con aires de maestros infalibles.
 
No es esa, sin embargo, nuestra actitud. Partimos desde el punto más hondo, más sincero, más humilde: partimos desde nuestra condición de indigentes: Vamos en busca de la verdad, como el sediento en busca del agua, como el ave en busca del espacio, como la flor en busca de la luz.
 
¿Qué es la Verdad? – preguntó Pilatos a Cristo. Y no tuvo paciencia para esperar la respuesta.
 
¿Qué es la Verdad? – se han preguntado en todo tiempo los espíritus. Y es conmovedora el ansia que han puesto en su pregunta. Pero, cuántas veces no han tenido tampoco paciencia para esperar la respuesta.
 
Sobre todo, no han sabido guardar la paz, soledad y el silencio, absolutamente indispensables, para poder escuchar en el interior la respuesta. Como Pilatos, han salido precipitadamente a la terraza del pretorio, a escuchar el vocerío y a dar oídos a las intrigas de los fariseos. Y es triste ver al hombre, abandonado a la maldad ajena y a la turbación propia, tratar de persuadirle de que obre rectamente y llamar verdad a la mentira.
 
Y es más triste todavía ver al hombre sumido en las tinieblas, sin remordimientos, sin ansias, sin ahogos, resignado a su propia miseria. “El hombre está muerto desde que se cansa de esperar, de desear y de buscar ” ha dicho un filósofo.
 
Nosotros no queremos esclavizarnos en el griterío de las muchedumbres, ni a la amenaza de los Césares. Nosotros no queremos morir por falta de deseos, de esperanzas, de inquietudes. Nosotros no queremos conformarnos con nuestra propia indigencia. Partimos de ella, eso sí, para ser verdaderos desde el principio.
 
Pero partimos llevados de un gran anhelo: de tener paciencia para escuchar la respuesta, con esperanza firme de que podremos escucharla; con el deseo ardiente de comunicar a los demás cuanto nos diga en el silencio Aquel que es “el Camino, la Verdad y la Vida”.
 
Buscaremos la Verdad en todos los campos que están a nuestro alcance. La buscaremos sobre todo allí en donde necesitemos de Ella: en el campo de la sociología, para ver nuestros múltiples problemas sociales y tratar de llevarles una solución VERDADERA; en el campo de la historia para reafirmar nuestra personalidad en las tradiciones gloriosas; en el campo de la literatura y el arte, para levantar nuestro espíritu a la contemplación de la belleza; en el campo de la moral, para regenerarnos con la práctica del bien y de la virtud; en el campo de la religión, para encontrar a Aquel que es el principio y el fin de todas las cosas. “LA VERDAD OS HARÁ LIBRES”. Vamos en busca de la verdad para ser libres.
 
Primer Editorial escrito por Monseñor Leonidas Proaño Villalba en el Número 1 del Semanario LA VERDAD, Ibarra 14 de mayo de 1944. Este periódico cerró por quiebra económica. (CEDESA)