MONS. GONZALO LOPEZ M.

MONS. GONZALO LOPEZ M.

martes, 31 de marzo de 2015

Declaración de la Asamblea de los Movimientos Sociales - FSM 2015


Asamblea de los Movimiento Sociales 

Nosotras y nosotros, nos hemos reunido en la Asamblea de los Movimientos Sociales, durante el Foro Social Mundial de Túnez 2015, teniendo en cuenta toda nuestra diversidad para construir una agenda común de luchas contra el capitalismo, el imperialismo, el patriarcado, el racismo y todas las formas de discriminación y de opresión.

Hemos construido una historia y un trabajo en común que ha permitido avances, con la esperanza de conseguir la victoria contra el sistema dominante y poder concretar alternativas en pro de un desarrollo socialmente justo y respetuoso de la naturaleza.

Los pueblos de todo el mundo sufren actualmente los efectos del agravamiento de una profunda crisis del capitalismo, en la que sus agentes (bancos, transnacionales, conglomerados mediáticos, instituciones internacionales) buscan potenciar sus beneficios a costa de una política intervencionista y neocolonialista, con la complicidad de gobiernos neoliberales.

Guerras, ocupaciones militares, tratados neoliberales de libre comercio (Transatlántico, Transpacífico, ALECA, UE-MERCOSUR <http://cadtm.org/Mercosur,1074>, ADE, e Israel-MERCOSUR y diferentes tratados bilaterales) y políticas de austeridad se traducen en paquetes económicos que privatizan los bienes comunes <http://cadtm.org/Bienes-comunes> y los services publiques, rebajan los salarios, violan los derechos, multiplican el desempleo, aumentan la precariedad y la sobrecarga de las mujeres en el trabajo de los cuidados, y destruyen la naturaleza.

Estas políticas neoliberales afectan con intensidad tanto a los países del Sur como a los países del Norte, aumentando las migraciones, los desplazamientos forzados, los desalojos, el endeudamiento, y las desigualdades sociales. Refuerzan el conservadurismo y el control sobre el cuerpo y la vida de las mujeres. Además, nos imponen la “economía verde”, como falsa solución a la crisis ambiental y alimentaria, que no solo agrava el problema, sino que resulta en la mercantilización, privatización y financiarización de la vida y de la naturaleza.

Afirmamos que los pueblos no son responsables de esta crisis y por lo tanto no deben pagar sus consecuencias. No hay salida posible dentro del sistema capitalista. Aquí, en Túnez, nos reafirmamos en nuestro compromiso para la construcción de una estrategia común de combate contra el capitalismo. Y por ello, los movimientos sociales luchamos:

● Contra las transnacionales y el sistema financiero (FMI <http://cadtm.org/Fondo-monetario-internacional>, BM y OMC <http://cadtm.org/Organizacion-Mundial-del-Comercio>), principales agentes del sistema capitalista, que privatizan la vida, los servicios públicos y los bienes comunes como el agua, el aire, la tierra, las semillas, los recursos minerales, promueven las guerras, violan los derechos humanos y saquean los recursos. Las transnacionales reproducen las prácticas extractivistas perjudiciales para la vida, acaparan nuestras tierras y desarrollan semillas y alimentos transgénicos que privan a los pueblos de su derecho a la alimentación y destruyen la biodiversidad.

Luchamos por la anulación de la deuda <http://cadtm.org/Deuda> ilegitima y odiosa que hoy es instrumento global de dominación, de represión y de asfixia económica y financiera de los pueblos. Rechazamos los tratados de libre comercio que los Estados y las transnacionales nos imponen y afirmamos que es posible construir una integración de otro tipo, por los pueblos y para los pueblos, basada en la solidaridad y en la libertad de circulación para todos los seres humanos.

Apoyamos el llamamiento a una jornada de acción <http://cadtm.org/Accion> internacional contra los tratados de libre comercio prevista para el día 18 de abril de 2015

● Por la justicia climática y la soberanía alimentaria, porque sabemos que el calentamiento global es resultado del sistema capitalista de producción, distribución y consumo. Las transnacionales, las instituciones financieras internacionales y los gobiernos a su servicio no quieren reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero. Denunciamos la “economía verde” y rechazamos todas las falsas soluciones a la crisis climática como los agrocombustibles, los organismos genéticamente modificados, la geoingeniería y los mecanismos del mercado de carbono, como el REDD (reducción de Emisiones debido a la Deforestación y a la Degradación), que ilusionan a poblaciones empobrecidas con el progreso, mientras privatizan y mercantilizan los bosques y territorios donde han vivido miles de años.

Defendemos la soberanía alimentaria y la agricultura campesina que son la solución real a la crisis alimentaria y climática, y que significan también el acceso a la tierra para la gente que la trabaja.

Llamamos a una gran movilización sobre el clima para el mes de diciembre de 2015 en París. En paralelo a la COP21. Hagamos de 2015 el año de las movilizaciones de los movimientos sociales en todo el mundo por la justicia climática.

● Contra la violencia hacia las mujeres, que se ejerce con regularidad en los territorios ocupados militarmente, pero también contra la violencia que sufren las mujeres cuando son criminalizadas por participar activamente en las luchas sociales. Luchamos contra la violencia doméstica y sexual que se ejerce sobre ellas cuando son consideradas como objetos o mercancías, cuando la soberanía sobre sus cuerpos y su espiritualidad no es reconocida. Luchamos contra el tráfico de mujeres, niñas y niños.

Defendemos la diversidad sexual, el derecho a la autodeterminación de género, y luchamos contra la homofobia y la violencia sexista.

Llamamos a apoyar las acciones de la 4ª Marcha Mundial de Mujeres entre marzo y octubre de 2015.

● Por la paz y contra la guerra, el colonialismo, las ocupaciones y la militarización de nuestros territorios. Denunciamos el falso discurso en defensa de los derechos humanos y de la lucha contra los integrismos, que muchas veces justifica las intervenciones militares. Defendemos el derecho de los pueblos a su autodeterminación y a su soberanía. Denunciamos la instalación de bases militares extranjeras utilizadas para fomentar conflictos, controlar y saquear los recursos naturales y promover dictaduras en diversas partes del mundo.

Exigimos reparaciones para todos los pueblos del mundo víctimas del colonialismo

● Por la democratización de los medios de comunicación masivos y por la construcción de medios alternativos, que son fundamentales para derrocar la lógica capitalista.

● Por la resistencia y la solidaridad: Luchamos por la libertad de poder organizarnos en sindicatos, movimientos sociales, asociaciones y en cualquier otra forma de resistencia pacífica.

Denunciamos el aumento de la represión contra los pueblos rebeldes, los arrestos, encarcelamientos y asesinatos de activistas, estudiantes y periodistas, así como la criminalización de nuestras luchas.

Inspirada en la historia de nuestras luchas y en la fuerza renovadora del pueblo en las calles, la Asamblea de los Movimientos Sociales convoca a todas y todos a desarrollar acciones, coordinadas en todo el mundo, durante una semana global de luchas contra el capitalismo, del 17 al 25 de octubre de 2015.

¡Movimientos sociales de todo el mundo, avancemos hacia la unidad global para derrotar al sistema capitalista!

Reforcemos nuestra solidaridad con los pueblos del mundo que combaten cotidianamente contra el imperialismo, el colonialismo, la explotación, el patriarcado, el racismo y la injusticia, en Túnez, Palestina, Kurdistán, Siria, Irak, Libia, Grecia, España, Burkina Faso, Malí, República Democrática del Congo, en el África central, en el Sahara occidental…

¡Viva la lucha de todos los pueblos!

¡Los pueblos unidos jamás serán vencidos!

lunes, 30 de marzo de 2015

San Romero de América


Benjamín Forcano 
Adital

Mons. Oscar Arnulfo Romero fue asesinado, mientras celebraba la Misa, en San Salvador, el 24 de marzo de 1980. Creo que Pedro Casaldáliga tiene plena razón al decir que "El pueblo, amado, buscado, asumido pastoralmente, en sus angustias y en sus reivindicaciones, lo hizo santo. Y santo lo viene declarando desde su muerte-martirio y como santo lo venera sobre todo en la catedral-catacumba de San Salvador. El verdadero proceso de canonización del buen pastor Romero ha de ser el proceso de la asimilación de sus causas y actitudes”.

Nunca mejor dicho: aparece aquí lo que fue procedimiento normal en el primer milenio de la Iglesia: el pueblo proclamaba santo a quienes consideraba modelos de vida cristiana.

Es en el año 993 cuando se da el primer santo canonizado por el Papa. Y en el siglo XII, Alejandro XII prohíbe la designación de santos "sin la autoridad de la Iglesia Romana”.

Esto hizo que, a partir de entonces, fueran considerados santos gente de la clase alta y media, que se habían distinguido por sus "servicios” a la Iglesia. Examinando el santoral católico, encontramos que el 78 % de los santos y beatos han pertenecido a la clase alta, el 17 % a la clase media y sólo el 5 % a la clase baja. ¿Significa esto algo?

A primera vista, sí, que los motivos por los que determinadas personas subían a los altares y las virtudes por las que eran declaradas santos, no eran precisamente las que adornaban a Mons. Romero decidido radicalmente a favor de los pobres, incluso hasta el martirio.

Yo tuve la suerte de conocer a este obispo en San Salvador, el 28 de agosto de 1978, en la misa que a las ocho de la mañana celebraba para el pueblo. Este le escuchaba y, de vez en cuando, le interrumpía con aplausos. Hora y cuarto le duró la homilía.

Pude saludarle y hablar con él en Madrid, dos meses antes de ser asesinado. Ya para entonces Mons. Romero había sido propuesto por 118 parlamentarios ingleses para el Premio Nobel de la Paz. Y la Universidad Georgetown de Washington y la Universidad católica de Lovaina le habían otorgado el Doctorado Honoris Causa.

Venía de Roma, muy triste. Había solicitado, un mes antes de llegar a Roma, entrevistarse con el Papa. Al no obtener respuesta, decidió viajar y, allí, aguardar a que le llamaran del Vaticano. Pasaron dos semanas y la llamada no llegaba. Entonces, para no regresar sin ver al Papa, optó por ir a la audiencia general del miércoles, al frente de un grupo de latinoamericanos. El Papa fue dando la vuelta a la gran sala y, al llegar a donde estaba Mons. Romero, le dijo: "¿Y Vd.?” – "Soy, respondió Romero, el Arzobispo de El Salvador” – "Pero, cómo, continuó el Papa, tenemos que vemos.”Señal clara, pensó y dijo Mons. Romero, de que el Papa no estaba informado y que le habían sustraído mi petición.

Al día siguiente, le recibió el Papa. Pero, ya sobre su mesa, y antes de que Mons. Romero le entregara un grueso informe, el Papa tenía otro con valoraciones negativas. Ya lo dijo poéticamente Casaldáliga: "Pobre pastor glorioso, abandonado por tus propios hermanos de Báculo y de Mesa. (Las curias no podían entenderte, ninguna sinagoga bien montada puede entender a Cristo…).”

Mons. Romero, como todo profeta, supo encarnarse en el pueblo: tuvo ojos para ver, oídos para escuchar y corazón para sentir.

Vio que el pueblo salvadoreño era en un 60 % campesino, que un 40 % era analfabeto, que un 80 % no tenía en sus champas agua ni servicios higiénicos y que más del 92 % carecía de energía eléctrica. Vio que una minoría rica poseía más del 75 % de la tierra.

Oscar Romero escuchó a su pueblo, le oyó reclamar justicia. Un grupo de 2.000 familias se oponía a todo cambio y mejora y persistía en mantener al pueblo resignado y esclavo. Y, al servicio de esas familias, había un gobierno, no elegido por el pueblo, y un ejército extrañamente reclutado y diabólicamente entrenado. Según datos bien contabilizados, en treinta meses (de enero del 81 a junio del 82) fueron asesinados 22.783 ciudadanos, de los cuales un 53 % eran campesinos, obreros, empleados y estudiantes.

Mons. Romero tuvo corazón y supo compadecer. Llegado a El Salvador con ideas moderadas y hasta con la determinación de enderezar las comunidades cristianas de base, hubo de sentir y compartir el llanto de su pueblo. Y, en medio de ese llanto, dijo: "Los pobres me han enseñado a leer el Evangelio”. Y se convirtió. Y devino profeta. Y el profeta nunca es neutro.

Mons. Romero no inventa la pobreza de su pueblo, ni el egoísmo ni la avaricia de los grandes, no inventa el despliegue represivo del Ejército, ni la omnipresencia decisiva del Gobierno de Estados Unidos. En febrero del 80 escribe al presidente Cárter para que no preste ayuda ni intervenga en los destinos de su país.

Mons. Romero está con todos, pero de una y otra manera. Está con los ricos para rechazar y combatir su riqueza y exigirles que dejen de oprimir; está con los pobres para que mantengan su dignidad y exijan sus derechos. Pide a los ricos que se despojen de su egoísmo y avaricia, que no alimenten el desespero del pueblo, que compartan los bienes, que cambien sus corazones de piedra en corazones humanos, que dejen de ensangrentar El Salvador con su violencia.

Pero los ricos, por muy cristianos que "sean”, no se convierten. Y comienzan a calumniarlo acusándolo de comunista, subversivo, politizado, divididor de la Iglesia. Otros, los prudentes, los equidistantes, le consideran imprudente y equivocado.

Desde altas instancias se trabajó para que dejara su cargo de Arzobispo y para que no asistiera a la reunión de los obispos latinoamericanos de Puebla. Me consta –de fuente absolutamente fidedigna- que incluso se llegó a pedir a su médico personal que lo declarara loco para alejarlo de la diócesis.

A los hombres del ejército les pide que no obedezcan una orden de matar:

"Hermanos son de nuestro mismo pueblo, matan a sus mismos hermanos campesinos y ante una orden de matar que dé un hombre, debe prevalecer la ley de Dios que dice: No matar. Ningún soldado está obligado a obedecer una orden contra la ley de Dios. Una ley inmoral, nadie tiene que cumplirla. Ya es tiempo de que recuperen su conciencia y que obedezcan antes a su conciencia que a la orden del pecado. La Iglesia, defensora de los derechos de Dios, de la ley de Dios, de la dignidad humana, de la persona, no puede quedarse callada ante tanta abominación. Queremos que el Gobierno tome en serio qu de nada sirven las reformas si van teñidas con tanta sangre. En nombre de Dios, pues, y en nombre de este sufrido pueblo, cuyos lamentos suben hasta el cielo cada día más tumultuosos, les suplico, les ruego, les ordeno en nombre de Dios: ¡Cese la represión!”

Estas palabras, transmitidas por la emisora ISAX del Arzobispado, fueron las últimas que oyeron miles y aun millones de oyentes de toda América Latina. Con ellas había firmado su sentencia de muerte.

Diez años más tarde, sus grandes amigos Ignacio Ellacuría y otros jesuitas, después de haber echado su suerte también con los pobres, se encontraron con el mismo dilema. El coronel Guillermo Alfredo Benavides, en vísperas del asesinato, dijo: "Ellos o nosotros”. Y el 15 de Noviembre del 89, el alto mando militar tuvo una reunión para tratar los asuntos militares del día. Al concluir la reunión: "Puestos de pie, todos ellos se tomaron de la mano e invocaron a Dios rezando el padrenuestro".

Con razón al día siguiente de la matanza, en Tailandia, un pisano le preguntaba a Jon Sobrino: ¿Y en El Salvador hay católicos que matan a los sacerdotes?

Una vez más se cumplían aquellas palabras de Jesús: "Os matarán y creerán que hacen un obsequio a Dios”. "Por vuestra causa es blasfemado el nombre de Dios en las naciones”.

Amenazado de muerte, Mons. Romero rechazó toda escolta y protección: "Yo tengo que arriesgarme como cualquier otro ciudadano de mi pueblo en la lucha por la libertad” . Y entreviendo lo que le esperaba, dijo: "Un obispo morirá, pero la Iglesia, que es el pueblo, no perecerá jamás”.

Mons. Romero, aclamado desde el día de su martiriopor el pueblo de Dios como Santo, será beatificado el 23 de mayo.

A él le consumió el Reino de Dios, que él anunciaba como preferente para los más pobres y necesitados. Le consumía la dignidad y derechos maltratados de los pobres y por ellos luchó, trabajó y vivió. Fue hermano, amigo, abogado, padre y padrino suyo. Y, por eso , los poderosos lo odiaron y mataron.

Su palabra, su denuncia, su testimonio y su coherencia estuvieron en consonancia con la vida de Jesús. Y, como a él, lo eliminaron. Fue testigo de la verdad, voz de los sin voz, esperanza para los oprimidos y excluidos, bienaventurado por causa de la justicia y mártir por desobedecer al dios Capital.

San Romero de América

Por haber echado tu suerte con los pobres

En bondad naciste,
en bondad creciste,
en bondad moriste.


En bondad naciste,
en bondad creciste,
en bondad moriste.


La bondad estuvo contigo,
quisiste a todos bien,
te aconmpañaba el "Heme aquí, Señor”,
con vocación de servicio,
libre de títulos y honores,
ejercida día a día,
por tiempo temerosamente indefinido,
en una Iglesia autocentrada más en sí que en el mundo.


Pero la bondad pudo más y te hizo
ver, escuchar y sentir el clamor de los pobres,
quienes te convirtieron y te ganaron para siempre.


El heme aquí de tu bondad, llegado el tiempo y la hora,
se hizo fuego de amor, llanto y profecía,
volcado ya para siempre,
aun a costa de martirio,
en la liberación de los pobres.


Y, hoy, en romería gozosa de hosannas
La Iglesia entera te alza y canta bendito
por haber echado tu suerte con los pobres. 

domingo, 29 de marzo de 2015

LA MUERTE DE JESÚS ES SIGNO DE AUTÉNTICA VIDA


Fray Marcos Rodríguez
Mc 14, 1-15, 47

Aunque la liturgia comienza con la entrada "triunfal" de Jesús en Jerusalén, la fuerza de los acontecimientos que vamos a recordar esta semana, anula casi por completo ese triunfo muy relativo y pasajero. Como en el caso de la purificación del templo, no podemos pensar en una manifestación multitudinaria espectacular. Hubiera sido la ocasión ideal, que los dirigentes judíos estaban esperando, para prender a Jesús. Probablemente se trató de un pequeño grupo de seguidores que se unieron a los discípulos en aclamaciones espontáneas. Jesús había desarrollado toda su actividad en Galilea, y la mayor parte de los peregrinos que venían a la fiesta eran galileos. Muchos de ellos reconocerían a Jesús, que también subía a Jerusalén, y se unieron a su grupo. Este hecho lo aprovecharon después los cristianos para evocar la profecía de Zacarías e interpretarla como una entrada de Jesús como Mesías.

Lo verdaderamente importante en el relato de la pasión, está más allá de lo que se puede narrar. Lo esencial de lo que ocurrió no se puede meter en palabras. Lo que los textos nos quieren trasmitir, hay que buscarlo en la actitud de Jesús que refleja plenitud de humanidad. Lo importante no es la muerte física de Jesús, lo importante es descubrir por qué le mataron, por qué murió y cuales fueron las consecuencias de su muerte para él y para los discípulos. La Semana Santa no es el único momento en el que debemos referirnos al significado de la salvación que descubrimos en Cristo, pues ésta es una referencia central de la fe cristiana; pero sí es una ocasión privilegiada para plantearnos la revisión de nuestros esquemas teológicos sobre el valor salvífico de la muerte en la cruz.

La Semana Santa es el mejor momento del año para tomar conciencia de la coherencia de toda la vida de Jesús. Dándose cuente de la consecuencia de sus actos, no da un paso atrás, y las acepta plenamente. Es todo un aldabonazo para nosotros, que estamos siempre tratando de acomodarnos a todos los vientos, con tal de evitar consecuencias desagradables. Sabemos perfectamente que nuestra plenitud está en darnos a los demás, como decíamos el domingo pasado, pero seguimos calculando nuestras acciones para no ir demasiado lejos; poniendo límites "razonables" a nuestra entrega; sin darnos cuenta de que un amor "calculado" es un egoísmo camuflado.

¿Por qué le mataron? La muerte de Jesús es la consecuencia directa de un rechazo frontal y absoluto por parte de los jefes religiosos de su pueblo. Rechazo a sus enseñanzas y rechazo a su persona. No debemos pensar en un rechazo gratuito y malévolo. Los sacerdotes, los escribas, los fariseos no eran gente depravada, que se opusieron a Jesús porque era buena persona. Eran gente religiosa que pretendía ser fieles a la voluntad de Dios, que para ellos estaba definida en la ley de Moisés. También para Jesús era prioritaria la voluntad del Padre, pero no la buscaba en la Ley sino en el hombre.

La pregunta que se hacían era ésta: ¿era Jesús el profeta, como creían algunos de los que le seguían, o era el antiprofeta que seducía al pueblo y le llevaba fuera de la religión judía? La respuesta no era tan sencilla como nos puede parecer hoy. Por una parte, Jesús iba claramente contra la Ley y contra el templo, signos inequívocos del antiprofe­ta. Pero por otra, los signos de amor a todos que hacía, eran una muestra de que Dios estaba con él, como dijo el mismo Nicodemo. Lo mataron porque denunció a las autoridades religiosas por utilizar a Dios y la religión para oprimir al pueblo. Pero ellos siguieron pensando que era Dios el que legitimaba ese dominio sobre la gente sencilla. Le mataron por afirmar, con hechos y palabras, que el hombre concreto está por encima de la Ley y del templo.

¿Por qué murió? Solo indirectamente podemos aproximarnos a lo que Jesús experimentó ante su propia muerte. Ni era un inconsciente ni era un loco ni era masoquista. Tuvo que darse cuenta que los jefes religiosos querían eliminarlo. Lo que nos importa a nosotros es descubrir las poderosas razones que Jesús tenía para seguir diciendo lo que tenía que decir y haciendo lo que tenía que hacer, a pesar de que estaba seguro que eso le acarrearía la muerte. Además tomó conscientemente la decisión de ir a Jerusalén donde estaba el verdadero peligro. Que le importara más ser fiel a sí mismo y a Dios, que salvar la vida, es el dato que nosotros debemos valorar. Dejó que le mataran para demostrar que la única manera de servir a Dios es ponerse del lado del oprimido.

No se trató de la muerte física de Jesús sino de la total aniquilación y escarnio de toda la persona ante la sociedad. No se puede pensar en la muerte de Jesús, desconectándola de su vida. Su muerte fue consecuencia de su vida. La encarnación no ha sido una programación por parte de Dios para que su Hijo muriera en la cruz y de este modo nos librará de nuestros pecados. Jesús fue plenamente un ser humano que tomó sus propias decisiones. Porque esas decisiones fueron las adecuadas, de acuerdo con las exigencias de su verdadero ser, nos han marcado a nosotros el camino de la verdadera salvación. Si nos quedamos con el Cristo glorioso, que murió por obediencia al Padre, hemos malogrado muerte y su vida.

¿Qué consecuencias tuvo su muerte? Hay explicaciones teológicas de la muerte de Jesús que han llegado hasta nosotros y que se siguen presentando a los fieles, aunque la inmensa mayoría de los exegetas y de los teólogos las han abandonado hace tiempo. Se trataría de interpretar la muerte de Jesús como un rescate exigido por Dios para pagar la deuda por el pecado. Además de ser un mito ancestral, está en contra de la idea de Dios que el mismo Jesús despliega en todo el evangelio. Un Dios que es amor, que es Padre, no casa muy bien con el Señor que exige el pago de una deuda hasta el último centavo.

No es la hora de insistir en la atrocidad del pecado que ha llevado a Jesús a la cruz. Debemos de insistir en la salvación que necesitamos como pecadores, es decir, no salvados. Pero no para estar pendientes de que Dios tenga misericordia de nosotros, sino para descubrir que nuestra salvación está en seguir el camino de entrega que Jesús recorrió. La salvación consiste en descubrir el amor que es Dios y está ya en nosotros.

Para los apóstoles, la muerte fue el revulsivo que les llevó al descubrimiento de lo que era verdaderamente Jesús. Durante su vida lo siguieron como el amigo, el maestro, incluso el profeta; pero estaban muy lejos de conocer el verdadero significado de la persona de Jesús. A ese descubrimiento no podían llegar a través de lo que oían y lo que veían; se necesitaba un proceso de maduración interior, al que solo se puede llegar por experiencia interna. La muerte de Jesús les obligó a esa profundización en su persona, y a descubrir, en aquel Jesús de Nazaret, al "Señor", al "Mesías" al "Cristo" y al "Hijo"... En esto consistió la experiencia pascual. Ese mismo recorrido debemos hacer nosotros si queremos celebrar la Pascua.

A nosotros hoy, la muerte de Jesús nos obliga a plantear la verdadera hondura de toda vida humana. Jesús supo encontrar, como ningún otro hombre, el camino que debe recorrer todo ser humano para alcanzar su plenitud. Amando hasta el extremo, nos dio la verdadera medida de lo humano. Desde entonces, nadie tiene que romperse la cabeza para buscar el camino de mayor humanidad. Si quiero dar pleno sentido a mi vida, no tengo otro camino que el amor total, hasta la muerte si las circunstancias lo exigieran.

La interpretación de la muerte de Jesús determina la manera de ser cristiano. Ser cristiano no es subir a la cruz con Jesús, sino ayudar a bajar de la cruz a tanto crucificado que hoy podemos encontrar en nuestro camino. Jesús, muriendo de esa manera, hace presente a un Dios sin pizca de poder, pero repleto de amor, que es la fuerza suprema. En ese amor reside la verdadera salvación. El "poder" de Dios no se manifiesta en el momento de la resurrección sino en la vida de quien es capaz de amar hasta la muerte.

sábado, 28 de marzo de 2015

Ser adulto es ser crítico activo

 

Pedro Pierre

Pasamos a ser adultos cuando, entre otras cosas, empezamos a ser críticos. Ser críticos es comenzar a tener criterios propios, sin depender exclusivamente de lo que dicen los padres, las autoridades, la educación, los medios de comunicación ni la religión. Estos espacios nos dan elementos para establecer nuestros propios criterios. Así nos orientamos en la vida, no a partir de lo que otros dicen o hacen, sino a partir de nuestros propios pensamientos y nuestras propias decisiones. De esta manera salimos del infantilismo, del borreguismo y de la ignorancia.

En Ecuador, durante estos últimos 8 años, grandes cambios han permitido salir del pensamiento único y de la explotación salvaje que imponían las personas y las instituciones tradicionales de derecha. La cuestión es que con todo esto no llegamos a beneficiarnos tal como lo deseamos de lo que nos hizo soñar la Revolución Ciudadana. El Presidente goza de un gran respaldo popular por todos los cambios que se han realizado. Las últimas manifestaciones nos alertan de que nuevos cambios se deben conseguir. Las elecciones del año pasado ya nos hacían vislumbrar una insatisfacción en las grandes ciudades del país con Quito, Guayaquil y Cuenca. Las manifestaciones de la semana pasada tuvieron un alcance nacional. Una cierta insatisfacción se ha generalizado.

Muchos nos preguntamos qué hacer para profundizar las opciones de la Revolución Ciudadana, ayudar a corregir los errores gubernamentales, fortalecer la lucha contra las aspiraciones de la derecha tradicionalista, denunciar las estructuras capitalistas que rigen los destinos del país, formarnos intelectual y políticamente.

Un país se construye con el aporte de todos los ciudadanos, los que están de acuerdo, los que están en la oposición y la gran masa que sigue sin ninguna conciencia crítica a quienes le permiten tener un mejor nivel de vida. En la década del 80, la Conferencia Episcopal de Brasil escribió un documento que tuvo cierto impacto: decía que es deber de todo gobierno ayudar a la gente a organizarse y formarse críticamente.

Parece que en Ecuador no lo hemos logrado todavía.

A los cristianos y a las instituciones cristianas nos toca aportar una parte significativa para ayudar a los católicos en general, y a los ciudadanos que frecuentan sus centros educativos, a pensar y decidir críticamente sobre sus opciones y sus maneras de vivir, en particular las que se relacionan con el bien común o la política en el sentido de organizar la convivencia nacional de manera que haya más justicia, más equidad, más solidaridad.

El papa Francisco acaba de decir que la política es el gran servicio que tienen que aportar los cristianos. Ser adultos es ser críticos; pero no se puede ser crítico sin aportar nuestra parte a todo lo que reconocemos como errores o como falencia en la dirigencia de nuestro país, porque si no, hacemos el juego de la derecha. Así que a pensar críticamente y a actuar organizativamente por un Ecuador más socialista.

viernes, 27 de marzo de 2015

Francisco abre la jornada mundial de oración por la paz en Santa Marta por Santa Teresa

"Que el fuego del amor de Dios venza los incendios de guerra y de violencia que afligen a la humanidad"

Francisco besa el bastón de Santa Teresa
 (RV).- El Papa Francisco dio comienzo a la oración mundial por la paz, aceptando de corazón la propuesta de los Carmelitas Descalzos de ‘capitanear' esta iniciativa, en el marco del V Centenario de Santa Teresa de Jesús, rogando que interceda por esta súplica. En la Capilla de la Casa de Santa Marta, el Obispo de Roma pronunció la oración que dará la vuelta al mundo, gracias a la familia carmelita:

Queridos hermanos y hermanas:

Pasado mañana, 28 de marzo se celebra el quinto centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús, Virgen y Doctora de la Iglesia.

A petición del P. General de la Orden de los Carmelitas Descalzos - aquí presente hoy con el Padre Vicario - en esa jornada tendrá lugar en todas las comunidades carmelitas del mundo una hora de oración por la paz. Me uno de corazón a esta iniciativa, con el fin de que el fuego del amor de Dios venza los incendios de guerra y de violencia que afligen a la humanidad y el diálogo prevalezca por doquier sobre el conflicto armado. Santa Teresa de Jesús interceda por esta nuestra súplica».

A esta oración están invitados a unirse todos los católicos, los cristianos de otras confesiones, los miembros de otras religiones y los hombres y mujeres de buena voluntad. Está inspirada en las palabras de Santa Teresa de Ávila: ‘Estase ardiendo el mundo (Teresa de Jesús, Camino de perfección 1,5) [...] al contemplar los conflictos, las guerras y las divisiones de la sociedad y la Iglesia de su tiempo, con el anhelo de presentar a Jesús la súplica de la humanidad de hoy.

Después de la oración, el Papa recibió una vela encendida ad propositum, que entregó a su vez al P. General de la Orden de los Carmelitas, Padre Saverio Cannistrá, acompañado por el Vicario General Emilio Martínez.

No es la doctrina fría la que causa alegría, sino la fe y la esperanza de encontrar a Jesús. Es triste un creyente que no sabe regocijarse. Es uno de los conceptos que el Papa Francisco expresó en su homilía de la Misa matutina celebrada en la Capilla de la Casa de Santa Marta.

La alegría de Abraham que exulta ante la esperanza de llegar a ser padre, como se lo prometió Dios, guió la reflexión del Papa Bergoglio en que comentó las lecturas del día. Abraham es anciano, al igual que su esposa Sara, pero él cree, abre "el corazón a la esperanza" y se siente "lleno de consolación". Jesús recuerda a los Doctores de la ley que Abraham "exultó en la esperanza" de ver su día "y se sintió lleno de alegría":

"Y esto es lo que no entendían estos Doctores de la ley. No comprendían la alegría de la promesa; no entendían la alegría de la esperanza; no comprendían la alegría de la alianza. ¡No entendían! No sabían regocijarse, porque habían perdido el sentido de la alegría, que sólo viene de la fe. Nuestro padre Abraham fue capaz de alegrarse porque tenía fe: fue hecho justo en la fe. Estos habían perdido la fe. Eran Doctores de la ley, ¡pero sin fe! Es más: ¡habían perdido la ley! Porque el centro de la ley es el amor, el amor por Dios y por el prójimo".

Francisco continuó diciendo:

Hombres sin fe, sin ley, apegados a las doctrinas

"Sólo tenían un sistema de doctrinas precisas y puntualizaban cada día que nadie debía tocarlas. Hombres sin fe, sin ley, apegados a doctrinas que también se convertían en una actitud casuística: se puede pagar el impuso a César, ¿no se puede? Esta mujer, que se casó siete veces, cuando vaya al Cielo, ¿será esposa de aquellos siete? Esta casuística... Éste era su mundo, un mundo abstracto, un mundo sin amor, un mundo sin fe, un mundo sin esperanza, un mundo sin confianza, un mundo sin Dios. ¡Y por esto no podían regocijarse!".

Ser creyente sin alegría es triste

El Papa observó con ironía que tal vez los Doctores de la ley eran capaces de divertirse, "pero sin alegría", es más "con miedo". "Ésta es la vida sin fe en Dios, sin confianza en Dios, sin esperanza en Dios". Y "su corazón estaba petrificado". "Es triste - subrayó Francisco - ser creyente sin alegría y la alegría no existe cuando no existe la fe, cuando no existe la esperanza, cuando no existe la ley sino sólo las prescripciones, la doctrina fría":

"La alegría de la fe, la alegría del Evangelio es la piedra miliar de la fe de una persona. Sin alegría aquella persona no es un verdadero creyente. Volvamos a casa, pero antes hagamos la celebración aquí con estas palabras de Jesús: ‘Abraham, su padre, exultó en la esperanza de ver mi día. Lo vio y se sintió lleno de alegría'. Y pidamos al Señor la gracia de ser exultantes en la esperanza, la gracia de poder ver el día de Jesús, cuando nos encontraremos con Él, y la gracia de la alegría".

jueves, 26 de marzo de 2015

La gran prensa está creando una legión de ‘midiotas’

"En el Ecuador comenzamos a sentir los efectos de la escalada de "UN GOLPE BLANDO". Apalancados en los gravísimos errores y defectos de un gobierno QUE PECA DE SORDO Y SOBERBIO, "la santa alianza" de: banqueros, la prensa corrupta, los "ultraizquierdistas nostálgicos del maoísmo", ecologistas de Mercedes Benz, "lideres" indígenas, grandes contrabandistas disfrazados de "comerciantes importadores", obispos, curas y monjas que añoran la edad media...; en fin la lista es larga. ... apalancados decimos, por OSCUROS FUNCIONARIOS DEL MISMO GOBIERNO, están generando violencia, descontento y una grave conflictividad social.

Pero es sobre todo, "LA PRENSA PRIVADA", que hace de alférez de esta trama. Que bien sienta la reflexión y la denuncia que compartimos a continuación. (Equipo de la Iglesia de a Pie)” 

Rennan Martins

Las manifestaciones de este domingo 15 de marzo regimentaron a miles de indignados. Con la camiseta de la corruptísima CBF [Confederación Brasilera de Fútbol], estos/as ciudadanos/as se juntaran para probar la enorme capacidad de movilización de la narrativa hegemónica y, con sus consignas, reforzar el status quo.

La Globo News hizo una cobertura cinematográfica de los eventos, mientras sus varios comentaristas asumían la condición de portavoces de la "fiesta cívica”, reclamando actitudes del gobierno. Alrededor de las 15h, anunciaron que había 240 mil personas en la Avenida Paulista, en San Pablo. Antes de las 15h30 ya eran 480 mil y, faltando algunos minutos para las 16h, la marca alcanzó sensacionales 1 millón de descontentos. Además de la enorme diferencia de proyección en relación al diario Folha de S. Paulo, que calculó 210 mil indignados, la Globotodavía tiene que explicar como 750 mil personas desafiaron la física llegando en el mismo momento a los alrededores del evento.

Ironías y críticas aparte, la realidad es que la prensa corporativa interviene, decisivamente, en la sociedad e instituciones. La opinión pública, cuando está concentrada en las manos de un cartel, tiene gran poder para agendar e interdictar debates al gusto del dueño de la editorial. Esta distorsión genera efectos venenosos en el proceso democrático y de toma de decisiones.

A fin de analizar a fondo esa cuestión, el Blog de los Desenvolvimentistas entrevistó al periodista, escritor y columnista delObservatório da Imprensa Luciano Martins Costa. Él explica que, desde la redemocratización del país (1985), la prensa nacional entró en un proceso de oligopolización, incentivado por la distribución de concesiones a caciques políticos del "gran centro”. Según Costa, ese cartel construye un simulacro de realidad, que estimula a los ciudadanos menos críticos a asumir posiciones conservadoras y rabiosas. El "remedio”, entonces, sería "aprender a leer” a los medios de comunicación, dudando sistemáticamente de las noticias, principalmente de las presentadas con más alarde y dramatización.

Lea la entrevista completa.

¿Cómo ve usted la actuación de la prensa corporativa brasilera? ¿Es posible decir que existe una "cartelización editorial”?

Existe una cartelización editorial desde que Folha de S. Paulo negoció su mayor compromiso con la Asociación Nacional de Periódicos [ANJ] de intercambio de apoyos para la campaña por el fin de la obligatoriedad del diploma de periodista y por la extinción de la Ley de Prensa.


¿Cuáles serían los objetivos e intereses de ese alineamiento? ¿Las metas están siendo cumplidas?

El objetivo principal es contraponerse a la tendencia de la sociedad brasilera, a finales de los años 1990, de cuestionar al sistema económico y de exigir la expansión de los derechos formalmente garantizados en la Constituyente de 1988. La Constitución, como se sabe, fue hecha bajo la égida de la "sociedad civil organizada”. Ocurre que, en aquella época, cerca del 51% de la población brasilera eran excluidos de la sociedad y la "sociedad civil organizada” era sólo una metáfora para las entidades corporativas, como los sindicatos, federaciones de industrias, OAB [Orden de los Abogados de Brasil] y sectores fuertemente apoyados por lobistas. El investigador Francisco Fonseca demostró cómo la prensa, en aquella época, dio voz al llamado "Centrão” (Gran Centro), para contener el ímpetu progresista de la Constituyente en su comienzo. Ese alineamiento está triunfando, al transformar a Brasil en un país conflagrado, con la creación de legiones de "midiotas”, que repiten el discurso rabioso de la prensa.

Sus artículos comentan, con regularidad, sobre la creación de un "simulacro de realidad”.

¿Cómo se realiza esa construcción? ¿Podría ejemplificar un caso concreto?

Existe el mundo real, donde nos relacionamos y construimos el proceso de la modernidad, y el ecosistema de la comunicación, donde nuestras acciones, reflexiones y elecciones construyen la cultura, que redefine la realidad. Los medios de comunicación actúan, en condiciones ideales, mediando ese pasaje entre dos dimensiones de nuestra existencia, donde las individualidades deben aprender a negociar sus papeles sociales. En Brasil y en algunos otros países, la prensa adoptó un protagonismo central y, en vez de filtrar o mediar ese proceso, interfiere en la construcción de significados, que inducen a interpretaciones viciadas de la realidad. El sesgo conservador, predominante en los medios de comunicación, martillado diariamente sobre las personas, induce a posicionamientos reaccionarios, defensivos e individualistas. Un ejemplo es la manipulación de datos de la economía, que hace que una gran parte de la población crea que Brasil está en el fondo del pozo. Aún personas que ascendieron a clases de ingreso medio tienden a volverse conservadoras cuando son convencidas de que están a punto de perder lo que conquistaron gracias a sus esfuerzos y con apoyo en políticas sociales, que antes no existían. El sujeto despierta, va al trabajo (que no existía cuando el nivel de desempleo era del 18%), sigue hacia la facultad (a la que no tenía acceso antes de las políticas sociales creadas en la última década) y vuelve a casa, pero cree que la realidad hoy es peor. Los simulacros de realidad son construidos por la manipulación de los signos que orientan nuestra comprensión de la realidad que vivenciamos. La falta de educación cívica hace que muchos culpen al poder central por carencias o dificultades, que son de responsabilidad estadual, municipal o incluso del ámbito privado.

¿Qué influencias sufren la sociedad y las instituciones en este contexto?

La sociedad es influenciada en la medida que un gran número de individuos pierde la noción de aquello que es del interés colectivo y de las responsabilidades individuales en la construcción de una sociedad –si no sustentable, por lo menos aceptable. Como el interés social es difuso, el discurso manipulador de los medios de comunicación transforma fácilmente el sentido de los hechos. Por ejemplo, los periódicos tomaron el aumento del precio del tomate, hace cuatro años, y proclamaron que la inflación estaba disparándose. El pánico llevó a los productores y al comercio a buscar protegerse, y eso provocó un aumento en los precios de algunos productos alimenticios y de los restaurantes. Como en las grandes ciudades todo el mundo que trabaja afuera está obligado a comer en restaurantes, la sensación de malestar se esparció. Entonces, los medios de comunicación pasaron a martillar con el tema de la "inflación de los alimentos”. Cuando el precio del tomate volvió a su precio normal, en 10 días, los precios de los alimentos bajaron, pero quedó la percepción de un brote inflacionario, que sólo existió en la prensa. Las instituciones reaccionan al estado de ánimo de la población y, al construir una mentalidad defensiva, la prensa induce a las instituciones a adoptar políticas conservadoras.

Por ejemplo, los periódicos hacen un gran escándalo cuando un adolescente participa en un delito, la población pide la reducción de la edad de imputabilidad, y los parlamentarios conservadores corren a proponer cambios en la ley. Pero ocurre una matanza, 11 personas son asesinadas en una calle de la periferia de San Pablo en una única noche, y los periódicos esconden el hecho porque hay indicios de que los delitos fueron cometidos por policías.

¿Qué hacer para "aprender a leer” la prensa? ¿Cuáles son los métodos?

Hay algunos métodos para "aprender a leer” la prensa y ninguno de ellos pasa por alto la comprensión de que vivimos en una sociedad altamente compleja, que ya no puede ser interpretada correctamente por el lenguaje periodístico. Lo esencial es adoptar un procedimiento que propuse cuando era editor ejecutivo del Estado de S. Paulo y responsable de la primera página: desacralizar la noticia. Se trata de entrenar la mente para desconfiar de cada detalle de una noticia, cuestionando todo lo que parece inverosímil o fuera de contexto. Por ejemplo, cuando la prensa quiere dar un tono negativo a un indicador económico, la práctica más común es cambiar los parámetros de comparación. Entonces se comparan, por ejemplo, las ventas del comercio en enero en relación con diciembre; se sabe que la economía tiene sus momentos de maduración y que lo correcto es comparar períodos semejantes, destacando los hechos relevantes que ocurrieron entre ellos. Por ejemplo, los periódicos hablaron mucho del costo de vida entre 2013 y 2014, omitiendo el hecho de que en 2014 hubo una Copa del Mundo en Brasil. Otro ejemplo: los periódicos destacan que la Bolsa de Valores anda sin rumbo fijo, pero esconden que Brasil todavía es uno de los principales destinos de la inversión extranjera directa, que es una inversión productiva. La Teoría de la Complejidad y algún conocimiento de teorías de la comunicación ayudan a visualizar esas distorsiones.

¿De qué manera Brasil, un país donde los medios de comunicación tienen plena libertad, llegó a esta situación de una prensa tan concentrada y de baja diversidad?

Todo comenzó en las negociaciones para la vuelta a la democracia, cuando el "Centrão” fue cooptado por la idea de que Brasil sólo iba a modernizarse con una prensa fuerte. La política de Sarney [José Sarney, ex presidente de Brasil], distribuyendo canales de TV y radio a políticos a cambio de apoyo llevó a la mayoría de ellos a aceptar la oferta de asociación con la Red Globo, que reducía el costo de las emisoras y garantizaba una marca fuerte para captar anunciantes. Después de esto, hubo una maniobra con el dólar –operación que, en la época, era llamada "bicicleta”–, en la cual el gobierno facilitó a grandes empresas de comunicación el acceso al dólar oficial para la modernización de equipamientos. Los equipamientos fueron sobrefacturados, el excedente de moneda extranjera fue a cuentas en el exterior y pasó a alimentar el flujo de caja de esas empresas, por el cambio paralelo. Esa operación aparece sutilmente en el caso Banestado y es uno de los secretos que la prensa quiere mantener escondidos en el escándalo del HSBC. Creo que es imposible investigar y probar esa historia, que me fue contada por el antiguo presidente de una gran empresa regional de comunicación que juraba haber sido el único que no entró en ese juego.



¿Cómo se insertan Internet, las redes sociales y los medios de comunicación alternativos en ese escenario?

Internet y las redes sociales se insertan en el proceso de reducción del papel de mediación. Las nuevas tecnologías permiten que las informaciones sean difundidas horizontalmente, entre los individuos, y la tendencia es que aquello que llamamos medios de comunicación pasen a tener la función de anclar esas informaciones para que las personas puedan tener el contexto. Pero un consorcio de economistas o sociólogos, por ejemplo, podría cumplir ese papel en sus especialidades. Los medios de comunicación alternativos sólo serán viables cuando se asuma una postura innovadora y se pare de imitar a los medios de comunicación hegemónicos. Llamo innovación a la determinación de estimular el protagonismo del ciudadano y asumir el papel de chequear y organizar las informaciones, sin el sesgo que caracteriza a la prensa predominante.

¿Qué cree que ocurrirá con la TV tradicional y los medios de comunicación impresos frente a los cambios que estamos viviendo?

La TV tradicional, estática, todavía es fuerte porque se usa como la radio, proporcionando un ruido de fondo para la vida cotidiana, pero la evolución misma de la tecnología está haciendo menos relevante a ese medio. Sobrevive mejor en el campo del entretenimiento y, por eso, las emisoras apelan al periodismo dramatizado o espectacularizado. Los medios de comunicación impresos van a sobrevivir como un nicho, dirigido esencialmente a las instituciones. El ciudadano va a informarse cada vez más por las redes sociales.

¿Está a favor de la propuesta de reglamentación de los medios de comunicación? ¿Cuáles serían las consecuencias de esa medida?

Estoy a favor de la reglamentación de los medios de comunicación, de la apertura de los medios de comunicación al capital extranjero (basta de cinismo), de la obligatoriedad de que toda empresa de medios de comunicación, a partir de cierto porte (facturación, patrimonio, etc.), sea obligada a abrir su capital, de la licitación pública periódica de la radiodifusión, con apertura amplia para participantes, con la excepción de entidades religiosas o partidarias. Además, en el corto plazo, defiendo una política pública que contemple iniciativas de medios de comunicación comunitarios, sectoriales, etc., como los colectivos de cultura, que tendrían un poderoso efecto en la educación de la sociedad para el uso de los medios de comunicación.

miércoles, 25 de marzo de 2015

“San Romero de América camina junto a los pueblos de nuestro continente”


Adolfo Pérez Esquivel
Premio Nobel de la Paz

Los mártires son semillas de vida que siembran la esperanza y fortalecen los caminos de la fe. Ellos han fecundado el continente de la Tierra Fecunda - “Abya Yala”- por la fuerza de la palabra profética y el testimonio de vida de quienes tuvieron el coraje y la fe de caminar junto a la Iglesia Pueblo de Dios. Sus voces se alzaron en todo el continente y el mundo. Asi fue en el país hermano de El Salvador, sometido a la violencia con más de 70 mil muertos, exiliados y perseguidos. De ese dolor surgió una voz que fue guía y esperanza, denunciando la violencia y reclamando el respeto a la vida y dignidad del pueblo sometido a la guerra civil y la dictadura militar.

Fue la voz de Monseñor Oscar Arnulfo Romero, quien vive la conversión del corazón y abraza el camino de la Cruz como señala San Pablo: “para algunos es locura, para otros es vida y redención.”

Romero soportó muchas incomprensiones dentro de la misma iglesia, su voz, sus reclamos y denuncias no quisieron ser oídas en el Vaticano; hubo corrientes ideológicas y mala información sobre lo que ocurría en El Salvador. El simplismo conceptual y político redujo todo a la polarización Este-Oeste, entre el capitalismo y el comunismo, basado en la Doctrina de la Seguridad Nacional imperante. Se olvidaron de miles de hermanos y hermanas víctimas de la violencia. Romero trató que el Vaticano lo escuche y ayude, pero salió angustiado y regresó a su país con el dolor en el alma.

Algunos campesinos que lo conocieron recuerdan que seguían las homilías de Monseñor Romero, sentían necesidad de oír su palabra y cuando viajaban no necesitaban de la radio ya que todos los vecinos las tenían encendidas y podían seguir la palabra del obispo en el camino.

Monseñor sabía de las amenazas que era objeto, pero la fuerza del Evangelio y su compromiso con el pueblo eran parte de su propia vida; buscaba en la oración y en el silencio escuchar el silencio de Dios, que le decía a su corazón, a su mente y espíritu.

Cuentan que unos periodistas en marzo de 1980 decían que el obispo estaba en la raya, en el límite en la mira de los militares y él presintiendo les contestó: “Sí, he sido frecuentemente amenazado de muerte, pero debo decirles que como cristiano no creo en la muerte sin resurrección. Si me matan, resucitaré en el pueblo salvadoreño. Se lo digo sin ninguna jactancia, con la más grande humildad. Ojalá, sí, se convencieran de que perderán su tiempo. Un obispo morirá, pero la iglesia de Dios, que es el pueblo, no perecerá jamás”

Ese 23 de marzo en la Catedral, Monseñor Romero habló de un comité de ayuda humanitaria. Criticó “el Estado de Sitio y la desinformación a la que nos tienen sometidos” y señaló las muertes de la semana: 140 asesinatos… “Lo menos que se puede decir es que el país está viviendo una etapa pre-revolucionaria”. Seguidamente tomó impulso en su homilía y dijo:…”Yo quisiera hacer un llamamiento de manera especial a los hombres del ejército, y en concreto a las bases de la Guardia Nacional, de la Policía, de los cuarteles: “Hermanos son de nuestro mismo pueblo, matan a sus mismos hermanos campesinos! Y ante una orden de matar que dé un hombre debe prevalecer la ley de Dios que dice “¡No matar!”…Ningún soldado está obligado a obedecer una ord en contra la ley de Dios. Una ley inmoral nadie tiene que cumplirla. Ya es tiempo que recuperen su conciencia y obedezcan antes a su conciencia que a la orden del pecado. La iglesia defensora de los derechos de Dios, de la dignidad humana, de la persona, no puede quedarse callada ante tanta abominación. Queremos que el gobierno tome en serio que de nada sirven las reformas, si van teñidas de tanta sangre…

“En nombre de Dios, y en nombre de éste sufrido pueblo, cuyos lamentos suben hasta el cielo cada día más tumultuosos, les suplico, les ruego, les ordeno en nombre de Dios:

¡Cese la represión!”

La voz de Monseñor Romero se hizo escuchar con claridad a pesar de todos los inconvenientes e interferencia radial y en los equipos: “La iglesia predica la liberación”… “La catedral estalló en aplausos, el pueblo emocionado sentía el clamor de sus corazones”. -así lo relatan Jacinto Bustillo y Felipe Pick-.

Necesitaba profundamente del silencio y la oración, de buscar en su interior la palabra de Dios para que lo ayude a acompañar y escuchar a su pueblo, sufriente y esperanzado.

Muchos mártires sembraron sus vidas en tierra salvadoreña, entre ellos hay sacerdotes, religiosas y laicos comprometidos en las comunidades de base, en reclamar el derecho de vivir sin violencia y alcanzar la Paz.

Han pasado muchos años y el Santo de América, Oscar Romero ilumina el caminar de la Iglesia, su palabra y testimonio de vida es luz del Espíritu, como dice en la Noche Buena de 1979: “El país está pariendo una nueva edad y por eso hay dolor y angustia, hay sangre y sufrimiento. Pero como en el parto, dice Jesús, a la mujer le llega la hora de sufrir, pero cuando ha nacido el nuevo hombre, ya se olvidó de todos los dolores.

Pasarán estos sufrimientos. La alegría que nos quedará será que en ésta hora de parto fuimos cristianos, vivimos aferrados a la fe en Cristo, y eso no nos dejó sucumbir en el pesimismo. Lo que ahora parece insoluble, callejón sin salida, ya Dios lo está marcando con una esperanza. Esta noche es para vivir el optimismo de que no sabemos por dónde, pero Dios sacará a flote a nuestra patria y en la nueva hora siempre estará brillando la gran noticia de Cristo”.

El Papa Francisco buscó con justicia reparar del olvido al mártir y profeta y restablecer el testimonio de Monseñor Romero, luz de la Iglesia latinoamericana Pueblo de Dios que reconoce a sus profetas que inspiran y muestran el camino de la fe y la esperanza.

Así se va pariendo el espíritu de vida del Hombre Nuevo.

Vienen a mi memoria, hermanos de caminada en el continente de la Tierra Fecunda que están presentes en la vida de los pueblos, son las voces proféticas de la Iglesia de nuestro tiempo, en Ecuador la voz de Monseñor Leonidas Proaño, Obispo de Riobamba; en Chiapas y Cuernavaca , en México, las voces de los obispos Samuel Ruiz y Sergio Méndez Arceo, en Brasil voces proféticas como las de Don Helder Cámara , Arzobispo de Olida y Recife; el Cardenal de Sao Paulo, Don Pablo Evaristo Arns; Don Pedro Casaldáliga de Sao Felix de Araguaya, Tomás Balduino de Goias, Antonio Fragoso de Crateus, teólogos como Leonardo Boff y Fray Betto; en Nicaragua Ernesto Cardenal, en Chile, el Cardenal Silva Enriquez y en Bolivia, Jorge Manrique en la Paz. En Argentina la voz del mártir de los llanos riojanos, Monseñor Enriq ue Angelelli, y sus sacerdotes Carlos Murias y Gabriel Longeville; los obispos Jaime de Nevares de Neuquén, Jorge Novak de Quilmes y Miguel Hesayne de Viedma, sacerdotes, religiosas y laicos comprometidos desde la fe con el pueblo, el martirologio de las hermanas misioneras francesas y los Palotinos, y tantos otros que son como los ríos subterráneos que emergen con fuerza a la superficie y cambian la realidad iluminando la vida y la esperanza.

Otros hermanos y hermanas marcaron el mismo caminar en la fe desde la diversidad, de otras vertientes religiosas como la Iglesia Evangélica Metodista, con los obispos Federico Pagura, Carlos Gattinoni y Aldo Etchegoyen y sus mártires, la Iglesia Luterana con su compromiso con los más necesitados. El rabino Marshall Mayer, en defensa de los derechos humanos.

Necesitamos seguir las huellas de quienes nos precedieron en los caminos de esperanza, de luchas desde la fe en el reencuentro de la gran familia humana.

Varios de los hermanos mencionados fueron firmantes del Pacto de las Catacumbas en Roma en 1965 al finalizar Vaticano II donde fueron convocados por Dom Helder Cámara, y renovaron su compromiso de vivir el Evangelio junto a los pobres.

El Espíritu del Señor está presente en la vida y memoria, San Romero de América camina junto a los pueblos de nuestro continente.