MONS. GONZALO LOPEZ M.

MONS. GONZALO LOPEZ M.

domingo, 30 de noviembre de 2014

Pues no sabéis cuando en el "momento"


 
Fray Marcos Rodríguez
Fray Marcos Rodriguez

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(Is 63,16-64,8) Tú eres nuestro padre, nosotros la arcilla y tú el alfarero.
(1 Cor 1,3-9) Dios os llamó a participar de la vida de su Hijo. Y él es fiel.
(Mc 13,33-37) Mirad, vigilad, pues no sabéis cuándo es el momento.

No hay que esperar nada sino descubrir lo que ya tenemos. También hoy debemos superar la visión mítica de una salvación para el más allá.

Estamos en el día de Año Nuevo de la liturgia. Comenzamos con el Adviento, que no es solamente un tiempo litúrgico, sino toda una filosofía de vida. Se trata de una actitud vital que tiene que atravesar toda nuestra existencia. No habremos entendido el mensaje de Jesús, si no nos obliga a vivir en constante Adviento. Lo importante no es recordar la primera venida de Jesús; eso es solo el pretexto para descubrir que ya está aquí. Mucho menos prepararnos para la última, que solo es una gran metáfora (mitología). Lo verdaderamente importante es descubrir que está viniendo en este instante.

Todo el AT está atravesado por la promesa y por la espera. Durante dieciocho siglos, el pueblo judío ha vivido esperando que Dios cumpliera sus promesas. Dios les va prometiendo lo que ellos, en cada momento más ansían. A Abrahán, descendencia; a los esclavos en Egipto, libertad; a los hambrientos en el desierto, una tierra que mana leche y miel; cuando han conquistado Canaán, una nación fuerte y poderosa; cuando están en el Exilio, volver a su tierra; cuando destruyen el templo, reconstruirlo; etc., etc.. En el AT siempre les promete cosas terrenas porque es lo único que ellos esperan. Jesús promete algo muy distinto. "He venido para que tengan vida y la tengan abundante."

Esta trayectoria del pueblo judío debía hacernos reflexionar. ¿Se trata de un Dios que durante dieciocho siglos les puso la zanahoria delante de las narices o el palo en el trasero, para hacerles caminar según su voluntad? Sería ridículo. Dios nunca hace promesas para el futuro, porque ni tiene nada que dar ni tiene futuro. Las promesas de Dios, son hechas por los profetas, como una estratagema para ayudar al pueblo a soportar momentos de adversidad, que ellos interpretaban como castigo por sus pecados. Nada de los que anunciaron los profetas, se cumplió en Jesús. Gracias a Dios, porque todos los textos están encaminados hacia una salvación de seguridades materiales. Pero podemos entender aquellas imágenes como metáforas de la verdadera salvación.

La clave del relato evangélico está en la actitud de los criados. Nos quiere decir que Dios está siempre viniendo. Él es el que viene. La humanidad vive un constante adviento, pero no por culpa de un Dios cicatero que se complace en hacer rabiar a la gente obligándole a infinitas esperas antes de darle lo que ansía. Estamos todavía en Adviento, porque estamos dormidos o soñando con logros superficiales, y no hemos afrontado con la debida seriedad la existencia. Todo lo que espero de fuera, lo tengo ya dentro.

Vigilad. Para ver no solo se necesita tener los ojos abiertos, se necesita también luz. No se trata de contrarrestar el repentino y nefasto ataque de un ladrón. Se trata de estar despierto para afrontar la vida con una conciencia lúcida. Se trata de vivir a tope una vida que puede transcurrir sin pena ni gloria. Si consumes tu vida dormido, no pasa nada. Esto es lo que tenía que aterrarme; que pueda transcurrir tu existencia sin desplegar las posibilidades de plenitud que te han dado. La alternativa no es salvación o condenación. Nadie te va a condenar. La alternativa es o plenitud humana o simple animalidad.

Pues no sabéis cuando en el ‘momento’. En griego hay dos palabras que traducimos al castellano por “tiempo”: “kairos” y “chronos”. Chonos significa el tiempo astronómico, relacionado con el movimiento de los cuerpos celestes. Kairos sería el tiempo psicológico. Significa el momento oportuno para tomar una decisión por parte del hombre. Por no tener en cuenta esta sencilla distinción, se han hecho interpretaciones descabelladas de la Escritura. En el evangelio que acabamos de leer, se habla de kairos, es decir del tiempo oportuno. Naturalmente que el hombre, como criatura material, se encuentra siempre en el chronos, pero lo verdaderamente importante para él es descubrir el kairos.

El punto clave de nuestra reflexión debe ser: ¿Esperamos nosotros esa misma salvación que esperaban los judíos? Si es así, también nosotros hemos caído en la trampa. Jesús no puede ser nuestro salvador. La mejor prueba de que los primeros cristianos, verdaderos judíos, no estaban en la auténtica dinámica para entender a Jesús, es que no respondió a sus expectativas y creyeron necesaria una nueva venida. Esta vez sí, nos salvará de verdad, porque vendrá con “poder y gloria”. No os parece un poco ridículo. La médula de su mensaje es que la salvación que Dios nos ofrece, está en la entrega y el don total.

En las primeras comunidades se acuñó una frase, repetida hasta la saciedad en la liturgia: “Maranatha” (ven Señor Jesús). Vivieron la contradicción de una escatología realizada y otra futura. “Ya, pero todavía no”. “Ya”, por parte de Dios, que nos ha dado ya todo lo que necesitamos para esa salvación. Si no fuera así, se convertiría en un tirano. “Todavía no”, por nuestra parte, porque seguimos esperando una salvación a nuestra medida y no hemos descubierto el alcance de la verdadera salvación, que ya poseemos. Aquí radica el sentido del Adviento. Porque “todavía no” ha llegado la verdadera salvación, tenemos que tratar de adelantar el “ya”. Eso nunca lo conseguiremos, si permanecemos dormimos.

¿Cómo podremos seguir luchando con todas nuestras fuerzas por un mayor consumismo y a la vez convencernos de que la felicidad está en otra parte? Creo que es una tarea imposible. Descubrir esa trampa, sería estar despiertos. El ser humano sigue esperando una salvación que le venga de fuera, sea material, sea espiritual. Pero resulta que la verdadera salvación está dentro de cada uno. En realidad Jesús nos dijo que no teníamos nada que esperar, que el Reino de Dios estaba ya dentro de nosotros. En este mismo instante está viniendo. Si estamos dormidos, seguiremos esperando.

La falta de encuentro se debe a que nuestras expectativas van en una dirección equivocada. Esperamos un Dios que llegue desde fuera. Esperamos actuaciones espectaculares por parte de Dios. Esperamos una salvación que se me conceda como un salvoconducto, y eso no funciona. Da lo mismo que la espere aquí o para el más allá. Lo que depende de mí no lo puede hacer Dios ni lo puede hacer otro ser humano. Esta es la causa de nuestro fracaso. Seguimos esperando que otro haga lo que solo yo puedo hacer.

También la religión me ofrece salvación, pero solo puede salvarme de las ataduras que ella mismo me ha colocado. Ninguna institución puede darme lo que ella no tiene. Dios es la salvación y ya está en mí. Lo que de Dios hay en mí es mi verdadero ser. No tengo que conseguir nada ni cambiar nada en mí auténtico ser, simplemente tengo que despertar y dejar de potenciar mi falso yo. Tengo que dejar de creer que soy lo que no soy. Esta vivencia me descentrará de mí mismo y me proyectará hacia los demás. Me identificaré con todo y con todos. Mi falso ser, mi individualidad se desvanece. Esa experiencia de salvación transformaría radicalmente mi comportamiento con los demás y con las cosas.

El verdadero problema está en la división que encontramos en nuestro ser. En cada uno de nosotros hay dos fieras luchando a muerte: Una es mi verdadero ser que es amor, armonía y paz; otra es mi falso yo que es egoísmo, soberbia, odio y venganza. ¿Cual de los dos vencerá? Muy sencillo y lógico. Vencerá aquella a quien tú mismo alimentes.

Como los judíos, seguimos esperando una tierra que mane leche y miel; es decir mayor bienestar material, más riquezas, más seguridades de todo tipo, poder consumir más... Seguimos pegados a lo caduco, a lo transitorio, a lo terreno. No necesitamos para nada, la verdadera salvación o, a lo máximo, para un más allá. Si no sientes necesidad no habrá verdadero deseo, y sin deseo no hay esperanza. Hoy ni los creyentes ni los ateos esperamos nada más allá de los bienes materiales. Dios sigue esperando.

sábado, 29 de noviembre de 2014

El valiente soldado Young


Rodolfo Bueno

El 10 de noviembre del 2014 falleció Tomas Young. Este honesto soldado se alistó en el Ejército de los EE.UU. apenas dos días después del 9/11. En Irak quedó paralizado luego de ser herido en la columna vertebral y el resto de su corta vida, 34 años, la dedicó a actividades en contra de las guerras imperiales. Con un pie ya en la tumba escribió una emotiva carta. Es una dura y conmovedora denuncia que intento resumir. “Escribo esta carta en el décimo aniversario de la Guerra de Irak...

Escribo esta carta en nombre de los 4.488 soldados y marines que murieron en Irak. Escribo esta carta en nombre de los cientos de miles de veteranos que han resultado heridos y en nombre de aquellos cuyas heridas, físicas y psicológicas, han destruido sus vidas”.

Continúa: “Escribo esta carta en nombre de los maridos y esposas que han perdido a sus cónyuges, en nombre de los niños que han perdido a un padre, en nombre de los padres y las madres que han perdido a sus hijos e hijas, y en nombre de los que atienden a los muchos miles de veteranos que sufren de lesiones cerebrales. Escribo esta carta en nombre de los veteranos cuyos traumas y auto-revulsión por lo que han testimoniado, sufrido y cometido en Irak los ha llevado al suicidio y en nombre de los soldados y marines en servicio activo que cometen un suicidio al día en promedio.

Escribo esta carta en nombre del millón de muertos iraquíes y en nombre de los innumerables iraquíes heridos. Escribo esta carta en nombre de todos nosotros, los residuos humanos que vuestra guerra ha causado, aquellos que pasan sus vidas en interminable dolor y sufrimiento.

Escribo a ustedes, señor Bush y señor Cheney... no porque piense que comprendéis las terribles consecuencias humanas y morales de vuestras mentiras, manipulación y ansias de riqueza y poder. Escribo esta carta porque, antes de mi propia muerte, quiero dejar claro que yo, y cientos de miles de otros veteranos, junto a millones de mis conciudadanos, junto a cientos de millones más en Irak y en Medio Oriente, sabemos perfectamente... lo que habéis hecho. Podréis evadir la justicia pero en nuestra opinión cada uno de vosotros es culpable de atroces crímenes de guerra, de saqueo y... asesinato, incluido el asesinato de miles de jóvenes estadounidenses, mis compañeros veteranos, cuyo futuro robasteis...

Fuimos utilizados. Fuimos traicionados. Y hemos sido abandonados. Usted, señor Bush, alardea de ser cristiano. Pero, ¿acaso mentir no es un pecado? ¿Acaso asesinar no es un pecado? ¿No son pecados robar y las ambiciones egoístas? Se acerca el día de mi juicio final. El vuestro también llegará. Espero que seáis juzgados. Pero sobre todo espero, por vuestro bien, que encontréis el valor moral de hacer frente a lo que me habéis hecho y a lo que habéis hecho a muchos, a muchas otras personas que merecían vivir. Espero que antes de que llegue vuestra hora... encontréis la fuerza de carácter para hacer frente al público estadounidense y al mundo, y en particular al pueblo iraquí, y pedir perdón”.

Paz en tu tumba, soldado Tomas Young.

viernes, 28 de noviembre de 2014

Los pinos de la discordia

 
Pedro Pierre

¿Conocen este lugar encantador llamado ‘Ecuador, profundo y hermoso’? A lo mejor, no, pues Ecuador tiene tantos lugares hermosos y encantadores. Se trata del páramo de Tangabana, allí en la comuna de Cañi, cantón Colta, provincia de Chimborazo. Pero sí, sabemos que el páramo abriga todo un sistema natural muy sofisticado de conservar el agua por las plantas particulares que la retienen y la reparten poco a poco, manteniendo la humedad de la tierra, alimentando los ríos y las fuentes de agua, alimentando vegetaciones adaptadas a estas alturas y animales de varias especies. También -y sobre todo- pueden vivir allí varias comunidades indígenas que conservan sus tradiciones, sus fiestas, su cosmovisión y su capacidad de vivir y convivir bien los unos con los otros y con la naturaleza.

Tal vez podríamos pensar que está genial que se reforesten los páramos que calificamos de ‘áridos’, que es buenísimo plantar muchos árboles. Sin embargo, eso no es así: en este caso pensamos de una manera erróneamente. El problema es el siguiente. En Tangabana, las plantaciones forestales, especialmente de pinos y eucaliptos, traen gravísimos problemas en los ecosistemas en que se siembran. Al traer un monocultivo en gran escala, como es el caso actual, se utilizan grandes cantidades de herbicidas, fungicidas, plaguicidas y fertilizantes que lo destruyen todo. Porque la tierra se envenena con todo este coctel de agrotóxicos que, además, se escurre y contamina las fuentes de agua cercanas.

Esta situación muy peligrosa se comenzó a dar desde principios de 2013 cuando una empresa de Guayaquil comenzó a reforestar una zona de 200 hectáreas con pinos en terrenos propios y ajenos, con un crédito otorgado por la Corporación Financiera Nacional (CFN) y el Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca (Magap). Se dieron acciones violentas en contra de los habitantes del lugar por parte del representante de dicha empresa. “Estamos ante una empresa y personas bien violentas”, me escribe un amigo.

Todo esto consta en una demanda legal dirigida al señor juez constitucional de Chimborazo. Hace meses, los comuneros, apoyados por varias asociaciones provinciales y nacionales, así como por miembros y grupos cristianos de la misma provincia, han elaborado comunicaciones y organizado protestas, manifestaciones… amparándose en la Constitución que protege la propiedad privada y colectiva, las comunidades indígenas y los derechos de la naturaleza. Ya en la provincia de Loja, hace unos 3 años, un caso bastante semejante terminó a favor de las comunidades indígenas.

¡Ecuador, Ecuador! Mi país tan bello y tan maltratado… mientras crece la conciencia de que la naturaleza es nuestra primera cuna y nuestro único hogar y que, con ella, somos una sola unidad. Ya la Biblia nos invita en el segundo capítulo del Génesis a “cultivar y cuidar” la naturaleza. Recientemente el papa Francisco nos avisó: “¡El agua vale más que el oro!”. Nuestra madre Tierra nos llama a defender y proteger el hábitat que nos proporciona las mejores condiciones de vida.

jueves, 27 de noviembre de 2014

Ni te cases ni te embarques con un policía de Ferguson, en Missouri

 
Asesinato del adolescente Michael Brown

Victor Andrés Gómez Rodríguez 

"En Ferguson, casi el 70% de los residentes son afroamericanos y más o menos el 30% son blancos, según los datos más recientes del Censo. La composición racial de la muchedumbre era más bien 9: afroamericanos a blancos. Pero los afroamericanos forman sólo el 6 por ciento de la fuerza policial." Errin Whack.

Cerca de la medianoche del 24 de noviembre de 2014, vía TeleSur, pudimos ver en La Habana gran parte de la conferencia de prensa que el fiscal asignado al caso del asesinato del adolescente afroamericano Michael Brown acontecido hace tres meses, el 9 de agosto; perpetrado alevosamente por el policía (“blanco”) Darell Wilson dentro de una muy sospechosa pandemia de crímenes cometidos por los cuerpos policiales angloestadounidenses contra jóvenes y adolescentes denominados en ese país “afroamericanos”.

No es necesario ser un especialista en ciencias jurídicas para discernir como un entuerto que el fiscal a cargo del caso sea quien ofrezca una conferencia de prensa para argumentar excusas retorcidas que exoneren, en este caso al policía Wilson, de cualquier impugnación al respecto. Todos, incluso el propio Wilson deben estar conscientes a diez de últimas de que Brown fue asesinato como en una ejecución. El adolescente estaba desarmado. Pero un “gran jurado”, se reunió durante 48 horas para exculpar a Wilson, quien a lo mejor ni siquiera salió de su casa para comparecer. E inmediatamente la familia de Brown informada del veredicto, no pudo sino hasta el día siguiente manifestarse públicamente en una conferencia de prensa doce horas después de que el fiscal de marras ofreció la suya. Y de que Barack Ussaín Obama ofreciera sus criterios desde Washington.

Lo que podría interpretarse de las declaraciones de Obama sería así más o menos, porque su anglo-semántica fue también bastante enredada:

· La justicia angloestadounidense es justa hasta lo posible, pero tiene que ser obedecida.
· Nadie puede negar de que a pesar de los conflictos existentes con la minoría “afroamericana”, los EEUU ha cambiado, quedan asuntos a solucionar en sitios puntuales de la unión.
· Él ora junto a los padres de Brown, pero hay que acatar el veredicto del “gran jurado”.
· El policía Wilson es inocente mientras no se demuestre lo contrario, aunque lo acusen de haber lanzado otra bomba en Oklahoma City.
· Nadie puede irse por sobre la ley angloestadounidense, quien se manifieste en oposición tendrá que hacerlo pacíficamente.
· El deber de la policía es interactuar con la comunidad, no actuar en contra de ella es lo que posibilita diferenciar entre pacíficos y terroristas.

En fin: todo el mundo boca abajo, y me voy que estoy apurado. Fin de la conferencia de prensa. Media vuelta y adiós.

Debemos tener en cuenta que el poder angloestadounidense está sentado sobre su propio excepcionalismo WASP, que es impenetrable como fundamento de lo que denominan el gobierno profundo. Y tiene a la segregación racial como un principio básico de su sobrevivencia.

Alcanzado una dimensión de record Guinnes Barack Ussaín Obama, se auto dilucida como un ejemplo del progreso de los EEUU en tal asunto. Resulta el colmo de la desvergüenza; ocultando que por la vía materna es un producto de la CIA. ¿No fueron los mismos “afroamericanos” quienes lo apoyaron, votaron por él y lo auparon hasta su segundo mandato presidencial? Donde las dan las toman. El racismo es una herramienta casi secular de la dominación capitalista, con vertientes “blandas” en otras propuestas sistémicas. Pero los EEUU continúan siendo, en tanto, hegemonía capitalista actual, la cumbre de la segregación racial pseudo-multiculturizada.

La pesadilla de un nuevo Black Panther Party, de los sesenta y setenta del siglo veinte es la peor amenaza para la dictadura WASP. Por esa razón el sistema angloestadounidense le hace añico cualquier legado, o miembro de aquella formación. Los han ido sacando de la cárcel solo para ir a morir de cáncer en la calle.

Cualquier joven o adolescente “afroamericano” por muy formal que sea, si no es un “payaso” social, un player del béisbol o el baloncesto profesional, un adicto indigente o un delincuente manifiesto, para los cuerpos represivos del sistema porta una diana en su frente. Lamentablemente en los EEUU esa “minoría” aún no acaba de despertar. Han hecho esfuerzos enormes por integrarse y siempre existe una fuerza “invisible” que les hace retroceder hacia los márgenes de la sociedad. Precisamente hacia la zona de tiro al pato, o tiro a la rata.

El abogado defensor de la familia Brown durante su conferencia de prensa manifestaba su disgusto y desaprobación por el desfachatado veredicto; y continuaba exigiendo justicia al mismo sistema, que apenas le ha permitido prometer que no soliviantará al 70 por ciento de la población afroamericana de Ferguson –evidentemente muy encabronada-, contra el 30 por ciento “blanco” que tiene el poder y el control de la autoproducción burguesa allí. El pastor protestante de su Iglesia puso, en la misma conferencia algunos puntos sobre las íes, pero es ya un anciano que solo podrá absolutamente nada contra el ascenso de la represión que le sobreviene a su comunidad.

Existe una sospechosa coincidencia política entre este asunto de Ferguson y la matanza de Ayotzinapa, Iguala en México. Obama y Peña Nieto se abrazan en la reafirmación del modo terrorista en que el actual imperialismo se deslastra, se libera de cualquier compromiso con los asuntos y problemas sociales provocados por el mismo sistema. Todos, desde el poder contra el cuerpo social. Hasta el ecocidio posible.

Que ni los padres de Michael Brown ni los familiares de los estudiantes mexicanos masacrados en Iguala esperen la más mínima conmiseración ni atención del sistema capitalista. Los golpes que vendrán contra el cuerpo social serán más fuertes y desalmados.

miércoles, 26 de noviembre de 2014

Si conociéramos los sueños del hombre blanco…


Leonardo Boff

La crisis económico-financiera que aflige a gran parte de las economías mundiales ha creado la posibilidad de que los muy ricos se vuelvan más ricos de lo que nunca antes han sido en la historia del capitalismo, lógicamente a costa de la desgracia de países enteros como Grecia, España y otros, y de modo general de toda la zona del euro, tal vez con una pequeña excepción, Alemania. Ladislau Dowbor (http://dowbor.org), profesor de economía de la Pontificia Universidad Católica de São Paulo (PUC-SP) resumió un estudio del famoso Instituto Federal Suizo de Investigación Tecnológica (ETH) que compite en credibilidad con las investigaciones del MIT de Harvard. En este estudio muestra como funciona la red del poder corporativo mundial, constituida por 737 actores principales que controlan los principales flujos financieros del mundo, ligados especialmente a los grandes bancos y otras inmensas corporaciones multinacionales. Para ellos, la crisis actual es una oportunidad incomparable de realizar el mayor sueño del capital: acumular de forma cada vez mayor y de manera concentrada.

El capitalismo ha realizado ahora su sueño, posiblemente el último de su ya larga historia. Ha tocado techo. ¿Y después del techo? Nadie sabe. Pero podemos imaginar que la respuesta nos vendrá de otros modelos de producción y de consumo sino de la propia Madre Tierra, de Gaia, que, finita, no soporta más un sueño infinito. Ella está dando claras señales anticipatorias, que al decir del premio Nobel de medicina Christian de Duve (véase el libro Polvo Vital: la vida como imperativo cósmico, 1997) son semejantes a aquellos que antecedieron a las grandes destrucciones ocurridas en la ya larga historia de la Tierra (3,8 miles de millones de años). Tenemos que estar atentos pues los eventos extremos que ya estamos vivenciando apuntan a eventuales catástrofes ecológico-sociales, aun en nuestra generación.

Lo peor de todo es que ni los políticos ni gran parte de la comunidad científica ni la población se están dando cuenta de esa peligrosa realidad. Es tergiversada u ocultada, pues es demasiado antisistémica. Nos obligaría a cambiar, cosa que pocos desean. Bien decía Antonio Donato Nobre en un estudio recientísimo (2014) sobre El futuro climático de la Amazonia: «La agricultura consciente, si supiese lo que la comunidad científica sabe (las grande sequías que vendrán), estaría en las calles con carteles exigiendo al gobierno la protección de las selvas y plantando árboles en su propiedad».

Nos falta un sueño mayor que galvanice a las personas para salvar la vida en el Planeta y garantizar el futuro de la especie humana. Mueren las ideologías. Envejecen las filosofías. Pero los grandes sueños permanecen. Ellos nos guían por medio de nuevas visiones y nos estimulan a gestar nuevas relaciones sociales, con la naturaleza y con la Madre Tierra.

Ahora entendemos la pertinencia de las palabras del cacique piel roja Seattle al gobernador Stevens del Estado de Washington en 1856, cuando éste forzó la venta de las tierras indígenas a los colonizadores europeos. El cacique no entendía por qué se pretendía comprar la tierra. ¿Se puede comprar o vender la brisa, el verdor de las plantas, la limpidez del agua cristalina y el esplendor de los paisajes? Para él la tierra era todo eso, no el suelo como medio de producción.

En este contexto piensa que los pieles rojas comprenderían el por qué de la civilización de los blancos «si supieran cuáles son las esperanzas que transmite a sus hijos e hijas en las largas noches de invierno, cuáles son las visiones de futuro que ofrece para el día de mañana».

¿Cuál es el sueño dominante de nuestro paradigma civilizatorio que colocó el mercado y la mercancía como eje estructurador de toda la vida social? Es la posesión de bienes materiales, la mayor acumulación financiera posible y el disfrute más intenso que podamos de todo lo que la naturaleza y la cultura nos pueden ofrecer hasta la saciedad. Es el triunfo del materialismo refinado que alcanza hasta lo espiritual, hecho de mercancía, con la engañosa literatura de autoayuda, llena de mil fórmulas para ser felices, construida con retazos de psicología, de nueva cosmología, de religión oriental, de mensajes cristianos y de esoterismo. Es pura engañifa para crear la ilusión de una felicidad fácil.

Así y todo, por todas partes surgen grupos portadores de nueva reverencia hacia la Tierra, inauguran comportamientos alternativos, elaboran nuevos sueños de un acuerdo de amistad con la naturaleza y creen que el caos presente no es solo caótico, sino generativo de un nuevo paradigma de civilización que yo llamaría civilización de la religación, sintonizada con la ley más fundamental de la vida y del universo, que es la panrelacionalidad, la sinergia y la complementariedad.

Entonces habremos hecho la gran travesía hacia lo realmente humano, amigo de la vida y abierto al Misterio de todas las cosas. Es el camino a seguir.

martes, 25 de noviembre de 2014

Francisco: «La lista de precios en una Iglesia es un escándalo...


Anatema de Francisco en Santa Marta en contra de los eclesiásticos negociantes: «La gente no los perdona»; y pide que se deje de pedir pagos por bautismos y matrimonios: «la redención de Dios es gratuita»


DOMENICO AGASSO JR
ROMA

Que no haya negocio en las Iglesias. Nunca. «La redención de Dios es gratuita». Siempre. Es un verdadero anatema en contra de los eclesiásticos negociantes el que pronunció hoy en la mañana Papa Francisco en su homilía durante la misa en la capilla de la Casa Santa Marta, según indicó la Radio Vaticana.

La liturgia de hoy propone el Evangelio en el que Jesús corre a los mercaderes del Templo porque transformaron la casa de oración en un refugio de ladrones. El gesto del Hijo de Dios, explicó el Pontífice, es un gesto de purificación: «El Templo había sido profanado» y con él el pueblo de Dios; «profanado con el pecado tan grande que es el escándalo».

La gente era buena, indicó Francisco, «iba al Templo, no veía estas cosas; buscaba a Dios, rezaba… pero debía cambiar las monedas para realizar las ofertas». El pueblo de Dios «iba al Templo no por esta gente, por lo que vendían, sino que iba al Templo por Dios», y «allí estaba la corrupción que escandalizaba al pueblo». Asimismo, el Papa recordó el episodio bíblico de Ana, mujer humilde, madre de Samuel, que va al Templo para pedir la gracia de un hijo: «Susurraba en silencio sus oraciones», mientras el sacerdote y sus dos hijos eran corruptos, sacaban provecho de los peregrinos y escandalizaban al pueblo. «Yo pienso en el escándalo que podemos causar a la gente con nuestra actitud – subrayó el Papa –, con nuestros hábitos no sacerdotales en el Templo: el escándalo del comercio, el escándalo de la mundanidad… Cuántas veces vemos que entrando en una iglesia, aún hoy, está la lista de los precios» para el bautismo, la bendición, las intenciones para la Misa. «Y el pueblo se escandaliza».

«Una vez, recién ordenado sacerdote -contó Papa Francisco-, yo estaba un grupo de universitarios, y una pareja de novios quería casarse. Habían ido a una parroquia: pero, querían hacerlo con la Misa. Y allí, el secretario parroquial dijo: ‘No, no: no se puede.’ ‘Pero, ¿por qué no se puede con la Misa, si el Concilio recomienda hacerlo siempre con la Misa?’ ‘No, no se puede, porque más de 20 minutos no se puede.’ ‘Pero, ¿por qué?’ ‘Porque hay otros turnos.’ ‘Pero, ¡nosotros queremos la Misa!’ ‘Entonces ¡paguen dos turnos!’ Y para casarse con la Misa tuvieron que pagar dos turnos. Esto es pecado de escándalo».

Francisco continuó su homilía: «Nosotros sabemos lo que dice Jesús a aquellos que son causa de escándalo: ‘Mejor ser tirados al mar’». «Cuando los que están en el Templo – independientemente de que sean sacerdotes, laicos, secretarios que se ocupan de administrar la pastoral en el Templo – se vuelven especuladores, el pueblo se escandaliza. Y nosotros somos responsables de esto. También los laicos, ¡eh! Todos. Porque si yo veo que en mi parroquia se hace esto, debo tener el coraje de decírselo en la cara al párroco. Y la gente sufre por ese escándalo. Es curioso: el pueblo de Dios sabe perdonar a sus sacerdotes, cuando tienen una debilidad, resbalan sobre un pecado… sabe perdonar. Pero hay dos cosas que el pueblo de Dios no puede perdonar: a un sacerdote apegado al dinero y a un sacerdote que maltrata a la gente. ¡No es capaz de perdonar! Y el escándalo, cuando el Templo, la Casa de Dios, se vuelve una casa de negocios, como aquel matrimonio: se alquilaba la iglesia».

Jesús «no está enojado», explicó el Papa, «es la Ira de Dios, es el celo por la Casa de Dios», porque no se puede servir a dos patrones: «o das culto a Dios vivo, o das culto al dinero, al dinero». «Pero ¿por qué Jesús está contra el dinero? Porque la redención es gratuita; la gratuidad de Dios, Él viene a traernos la gratuidad total del amor de Dios. Y cuando la Iglesia o las iglesias se vuelven especuladoras, se dice que… ¡eh, no es tan gratuita la salvación!… Es por esto que Jesús toma el látigo para hacer este rito de purificación en el Templo. Hoy la Liturgia celebra la presentación de la Virgen en el Templo: desde muchachita… Una mujer sencilla, como Ana, en aquel momento, entra la Virgen. Que Ella nos enseñe a todos nosotros, a todos los párrocos, a todos aquellos que tienen responsabilidades pastorales, a mantener limpio el Templo, a recibir con amor a aquellos que vienen, como si cada uno de ellos fuera la Virgen».

lunes, 24 de noviembre de 2014

Ayotzinapa: crimen de estado



AMNISTIA INTERNACIONAL
Declaración pública

La desestabilidad del país se debe a la crisis de derechos humanos y no a la protesta social: AI
Noviembre 20, 2014

Los hechos ocurridos en Ayotzinapa, Guerrero, no responden a hechos aislados, sino a un contexto de violaciones graves a los derechos humanos. No obstante, en recientes declaraciones, el Presidente califica las protestas sociales y las voces críticas a su gobierno como intentos de “desestabilizar al país y atentar contra el proyecto que impulsa su gobierno”. Tras los hechos de violencia ocurridos recientemente, ha incluso justificado en el discurso el uso de la fuerza cuando se ha agotado cualquier otro mecanismo para restablecer el orden.

La afirmación del presidente pone en evidencia que su administración continúa sin reconocer la grave crisis de derechos humanos que enfrenta México y que en los últimos años, la falta de acceso a la justicia y la impunidad ante violaciones graves a los derechos humanos ha sido una constante.

Además, su declaración parece ignorar el elevado número de personas desaparecidas en el país, que de acuerdo a cifras oficiales son 22 mil y que la practica de tortura se ha elevado en un 600%. A esto se suman el cúmulo de medidas que no han sido efectivas para la búsqueda de personas, así como las medidas de implementación de las bases de datos estandarizadas.

“Enrique Peña Nieto muestra una vez más la falta de compromiso de su gobierno para hacer frente a la situación que se vive en el país, marcando una tendencia a la criminalización de las demandas de justicia y la manifestación libre de ideas, derechos que, lejos de desestabilizar son la piedra angular de una sociedad democrática.” afirmó Perseo Quiroz, Director Ejecutivo de Amnistía Internacional México.

“Los hechos han rebasado ya los compromisos verbales, es momento de que el Presidente reconozca la grave crisis de derechos humanos que ha atravesado México en los últimos años y que su administración no ha logrado combatir la impunidad en el país.”

Los reportes sobre abusos de derechos humanos cometidos por la policía y las fuerzas de seguridad, incluyendo desapariciones forzadas, tortura y detenciones arbitrarias continúan y la impunidad en todos los crímenes sigue siendo la norma en el país. Las personas defensoras de derechos humanos y periodistas, quienes frecuentemente tratan de apoyar a las víctimas y revelan los abusos, enfrentan cada vez mayores ataques. Las mujeres, los pueblos indígenas y las personas migrantes sufren discriminación y violencia, pero sus posibilidades de obtener reparación integral son escasas. El sistema de justicia continúa defraudando a las víctimas, a quienes se acusa de los delitos y a la sociedad en general.

Éstos son sólo algunos de los problemas de derechos humanos que las personas enfrentan en la vida diaria, que evidentemente no reflejan un proyecto de nación comprometido con la protección y garantía de los derechos humanos.

“Esta actitud hace caso omiso del dolor de quienes sufren las consecuencias de las violaciones de derechos humanos. La violencia institucional a la que se enfrentan las familias de personas desaparecidas y de las víctimas de tortura en el sistema de justicia no ha cambiado. Para ellas las promesas del gobierno parecen vacías e ineficaces mientras la impunidad impera.”

El Secretario General de Amnistía Internacional, Salil Shetty, se reunió con Enrique Peña Nieto durante el mes de febrero para expresarle las preocupaciones de la organización en materia de derechos humanos. Durante esta reunión, se entregó un memorándum acerca de los retos de derechos humanos en México, mismos que se comprometió a atender y anunciar públicamente las medidas que tomaría para hacer frente a esta grave situación; este compromiso no ha sido atendido, muestra de ello es la negativa a tomar en cuenta las recomendaciones realizadas a México en el marco del Examen Periódico Universal, particularmente las relacionadas con la aceptación de la competencia del Comité Contra la Desaparición Forzada de la ONU y aquella relativa a abolir la práctica del arraigo.

Ante esta situación, AI exige a Peña Nieto reconocer la problemática de derechos humanos que atraviesa el país, que los hechos ocurridos en Ayotzinapa no son aislados y que constituyen un crimen de Estado.

domingo, 23 de noviembre de 2014

Tuve hambre y sed y me disteis de comer y de beber



Fray Marcos Rodriguez

(Ez 34,11-17) Yo mismo en persona buscaré a mis ovejas siguiendo su rastro.
(1 Cor 15,26-28) Cristo ha resucitado, primicia de todos los que han muerto.
(Mt 25,31-46) Tuve hambre y sed y me disteis de comer y de beber.

Buscar la gloria para mi falso yo, sería malograr mi existencia. Consumirme en beneficio de los demás, sería darle plenitud de sentido.

El contexto de la implantación de esta fiesta, nos puede dar una buena pista para interpretar hoy su significado. Fue establecida por Pío XI en 1925, en un momento en que la Iglesia estaba perdiendo poder, prestigio e influencia en la sociedad occidental. La jerarquía seguía oponiéndose a la modernidad y soñaba aún con una “restauración”. El Papa creyó que una fiesta de Cristo Rey ayudaría a recuperar el terreno perdido.

Jesús nunca reivindicó ningún reino para sí. Todo lo contrario, dijo expresamente que, “el que quiera ser primero, sea el servidor”. Afirmó de palabra y con su vida, que él “no venía a ser servido, sino a servir”. Después del ayuno en el desierto, el ser dueño y señor del mundo se le presenta como una tentación. ¿No hemos ocupado el lugar del tentador, cuando, sin pedirle consentimien­to, le hemos dado todos los reinos del mundo? Jesús criticó muy duramente todo poder. Después de la multiplicación de los panes, Nos dice Juan: "Viendo que querían echarle mano para proclamarle rey, se retiró a la montaña."

¿No hemos superado la burla macabra de los soldados, poniéndole una corona de oro, un manto real y un cetro cargado de brillan­tes? O no he entendido nada del evangelio o este cetro y esta corona es mucho más denigrante para Jesús, que la caña y las espinas. Cuando Pilato pone el título sobre la cruz, "Éste es el rey de los judíos", lo hace para burlarse de él y de los judíos. ¿No será también una burla llamarle rey del universo?

¿Cómo surge esta tergiversación del mensaje de Jesús? Nuestro ego narcisista está incapacitado para asumir su desaparición. Tiene una capacidad increíble para revolverse sobre la punta de una aguja y salir con la suya. Como la propuesta de Jesús era inasumible, la presenta como una estrategia para conseguir plenitud de gloria. Así, cuando Jesús dice que la meta de su vida es el don total a los demás, el ego la interpreta como el único medio para ser glorificado por Dios. Una vez presentada así la trayectoria de Jesús, será muy fácil hacernos ver que la nuestra debe seguir el mismo camino.

El ser humano, como la vela, está hecho par dar luz, pero la vela nada más encenderla se empieza a consumir. La vela, hasta que no es encendida es un trasto que rueda por los cajones. El día que se va al luz la, buscamos y la encendemos. En ese momento empieza a ser vela. Nuestro ego nos impide aceptar esta perspectiva. Nada ni nadie le puede convencer de que su objetivo es desaparecer, menos aún, en beneficio de los demás. El colmo del desastre fue que descubrió la manera de emplear toda la parafernalia espiritual para conseguir su propio objetivo. No hay forma de que pueda cambiar de perspectiva.

Fijaros que contradicción. Para celebrar la gloria de Jesús recordamos el momento de su vida donde mejor dejó reflejada su actitud vital, la eucaristía. Yo, como el pan, me parto y me vuelvo a partir para que me coman. Me dejo masticar, tragar, asimilar para alimentar a otros, aunque sea a costa de desaparecer. Yo entrego mi vida (mi sangre) a los demás para que la hagan suya y puedan trasformar su propia vida. La sangre solo se puede entregar a costa de la propia vida. Si la doy a los demás, me quedaré sin ella. Todo esto lo celebramos como un rito más, que para nada condiciona mi propia existencia.

Sin duda, el Reino de Dios fue el centro de la predicación de Jesús. La imagen de Dios como rey de Israel se remonta a la época de la entrada en Palestina del pueblo judío. Para un nómada nada podía significar la idea de un rey; pero cuando entran en contacto con las estructuras sociales de la gente que vivía en ciudades, los israelitas piden a Dios un rey. Esto fue interpretado por los profetas, como una traición a Yahvé. Desde entonces se va enriqueciendo esa la y termina por ser la imagen clave para la apocalíptica. El final de la historia será un Reino de Dios que termina por sobreponerse a todos los demás.

Solo en este contexto cultural podemos entender la predicación de Jesús sobre el Reino de Dios. Sin embargo, el contenido que le da es muy distinto. En tiempo de Jesús, el futuro Reino de Dios se entendía como una victoria del pueblo judío sobre los gentiles y una victoria de los buenos sobre los malos. Jesús predica un Reino de Dios, del que van a quedar excluidos lo que se creían buenos y van a entrar las prostitu­tas, los pecadores, los marginados. Los gentiles están llamados y muchos judíos quedarán fuera.

La característica fundamental del Reino predicado por Jesús es que ya está aquí. No hay que esperar a un tiempo escatológico, sino que ha comenzado ya. "No se dirá está aquí o está allá porque mirad el reino de Dios está dentro de vosotros”. Para mí, esta idea desbarata todo montaje erróneo sobre el reino de Dios. No se trata de preparar un reino para Dios, se trata de un Reino que es Dios. Se trata de hacer presente a Dios entre nosotros, con nuestra manera de actuar, pero solo después de haber descubierto la presencia de Dios en lo más hondo de nuestro corazón. No vale la programación. Es un reinado del AMOR. No es un reino de personas físicas, sino de actitudes vitales. Cuando me acerco al que me necesita preocupándome por él, hago presente el Reino de Dios.

Cuando Pilato le pregunta si es rey, contesta Jesús: “mi reino no es de este mundo”. No quiere decir que vendrá después o que estará en otro lugar, sino que no tiene nada que ver con lo que él entendía por reino. Al insistir Pilato, Jesús le dice: "sí, soy rey, yo para esto he venido al mundo, para ser testigo de la verdad." Ser testigo de la verdad, ser auténtico, ser verdad, es la única manera de ser dueño de sí mismo, y por la tanto de ser dueña de la realidad entera. Jesús es rey de sí mismo y así es Rey en absoluto.

El Reino de Dios, lo divino que hay en nosotros, es como una fuerza, un fermento, un alma, una luz que transforma la realidad concreta de mi ser y se manifiesta fuera en toda la realidad. Se manifiesta como una cualidad, pero en realidad, es la esencia de mi ser. Yo tengo que esforzarme por hacerla surgir desde lo hondo de mí mismo, aceptando que viene a absorberme. Es necesario que tras haber cooperado con todas mis fuerzas a hacerla brotar, consienta en la comunión, en la que mi propia individualidad se hundirá y acepte convertirme en su alimento (Teilhard de Chardin).

Después de lo dicho podemos comprender que no se trata de entronizar a Jesús ni antes ni después de morir. Lo Crístico, es decir, lo que significa y encarna la figura de Jesús, es el que tiene que reinar entre nosotros. Cuando decimos: reina la armonía, reina la paz, etc. estamos hablando de una ambiente envolvente que permite su desarrollo. Hablar del reinado de Cristo significa que su mismo espíritu mueve también nuestra existencia.

En el relato que hemos leído encontramos la clave de la encarnación. Dios no se hace un hombre, sino que se hace hombre. El que juzga es el Hombre, el punto de contraste para valorar una vida humana es la semejanza con Jesús “el Hombre”. No tenemos que esperar ningún juicio desde fuera. Mis actitudes van manifestando en cada momento el grado de identificación con el modelo de Hombre. En la medida que me identifique con el modelo, me salvo; en la medida que me separe de él, me voy condenando.

Hemos conseguido un cristianismo cómodo colocando a Dios en el cielo. Sería demasiado peligroso descubrir a Dios encarnado en cada uno de los seres humanos que nos rodean. Pero no hay escapatoria. Dios es encarnación y lo tenemos que descubrir en las criaturas. “Cada vez que lo hicisteis con uno de estos mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis”. La pregunta de los rechazados deja bien claro que, si hubieran descubierto la presencia de Dios en el necesitado, lo hubieran socorrido. La tarea es descubrir lo que somos.