MONS. GONZALO LOPEZ M.

MONS. GONZALO LOPEZ M.

martes, 30 de junio de 2015

Los grandes olvidados en la visita del Papa a Ecuador

Pucahuaico-Ecuador-88

Religiòn Digital

RD.- "¡Alabado sea Jesucristo! Amados hijos e hijas: ¡Pai Apunchic Jesucristo yupaichashca cachun! Cuyashca churicuna, ushushicuna". Estas palabras fueron dichas por San Juan Pablo II en su visita a la ciudad de Latacunga en su encuentro con los indígenas, en el año 1985.

Y dijo, dirigiéndose a los miles de indígenas reunidos:

" ... hago mío el pedido que vuestros Obispos hicieron en Puebla: «Que las Iglesias particulares se esmeren en adaptarse, realizando el esfuerzo de un trasvasamiento del mensaje evangélico al lenguaje antropológico y a los símbolos de la cultura en que se inserta» (Puebla, 404).

A este propósito, deseo alentar a los sacerdotes y religiosos a evangelizar, teniendo bien en cuenta vuestra cultura indígena; y a acoger con alegría los elementos autóctonos de los que ellos mismos participan. En esa línea hago mío el pedido que vuestros Obispos hicieron en Puebla: «Que las Iglesias particulares se esmeren en adaptarse, realizando el esfuerzo de un trasvasamiento del mensaje evangélico al lenguaje antropológico y a los símbolos de la cultura en que se inserta» (Puebla, 404).

¿Hasta dónde llegó el aliento?

En el mes de julio llegará a nuestro país en Papa Francisco. Estará en Quito y Guayaquil. Se reunirá con "la sociedad civil", con la comunidad académica, con el clero y las personas consagradas. Presidirá dos eucaristías multitudinarias en Quito y en Guayaquil. Y visitará un santuario. Además, visitará a su buen amigo el P. Paquito Cortés para pedirle su bendición.

Pero no habrá un encuentro con la comunidad cristiana indígena, fruto del "trasvasamiento del mensaje evangélico". Probablemente estarán presentes en la Plaza de San Francisco con sus vestimentas, lo más folclórico de su vida. Pero habrán vuelto a ser invisibles como indígenas cristianos y estarán entre la "sociedad civil".

Nos dirán los preparadores de la visita que "no había tiempo para todos y cada uno de los sectores de la iglesia".

¿Será que la Iglesia, léase jerarquía, se ha unido a la aplanadora del sistema de mercado en el que todos somos iguales en la medida en que tenemos la misma capacidad de compra? ¿Será que han pasado el rasero y unos estarán dentro de la Iglesia de San Francisco y otros en la plaza?

¿Será que los esfuerzos de Mons. Leonidas Proaño, Mario Ruiz, Gonzalo López Marañón, Luna Tobar, de tantos sacerdotes, catequistas, religiosos y religiosas fundidos en el mundo indígena y soñando una iglesia indígena pasaron de moda?

¿Será verdad lo que le dijeron a Mons. López Marañón cuando le aceptaron la renuncia por edad, que su trabajo de 40 años en las selvas amazónicas no estaba en la línea de la Iglesia y que por eso mandaban a otros que pusieran orden?

Si supiera el Papa Francisco los preparativos de su visita a Ecuador y el "fervor" de sus hermanos obispos, incluido el representante diplomático del Vaticano, en preparar tal visita...

Que el Papa Francisco no se vea con la iglesia indígena se deberá a varias razones: que no exista como tal porque no la dejaron nacer; que se han fundido en la visión común de un mestizaje perverso; que se ha olvidado Puebla, o que no les interesa a los preparadores actuales, pues no le dan importancia.

A fin de cuentas, una vez más se cumple el viejo dicho eclesiástico: "DE ROMA VIENE LO QUE A ROMA VA".

Y eso que, con ocasión del centenario de la encíclica Lacrimabili Status Indorum del 7 de Junio de 1912 del Papa Pio X, Benedicto XVI envió un carta a Mons Salazar Gomes Arzobispo de Bogotá, en la que se vuelve a recordar la verdad historia de tantos siglos de explotación, marginación de los pueblos ancestrales de nuestra América.

En efecto, ya el Papa Benedicto XIV, publicó una encíclica el día 20 de diciembre del año 1741 titulada Inmensa Pastorum, en donde condena la situación de maltrato y abuso por parte de gente que se decía creyente y católica y condena el trato dado a los pueblos indígenas.

El mismo Pio X, vuelve a condenar los abusos a los pueblo indígenas (por parte de los caucheros que asolaron la Amazonia en la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX) y ordena que su encíclica sea leída y enseñada en colegios, universidades, seminarios católicos....

Me pregunto, ¿cuántos obispos, arzobispos, rectores de Universidades, Seminarios han leído estos documentos de los Papas? ¿Cuántas tesis doctorales han estudiado este tema de la situación de los indígenas y pueblos ancestrales de nuestra América?

Es indignante la noticia que no va a darse un encuentro especial entre el Papa y los servidores católicos de las nacionalidades indígenas. Apenas su presencia con algunas lecturas en la Eucaristía en el Parque Bicentenario.

Repito: indignante. Solía decir Mons. Proaño que la Iglesia tiene una deuda muy grande con los indígenas, y todavía sigue en pie. ¿El Papa Francisco verá a los numerosos servidores (catequistas y animadores) ministerios propios como fruto de la inculturacion del evangelio ( E.N.- 20)?

¿Se acordará alguien de la memoria de Alejandro e Inés, cuyo martirio y muerte heroica se celebrará el día 21 del mes de Julio?

¡Qué pena Sr. Nuncio. Sres Arzobispos de Quito, Guayaquil. Cuenca, Portoviejo! También Uds. están contribuyendo a hacer menos creíble el mensaje liberador de Jesús. Nuestra Iglesia es Católica, es decir universal, donde tienen acogida todas las culturas, razas, lenguas. No ataca a su unidad fomentar otros modos de vivir la fe y expresarla.

Me van disculpar, pero qué bien les cae aquello de Jesús a los fariseos: "Ciegos y guías de ciegos". No son capaces de ver los signos de los tiempos. Con indignación y tristeza.

lunes, 29 de junio de 2015

"De ecclesia lascatorum": La Iglesia de los "lascados"


Leonardo Boff

Tal vez algunos se sorprendan ante semejante título: De Ecclesia Lascatorum, la Iglesia de los "lascados", la Iglesia de los invisibles de la sociedad. Al final de mi libro Iglesia: carisma y poder (1982) prometía una continuación con el título De severina Ecclesia: "la Iglesia severina", es decir, la Iglesia de los humildes y pobres, llamados «severinos» en el Nordeste de Brasil. Nunca pude escribir tal libro, si bien el Card. Joseph Ratzinger, entonces Presidente de la Congregación para la Doctrina de la Fe, que juzgó aquel libro mío, cada cierto tiempo pedía información sobre si el libro anunciado había sido publicado o no. Temía por la ortodoxia del texto, pues el tema de los pobres siempre da miedo a los portadores de poder.

Pero hete aquí que ahora aparece un libro que concreta aquel propósito mío de antaño. Ha sido elaborado de una forma profundamente espiritual, cjava-scriptdora y convincente por mi querido y recordado cofrade fray Lency Frederico Smaniotto, llamado en el seminario cariñosamente «Bambio» o «Cascudo», fallecido recientemente.

Quien quiera conocer la radicalidad de un franciscano que tomó en serio el mensaje innovador del Concilio Vaticano II, los documentos del episcopado latinoamericano de Medellín y de Puebla, la opción radical por los pobres y olvidados y la teología de la liberación, que lea este libro. Que contenga las lágrimas porque su saga provoca tal conmoción, por la coherencia, afectuosidad, humildad, coraje y espiritualidad franciscana que sólo encuentra paralelo en el padre Alfredinho, en fray Damián, en el obispo de Barra de Bahia, dom Luiz Fernando Cappio, en el obispo de São Felix do Araguaia, dom Pedro Casaldáliga, y me atrevo a decir que en el Papa Francisco, entre otros.

Fray Lency realizó literalmente lo que el Papa Francisco pidió el 28 de mayo de 2015 a los franciscanos del mundo entero: que viviesen la minoridad. Decía el Papa: “minoridad significa salir de nosotros mismos, de nuestros esquemas y puntos de vista personales; significa ir más allá de las estructuras –que también son útiles cuando se utilizan sabiamente–, más allá de los hábitos y de las certezas, para testimoniar una proximidad concreta con los pobres, necesitados y marginados, en una actitud auténtica de compartir y de servicio”. Fray Lency fue concretamente un fraile menor que se abajaba hasta la altura de los ojos del otro para mirarlo con el corazón.

Escribió el libro De Ecclesia lascatorum sobre una bombona de gas. En él no trata de hacer teología, sino de testimoniar una mística junto a los más humillados de este mundo, los siervos sufridores e invisibles de la sociedad. No ha sido solo escribir sino mucho más vivir, sufrir junto, recibir golpes junto, ser preso junto, arriesgar la vida junto y alegrarse junto con ellos. Mil luchas y cientos de derrotas. Pero, como el Maestro, nunca abandonó a los suyos. Siempre se volvió a levantar y retomó el viacrucis de los humillados, dondequiera que estuviesen.

Pasó por las principales estaciones de la pasión popular en los distintos Estados de Brasil. Efectivamente, Jesús sigue colgado de la cruz, goteando sudor y sangre y gritando oraciones a Dios. Fray Lency se asoció a quienes escuchan las lamentaciones del Maestro. Unido a tantos desgraciados procuró bajarlos de la cruz.


Estimo que este libro es uno de los testimonios más vivos, más fieles y más persuasivos de la Iglesia de los pobres, honra de nuestra Iglesia brasilera y faro que ilumina los caminos de tantos que, compasivos y solidarios, quieren y no siempre pueden seguir esa misma opción.

Pero esta opción está ahí para mostrar que el Evangelio de los olvidados está vivo y puede ser vivido con la radicalidad con que lo vivió Francisco de Asís, actualizada por Francisco de Roma. Su mensaje es tan desafiante que ninguna editorial tuvo el coraje evangélico de publicarlo. Pero habent sua fata libelli decían los antiguos: «los libros, los verdaderos, tienen su destino».

El libro se completa con escritos de otro fraile, fray David Raimundo Santos, que se identificó con la población afrodescendiente, abriendo escuelas y preparando estudiantes para la universidad.

Fray Lency, aunque siempre presente, ya no está visible entre nosotros. Está con sus “lascados”, los que le precedieron en la gloria. Está finalmente junto al Resucitado que no escondió sus llagas de maltratado. Después de tanta lucha, fray Lency no murió, fue a atender una llamada de Dios que le susurró:

“Mi querido hijo, Lency, ¡cómo te esperaba! Vienes cansado, con el cuerpo muy gastado. Ahora estás conmigo y te llevaré a la fuente de la eterna juventud donde todos tus hermanos y hermanas “lascados” te están esperando. Y cual águila que renueva todo su cuerpo, revivirás. Y más aún, resucitarás para estar eternamente con nosotros, con esos ‘hermanos y hermanas mías menores’ en los cuales yo estaba presente y en los que tú me serviste. Ahora ya no padecen, ya no lloran ni se lamentan pues todo eso pasó”.

“Ven, mi querido hijo Lency, ven, te esperaba desde siempre. Cumpliste tu misión como la mía cuando peregrinaba entre los pobres y necesitados de Palestina. Ven, quédate con nosotros para siempre, tiempo que no tendrá fin, en un nuevo Cielo y una nueva Tierra donde ya no habrá más humillados porque serán todos hermanos y hermanas, mis hijos e hijas queridos”.

domingo, 28 de junio de 2015

¿QUÉ SALVACIÓN BUSCO?


Fray Marcos Rodríguez
Mc 5, 21-42

Del final del c. 4 de Mc, pasamos al final de c. 5. En este capítulo, antes del relato que vamos a leer, narra un episodio muy raro: Jesús cura a un endemoniado y permite que los espíritus inmundos se metan en una piara de cerdo, que, acto seguido, se precipita en el mar. Jesús vuelve a atravesar el lago en dirección a Galilea, y allí encuentra de nuevo a la multitud que le busca. Tomando un poco de perspectiva descubrimos que el domingo pasado nos hablaba del "poder"de Jesússobre la naturaleza (la tempestad calmada). Continúa el evangelio con la manifestación de "poder"sobre los espíritus inmundos (curación del endemoniado en Gerasa), que no hemos leído. Hoy damos dos pasos más: "Poder"sobre la enfermedad (la hemorroísa); Y "poder"sobre la muerte (la hija de Jairo). No cabe una síntesis más clara, ordenada y progresiva de la actividad salvadorade Jesús.

En el doble relato de hoy, descubrimos un mensaje muy profundo. Por una parte, la niña y su padre son imagen de los sometidos a la institución. Jairo es un cargo público, aunque no estrictamente religioso. La mujer enferma representa a los marginados y excluidos por una interpretación demasiado legalista de la Ley. Este simbolismo se hace más claro por el anonimato de las dos mujeres, y los doce años de enfermedad de la mujer y los doce años de vida de la niña. El número doce es símbolo de Israel.

Jairo (símbolo de la institución) no encuentra salida en la religión y busca la salvación en Jesús, que ya había sido rechazado por sus jefes. La decisión es tan difícil que espera hasta el último momento para ir en busca de Jesús. La mujer enferma, también se había gastado toda su fortuna en buscar salvación, sin hallarla. Tampoco le quedaba otra salida. La religión no sólo no le daba solución, sino que la marginaba y la excluía hasta límites inimaginables hoy. Uno viola formalmente la Ley acudiendo a un proscrito. La otra viola literalmente la Ley tocando a Jesús. Es muy interesante constatar que en los dos casos, Jesús apela a la fe-confianza como motor de puesta en marcha de la curación-salvación.

Para descubrir la importancia del relato hay que tener en cuenta las leyes de pureza que afectaban a la mujer. El Levítico dice: "La mujer permanecerá impura cuando tenga su menstruación o tenga hemorragias; todo lo que ella toque quedará impuro, así como también quien entre en contacto con ella". Es muy difícil hacernos una idea de como quedaban limitadas las posibilida­des de relaciones sociales y religiosas con esta ley. La mujer era considerada impura y causante de impureza. Podemos imaginar la tara psicológica que dejaba en la mujer esta considera­ción de impura. La hemorroísa tenía prohibido, por imperativo social y religioso, tocar y ser tocada. Ella sabe que el acto que puede salvarle, está expresamente prohibido por la Ley. Sin embargo, doce años de sufrimiento la empujan. Esta valentía no está exenta de temor, se acerca por detrás. Tocar a Jesús no solo manifiesta la confianza en él, sino en sí misma. Su valentía la devuelve la salud.

Con una aguda sensibilidad más que humana, percibe que le han tocado (todos le están apretujando). Cuando Jesús pregunta "¿Quién me ha tocado?", está dando a entender que alguien ha llegado hasta él buscando una respuesta a su opresión. Aceptando ser tocado, más allá de la norma, entra en la dinámica que la mujer había iniciado. Se abre a la comunicación profunda y sanadora a través del cuerpo. Los dos están expresando lo mejor de sí mismos. El cuerpo "impuro" de la mujer, es reconocido y aceptado como normal. Dejándose tocar Jesús se coloca por encima de los códigos sociales y religiosos. Los cuerpos son instrumentos de encuentro liberador. El tabú de la impureza queda roto. Se da una complicidad total entre dos seres humanos que se relacionan desde lo más hondo de su ser. Una relación que abarca todos los aspectos del ser, el físico, el psíquico y el religioso. La mujer obra saltándose la Ley, pero Jesús va aún más allá, y reacciona como si la Ley no existiera. Se seca la fuente de su hemorragia. Subjetivamente, nota que había sido curada.

El milagro se produce sin que intervenga la voluntad expresa de Jesús. Es la fe-confianza de la mujer la que desencadena los aconteci­mientos. También es interesante la alusión a una fuerza especial que sale de Jesús. Este relato es una mina para tratar de descubrir qué es lo que sucedía de verdad cuando el evangelio habla de "milagros". No significa una acción que va en contra de las leyes de la naturale­za. Todo lo contrario, es dejar libre la naturaleza para que pueda desarrollar su ley sin las trabas que le pone la racionalidad humana.Porque estar en armonía con la naturaleza no es lo normal, llegamos a llamar milagro los procesos que serían los más naturales del mundo cuando no hay obstrucción a esas fuerzas que están siempre a nuestro favor. Claro que se produce un milagro, una verdadera maravilla. Mucho más grande que convertir una piedra en pan. Un ser humano liberado de sus complejos, de sus miedos, de una religión opresora e inhumana. Un ser humano que puede empezar a ser él mismo, que empieza a valorarse porque se siente apreciado.

Se reanuda el relato de la hija de Jairo con la llegada de los emisarios, que traen noticias de muerte. Jesús es portador de vida y le dice a Jairo: basta que tengas fe. La multitud se pone de parte de los emisarios de muerte y se pone a llorar; pero Jesús no hace ningún caso y sigue adelante. Cogió de la mano a la muchacha, pero a diferencia de la suegra de Pedro, no la levanta, sino que le dice: ¡levántate!, el mismo verbo Mc emplea para hablar de resurrección. En contra de lo que dice expresamente la Ley, toca a un muerto, y en vez de quedar el contaminado de muerte, comunica la vida al cadáver.

No nos engañemos, la importancia de estos relatos no está en el hecho de curar o de resucitar, sino en el simbolismo que encierran. Pensar que la obra de Jesús se puede encerrar en tres resurrecciones y en una docena de curaciones, es ridiculizar la figura de Jesús. Objetivamente, los curados volverán a enfermar y entonces no estará allí Jesús para curarlos. Los resucitados volverán a morir sin remedio. Sabemos que Jesús no puso el objetivo de su misión en una solución de los problemas puntuales de aquí abajo. La salvación de Jesús es para todos y en cualquier circunstancia. También para los enfermos, marginados y explotados. Si no tenemos esto en cuenta, puedo pensar que la salvación de Jesús no es para mí.

Ya en el AT queda muy claro que Dios no hizo la muerte. Jesús va más allá y nos dice que Dios no quiere nada negativo para el hombre. Aunque las limitaciones son inherentes a nuestra condición de criaturas, la salvación de Dios es siempre de un plano superior y más pleno que cualquier limitación; por eso se puede dar en plenitud, a pesar de cualquier limitación, incluida la muerte. La verdadera salvación, la que propone Jesús, libera siempre. No se trata de un premio para unos pocos privilegiados, sino de una oferta absoluta de Dios desde lo hondo de cada ser. Esa fuerza, que Jesús era capaz de poner en marcha, está disponible para todos, lo único que tenemos que hacer, es dejar que actúe en nosotros. No se trata de magia sino de conocimiento de las posibilidades que el ser humano tiene de utilizar las leyes de la naturaleza a su favor. De la misma manera que tiene poder para bloquear los procesos naturales y causar así un daño a su propio ser o/y a los demás.

En los dos casos, la multitud queda al margen de los acontecimientos y de la salvación que representan. Para Jesús, los entes de razón (multitud, pueblo, iglesia) no pueden ser objetos de salvación. Lo único que le importa es la persona, porque es lo único real. Esto lo hemos olvidado, y hemos cometido y seguimos cometiendo, el disparate de sacrificar a la persona en aras de la institución. Nada hay más antievangélico que este atropello. También hoy tendría que ser nuestra principal tarea el liberar a tantas personas atrapadas por las interpretaciones aberrantes de Dios. La religión, mal entendida, seguirá oprimiendo y esclavizando mientras seguimos dando más importancia a la institución que a la persona.

sábado, 27 de junio de 2015

Cuidaremos nuestra casa común


Pedro Pierre

La carta encíclica sobre la ecología integral, que acaba de publicar el papa Francisco es como un grito apremiante a vivir de manera más digna, más responsable y, por lo mismo, más feliz. Según el Papa, hemos llegado a un grado de destrucción del planeta y de empobrecimiento de pueblos enteros tal que nos acercamos a nuestra propia destrucción si no decidimos cambiar radicalmente.

Se trata de un manifiesto ecológico y teológico de gran envergadura: “Invito a todos a ver el mundo con los ojos de Dios Creador: la Tierra es el ambiente que hay que custodiar y el jardín que hay que cultivar”. Con esta encíclica, el Papa quiere que todos nos involucremos en un nuevo modo de vivir.

Como siempre, el papa Francisco tiene palabras impactantes:

“La Tierra, nuestra casa, parece convertirse cada vez más en un inmenso depósito de inmundicias.

El estilo de vida actual es insostenible, solo puede terminar en una catástrofe.

Las predicciones catastróficas ya no pueden verse con desprecio e ironía.

Tenemos guerras o acuerdos donde lo que menos interesa a las partes es preservar el ambiente y cuidar a los débiles.

Los efectos más graves los sufre la gente pobre.

A las próximas generaciones podríamos dejarles demasiados escombros, desiertos y suciedad.

Si no se cambia la tendencia, los fenómenos del cambio climático se harán irreversibles.

Mientras tanto, los poderes económicos continúan justificando el actual sistema mundial, donde priman una especulación y una búsqueda de la renta financiera que tienden a ignorar todo contexto y los efectos sobre la dignidad humana y el medio ambiente.

Salir de la espiral de autodestrucción en la que nos estamos sumergiendo”.

El Papa termina invitándonos a la conversión profunda y la acción inmediata. El punto de partida es “apostar por otro estilo de vida”. “Una ecología integral también está hecha de simples gestos cotidianos donde rompemos la lógica de la violencia, del aprovechamiento, del egoísmo”. Tenemos que cambiar nuestros gestos y hábitos, desde la reducción en el consumo de agua a la separación de residuos o el “apagar las luces innecesarias”. “La sobriedad, que se vive con libertad y conciencia, es liberadora”. Todo esto abre la posibilidad de “ejercer una sana presión sobre quienes detentan el poder político, económico y social”. Las opciones de los consumidores logran “modificar el comportamiento de las empresas, forzándolas a considerar el impacto ambiental y los patrones de producción”.

“Para el creyente, el mundo no se contempla desde afuera, sino desde adentro, reconociendo los lazos con los que el Padre nos ha unido a todos los seres… Nos necesitamos unos a otros, que tenemos una responsabilidad por los demás y por el mundo, que vale la pena ser buenos y honestos”. Concluye el papa con 2 oraciones: una interreligiosa “por nuestra Tierra” y otra cristiana “con la Creación”. “Que nuestras luchas y nuestra preocupación por este planeta no nos quiten el gozo de la esperanza… Más allá del Sol”.

viernes, 26 de junio de 2015

LA OLIGARQUIA "ULTRA-CATOLICA" DEL ECUADOR. EL COLMO DEL CINISMO


“Hoy 25 de junio el Alcalde fascistoide de Guayaquil, Jaime Nebot, convocó y consiguió movilizar una gran cantidad de personas de esa ciudad. Trepados en una ola de desconcierto social, fruto de la errática conducción de este gobierno, sus veleidades e indefiniciones, los más rancios oligarcas por generaciones " ultra-católicos, apostólicos y romanos", están llamando a una explosión de masas.

Estas gentes que han levantado sus inmensas fortunas explotando, humillando, segregando y hasta asesinando a cientos de miles de ecuatorianos, hoy se "rasgan las vestiduras" y llaman a "recuperar" la democracia, supuestamente perdida. Verdugos de misa diaria, "íntimos" de los obispos, que ante sus injusticias han sido casi siempre ciegos, sordos y beneficiarios, son unos y otros el vivo retrato de lo que Jesús llamo "raza de víboras". En unos días mas, Nebot se parara de puntillas para abrazar al Papa cuando llegue a Guayaquil y le entregara "las llaves de la ciudad", su eterno cómplice Antonio Arregui gerente del Opus Dei - que quiso llevar a Francisco con la ayuda del nefasto nuncio Otonello y casi lo consiguen, a una ceremonia privada con unos pocos invitados, dejando a millones de creyentes por fuera - echará incienso a rabiar, para ver si así se disimula el olor de la iniquidad que es el túmulo en que moran.

Al leer el doloroso relato de Paulina Pérez ,que es tan solo "una perla" de la manera en que gobiernan los "social-cristianos", nos duele el cinismo de estos y afirma la voluntad, de no permitir que regresen jamás a desmadejar el Ecuador. Equipo de la Iglesia de a pie".


El cinismo en marcha

Dra. Paulina Pérez

Era el gobierno de León Febres-Cordero cuando mi casa fue allanada. Un vecino al que le prestábamos el garaje fue encañonado por cuatro agentes policiales vestidos de civil para que entregara la llave y se alejara inmediatamente. Lo hicieron parecer un robo, pero todos sabemos que los delincuentes no se sustraen agendas telefónicas, libros, fotografías. Unas semanas después mi padre salió a dejar a mi madre y no volvió hasta el día siguiente.

Hoy, tres décadas después, no olvido el aspecto de mi padre, ni las lesiones en su cuerpo producto de la tortura a la que fue sometido por los órganos policiales del Estado. Sus sienes inflamadas y moreteadas, las muñecas marcadas de haber sido fuertemente atadas y completamente edematizadas, al igual que sus manos. Su espalda llena de piquetes, producto de las descargas eléctricas que le eran aplicadas mientras era sumergido en una tina llena de agua. Qué decir de sus pies, que junto con los dedos habían perdido la forma. Sus ojos enrojecidos y su rostro aterrado por el temor de que a sus dos hijos que estaban solos en casa les hubieran hecho algo. Vale redundar que la tortura no solo es la afectación física, sino también la psicológica. Antes de liberarlo, los torturadores se aseguraron que entendiera bien todo lo que harían conmigo, mi hermano y mi madre si se atrevía a denunciar la miserable acción.

Días después mis padres fueron acusados de actividades subversivas, al igual que mucha gente que se oponía al terrorismo de Estado instaurado por el gobierno socialcristiano de LFC. Nuestra familia debió desintegrarse y mi hermano y yo, menores de edad, fuimos acosados por casi un año por los organismos de seguridad. Llamadas telefónicas amenazantes, vigilados permanentemente. En mi caso solicitaron al rector de mi colegio que se me expulsara por ser hija de ‘guerrilleros’, como medida de presión. Mis abuelos, mis tíos constantemente amedrentados. Nuestra casa fue nuevamente allanada, esta vez con una orden y nuevamente saqueada, sin derecho a reclamo alguno.

Escuchar a Jaime Nebot convocar a una marcha en contra de la dictadura, para denunciar los abusos, la falta de libertades y la violación de derechos me parece el colmo del cinismo.

Nebot, acusado de estar presente en sesiones de torturas cuando gobernador. Nebot, el alcalde que reprime brutalmente a los vendedores informales en Guayaquil. Nebot, el separatista, hoy convoca a las calles, a esas mismas calles en las que reprimió y reprime al pueblo.

No podemos permitir que quienes destrozaron el país nos convoquen a marchar junto a ellos para ayudarles a defender sus mal habidas fortunas, producto de la explotación laboral, de la especulación de tierras, de feriados bancarios y del robo y saqueo de los recursos que le pertenecían al todo el pueblo ecuatoriano.

No podemos salir a marchar junto a los que violaron derechos humanos, fueron cómplices de la desaparición y el asesinato de hombres y mujeres cuyo unido delito fue querer un país para todas y todos.

No podemos salir a marchar con quienes obligaron a tres millones de ecuatorianos a dejar su patria, fragmentando miles de hogares y causando un gran daño a miles de niñas y niños que debieron crecer sin padres.

No podemos salir a marchar junto a quienes creen que este hermoso Ecuador es su hacienda y nosotros, el pueblo, sus peones.

No podemos salir a marchar con quienes contratan como asesor a un miembro de un cartel de drogas y se rehúsan a dar explicaciones.

¡No nos dejemos utilizar en contra de nosotros mismos!

jueves, 25 de junio de 2015

LOS AUGURIOS SOBRE EL PAPA FRANCISCO: ¿SISMA O PURIFICACIÒN DE LA FE ?



Miguel Matos s.j

A cerrar filas con el Papa Francisco

Lo menos que puede decirse sobre las palabras, los gestos y las decisiones del Papa Francisco indiscutiblemente es que son desconcertantes si se comparan con el càlculo, la prudencia y fina diplomacia de los pontífices inmediatamente anteriores.

Sectores mayoritarios del catolicismo se encienden de entusiasmo con cada uno de esos pronunciamientos. Gruesos ambientes para los que el catolicismo de los últimos tiempos había superado sus niveles de tolerancia, respiran profundo y se sienten como si hubieran sido salvados antes de exhalar los últimos suspiros. Pero de la otra orilla comienzan a superarse los primeros síntomas del aturdimiento y se escuchan ya agrios, prepotentes, publicos y escandalizados posesionamientos contrarios al pontìfice.

¿ Estamos a las puertas de un sisma ? No es la primera vez en estos últimos años que se habla en estos términos. Pero, a estas alturas de la historia del cristianismo, en un mundo con tanto pluralismo, no se dan las condiciones para esas rupturas demasiado excluyentes y dramáticas que acompañan a un sisma. Para bien o para mal, en este catolicismo de hoy cabemos todos. Se siente cómodo en su catolicismo el ultraconservador Jeb Bush, precandidato republicano a la presidencia de los Estados Unidos y hermano de George Bush, quien dice comentando la Encìclica “Lodato Si”, que en materia económica no piensa seguir el consejo de ningún cura, obispo o papa; y al otro lado del océano , se siente cómoda en su catolicismo la brillante Teresa de Forcades ,la monja cuya meta no es otra que ser la Ada Colau de Cataluña y presentarse a las elecciones del próximo 27-S con los mismos partidos con los que la alcaldesa de Barcelona se presentó a las elecciones del pasado 24 de mayo y luego regresar de nuevo a vestir su cofia blanca del hábito de benedictina.

Pero ,debe quedar claro que “no es para bien” eso de que “aquí cabemos todos” y eso es lo que , de seguir en su estilo el Papa Francisco, esa camuflajeada traición a lo autèntico cristiano, tiene que desaparecer. Y no va a desaparecer por la vìa de ningún sisma, sino por la vìa de desenmascarar valientemente en las esferas màs altas de los poderes como solo lo puede hacer Francisco, las formas màs enquistadas de reforzar insostenibles complicidades de la fe cristiana con el mal.

No puede sostenerse por màs tiempo esa triste mediocridad que nos permite convivir cómodamente con posturas que niegan y hacen inviable el proyecto de Jesús. A los cristianos de hoy nos toca cerrar filas al lado de un Pontìfice que está poniendo el dedo en las llagas mas purulentas de nuestro catolicismo. Ojalà no dejemos pasar esta oportunidad. No nos quedemos a la orilla del camino. Y no es cuestión de cultivar sismas. De lo que se trata es de que tienen que irse los que quieran irse y tienen que quedarse los que desean recuperar al mundo para Jesús. Hay gente en nuestro catolicismo que tiene que plantearse, o una profunda conversión de corazón o tiene que despedirse de esta fe que no fue propuesta para complacer a todo el mundo. Jesús murió justamente por negarse a complacer las màs contradictorias expectativas. El espectáculo de este catolicismo tan variopinto que a todos complace por igual es la màs genuina expresión del haber perdido la sal, del haber querido poner parches nuevos en ropa vieja. Vivimos tiempos de “Principio y Fundamento”. No se trata de celebrar frívolamente el talante innovador de Francisco y seguir como si no pasara nada. “Cambiar todo para que nada cambie” Se trata de meditar cada gesto de Francisco desde aquellas palabras de Jesús: “Fuego he venido a traer a la tierra y cuánto desearía que ya estuviera ardiendo…¿creen ustedes que yo he venido a traer paz a la tierra ?. Pues no, sino la división. En efecto, de ahora en adelante en una casa de cinco personas, habrá división de tres contra dos…” Lucas 12,49-52. Nos toca a los cristianos de a pie hascer que el tiempo de Francisco sea un tiempo de inflexión dentro del cristianismo . A pesar de tantas señales controversiales y antagónicas, este es un tiempo de gracia. El ser humano está màs abierto hoy a la trascendencia que lo que estaba , por ejemplo , en una buena parte del siglo pasado. La palabra de Francisco es palabra de alerta roja. No de ese tipo de alerta efectista, titiritesca y espectacular con la que quieren mantenernos asustados algunos hermanos evangélicos. Nada de shows apocalìpticos. Me viene a la memoria aquella frase que en castellano dice así “Teme a Jesús que viene y que quizás no regresa” . Y no porque Êl no quiera regresar. Nadie nos garantiza que si no aprovechamos este tiempo de gracia no nos va a ganar la pelea la “globalización” de la indiferencia y del nihilismo. Como en los mejores tiempos de Ignacio de Loyola, A cerrar filas con el Papa Francisco.

miércoles, 24 de junio de 2015

“Con esta Encíclica, la Iglesia está en la delantera del discurso ecológico”

LEONARDO BOFF

Nayla Azzinnari
Entrevista al “Premio Nobel Alternativo” Leonardo Boff

Hace 30 años, tras criticar a la Iglesia católica en uno de sus libros, el Vaticano lo invitó a callarse. Cuando el llamado a silencio fue reiterado, dejó la orden franciscana de la que formaba parte y continuó su trabajo junto a las comunidades de base en Brasil.

Leonardo Boff es teólogo, profesor y autor de decenas de libros. Se cuenta entre los fundadores de la Teología de la Liberación, a la que desde hace décadas le incorpora una profunda mirada ecológica. "Por sus ideas y trabajo para advertir los vínculos entre la espiritualidad humana, la justicia social y el cuidado del ambiente", en 2001 fue galardonado con el Right Livelihood Award, conocido también como “Premio Nobel Alternativo”.

La esperanza en la institución religiosa la recobró con la llegada del Papa Francisco, a quien envió sus reflexiones para la primera encíclica ambiental del Vaticano. Satisfecho y gratamente sorprendido con “Laudato Si”, sostiene que el máximo pontífice debería liderar las negociaciones en la próxima Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático (COP21).

NA_ ¿Qué significa para el ambiente, para la Iglesia y para las comunidades la existencia de una encíclica ambiental?

LB_ Hacía falta en la Iglesia una palabra oficial y fuerte sobre la cuestión ecológica. Hasta ahora había solamente intervenciones puntuales. Se sabía incluso que había en la Curia grupos de negadores del calentamiento global. Ahora aparece un Papa más libre de las presiones de la vieja cristiandad y nos entrega una encíclica estupenda, escrita dentro del nuevo paradigma fundado en las ciencias de la vida y de la Tierra. Según este paradigma, todas las cosas del universo están interconectadas porque el universo está hecho de redes de relaciones interdependientes, de tal forma que nadie queda fuera da la relación. Esta visión contemporánea fue asumida valientemente por el Papa Francisco. Ello le confiere una gran coherencia a todos los temas que aborda pues los ve dentro de una visión holística donde todo tiene que ver con todo, en todos los momentos y circunstancias. Por tanto, es natural que la encíclica postule una ecología integral y no solamente ambiental. A excepción de la Carta de la Tierra, ningún documento oficial de la ONU asumió esta visión. Siguen en el paradigma viejo, mecánico, atomizado y compartimentado que impide una convergencia en las discusiones. Con esta encíclica la Iglesia está teóricamente en la delantera del discurso ecológico. Otra cosa es poner todo esto en práctica. Pero hay una referencia teórica que puede ser siempre evocada, favoreciendo prácticas nuevas.

NA_ ¿Cómo repercute este documento en la vida cotidiana de las personas, particularmente de aquellas que enfrentan dificultades relacionadas con el lugar que habitan y sus condiciones?

LB_ Especialmente los pobres y los que viven con todo tipo de carencia, especialmente de agua potable, encontrarán en este documento razones para reclamar a los poderes públicos que solucionen sus problemas. La encíclica puede ser una arma de lucha ecológica que no contemple solamente el ambiente, también lo social -sostenibilidad de la convivencia-; lo educacional, para introducir nuevos hábitos más respetuosos en relación con la Madre Tierra y sus ecosistemas; y en lo cultural exigiendo respeto a las tradiciones de los pueblos y a los saberes tradicionales.

NA_ ¿Qué actores se ven llamados a cambiar a partir de esta encíclica? ¿Gobiernos, multinacionales, la misma Iglesia…? ¿Cree que lo harán?

LB_ La encíclica no es dirigida a los creyentes sino a toda la humanidad y a cada una de las personas. Las amenazas que pesan sobre nuestro futuro son tan graves que todos deben aportar a partir de su saber y de su poder. Especialmente más afectados serán los más grandes analfabetos ecológicos, que son los empresarios y aquellos que para producir devastan la naturaleza. Lo que se exige es un cambio global de comportamiento de cara a la naturaleza que no puede ser tratada como un baúl de bienes y servicios ilimitados, sino como nuestra casa común cuyos límites físicos hemos tocado, y que debe ser cuidada y respetada. De lo contrario podríamos conocer el destino ya recorrido por los dinosaurios.

NA_ Sabemos que colaboró aportando material y visiones a este proyecto, que lo ha esperado largamente y que fue prudente al no pronunciarse hasta poder analizarlo, ¿cumplió con sus expectativas?

LB_ Después de 30 años de estudio y trabajo en ecología, especialmente participando de la iniciativa internacional de la Carta de la Tierra, me siento completamente contemplado en mis expectativas, hasta sorprendido. Generalmente los documentos oficiales son equilibristas, intentan dar razón a todas las tendencias. Aquí no. El Papa asume una posición y critica respetuosamente las demás, pero sigue rectilíneamente su opción que, desde una mirada científica, es la más contemporánea y más coherente.

NA_ ¿Qué sigue ahora?

LB_ Seguimos con más esperanza y con menos desaliento, éste provocado por la falta de conclusiones de las reuniones de la ONU sobre el calentamiento global. No estamos yendo a su encuentro. Ya estamos dentro de él. Que una alta instancia moral nos convoque a trabajar juntos, dado los peligros que enfrentan el sistema-vida y el sistema-Tierra, puede tener una gran fuerza convocante. Lo ideal sería que el Papa fuera personalmente al encuentro en Paris al final del año, reunión que tratará medidas concretas para frenar el calentamiento y que no acaba de despegar. Creo que a partir de ahora serán diferentes las discusiones del tema ecología en todos los niveles.

Este material puede ser reproducido libremente citando la fuente.

Más información:
“La Carta Magna de la ecología integral: grito de la Tierra, grito de los pobres”, artículo de opinión de Leonardo Boff en su blog: https://leonardoboff.wordpress.com/2015/06/18/la-carta-magna-de-la-ecologia-integral-grito-de-la-tierra-grito-de-los-pobres/ 

Más información sobre Leonardo Boff: http://www.rightlivelihood.org/boff.html

Fotografías de Leonardo Boff en alta resolución:
Nayla Azzinnari
Oficina de Prensa en Español
Fundación Right Livelihood Award
Móvil: +54 9 11 5460 9860
Correo: nayla@rightlivelihood.org
Skype: nayla.az

martes, 23 de junio de 2015

"UNA BUENA LECTURA PARA LOS BANQUEROS QUE QUIEREN SER PRESIDENTES Y A LOS POLITICOS QUE LUCRAN DE SU PODER. DESDE EL ECUADOR."


“Queridas hermanas y hermanos, en el Ecuador hemos vivido semanas de violencia y odio, desatadas por los poderosos de este mundo, que aun consideran a este país como su negocio y se rebelan cuando alguien "osa" tocar sus chequeras, no les importa sembrar dolor y muerte y han querido sabotear la llegada de nuestro Papa. Nos parece oportuno poner en sus manos este artículo de González Fauz, que le dice a través de su carta a un político cuatro verdades. Si bien está escrito en clave ibérica, calza perfectamente a lo que aquí sucede.

Para este jueves 25 uno de los políticos más nefastos que tiene esta tierra está llamando a una marcha con evidentes fines golpistas, pedimos que nos unamos todos desde donde estemos para que el cielo le impida concretar sus males. ACA ESPERAMOS A FRANCISCO CON EL CORAZON Y EL AMOR ENTREGADO Y NO PERMITIREMOS QUE INTENTEN IMPEDIR SU LLEGADA. PIDAN POR EL ECUADOR”. -Equipo de la Iglesia de a pie.
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Carta a D. Josep Antoni Duran i Lleida


Mi querido Sr. Durán: durante mucho tiempo me había parecido Ud. el político del “seny” y últimamente tengo la sensación de que está convirtiéndose en el político de la “rauxa”. Le pongo como único ejemplo su reacción destemplada ante la publicación de los haberes de la clase política: todo el mundo ha visto en ello un acto de ejemplaridad y de transparencia y Ud. lo califica de acto chafardero, más irresponsable porque acontece en momentos de crisis económica.

En seguida volvemos a esto. Antes déjeme señalar una pequeña coincidencia: en el mismo día en que sucedía todo lo anterior, en plena crisis económica también, el Parlament de Catalunya otorgaba su medalla de oro a Pep Guardiola. Siento un inmenso respeto por el Pep, por su calidad futbolística y sus cualidades humanas; he sido además futbolero fanático y aún disfruto viendo partidos, aunque cada vez con más mala conciencia desde que los clubs están convirtiéndose en asociaciones de proxenetas. Mi crítica aquí no se dirige al Pep, sino al Parlament, y mucho más si actuó movido por CiU. Le aseguro que hay en Catalunya grupos de jóvenes anónimos que, por ejemplo, dedican parte o todas sus vacaciones a trabajar como cooperantes en África, o Caritas parroquiales desbordadas por dar de comer a ciudadanos catalanes, y ésos sí que se merecen una medalla de oro del Parlament porque hacen más por Catalunya que las seis copas del Pep. Esa medalla me parece una estupidez como la del marquesado de Del Bosque o el título de “sir” a A. Fergusson. Digamos que no ha habido aquí mucho “rasgo diferencial” sino la misma ridícula pasta humana que nos constituye a todos. En todo caso, de haberle dado la medalla a Guardiola yo se la habría dado porque, según dicen, es un gran lector (amén de que sea también un gran futbolista).

Todo esto pone de relieve la inversión de valores que ha ido produciéndose en todo nuestro mundo y con la que todos estamos cooperando, al menos materialmente. Y esta inversión de valores me lleva al segundo punto de la declaración de patrimonios.

Ud. y yo somos cristianos. Pues bien: la moral cristiana de la propiedad no es la del derecho romano ni la de ese “individualismo posesivo” de Locke, hoy tan de moda. Para el cristianismo, el derecho primario es que los bienes de la tierra están destinados a todos los seres humanos. Y la propiedad privada no es más que un derecho secundario, positivo, que sólo vige como medio de realización del anterior y en la medida en que ayude a cumplir ese destino universal; y que desaparece como derecho cuando impide el fin primario de los bienes de la tierra. De ahí se ha seguido siempre que todo aquel que posee claramente más de lo que necesita está poseyendo algo que no es suyo y está obligado a devolverlo. De ahí la conocida frase de los Padres de la Iglesia: “quien es muy rico es un ladrón o hijo de ladrón”, y su enseñanza de que la limosna no es un acto de caridad sino de restitución: sólo hay caridad cuando se da no de lo que a uno le sobra sino de lo que podemos necesitar.

En este contexto, si establecemos un límite que exprese suficientemente lo que puede cubrir de sobra las necesidades de uno, tenemos derecho a proclamar que algunos de nuestros políticos están apropiándose de algo que no les pertenece. Si, personalmente, pongo yo ese límite en medio millón de euros (pero subrayo que eso es opción mía y que la cifra debería venir dictada por el consenso de los moralistas y por el magisterio de la Iglesia tan atento a colar el mosquito del preservativo y tragarse el camello de la injusticia)…, pues bien: si el límite fuera ése tendríamos derecho los ciudadanos creyentes a decirle por ejemplo al Sr. Bono, y al Sr. Fraga: “estás obligado a restituir”. Como también tendríamos obligación de escuchar si otros nos dicen eso con razón y con cifras exactas.

Le aseguro a Ud. que eso es pura moral cristiana. Es cierto que la Iglesia se la calla, no sé por qué. Pero estoy seguro que no habrá un solo moralista u obispo que pueda desautorizar esa moral. Y si no, a ver cómo concilia su postura con la del Vaticano II: “la propiedad no es un derecho último y absoluto, sino un derecho secundario, subordinado al cumplimiento del destino universal de los bienes. Las demás enseñanzas derivan de este principio fundamental” (GS 56).

Por eso creo que la publicación (¡por fin!) de los patrimonios de nuestros políticos no es un acto de curiosidad indiscreta sino de transparencia democrática. Y que esta vez, no sé por qué, su “seny” se ha travestido en “rauxa” (quiera Dios que no sea porque está preparando una alianza con el sr. Rauxoy…).

Y de veras; quisiera haberle dicho todo esto como hermano en la fe. Ojalá Dios me lo haya concedido.- José Ignacio González Faus.