MONS. GONZALO LOPEZ M.

MONS. GONZALO LOPEZ M.

martes, 16 de junio de 2015

De embargos, encíclicas y ataques a Francisco


Jesús Bastante
 
El jueves, la Santa Sede presentará "Laudato Si", la encíclica del Papa Francisco sobre el cuidado de la Creación. La publicación de un texto está rodeado de expectación, y de ciertas dosis de secretismo. Los periodistas acreditados ante la Santa Sede -y algunos otros especialistas- suelen -solemos- tener acceso a los textos embargados hasta la fecha de la publicación. Hoy, Sandro Magister, vaticanista de L'Expresso conocido por sus aceradas críticas al Papa, se ha saltado dicho embargo y ha publicado, íntegro, el texto. Otros rincones de la web se han hecho eco del texto de Magister vendiéndolo como exclusiva. Allá cada uno.

La cuestión, empero, va más allá del incumplimiento del embargo, que existe, tal y como ha señalado en una nota el portavoz vaticano, Federico Lombardi. Fuentes de primera mano han asegurado el profundo disgusto del Papa Francisco ante este hecho, y ante lo que hay detrás del mismo. Que no es, ni más ni menos, que las ansias de atacar a Bergoglio. No es su Papa. Nunca ha sido su Papa. Y nunca lo será.

Hace años, un periódico de tirada nacional se saltó el embargo de una encíclica papal. En este caso, no había animosidad en el hecho, sino un profundo desconocimiento de lo que significaba un embargo y una evidente falta de profesionalidad. ¿El resultado? Ese diario estuvo medio año sin poder acreditarse ante la Santa Sede. No creo que en estos tiempos, la sanción sea la misma, ni siquiera pienso que haya sanción alguna.

La novedad de este caso está en los personajes que han decidido, a sabiendas, saltarse el embargo. Periodistas -y algún aprendiz de escribidor- que piensan utilizar el adelanto de la encíclica como un ariete para atacar al Papa e, indirectamente, influir en el impacto que el texto iba a tener en los mercados, la política y la sociedad mundiales.

Insisto: el problema no es tanto -que lo es- saltarse un embargo, que las razones de este desatino. Los lobos con piel de cordero que continúan considerándose únicos intérpretes de la virtud, de la fe y las costumbres, los expendedores de carnets de catolicidad, los mismos que hoy volverían a martirizar a Jan Hus, de cuya quema se cumplen hoy 600 años. El mismo Jan Hus por cuyas intenciones han rezado hoy, juntos, en el Vaticano, el Papa Francisco y los representantes evangélicos. Y es que hay algunos que, si pudieran, hoy prenderían fuego al Vaticano.

El Papa ha tomado nota. Como buen jesuita, siempre lo hace. No esperen una reacción furibunda, pues no es su estilo. Este jueves, no antes, en las páginas de Religión Digital, podrán leer el texto íntegro de la encíclica. Que, ya les adelanto, no dejará a nadie indiferente.