MONS. GONZALO LOPEZ M.

MONS. GONZALO LOPEZ M.

viernes, 31 de julio de 2015

Pedro Casaldáliga: "El Papa Francisco es un don de Dios para la Iglesia"


José M. Vidal/Vicente Luis García

En contra de ciertos rumores, Pedro Casaldáliga, el obispo de los indios y de los pobres, sigue al pié del cañón, conviviendo con el "hermano Parkinson", como él dice. Lo atestiguan dos testimonios que les presentamos hoy. El de Marcos Concepción y su esposa y el de Eduarno Lallana. Por separado, pero todos en este mes de julio, visitaron al profeta de Sao Felix y compartieron con él la vida y los acontecimientos mundiales.

Éste es el relato que, de su visita, no envía Marcos Concepción: "Estos días, después de muchos años, tuvimos la oportunidad de visitar a Pedro Casaldáliga. Como veis, a pesar de algunas noticias que surgieron y del Parkinson, se encuentra bien de salud... Hablamos de Cuba, del Papa, de la corrupción en Brasil y en América Latina, y de las últimas elecciones en España. Cuando se despedía de los niños, les insistía: "jóvenes... Podemos!". ¡Pedro es, sin duda, la mente mas lucida que tuve la oportunidad de conocer!"

El relato de Eduardo Lallana, que publicamos a continuación, viene firmado por Vicente Luis García 

Eduardo Lallana, presidente de la ONG Tierra sin males, acaba de regresar de Brasil donde ha compartido unos días con el claretiano Pedro Casaldáliga, (presidente de Honor de la ONG). Tras su regreso a Soria he mantenido una sencilla conversación telefónica con Eduardo de la que extraigo unas pinceladas que permiten conocer el estado actual de uno de los referentes evangélicos más destacados de la Iglesia en Latinoamérica en las últimas décadas.

"Pedro está, dentro de lo que cabe y de su situación física, bien de salud. Come bien, está bien atendido, le controlan la medicación para el párkinson y hace una vida, con limitaciones, pero normal. El párkinson avanza y le hace cada día más dependiente para todo lo que sean actividades motoras, pero la cabeza la tiene bien y lleva un ritmo de vida ordenado. Es impresionante cómo lo lleva, no se queja y acepta sus limitaciones de un modo admirable."

El día a día de Pedro Casaldáliga hoy

"Se levanta a las seis y media de la mañana y, agarrado a una persona, recorre el pasillo hasta la capilla donde participa con todos en la oración. A las ocho se sienta frente al ordenador y, con la ayuda de alguien, revisa el correo y navega por internet por páginas como Religión Digital o la página de la CPT (Comisión Pastoral de la Tierra) o el CIMI (Centro Indigenista Misionero). Con todo ello se va informando de la actualidad de la Iglesia, de España y de los temas que siempre le han ocupado. Descansa un rato, de nuevo lectura y así mañana y tarde. También recibe alguna visita."


Pedro Casaldáliga no olvida su tierra y le preocupa lo que sucede en su Cataluña natal.

"El otro día en una conversación me preguntó por la llegada de los nuevos partidos al panorama político en España. Por la presencia de los nuevos movimientos ciudadanos. Los posicionamientos frente al tema del independentismo en Cataluña."

Eduardo Lallana ha oficiado estos días de secretario para Pedro y durante las muchas horas que ha pasado a su lado ha aprovechado para leerle la Encíclica "Laudato Sí" del papa Francisco, a quien Pedro califica como "un Don de Dios para la Iglesia".

"Pude leerle la encíclica "Laudato Si" y le ha encantado. Una de las cosas que destaca Pedro de esta Encíclica es que es un trabajo muy completo y colegial. Remarcaba el hecho de que a lo largo del texto se cite a varias Conferencias Episcopales de diversas partes del mundo. Y la cita de teólogos como Teilhard de Chardin, Guardini o San Juan de la Cruz. Por otro lado recuerdo que se quedó con esa expresión de Francisco de la "ecología integral" que no es una pura defensa de la Tierra, sino la Tierra unida a los excluidos del sistema. Pedro ha disfrutado con la encíclica de Francisco y está disfrutando con el papa Francisco de quien dice continuamente que es un Don de Dios para la Iglesia."

La persona de Pedro Casaldáliga ha sido, y sigue siendo, una denuncia testimonial frente a todo abuso de poder, frente a la explotación de la Tierra, de los derechos de los más pobres y humildes... Ello le llevó a jugarse literalmente la vida y a tener que vivir escondido y protegido. Hoy la situación ya no es la misma y Pedro goza de una vida tranquila pero sin dejar de ser una denuncia evangélica.

"El año 2012, tras una sentencia del Tribunal Supremo de Brasil que reconocía el derecho de los indígenas a sus tierras, y obligaba a la salida de aquellas tierras a todo aquel que no fuese indígena, a Pedro le aconsejaron desde la policía y desde el propio ejército, que buscase un lugar oculto y seguro ya que su vida podía correr serio peligro. Hoy Pedro hace una vida normal y, que yo sepa, no tiene ningún dispositivo de protección especial."

Eduardo lamenta que en España la figura de Pedro Casaldáliga no esté teniendo el reconocimiento que en América latina se le está dando y lanza "el guante" al mundo universitario.


"Además de la Encíclica de Francisco le pude leer un libro que llegó por esos días "Pedro Casaldáliga y la poética de la emancipación", editado por la Universidad Federal de Mato Grosso, en la que están muy interesados en la figura de Pedro como un exponente de la cultura brasileña y matogrosense. Siempre me ha llamado la atención que ninguna universidad española, que yo sepa, se haya interesado por la figura humana, humanista, poética, profética, intelectual de Pedro Casaldáliga. Estamos intentando que se reediten las obras de Pedro, muchas ya agotadas. En Brasil se están haciendo tesis doctorales sobre la figura de Pedro. Invitaría a las universidades españolas, tanto civiles como católicas, a que se fijen en la figura de Pedro Casaldáliga, su poética, su teología y que alguna le conceda el título de Doctor Honoris Causa, como lo han hecho varias universidades brasileñas. Él no necesita títulos, pero la sociedad y la juventud española sí necesita conocer su obra".

"El radicalismo evangélico de apuesta por los pobres de Pedro Casaldáliga lo ha convertido en un referente de la Iglesia en Latinoamérica y a nivel mundial. En su biografía se recogen muchos capítulos que dan fe de ello. Ha vivido el martirio de muchos campesinos y compañeros lo que le ha hecho vivir también su particular martirio en vida. Son, somos, muchos los que pensamos que figuras como las de Pedro sucederán a otros que la Iglesia hoy ya reconoce con el sello de la santidad. Por eso le pregunté a Eduardo si el tiempo que pasa con Pedro lo vive como un tiempo que comparte con un "santo en vida".

"Para mí es un gran místico. Suelo destacar algo que no se le reconoce mucho cuando se le define: Pedro es un gran humanista, un defensor incondicional del hombre, del ser humano, sobre todo de los más necesitados, de los más excluidos del sistema. Recuerdo que un día me comentó que desde hace un tiempo su oración se basa mucho en sencillas jaculatorias. Por ejemplo: "Deus et omnia": Dios y todas las cosas, "Fe y esperanza", y así varias frases. De manera especial se me quedó grabada una frase que nos dijo a todos en una oración de la mañana: "Dios es la Presencia solidaria, cotidiana, liberadora, convocante". Y por citar una última cosa: Allí tienen mucha costumbre de pedir la bendición de personas mayores y Pedro siempre suele bendecir con esta frase: "El Dios de la Vida, el Dios del Amor, el Dios de la Liberación, el Dios de la Solidaridad te acompañe siempre", esa es su bendición. Es un hombre de fe, un místico, un hombre que sigue viviendo ligado a la oración, a la liturgia, a la vida y las luchas del Pueblo, que él siempre escribe con mayúsculas. Aunque ya no celebra, todos los jueves y sábados participa, como un fiel más, en la eucaristía que se celebra en su capilla o en una cercana".


jueves, 30 de julio de 2015

Cuba o la dignidad latinoamericana

 
Pedro Pierre

¡Quien se arrodilló no fue Cuba, sino el imperio del Norte! Eso es la lección del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos, después de más de 50 años de guerra no declarada. Pero, ¿por qué ahora que la mayoría de los países latinoamericanos busca su autonomía, la gestión de sus materias primas, la fortaleza de su identidad… el Gobierno de Estados Unidos busca un acuerdo con Cuba? Estados Unidos perdió la guerra ideológica, pero ahora quiere ganar una guerra diplomática.

Estados Unidos quiso que desapareciera de su patio trasero -como nos llama a nosotros, los países latinoamericanos- toda señal de socialismo. No quería que algún país sea capaz de demostrar que el socialismo era viable en América Latina. Por eso desató una guerra no declarada contra Cuba: comenzó con el bloqueo económico condenado 17 veces por la mayoría de los países en la ONU, fue la derrotada invasión de Bahía de Cochinos en tiempos de John F. Kennedy, luego fueron centenares de acciones terroristas hasta años recientes. Cuántos episodios de guerra biológica y planes desestabilizadores que continúan…

Para América Latina, Cuba representa la dignidad por no dejarse arrebatar su independencia, por optar por el socialismo, por prepararse intelectual, cultural y deportivamente al más alto nivel, por alcanzar la mejor organización de salud del planeta, por ser solidarios hasta dar la vida en los países en guerra de liberación, por regalar el Che Guevara a Angola y Bolivia, por decir Fidel la verdad a los cuatro vientos, por no dejarse contaminar por la ‘cultura del descarte’ que todo lo bota, por ser los cubanos orgullosos de sus poetas, sus artistas, sus músicos, sus trovadores, sus cultos del vudú… y sobre todo por ser incansables luchadores por la integración y autonomía latinoamericanas.

Ahora, la guerra es diplomática para que Cuba sea un país consumista, que compre la comida chatarra de McDonald’s, que tome ‘cacacola’ en todas sus comidas hasta en la mamadera de sus niños, que deje de pensar por su propia cuenta y aplaude la Fox y la CNN, que tenga gratis decenas de cadenas de TV basura, que se olvide de la autonomía económica, cultural, artística… en definitiva, que deje de ser Cuba… a fin de que fracasen la integración y la independencia de América Latina.

Ese es el gran desafío del pueblo cubano ahora. Tiene que saber que “los hijos de las tinieblas son más astutos que los de la luz” y que Caín quiere matar a su hermano Abel. Tienen los cubanos que seguir desarrollando su espiritualidad que anida en su identidad cultural, en sus poetas, sus músicos, sus bailes, sus cultos negros, su débil Iglesia de los Pobres, su alegría caribeña. Es el desafío también de toda América Latina: reconocerse en los logros cubanos y aportar ahora la solidaridad latinoamericana que necesita Cuba. Así los pueblos de América Latina y del Caribe no darán marcha atrás. “No se puede sepultar a un pueblo que busca la libertad”. “Para el pueblo lo que es del pueblo, porque el pueblo de lo ganó”.

miércoles, 29 de julio de 2015

Misericordia y familia


José M. Castillo
 
Tal como se han puesto las cosas en la Iglesia, lo más probable es que al papa Francisco le espera un próximo mes de octubre complicado. Quizá más complicado de lo que algunos se puedan imaginar. Por la sencilla razón de que, como es bien sabido, en octubre se completa y se clausura el Sínodo sobre la familia. Un tema erizado de dificultades, en torno al que se van a debatir problemas tan complicados como el del divorcio, el matrimonio entre personas del mismo sexo, el modelo de familia que quiere la Iglesia, la educación de los hijos, etc, etc.

Además - y esto lo más complicado -, se avecina el momento en el que al papa se le va a pedir que se pronuncie sobre asuntos como los que acabo de indicar y otros similares. Asuntos sobre los que, en la Iglesia y en la sociedad, abundan los cristianos (y no cristianos) que tienen posturas firmemente asumidas de forma inamovible e incluso no exentas quizá de fanatismo. Por esto he dicho (y repito) que al papa Francisco le espera una “ottobrata romana” que no resultará precisamente placentera y fácil.

Así las cosas - y para acabar de complicar la situación -, Francisco ha publicado recientemente la Bula “Misericordiae Vultus”, en la que (en el nº 3) afirma literalmente: “Hay momentos en los que de un modo mucho más intenso estamos llamados a tener misericordia”. ¿Por qué precisamente, en este momento, necesitamos mucho más tener misericordia?

En no pocos ambientes eclesiásticos, concretamente en la Curia Vaticana, hay quienes sospechan que el papa afirma que ahora necesitamos (vamos a necesitar) dosis abundantes de misericordia, porque ahora es cuando la suprema autoridad de la Iglesia nos va a decir cosas sobre la familia que algunos (posiblemente) no están dispuestos a escuchar y menos aún a aceptar.

No puede tener misericordia quien no tiene respeto, tolerancia y comprensión hacia quienes piensan y viven de manera que producen, en otras personas o grupos humanos, repugnancia y vergüenza, las dos emociones que tanto nos distancian a unos de otros. Y hasta nos enfrentan a los unos con los otros. Dos emociones tan determinantes en la vida, que, como es sabido, el pensamiento liberal americano considera que, si no se supera la repugnancia y la vergüenza, no es posible la igualdad entre los ciudadanos (Martha C. Nussbaum).

Para concluir esta reflexión, terminaré diciendo que no creo en modo alguno que el papa Francisco haya publicado la Bula sobre la misericordia porque les tenga miedo a quienes se puedan poner nerviosos por causa de las decisiones que tome la suprema autoridad de la Iglesia ante los problemas que hoy nos plantea la familia. Y, sobre todo, nos pongamos como nos pongamos ante lo que decida el Sínodo presidido por el papa, lo más urgente en cualquier caso - creo yo - es que sepamos reaccionar como nos indica el Evangelio de Jesús. Con la misma bondad siempre. Con la misma misericordia siempre. Aunque quizá nos pueda ocurrir lo que les pasó a los familiares de Jesús, que llegaron a pensar de él que se había vuelto loco (literalmente, “estaba fuera de sí”) (“existêmi”), tal como indica expresamente el evangelio de Marcos (3, 21).

martes, 28 de julio de 2015

“El papa Francisco insta a una rebelión contra el capitalismo”

La Iglesia tiene fundamentalmente una misión religiosa, la de anunciar el mensaje liberador de Jesús y de mantener la llama sagrada que vige dentro de cada persona que es su dimensión espiritual: la presencia secreta de Dios en cada una de suas creaturas, especialmente, en las humanas. El día en que esta dimensón es olvidada o destruida perdimos lo más sagrado que tenemos y vamos al encuentro de un abismo. Pero más allá de esta dimensión religiosa esencial, la Iglesia (y las religiones en general) posee una misión social: enfatizar la verdad, hacer valer el derecho, defender los derechos sagrados de cada persona, ponerse al lado de los más débiles contra la opresión de los poderosos. Estos son valores que favorecen una sociedad más humana, justa y fraterna. Es en nombre de esta misión que el Papa Francisco en sus pronunciamientos hace duras criticas al sitema idolátrico del dinero, la voracidad de acumulación que implica devastación de la naturaleza y una injusticia social. El habla si de política. Pero no habla de política desde la política, sino desde el evangelio que denuncia errores y propone ideales. Es en este sentido que debemos entender las críticas que el Papa Francisco hace al sistema financiero especulativo y al tipo de producción y consumo vigentes en nuestra sociedad mundial. Como viene de la periferia del mundo, ve y siente mejor de quien vive en el centro las iniquidades ecológicas y sociales que este sistema produce. Hace sentido que insta una rebelión contra tal estilo de vida. Está cumpliendo sensillamente su misión evangélica: Lboff
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“El papa Francisco insta a una rebelión contra el capitalismo”
Publicado: 23 jul 2015 07:51 GM
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El papa Francisco está fomentando la desobediencia social, llevando a una rebelión de las masas contra los superricos capitalistas, asegura el periodista Paul Farrel.

En su artículo para MarketWatch el columnista analiza el discurso del Sumo Pontífice en Bolivia del pasado 9 de julio.

“El reciente viaje de Francisco a América del Sur reveló un obvio mensaje socialista y anticapitalista que insta a un cambio estructural de la economía global que atenta contra el proyecto de Jesús”, escribe Farrel.

Dicha conclusión del periodista se basa en los argumentos del papa presentados a continuación.

Tierra, techo y trabajo son “derechos sagrados”

Todas las personas tienen el derecho otorgado por Dios a un trabajo, a la posesión de tierra y a una vivienda, según la probablemente más audaz declaración del papa Francisco.

Por supuesto, no son promesas ni objetivos de los sistemas económicos actuales de EE.UU. y otras partes del mundo.

Tampoco están dentro de la enseñanza tradicional de la Iglesia católica, que aunque aboga por un trabajo digno, no lo declara un derecho otorgado por Dios, señala el periodista.

La gente, y no el beneficio, debe ser el foco de la economía global

Tildando el capitalismo no controlado como “dictadura sutil” y “estiércol del diablo”, Francisco sostiene que cuando gobierna “la ambición desenfrenada de dinero”, el “servicio para el bien común queda relegado”.

“Digamos ‘¡No!’ a una economía de exclusión e inequidad donde el dinero reina en lugar de servir. Esa economía mata. Esa economía excluye. Esa economía destruye a la Madre Tierra”, insta el papa Francisco.

Miles de millones ya no pueden esperar más los cambios

Refiriéndose a las injusticias económicas el papa dijo que “el tiempo parece que se estuviera agotando; no alcanzó el pelearnos entre nosotros, sino que hasta nos ensañamos con nuestra casa”.

El papa moviliza a la gente: “digámoslo sin miedo: queremos un cambio, un cambio real, un cambio de estructuras”.

El cambio empieza desde abajo

El papa subraya que los cambios estructurales no llegan “porque se impuso tal o cual opción política”.

Los cambios desde abajo funcionan, dijo, porque vivir “cada día, empapados, en el nudo de la tormenta humana” conmueve y mueve.

Obligación moral, un mandamiento

“La distribución justa de los frutos de la tierra y el trabajo humano no es mera filantropía. Es un deber moral. Para los cristianos, la carga es aún más fuerte: es un mandamiento. Se trata de devolverles a los pobres y a los pueblos lo que les pertenece”, recuerda Francisco.

lunes, 27 de julio de 2015

Difícil alianza: las hermanas estadounidenses y la autoridad clerical



Carol K. Coburn

Me he permitido traducir un artículo, de Carol K.Coburn que me ha llegado desde la web de Global Sisters Report. Era más largo y he quitado algunos párrafos pero las personas interesadas pueden leerlo en su versión original “Uneasy Alliance: a Look Back at American Sisters ans Clerical Authority”.

“A las tensiones o negociaciones con el Vaticano, típico de las historias documentadas de muchos archivos conventuales, se unen las luchas de poder con los clérigos. La experiencia de la LCWR es la última versión de esta “alianza incómoda” pues irónicamente, el Vaticano no fue el problema peor para las hermanas del siglo XIX, sino los ordinarios del lugar que les podían hacer la vida muy difícil.

Algunas estrategias importantes las ayudaron en el siglo XIX como fue la consecución de una “aprobación papal” que colocaba a las congregaciones de mujeres bajo la autoridad directa del Vaticano, proporcionándoles un amortiguador contra los obispos locales inclinados a inmiscuirse. Roma estaba a miles de millas de distancia, y la comunicación tardaba semanas. Hasta 1908, los Estados Unidos se consideraron una “tierra de misión” y Roma no veía importantes las congregaciones femeninas. Otra estrategia fue “votar con los pies”, pues las religiosas conscientes de que su trabajo era imprescindible para la labor de las parroquias amenazaban con irse si no conseguían lo que pretendían.

En 1917 cambió el derecho canónico e hizo imposible algunas de estas estrategias anteriores, obligando a las hermanas a un rol más servil del que habían tenido en el siglo anterior -un papel que cambió poco hasta la década de 1960 y el Concilio Vaticano II. El control episcopal se fortaleció sobre las comunidades de mujeres, e incluso congregaciones con aprobación papal se vieron forzadas a estandarizar su organización interna, imponer un claustro parcial y restringir los viajes de las hermanas. La nueva ley canónica produjo un endurecimiento del control por parte de Roma, exigiendo que las congregaciones cambiaran sus constituciones para cumplir con la idea que tenía el Vaticano sobre género y vida religiosa.

Se limitaron sus contactos con los seglares, la familia y el mundo exterior, su autonomía y se ejerció control sobre sus misiones y sus prácticas religiosas. Incluso su capacidad para volver a elegir a los superiores se vio obstaculizada por la nueva normativa; de hecho su capacidad de toma de decisiones y de autonomía fueron considerablemente disminuidas.

Cada cinco años las superioras tenían que presentar las respuestas a un cuestionario detallado del Vaticano que medía si la comunidad estaba siguiendo el nuevo derecho canónico. La innovación, la asunción de riesgos y la respuesta a las necesidades actuales de las personas, que eran las intenciones de las hermanas antes de la década de 1920, fueron desalentadas a favor de la rigidez, la uniformidad, la regulación y “la letra de la ley.” El voto de obediencia se convirtió en la principal preocupación.

La ironía es que las mujeres jóvenes entraron en las congregaciones religiosas en masa a pesar de que la vida del convento después de 1920 fue mucho más disonante con la sociedad y las expectativas femeninas contemporáneas. Esta disonancia no tardaría en estallar a mediados de siglo pues no eran inmunes las jóvenes a los cambios sociales en la vida estadounidense y a las ideas modernas de género que daban forma a sus identidades y expectativas sociales y religiosas. El Vaticano no tenía ni idea de lo que se estaba fomentando en el “nuevo mundo”.

Tensiones culturales y de género continuaron en el siglo XX. Las congregaciones se tenían que enfrentar ahora a consejos reguladores estatales con el poder de otorgar la acreditación, la concesión de licencias y la certificación de las hermanas que trabajaban atrapadas entre dos mundos, el católico y el secular. Uno de los ejemplos más dramáticos de esto ocurrió después de la Segunda Guerra Mundial en la Asociación Nacional de Educación Católica (CNAE) pues aunque las hermanas eran la mayoría de los profesores católicos y muchas tenían títulos universitarios, no se las reconocía en asuntos de gobierno o relacionados con la formación del profesorado. Con frecuencia sus estudios se vieron bloqueados por sacerdotes locales y obispos que querían mantener los costos bajos mediante el envío de hermanas sin experiencia a aulas con 40 o 50 estudiantes. Mal pagadas supuso una ganga para las parroquias, pero causó en las congregaciones de mujeres un grave sufrimiento físico y psicológico además de la pérdida de vocaciones.

Se fue produciendo una confrontación que con el tiempo ayudó a nacer la SFC, una sociedad para la formación de las religiosas, semi-autónoma cuyo objetivo era “integrar los elementos espirituales, intelectuales, profesionales y sociales en la vida de un religioso.” Considerada “radical” por algunos ya que el grupo no funcionó directamente bajo los auspicios de la Conferencia de Superiores Mayores de la Mujer (CMSW), su influencia fue profunda en las vidas de muchas religiosas.

En 1964, después de una década de éxito, el SFC y sus líderes serían sometidos a una investigación del Vaticano, fueron manchados por rumores e insinuaciones y removidos de sus cargos con un nuevo liderazgo nombrado por el CMSW. En su último intento de cambiar la mente del emisario enviado del Vaticano para investigar, las hermanas señalaron que eran líderes “elegidos legalmente” y no podían ser removidos hasta que su mandato hubiera terminado. El clérigo italiano enviado trató de zafarse gritando: “No Inglés. No Inglés” aunque lo hablaba y entendía a la perfección. Al final pidió silencio y se quejó de las costumbres democráticas de los EEUU.

En 1968 el cardenal James Francis McIntyre destruyó la congregación del Inmaculado Corazón de María en los Ángeles pues las hermanas, ante sus directrices dejaron la orden para formar una comunidad no canónica. Anita Caspary que era la superiora comentó años después que “durante siglos se han utilizado estratagemas para mantener a las mujeres en normas y reglamentos anticuados, pues no podían los varones tolerar nuestra visión de la liberación o una relación de iguales” Pero ya no había vuelta atrás.

En 1971, se crea la Conferencia de Liderazgo de Mujeres Religiosas luego LCWR, un nombre que sorprendió y disgustó al Vaticano por la inclusión de “mujeres y liderazgo” un pareado que olía a “arrogancia” y “laicidad” pero la principal preocupación era el feminismo. Durante las últimas tres décadas, la “alianza incómoda” continuó: tensiones entre Sr. Theresa Kane y su confrontación pública con el Papa Juan Pablo II sobre el papel de la mujer en la iglesia; las 24 hermanas que firmaron un anuncio en el New York Times pidiendo pluralismo y diálogo en la iglesia en el tema del aborto; los casos controvertidos de las religiosas que fueron elegidas o nombradas para cargos políticos en el gobierno local y estatal; Sor Jeannine Gramick y su trabajo con la comunidad LGBT; la controversia entre hermanas y obispos sobre el apoyo a la Ley de Asistencia; “Nuns on the Bus” (hermanas en el autobús) y las hermanas Sr. Joan Chittister y Sor Elizabeth Johnson, entre otras, que escriben, hablan y publican sobre temas que algunos clérigos consideran como demasiado radicales, demasiado políticos y contradictorios con las enseñanzas oficiales de la Iglesia.

Los documentos históricos nos describen el crecimiento, el éxito y la supervivencia de las religiosas en los Estados Unidos, su forma de adaptarse a la cultura con su vida espiritual en alineación saludable con una sociedad estadounidense cambiante. El Concilio Vaticano II les abrió los ojos a nuevas posibilidades que enriquecían su existencia espiritual y les brindó la oportunidad de combinar el trabajo y una fe inquebrantable con la lealtad a su iglesia dentro de los imperativos del Evangelio que marca la vida de Jesús. Aprendieron las herramientas requeridas por la sociedad, perseveraron y se adaptaron a la situación, una y otra vez, con una capacidad de recuperación increíble. Al final terminaron por estar colocadas en la línea de fuego frente a una iglesia jerárquica y patriarcal lenta para cambiar.

Aunque a menudo criticada por el Vaticano por ser “demasiado política”, irónicamente, fue esa capacidad de las hermanas estadounidenses las que les proporcionó muchos éxitos en Estados Unidos. Para crear y mantener sus instituciones, los fondos de seguros, pagar su educación y proveer a las necesidades de un país nuevo, las hermanas tuvieron que entender y trabajar en la frontera, en las calles y en las salas de juntas. Para ayudar eficazmente a los necesitados y aliviar la injusticia, las hermanas sabían que astucia política, así como la fe, eran fundamentales para facilitar el cambio en una democracia. Utilizaron sus habilidades para criticar, dar forma y desafiar el status quo estadounidense en temas de educación, salud y justicia social en un intento de llevar al país más cerca de sus ideales -más allá de la retórica de la “justicia para todos” a la práctica real de esa justicia. A veces estas habilidades políticas pusieron a las hermanas en un rumbo de colisión con la autoridad masculina, el privilegio y el poder incuestionable dentro de una iglesia jerárquica y patriarcal. Y las mujeres aprendieron a oponerse a los intentos de las autoridades masculinas para definirlos y establecer sus límites.

Mucho se ha escrito sobre la investigación LCWR y las estrategias que ayudaron a calmar y llevar a buen fin la “difícil alianza” entre las hermanas de los Estados Unidos y el Vaticano. A diferencia de los enfrentamientos anteriores, los laicos y los medios de comunicación ayudaron a dar forma e influenciar el resultado, pues las hermanas entendieron el uso de estrategias del siglo XXI para presentar su caso. Encontraron maneras como sus predecesoras para utilizar su historia, sus tradiciones, su fe, su educación y sus experiencias de manera a capear la tormenta, soportar las disidencias con lealtad y listas para seguir adelante trabajando hacia un mundo y una Iglesia mejores”.

domingo, 26 de julio de 2015

Éste sí que es el profeta que tenía que venir al mundo



Fray Marcos Rodríguez

(Re 4,42-44) Sirvió el pan a todos. Comieron y sobró como había dicho el Señor.
(Ef. 4,1-6) “Un señor, una fe, un bautismo. Un Dios Padre de todo”.
(Jn 6,1-15) “Éste sí que es el profeta que tenía que venir al mundo”.

La gente acepta que le den, pero no acepta darse. La esencia del mensaje de Jesús es la entrega a los demás pero nosotros seguimos buscando en todo nuestro interés.

El domingo pasado nos dejaba el relato evangélico de Mc ante la multiplicación de los panes. En su lugar, la liturgia inserta, a partir de este domingo, todo el c. 6 de Jn. Es el más largo y denso de todos los evangelios, y que nos va a ocupar cinco domingos. En sus 71 versículos, partiendo de la multiplicación de los panes, elabora toda una teología del seguimiento. En el fondo se trata de un proceso de iniciación catequética, que en la comunidad duraba varios años y que, al final, obligaba a tomar una decisión definitiva: el bautismo.

El evangelio de Jn fue escrito en una comunidad de iniciados para su uso en ella. Todos comprenden los signos que en él se emplean. Este evangelio es esotérico. La numerología, la cábala, el tarot, lo impregnan todo. Los 21 capítulos del evangelio se corresponden con cada una de las cartas del tarot. La 6ª (el enamorado) representa un joven en un crucie de caminos, ante dos doncellas. Una, de amarillo y verde, representa la vida sensitiva. Otra, de azul, representa la vida espiritual. El joven tiene que elegir uno de los dos caminos.

Como siempre en Jn, todo son símbolos, El monte es el lugar donde habita la divinidad. Jesús subió al lugar que le es propio. Sentarse es el símbolo de enseñanza rabínica. “Estaba cerca la Pascua”, no es un dato cronológico, sino teológico. La gente no sube a Jerusalén, como era su obligación, sino que busca en Jesús la liberación, que el templo no puede darles. 

El dinero tiene un significado profundo. El dinero es lo que había desplazado a Dios del templo, utilizado por el sistema opresor, es el causante de la injusticia y del hambre. Comprar pan, es obtener un bien necesario para la vida, a cambio de dinero, inventado para dominar. El vendedor dispone del alimento; lo cede solo bajo ciertas condiciones dictadas por él. La vida no está al alcance de todos, sino mediatizada por los que detentan el poder. Jesús no acepta tal estructura, pero quiere saber si sus discípulos la aceptan. Felipe no ve solución. Doscientos denarios era el salario de más de medio año de trabajo.

Andrés muestra otro posible horizonte; una solución distinta a la del comprar. Habla de los panes y los peces que descubre como algo de lo que se puede disponer. El muchacho (muchachito, doble diminutivo) representa al insignificante grupo de los discípulos. Los números simbólicos 5+2=7 indican totalidad. Todo se pone a disposición de los demás. Al decir que son de cebada, pone en relación este episodio con el de Eliseo; pero marca una gran diferencia: Eliseo dio de comer a cien, con veinte panes. Jesús da de comer a cinco mil con cinco. La propuesta de Andrés es la adecuada pero no sirve. No hay medios suficientes.

Comer recostado era signo de hombres libres. Jesús quiere que todos se sientan personas con su propia responsabilidad. No quiere servidumbres ni dependencias de ninguna clase. Aquí está ya apuntando a la falsa interpretación que van a hacer del signo. El lugar (con artículo determinado) era el modo de designar el templo. Dios no está ya en el templo sino donde está Jesús. La mucha hierba, signo de la abundancia de los tiempos mesiánicos.

Pronunció la acción de gracias (eucaristhsaV). Este dato tiene mucha miga. Se trata de conectar la comida con el ámbito de lo divino (los sinópticos hablan de elevar la mirada al cielo). Se reconoce que el alimento es don de Dios a todos; nadie puede apropiárselo para después sacar provecho de su venta. Una vez liberado del acaparamiento egoísta, todos tendrán acceso a ese bien necesario. Su finalidad primera, alimentar, se eleva para convertirlo en signo de Vida. Solo en este nuevo espacio es posible el compartir.

Recoged los pedazos que han sobrado. Lo sobrado, no tiene sentido de resto, desperdicio sino de sobrante, sobreabun­dante. En la Didaché se llama al pan eucarístico “los trozos” (klasma). Deben recogerlos porque la comunidad tiene que continuar la obra de la entrega. Otra gran diferencia con la experiencia del Éxodo. El maná no duraba de un día para otro; lo que Jesús ofrece tiene valor permanente y hay que cuidarlo. Recordemos que en los Hch se llama a la eucaristía “la fracción del pan”. No es pan, sino pan partido.

Llenaron doce canastas. "doce" no hace referencia a los apóstoles (en Jn no se identifica los discípulos con los 12). Es más probable que haga referencia a las doce tribus de Israel, como símbolo de todo el pueblo que había acompañado a Moisés por el desierto. El profeta que tenía que venir al mundo estaba anunciado en (Dt 18,15). Se trata de un profeta como Moisés que haría los mismos prodigios que él. No reconocen la novedad de Jesús. Siguen creyendo en una salvación venida de fuera, al estilo del A T. Más tarde se establece una clara distinción entre el alimento que les da Jesús y el maná.

El intentar hacerle rey demuestra que no han entendido nada. La multitud queda satisfecha con haber comido. La identificación con Jesús y su mensaje no les interesa. Sus intereses están muy lejos de la exigencia de Jesús. Jesús quiere liberarles, ellos prefieren seguir dependiendo de otro. Jesús les pide generosidad; ellos prefieren recibir gratis. Jesús quiere asociarlos a su obra; ellos quieren descargar en un jefe su responsabilidad. La solución no es el dinero o un milagro externo, sino el saber compartir todo con todos. La verdadera salvación no está en que alguien solucione nuestros problemas. La liberación está en superar el egoísmo y estar dispuesto a dar a los demás lo que uno tiene y lo que uno es.

Se retiró a la montaña él solo. En algunos manuscritos se dice que ‘huyó’ al monte. Jesús sube al lo alto, mientras los discípulos bajan... Ante la total incomprensión de la gente, Jesús no tiene alternativa, se vuelve al monte (lugar de la divinidad). Completamente solo, como Moisés después que el pueblo traicionó a su Dios, haciéndose un ídolo. Este paralelo con Moisés, muestra la gravedad de lo sucedido. Haciendo de Jesús un Mesías poderoso, repiten la idolatría de los israelitas en el desierto. Ambos quieren adorar a Dios, pero bajo la falsa imagen (ídolo) que ellos mismos habían hecho de Él.

El dinero sigue siendo hoy la causa de toda desigualdad. Todo tiene un precio, incluídos los bienes espirituales. La gratuidad y el compartir son conceptos que han desaparecido de nuestra sociedad. Conocemos bien la alternativa; seguimos ante la encrucijada pero aún no hemos tomado una decisión. No somos conscientes de que no tomar el camino espiritual, es ya dejarnos llevar por el hedonismo. La búsqueda de placer a cualquier precio es la tónica de nuestra sociedad. En el mejor de los casos, nos empeñamos en ir por dos caminos opuestos al mismo tiempo. La religión como la mayoría la entiende, nos lleva a la esquizofrenia.

Jesús pudo escapar de la pretensión de aquella gente, pero de nosotros, no puede escapar y lo hemos proclamado rey del universo. Cada uno de nosotros debemos examinar los motivos que nos mantienen unidos a Jesús. ¿Por qué somos cristianos? ¿Por qué venimos a misa? Yo os lo voy a decir: Para asegurarnos sus favores aquí abajo y además, garantiaza una eternidad dichosa en el cielo. ¡Poco han cambiado las cosas! También nosotros seguimos sin querer saber nada del servicio y la entrega a los demás. El evangelio sigue sin estrenar. 

Seguimos tratando de poner lo espiritual al servicio de lo material, que es lo que de verdad nos interesa. No nos interesa lo que Dios quiere de nosotros, sino lo que nosotros esperamos de Dios. No nos importa la visión trascendente de la vida, sino que el Todopoderoso se ponga a nuestro servicio. Si todos los que nos llamamos cristianos empezáramos a compartir, como Jesús nos pide en el evangelio, se produciría la mayor revolución de la historia humana. Si esperamos a compartir cuando hayamos cubierto todas nuestras necesidades, nunca compartiremos nada, porque la técnica del capitalismo hedonista es precisamente aumentar las necesidades a medida que se van satisfaciendo.

sábado, 25 de julio de 2015

Ezequiel Ramin, mártir de la opción por la tierra y por los pobres



Luis M. Modino
Corresponsal en Brasil 

Se cumplen, este 24 de julio, treinta años del martirio del comboniano italiano Ezequiel Ramin. Nacido en Padua el 9 de febrero de 1953 y ordenado sacerdote en 1980, siempre tuvo como aspiración dedicar su vida a la misión entre los más pobres y abandonados, por quienes derramo su sangre en Cacoal, estado de Rondonia, amazonia brasileña.

El Padre Ezequiel Ramin llegó a la diócesis de Ji-Paraná cuando ésta estaba comenzando. Monseñor Antonio Possamai, obispo diocesano en aquella época, señala que encontró allí diversas realidades, la primera la multitud de inmigrantes llegados de todo Brasil, incentivados por el gobierno brasileño, que hacía creer que aquella tierra era El Dorado brasileño. Mucha gente vendió todo y fue a comenzar una nueva vida, pensando que en poco tiempo todos iban a ser ricos. Pero llegando a Rondonia, todavía en plena dictadura militar, la realidad era totalmente diferente y el prometido apoyo del gobierno no existía. Cada uno tenía que arreglárselas como podía.

En esta situación las Comunidades Eclesiales de Base se convirtieron en lugar de resistencia. Era, en opinión de Monseñor Possamai, una diócesis pobre en clero, pero muy rica en laicos, muy comprometidos con la Iglesia y en la lucha por la liberación del pueblo. Juntarse para rezar y construir una pequeña capilla era una de las primeras cosas que los recién llegados hacían.

Dentro de este contexto, los combonianos asumen la misión, en la diócesis de Ji-Paraná, para poder hacer realidad una Iglesia diferente, que amase a aquella gente, una Iglesia que caminase con el pueblo, comprometida con los pobres y atenta a las cuestiones sociales, como orientaba el Vaticano II.

En los primeros meses de 1984, el Padre Ezequiel llega a la comunidad de Cacoal. La gente veía en él a alguien joven, lleno de vida y expectativas y con muchas ganas de trabajar. Rápidamente va a descubrir las grandes desigualdades existentes, incrementadas por el abuso y violencia de los poderosos que invadían las tierras de los pequeños agricultores para aumentar sus latifundios.

Eran tiempos en los que la situación era tensa, lo que, unido al espíritu profético de Ezequiel Ramin, provocaba preocupación entre la gente y los miembros de su congregación, que le pedían que tuviese más paciencia. Su valentía, ganas de seguir en frente y hacer realidad la causa del Evangelio, le convirtieron, en poco tiempo, en un personaje muy popular y con gran carisma. Pero al mismo tiempo en alguien a quien los poderosos consideraban peligroso, pues su mayor alegría era ayudar al pobre, por lo que, en una tierra sin ley, la persecución contra él comenzó.

La hacienda Catuva era una propiedad inmensa en la que se habían instalado un grupo de campesinos sin tierra, que fueron amenazados de muerte. Como todavía reconocen los que en aquel momento estaban acampados en la hacienda, el Padre Ezequiel era quien aconsejaba y defendía a los pequeños, agricultores e indígenas, que luchaban por el reconocimiento de sus tierras.

El día 23 de junio de 1985, el padre Ezequiel, junto con Adilio de Souza, presidente del Sindicato de los Trabajadores Rurales de Cacoal en la época, visita la comunidad de Santa Lucia, donde las esposas de los que estaban acampados en la hacienda Catuva le piden que vaya a aconsejar a sus maridos para evitar entrar en conflicto.

Varias son las personas que le desaconsejaron emprender ese viaje, pero el amor que él manifestaba por el pueblo habló más alto, convirtiéndose en testigo de ese amor de Dios que da la vida por los otros. Llegado a la hacienda entabla una conversación con los campesinos que allí se encontraban e intenta dialogar con los pistoleros que continuamente vigilaban a los acampados, quienes por sorpresa y a traición acabaron con su vida a tiros.

La lectura de las Bienaventuranzas resonó entre las cuatro paredes de una Iglesia abarrotada, en cuanto una cruz, de la que colgaba la camisa ensangrentada que el Padre Ezequiel vestía en la hora de su martirio, entraba pausadamente en medio de una fuerte tensión popular. Católicos, evangélicos, indígenas, campesinos, los pobres de Yahveh…, clamaban y se rebelaban ante la muerte del profeta de la opción por la tierra y por los pobres. Todavía recuerdo con emoción la entrada de esa misma camisa en el Intereclesial de las Comunidades Eclesiales de Base que tuvo lugar en 2009, en Porto Velho, capital del estado de Rondonia, donde él murió.

Monseñor Antonio Possamai señala que “la sangre los mártires es semilla de nuevos cristianos, hubo muchas persecuciones, en muchos lugares, pero también hubo un tiempo de florecimiento en la cantidad, en el compromiso, en el nacimiento de pequeñas comunidades, en centros de formación…”

La memoria del Padre Ezequiel Ramin continúa presente en las organizaciones populares, que sienten su valentía en la lucha por la liberación del pueblo, de alguien que no tuvo reparo en dar la propia vida para defender la causa de los más pobres y oprimidos, siendo llamado a sembrar justicia, esperanza y vida, desde la fidelidad a Dios. Es la vieja lucha por Tierra, Techo y Trabajo, que algunos siempre enfrentaron desde la fe, y que hoy asume, sin reparos, aquel a quien el Señor le confió conducir la Barca de Pedro.

Que la letra del Padre Nuestro de los Mártires, compuesto por Cireneu Kunh, religioso del Verbo Divino, viendo la foto del Padre Ezequiel acribillado a balazos, y que siempre está presente en la vida de la Comunidades Eclesiales de Base, pueda ayudar a seguir descubriendo la presencia de Dios en los que continúan dando la vida por el Reino:


Padre nuestro, del pobre y del marginado,
Padre nuestro, de mártires y torturados.
Tu nombre es santificado en aquel que muere al defender la vida,
Tu nombre es glorificado, cuando la justicia es nuestra medida,
Tu reino es de libertad, de fraternidad, paz y comunión,
Maldita toda violencia que devora al hombre por la represión.

Hágase tu voluntad, en el ser verdadero Dios liberador,
No vamos seguir la doctrina amañada por el poder opresor.
Pedimos el pan de la vida, pan de la esperanza, el pan de los pobres.
El pan que trae humanidad y reconstruye al hombre en vez de cañones.

Perdónanos cuando por miedo quedamos callados delante la muerte,
Perdona y destruye el reino de la corrupción como ley más fuerte.
Protégenos de la maldad, de los prepotentes, de los asesinos
Dios Padre revolucionario, hermano del pobre, Dios del oprimido.

viernes, 24 de julio de 2015

10 AÑOS DE TELESUR. PERIODISMO DE LOS PUEBLOS DE AMERICA LATINA


"En estos duros tiempos en que los pueblos del mundo elevan sus voces pidiendo: justicia, pan, "TECHO, TIERRA, TRABAJO Y PAZ"; la mayoría de los "medios de comunicación" son oscuros negocios dedicados a defender la guerra, el saqueo y la miseria. En medio de esta realidad ha crecido Telesur, como un signo y desafío de dignidad desde la Patria Grande.

Nos unimos con alegría a su aniversario y hacemos nuestras las palabras del Comandante Fidel Castro en su carta de congratulación. Equipo de la Iglesia de a pie. "


CARTA DE FIDEL A TELESUR EN SU 10mo ANIVESARIO