MONS. GONZALO LOPEZ M.

MONS. GONZALO LOPEZ M.

lunes, 30 de abril de 2018

Padre Pedro Pierre: EL PROFETA ASESINADO


Padre Pedro Pierre

Es en este mes se recuerda en todos los continentes los 50 años el asesinato del pastor negro, Martín Luther King, el mayor profeta norteamericano. Tenía apenas 39 años. Su liderazgo y su muerte consiguieron, sin violencia, que en Estados Unidos los negros fueran reconocidos ciudadanos iguales a los blancos y que terminara -a lo menos se redujera significativamente en las leyes- la discriminación racial. Decía: “Hemos aprendido a volar como los pájaros, a nadar como los peces, pero no hemos aprendido el sencillo arte de vivir como hermanos”. Felizmente por esos años me habían regalado un de sus libros “La fuerza del amor” del que me quedó la siguiente afirmación: “El odio no suprime el odio. Sólo el amor lo logrará”.

En 1964 había sido honrado con el Premio Nobel de la Paz, por su defensa de sus hermanos de raza y su opción por la no violencia activa y colectiva. “La violencia crea más problemas sociales que los que resuelve”. Ya en el 2006, en una conferencia pronunciada en la Universidad Howard (Washington) había afirmado: "Este país se fundó y está dirigido según un principio racista: Creemos en la superioridad blanca y en la inferioridad negra... más que en el propio Dios". En 1963, 6 años antes de su asesinato, había pronunciado en Washington, capital de los Estados Unidos, delante de 250,000 personas, su famoso discurso mundialmente conocido por su lema: “I have a dream”, o sea, “Tengo un sueño”.

“Tengo un sueño: que un día sobre las colinas rojas de Georgia los hijos de quienes fueron esclavos y los hijos de quienes fueron propietarios de esclavos serán capaces de sentarse juntos en la mesa de la fraternidad. Tengo un sueño: que un día incluso el estado de Mississippi, un estado sofocante por el calor de la injusticia, sofocante por el calor de la opresión, se transformará en un oasis de libertad y justicia… Ésta es nuestra esperanza.”

Comprometámonos con lo que solía repetir: “La protesta no violenta es la más eficaz de las armas de los oprimidos”.

domingo, 29 de abril de 2018

Carmelitas descalzas de Hondarribia, con la víctima de 'La Manada': "Hermana, yo sí te creo"


José M. Vidal

La Conferencia episcopal guarda silencio, los obispos callan y los curas enmudecen, ante la alarma social que prende en todo el país ante la sentencia del caso de 'La Manada'. Son las monjas de clausura de las Carmelitas e Hondarribia las únicas del universo religioso que, al menos por ahra, levantan la voz y se suman al clamor popular del 'Yo sí te creo', en defensa de la víctima.

En una nota publicada en Facebook, las monjas explican su forma de vida "con ropa hasta los tobillos", sin salir, sin fiestas, sin probar alcohol y con voto de castidad. Una vida que definen como "una opción que no nos hace mejores ni peores que nadie, aunque paradójicamente nos haga más libres y felices que muchas"

Las monjas de clausura aseguran que, precisamente por eso, por haber tomado una opción libre, defenderán siempre con todos los medios a su alcance "el derecho de todas las mujeres a hacer libremente lo contrario, sin que sean juzgadas, violadas, amedrentadas, asesinadas o humilladas por ello".

Una de las religiosa de esta congregación, la hermana Patricia, ha señalado, en declaraciones a Radio Euskadi que recoge Europa Press, que "no se puede aceptar que se cometa una atrocidad de éstas y la que sea juzgada, condenada y humillada públicamente sea la víctima".

Sobre la razón que le llevó a escribir este comentario, ha indicado que es uno de los medios que tienen a su alcance para expresar su solidaridad con "esa mujer en concreto y con todas las mujeres que tienen que pensárselo dos veces antes de cruzar una calle oscura, antes de ir solas a casa, que tienen que hacer planes para saber con quién vuelven, cuándo vuelven, cómo vuelven y que encima tienen que sentirse juzgadas y amenazadas por ello".


"Hay muchas cosas que nosotras tampoco sabemos, pero sí que pensábamos que desde nuestra posición, es una posición de alguna manera transversal, es importante decir: esto no es una reivindicación de una pocas, es una reivindicación de toda la sociedad, y nosotras que estamos aquí en clausura y que no salimos por la noche, también nos sentimos amenazadas y también nos sentimos implicadas en todo esto y en todo lo que atañe en el fondo a una injusticia", ha señalado.

En este sentido, ha dicho no entender la sentencia, que absuelve a los cinco acusados de un delito de agresión sexual, que es lo que cualquiera de ellas sienten "simplemente con escucharlo".

Asimismo, ha asegurado que también las monjas "forman parte de esto, en primer lugar por ser mujeres, y por todas las mujeres que nos rodean y nos importan, y simplemente por ser personas". "Esto no es una guerra entre hombres y mujeres. Esto es algo que no se puede admitir, no se puede aceptar que se cometa una atrocidad de éstas y la que sea jugada, condenada y humillada públicamente sea la víctima", ha concluido.

Este es le texto completo del comunicado de las Carmelitas de Hondarribia

'Nosotras vivimos en clausura, llevamos un hábito casi hasta los tobillos, no salimos de noche (más que a urgencias), no vamos a fiestas, no ingerimos alcohol y hemos hecho votos de castidad. Es una opción que no nos hace mejores ni peores que nadie, aunque paradójicamente nos haga más libres y felices que a muchas. Y porque es una opción LIBRE, defenderemos con todos los medios a nuestro alcance (este es uno) el derecho de todas las mujeres a hacer LIBREMENTE lo contrario sin que sean juzgadas, violadas, amedrentadas, asesinadas o humilladas por ello. HERMANA, YO SÍ TE CREO«.

 

viernes, 27 de abril de 2018

Leonardo Boff: Lula, el carismático líder servidor


Leonardo Boff

Toda sociedad refuerza su identidad a través de grandes símbolos que le hacen ganar nitidez y le indican una dirección. Esos símbolos se encuentran en los monumentos referenciales como el Cristo del Corcovado, o en una ciudad entera como Brasilia, o en las imágenes de los profetas de Aleijadinho, en las estatuas que adornan las plazas y otras. Los nombres de las calles reavivan la memoria de escritores, de poetas, de artistas, de figuras que permanecen en la conciencia colectiva. En el mundo político no se puede negar la predominancia de Getúlio Vargas, uno de los mayores líderes políticos de nuestra historia, que dio otro rumbo a Brasil y lo introdujo en el mundo moderno, beneficiando particularmente a la clase trabajadora.

En esta línea se sitúa la figura de Luiz Inácio Lula da Silva. Nadie puede negarle el carisma que tiene reconocido nacional e internacionalmente. Lo decisivo de su figura carismática es que proviene de las clases abandonadas por las élites que siempre ocuparon el Estado y elaboraron políticas que les beneficiaban a ellas, de espaldas al pueblo. Nunca tuvieron un proyecto para Brasil, sólo para sí mismas.

De repente, irrumpe Lula en el escenario político con la fuerza de un carisma excepcional, representando a las víctimas de la tragedia brasileña, marcada por una desigualdad-injusticia social de las mayores del mundo. Incluso teniendo que aceptar la lógica del mercado capitalista, perversa porque es excluyente y por eso antidemocrática por naturaleza, logró abrir brechas que beneficiaron a millones de brasileños, comenzando con el programa 'Hambre Cero' y siguiendo con otras varias políticas sociales.

Los que le critican de populista y asistencialista no saben lo que es el hambre, que Gandhi afirmaba que era "un insulto, porque humilla, deshumaniza y destruye el cuerpo y el espíritu; es la forma más asesina que existe". Siempre que se hace algo en beneficio de los más necesitados, surge la crítica de las élites adineradas y de sus aliados, de populismo y de asistencialismo cuando no de uso político de los pobres. Olvidan lo que es elemental en una sociedad mínimamente civilizada: la primera tarea del Estado es garantizar y cuidar la vida de su pueblo, y no dejarlo en la exclusión y en la miseria que hacen víctimas a sus niños y los hacen morir antes de tiempo. La ola de odio y de difamación que brota actualmente en el país nace del espíritu de los herederos de la Casa Grande: el desprecio que dedicaban a los esclavos lo han pasado a los pobres, a los negros, especialmente a las mujeres negras y a otras pobres.

Lula con sus proyectos de inclusión no sólo sació el hambre y atendió a otras necesidades de casi 40 millones de personas, sino que les devolvió lo más importante, que es la dignidad y la conciencia de que son ciudadanos e hijos e hijas de Dios.

El verdadero líder sirve a una Causa que más allá de él mismo. Como Presidente, Lula, hijo de la pobreza nordestina, se propuso que ningún brasilero tuviese que pasar hambre. Cuántas veces personalmente le oí decir que todo el sentido de su vida y de su política era dar centralidad a los pobres y arrancarlos del infierno de la miseria. Una vez, viniendo en coche con él desde São Bernando, al pasar por un lugar solitario, hizo parar el auto para confesarme: "muchas veces, saliendo de la fábrica, me senté aquí en esa hierba y lloraba porque no tenía nada para llevar a mis hermanos que en casa pasaban hambre". Como Jefe de Estado quiso crear las condiciones para que nadie tuviese que llorar por hambre.

Lula fue y es un líder servidor de esta Causa. El líder carismático servidor habla a lo profundo de las personas. De ahí nace el entusiasmo y atracción que suscita. Cuántas veces, en mis andanzas por las comunidades de la periferia oí esta frase: "Lula fue el único que pensó en nosotros, los pobres, e hizo cosas buenas para nosotros". De él se pueden apuntar limitaciones, que pertenecen a la condición humana, incluso equivocaciones políticas, pero jamás se podrá decir que abandonó el propósito básico de su vida y de su acción política. Señal de ello es que pasaba las Navidades con los mendigos, cuidados por el Padre Júlio Lancelotti, bajo un puente en São Paulo. Se encontraba a sus hermanos y hermanas de destino mostrándoles solidaridad y compañía.

La saña de los que quieren un Brasil de privilegios para pocos, ha conseguido aprisionarlo. Pero el sueño de un Brasil rico, ya sin miserables, jamás podrá ser apresado. Lula con su sueño es inmortal y se hace, como se dice en la tradición judía, "un justo entre las naciones".

Estos pocos ejemplos muestran cómo se puede ser un líder político servidor del pueblo y suscitar en sus seguidores el mismo espíritu de servicio solidario y constructivo.

Tal actitud apunta a otro tipo de Brasil, que queremos y merecemos, animado por representantes que hacen de la política, al decir de Gandhi "un gesto amoroso para con el pueblo y un cuidado por todo lo que es común". Lula se inscribe en esta honrosa tradición.

viernes, 20 de abril de 2018

Padre Pedro Pierre: ¡LIBERTAD PARA ASSANGE!


Padre Pedro Pierre

Es el llamado que se escucha cada vez más fuerte y por muchas partes. Escandaliza que un ciudadano australiano con la nacionalidad ecuatoriana esté encerrado, prisionero en la embajada de Ecuador en Londres desde 6 años por la razón de que el gobierno inglés lo quiere entregar a la justicia norteamericana. El gobierno sueco le retiró el juicio que había entablado contra él por falta de pruebas. El ‘pecado’ de Assange es principalmente informar sobre acontecimientos ocultos de los gobiernos que intervienen militarmente en otros países, en particular los que tienen mucho petróleo.

Assange no es un pirata, un “hacker” de la información como los grandes medios de comunicación sumisos a Estados Unidos nos lo quieren hacer creer. Assange es el fundador de una editorial online, WikiLeaks, que difunde las revelaciones de los denunciantes, quienes respondiendo a sus deberes como ciudadanos, exponen ilegalidades cometidas por el gobierno. En las Naciones Unidas un grupo de trabajo equiparó el confinamiento de Assange a una “detención arbitraria e injusta” y conminó a los gobiernos británico y sueco a poner fin a su persecución. El problema no es Assange; es el gobierno de Inglaterra, que no respeta las recomendaciones de la ONU, poniendo en riesgo su seguridad y su vida.

Recientemente, desde la embajada ecuatoriana, se le cortó la comunicación con el exterior, acusándolo de injerencia en asuntos de otros países. Llama la atención que a un periodista se lo acuse de ‘injerencia’ cuando su trabajo es de informar. Más bien debe seguir protegido y ayudado para que recupere su libertad. Es de estos personajes de estatura mundial que son capaces de vivir, sufrir, ser acusado y calumniado por defender una de las causas más grande de la humanidad: informarnos de lo que exactamente pasa en nuestro mundo cuando se destruye personas, pueblos y libertades.

Assange nos provoca a preguntarnos qué causas grandes defendemos nosotros, porque uno es tan grande como la causa por la que es capaz de dar la vida.

martes, 17 de abril de 2018

José M. Vidal: "Mi papá ha muerto, ¿está en el cielo?", le pregunta un niño llorando al Papa


José M. Vidal

 Visita del Papa a la parroquia romana de San Pablo de la Cruz, en un barrio de la periferia. Antes de la eucaristía, el párroco había elegido a unos cuantos niños, para que le hiciesen preguntas al Papa. Uno de los elegidos, era Emanuele, que, cuando le llegó su turno, se puso a llorar desconsoladamente, tapándose la cara, todo avergonzado. Lo que le iba a preguntar era: "MI papá, que ha muerto, está en el cielo?".

El Papa-párroco le pidió que se acercase, con esa suavidad y ese tacto tierno de abuelo. El niño se acercó entre llantos y sollozos. El Papa lo abrazo, lo arropó y, durante unos minutos le preguntó por qué lloraba.

Tras la conversación, Emanuel regresó a su sitio, con los demás niños, un poco más calmado y el Papa comenzó su catequesis, tras pedirle permiso al niño, para contar su confidencia.

"Quizá todos nosotros podríamos llorar como Emanuele cuando tenemos un dolor como tiene él en el corazón. Él lloraba por el papá. Ha tenido el coraje de hacerlo delante de nosotros", dijo el Papa.

Y contó, en pocas palabras, que el niño le había hablado de las bondades de su padre y le había preguntado: ¿Está en el cielo?.

"Qué hermoso que un hijo diga que su papá era bueno. Bello testimonio de aquel hombre para que sus hijos puedan decir de él ‘era un hombre bueno'. Si ese hombre ha sido capaz de tener hijos así, es verdad que era un gran hombre", añadió.

"Aquel hombre no tenía el don de la fe, no era creyente, pero ha hecho bautizar a los hijos. Tenía el corazón bueno. Y él (Emanuele) tenía la duda de que el papá, al no ser creyente, no pudiese ir al cielo".

Y Francisco, dirigiéndose a los niños, les preguntó: "Pero, ¿cómo es el corazón de Dios delante de un papá así?, ¿cómo les parece a ustedes?. Un corazón de papá. Dios tiene un corazón de papá".


"Y delante de un papá no creyente que ha sido capaz de bautizar a los hijos, de darles esa grandeza a los hijos, ¿ustedes piensan que Dios sería capaz de dejarlo lejos de ti (Emanuele)? ¿Piensan eso?"

"¿Dios abandona a sus hijos cuando son buenos?", preguntó. Los niños respondieron que "no" y Francisco le dijo al pequeño: "Bueno Emanuele, esta es la respuesta".

"Dios seguramente estaba orgulloso de tu papá, porque es muy fácil que siendo creyente se bautice a los hijos; que siendo no creyente, bautizarlos. Y seguramente esto a Dios le ha gustado mucho".

"Habla con tu papá, reza a tu papá. Gracias Emanuele por tu valentía", concluyó Francisco.

Después, entró en la iglesia, para celebrar la eucaristía. Y recordó a los fieles, en una homilía imporvisada, que "es menos peligroso tener la verdad de la Resurrección en la mente que en el corazón", porque "el pecado siempre envejece".


Algunas frases de la homilía del Papa


"Los discípulos sabían que Jesús había resucitado. Lo había dicho María Magdalena y Pedro lo había visto"


"Sabían que había resucitado"

"Pero quella verdad no había entrado en su corazón"

"Sabían, pero dudaban. Preferían tener aquella verdad en la mente. Es menos peligroso tener una verdad en la mente que en el corazón"

"Estaban reunidos y apareció el Señor. Primero, se asustaron y pensaron que era un fantasma".

"No, tocadme, ved las llagas...soy yo"

"¿Por que´dudaban?"

"Hay una palabra en el Evangelio que nos da la explicación: Porque por la alagería no podían creer"

"Era tanta aquella alegría...no podían creer que fuese posible tanta alegría"

"La alegría que lleva Cristo"

"Nos pasa, cundo nos dan una buena noticia..."

"No podían dejar pasar la verdad que veían al corazón"

"Ésta es la renovada juventud que nos trae el Señor"

"Acostumbrados a envejecer con el pecado. El pecado siempre envejece y cansa el corazón"


"Perdemos la fe en Cristo resucitado"

"Sí, está vivo, pro en el cielo"

"Juan, en al segunda lectura: 'Si alguno pecó tenemos un abogado ante el Padre"

"El Resucitado nos rejuvenece"

"El Cristo que quiere defendernos, el abogado"

"Pidamos la gracia de creer que Cristo está vivo y resucitado"

"Si creemos esto, lo demás es secundario"

"Cristo está vivo y resucitado en medio de nosotros"

"Si no lo creemos, no podremos ser buenos cristianos"

"Pidamos al Señor la gracia de que la alegría no nos impida creer"

"Es siempre la alegría que nos hace jóvenes"

"Pidamos la gracia de ser una comunidad alegre"




jueves, 12 de abril de 2018

Leonardo Boff: Lo que está en juego en la actual crisis brasileira: ¿recolonización o refundación?


Leonardo Boff


La derrota de Lula en el STF a propósito del rechazo del habeas corpus y su eventual prisión, revela la vuelta de las fuerzas del atraso que perpetraron el golpe parlamentario, jurídico y mediático contra Dilma Rousseff en 2016. La gran cuestión no se restringe a la difamación de nuestro mayor líder, condenado sin pruebas convincentes, y a la sangría del PT. Se están enfrentando dos proyectos que van a definir nuestro futuro: larecolonización o la refundación.

El proyecto de la recolonización fuerza a Brasil a ser mero exportador de commodities. Esto implica desnacionalizar nuestro parque industrial, nuestro petróleo, las grandes instituciones estatales. Se trata de dar el mayor espacio posible al mercado competitivo y nada cooperativo y reservar al Estado solamente funciones esenciales mínimas.

Este proyecto cuenta con aliados internos y externos. Los internos son aquellos 71.440 multimillonarios censados por el IPEA que controlan gran parte de las aportaciones del país. El aliado externo son las grandes corporaciones multinacionales, interesadas en nuestro mercado interno y, principalmente, el Pentágono que vela por los intereses globales de Estados Unidos.

El gran analista de las políticas imperiales, recientemente fallecido, Moniz Bandeira, Noam Chomsky y Snowden nos revelaron la estrategia de dominación global. Se rige por tres ideas fuerza: la primera, un mundo y un imperio; la segunda, la dominación de todo el espacio, abarcando el planeta con cientos de bases militares, muchas de ellas con ojivas nucleares; la tercera, la desestabilización de los gobiernos progresistas que están construyendo un camino de soberanía y que deben ser alineados a la lógica imperial. La desestabilización no se hará por vía militar, sino por vía parlamentaria. Se trata de destruir los liderazgos carismáticos, como el de Lula, difamar el mundo de lo político y desmantelar políticas sociales para los pobres. Un contubernio ha sido organizado entre parlamentarios venales, estratos judiciales, del ministerio público, de la policía federal y por aquellos que siempre apoyaron los golpes particularmente los grandes medios.

Depuesta la presidenta Rousseff, todos los elementos político-sociales a decir verdad empeoraron sensiblemente.

El otro proyecto es el de la refundación de nuestro país. Es un proyecto que viene de muy atrás, pero ganó fuerza bajo los gobiernos del PT y aliados, para el cual la centralidad era dada a los millones de hijos e hijas de la pobreza. No sólo mejoró la vida de ellos, sino que rescató su dignidad humana, siempre humillada. Este es un dato civilizatorio de magnitud histórica.

Este proyecto de la refundación de Brasil, proyectado sobre otras bases, con una democracia construida a partir de abajo, participativa, socio-ecológica, constituye la utopía esperanzada de muchos brasileños.

La sostendrán tres pilares: nuestra naturaleza de singular riqueza y fundamental para el equilibrio ecológico del planeta; nuestra cultura, creativa, diversa y apreciada en el mundo entero y, finalmente, el pueblo brasileño inventivo, hospitalario y místico.

Estas energías poderosas podrán construir en los trópicos, una nación soberana y ecuménica que integrará los millones de desheredados y que contribuirá a la nueva fase planetaria del mundo con más humanidad, ligereza, alegría y fiesta, a ejemplo de los carnavales. Pero hay que derrotar a las élites del atraso.

No anunciamos optimismo, sino esperanza en el sentido de San Agustín, obispo de Hipona, hoy Argelia. Bien dijo: la esperanza incluye la indignación para rechazar lo que es malo y el coraje para transformar lo malo en una realidad buena. Una sociedad sólo puede sostenerse sobre una igualdad razonable, con justicia social y la superación de la violencia estructural. Este es el sueño bueno de la mayoría de los brasileños.

miércoles, 11 de abril de 2018

Da Rocha: "Brasil necesita hoy que la Iglesia dé testimonio de comunión, de unidad fraterna"

La detención de Lula marca la Asamblea de los obispos brasileños


Luis Miguel Modino
Brasil

El momento político que vive Brasil, acentuado con la prisión del ex-presidente Lula da Silva este último sábado, 7 de abril, se convierte en un elemento que puede influir decisivamente en la 56ª Asamblea General de los Obispos de Brasil que se inicia este día 11 en Aparecida, sede del Santuario Nacional.

Al contrario de lo que ha sucedido con diferentes diócesis y organismos dependientes de la CNBB, Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil, por sus siglas en portugués, el episcopado brasileño no se ha pronunciado en su conjunto ante el momento actual, que muchos califican de histórico y que una vez más pone en jaque a la siempre débil democracia brasileña. El episcopado, que no podemos olvidar está compuesto por más 500 prelados, si tenemos en cuenta a los obispos eméritos, está dividido, como sucede con la propia sociedad brasileña.

De un lado nos encontramos la actitud de Monseñor Angélico Sándalo Bernardino, obispo emérito de Blumenau y anteriormente obispo auxiliar de São Paulo, en los tiempos en que el Cardenal Paulo Evaristo Arns, uno de los obispos que más abiertamente se enfrentó al gobierno de la dictadura militar, era su arzobispo. El prelado, amigo personal de Lula da Silva desde hace muchos años, participó de una celebración ecuménica, en el mismo día de la detención del ex-presidente, en memoria de su esposa, Marisa Leticia, fallecida el pasado año y que esa fecha cumplía años.

Según el obispo emérito de Blumenau, "se optó por una Celebración de la Palabra de acuerdo con el grave momento por el que pasa Brasil, víctima del reciente golpe llevado adelante por grandes intereses económicos, con la aprobación del Parlamento y ahora la politización del judiciario. No se trata de celebración político partidaria y sí de súplica por la Paz, fruto de la verdad, justicia, misericordia y amor fraterno".


Las reacciones no se hiceron esperar, inclusive con ataques en la web y redes sociales contra la Conferencia Episcopal de Brasil, una actitud que se viene repitiendo en los últimos tiempos por grupos conservadores que ante cualquier declaración episcopal o evento eclesial contrario a sus posiciones, no dudan en descalificar e insultar a la propia CNBB.

Por otro lado, ante la actitud de Monseñor Angélico, la Archidiócesis de São Paulo ha emitido una nota en la que señala que "fue una iniciativa personal de quien promovió el acto" y que el arzobispo, el Cardenal Odilo Scherer, "lamenta la instrumentalización política del acto religioso". También ha habido muchas muestras de apoyo a la actitud de Monseñor Sándalo Bernadino, la más divulgada y vehemente, surgió de la Iglesia Pueblo de Dios en Movimiento. Visiones enfrentadas dentro de la misma Iglesia y conferencia episcopal, que en opinión de muchos, pueden provocar algún tipo de tensión a lo largo de los próximos días.

El Consejo Indigenista Misionero, en nota pública, ha calificado la prisión de Lula como "una estrategia de los grandes conglomerados empresariales", denunciando que "parte del judiciario se curva a los intereses privados elitistas basando decisiones persecutorias en un pseudo discurso anticorrupción", siendo un paso más "de la persecución, de la criminalización y de la represión contra líderes y movimientos sociales que ayudan a organizar la resistencia contra la rapiña de los derechos de la población y del patrimonio público en el país".


En términos similares, la Comisión Pastoral de la Tierra, califica la prisión del ex-presidente, al que define como "preso político", como instrumento para "consolidar la sumisión nacional a los intereses ilimitados del capital global", y junto con eso, "para impedir que la vuelta de Lula se concrete y venga a deshacer medidas de concentración de riqueza y poder". Un comportamiento que, según la nota, no es el mismo "para otros líderes, de otros partidos, practicantes de crímenes notorios". Es una situación, según la CPT, que quiere "nutrir estratégicamente el odio, la intolerancia y el prejuicio, expresiones del fascismo social, en que sólo vale el individuo con sus intereses privados, no más la sociedad y el compartir colectivo de bienes comunes y públicos".

La Prelatura de São Félix do Araguaia, con su Obispo Monseñor Adriano Ciocca Vasino y su Obispo emérito Monseñor Pedro Casaldáliga, junto con los agentes de pastoral, también se han pronunciado, pues "desde 2013, constatamos la persecución violenta a los gobiernos populares (Lula y Dilma), a los militantes y a todos los que buscan construir una sociedad justa y digna para todos en Brasil y en América Latina, oponiéndose a la dictadura del capital internacional". Movidos por los "clamores en defensa de la Democracia, por la superación de las desigualdades", dicen estar dispuestos a continuar "luchando por la utopía del Reino", teniendo como motivación que "nuestras causas valen más que nuestras vidas", palabras del propio Casaldáliga, a quien muchos consideran uno de los grandes profetas de los últimos 50 años y que pastoreó la Prelatura por más de 30 años.


Son sólo algunos ejemplos de los muchos pronunciamientos llevados a cabo en el país en los últimos días dentro del ámbito de la Iglesia católica en referencia a la prisión del ex-presidente. No cabe duda que esta es una situación seguida de cerca por el Papa Francisco, pues no en vano, él se encontró para una larga conversación con el Cardenal Sergio da Rocha, Presidente del episcopado brasileño, este último 6 de abril, fecha en que durante la madrugada el Supremo Tribunal Federal se había pronunciado a favor de la prisión de Lula da Silva. En declaraciones a Cristiane Murray, publicadas por Vatican News, el arzobispo de Brasilia, declaraba el "amor inmenso por Brasil, por la Iglesia en Brasil, por el pueblo brasileño" por parte del obispo de Roma.

Al ser preguntado por la situación que el país vive, insistía en que "Brasil necesita hoy que la Iglesia dé testimonio de comunión, de unidad fraterna", aspecto que él mismo relataba que estuvo presente en su diálogo con el Papa Francisco. El cardenal señalaba que "la comunión es una exigencia de la evangelización. Jesús dice que estemos unidos, para que el mundo crea", palabras que dejan trasparecer una creciente preocupación ante la división cada vez más explícita dentro de la Iglesia brasileña. Junto con ese aspecto, recordaba unas palabras del Papa en su visita a Aparecida, "no se dejen robar la esperanza".


Dentro del programa de la Asamblea, que se extenderá hasta el próximo día 20, cabe destacar el tema central: "Directrices para la formación de los presbíteros de la Iglesia en Brasil", que pretende reflexionar, a partir del texto elaborado por una comisión presidida por el Arzobispo de Porto Alegre, Monseñor Jaime Spengler, no sólo sobre la formación en los seminarios, sino también sobre la propia formación permanente del clero, aspecto poco cuidado hasta ahora en la Iglesia brasileña.

Junto a este aspecto, en la programación aparecen otros nueve temas llamados prioritarios, entre ellos "la presencia de la Iglesia en la ciudad", que coincide con la reflexión del último Intereclesial de las comunidades eclesiales de base, celebrado el pasado enero, sobre la evangelización del mundo urbano, y otros seis temas llamados diversos, destacando el actual Año del Laicado y el Sinodo de la Pan-Amazonia, en el que la Iglesia de Brasil, que ocupa el 60% del territorio amazónico, debe tener un papel destacado. De hecho, en el llamado Consejo Presinodal, que se reunirá por primera vez en esta semana en Roma, como también ocurrirá en el propio Sínodo, el grupo mayor es el que representa a la Iglesia de Brasil. También aparecen en la programación, una serie de comunicaciones sobre aspectos más concretos y diferentes eventos que tendrán lugar próximamente.


Muchas expectativas ante un encuentro del que se esperan profundas reflexiones que puedan orientar la vida de la Iglesia y de la sociedad brasileña. No en vano, el episcopado brasileño fue durante décadas uno de los principales referentes en la construcción del país y una de las entidades con mayor autoridad moral. Algunos no quieren perder esa dimensión, como señalaba Monseñor Gilberto Pastana de Oliveira, obispo de Crato, en una reciente entrevista a Religión Digital, en la que decía que "el episcopado brasileño está muy preocupado con el momento que estamos viviendo y ciertamente ahora en la asamblea se pronunciará en relación a ese momento histórico vivido en Brasil".

Dejar pasar el momento, sería motivo para que algunos calificasen al episcopado brasileño como medroso. Pero al mismo tiempo, cualquier pronunciamiento que defienda la Democracia y los derechos de los más pobres, que constantemente pretende aniquilar el actual gobierno, puede hacer que otros colectivos tilden a esos mismos obispos de comunistas, como ya ha sucedido con algunas de las últimas notas. Esto muestra que la situación no es fácil, pero eso no puede ser disculpa para dejar de dar una respuesta a la luz de la Doctrina de la Iglesia y, sobre todo, del Evangelio, donde Jesús siempre estuvo al lado las víctimas del sistema.


martes, 10 de abril de 2018

Padre Pedro Pierre: “RESUCITARÉ EN EL PUEBLO…”


Padre Pedro Pierre

Desde su asesinato en 1980, monseñor Oscar Romero, arzobispo de San Salvador, había sido reconocido santo por los cristianos latinoamericanos. Recién el Vaticano decidió confirmar este reconocimiento popular. Ha calificado su asesinato de ‘crimen de odio a la fe cristiana’ y lo presenta como ejemplo de pastor solidario con los pobres y atropellados, hasta el martirio.

Hace poco el papa Francisco hizo un comentario muy llamativo: “Mártir antes y después de su asesinato”. Veamos: “El martirio de monseñor Romero no fue puntual en el momento de su muerte. Fue un martirio, testimonio de sufrimiento anterior, persecución anterior, hasta su muerte, pero también posterior, porque, una vez muerto, -yo era sacerdote joven y fui testigo de eso-, una vez muerto, fue difamado, calumniado, ensuciado. Su martirio se continuó incluso por hermanos suyos en el sacerdocio y el episcopado. No hablo de oídas; he escuchado esas cosas, o sea, que es lindo verlo también así, un hombre que sigue siendo mártir -bueno, ahora yo creo que casi ninguno se atreve-, pero que, después de haber dado su vida, siguió dándola, dejándose azotar por todas esas incomprensiones y calumnias. Eso da fuerza. Sólo Dios sabe las historias de las personas y cuántas veces a personas que han dado su vida o han muerto, se las sigue lapidando con la piedra más dura que existe en el mundo: la lengua”.

Así es la Semana Santa: pasión, muerte y resurrección, ayer con Jesús, hoy con monseñor Romero y cuántos más mártires latinoamericanos que fueron y siguen siendo asesinados por defender a los pobres, ‘calumniados, difamados, ensuciados hasta después de su muerte’. La resurrección de Jesús nos hace decir que “creían haberlos matado, pero son más vivos que nunca”. Decía monseñor Romero: “Si me matan, resucitaré en el pueblo…”Que estos testimonios sean semillas de mujeres y varones valientes, en particular entre los jóvenes, como acaba de decirlo el mismo papa Francisco: “¡Necesitamos jóvenes profetas que hagan soñar a los ancianos!”.

jueves, 5 de abril de 2018

Leonardo Boff: La Ressurrección como una revolución en la evolución


Leonardo Boff

En la siguiente entrevista del 27 de marzo de 2018 Boff explica que “la Resurrección es la concreción de la utopía predicada por Jesús, el Reino de Dios que implica la superación de morir y de la muerte”. Pero ¿cómo comprenderlo dejando de lado pruebas (científicas) concretas? Es ahí donde, según el teólogo, se inscribe como alternativa la narrativa mítica. “El mejor camino es elaborar narrativas y proyectar mitos que, en el sentido moderno del término, son un medio de expresar lo indecible. El mito no inventa el hecho, le da una forma para que podamos comprenderlo”, explica.

Lea la entrevista completa.

IHU On-Line – ¿En qué medida la Modernidad perturba el entendimiento pleno del concepto de Resurrección?

Leonardo Boff – No veo que la Modernidad tenga interés en el tema de la Resurrección, no los autores que conozco. Sí se preocupan por el tema de la muerte. Por otro lado, si tenemos un concepto más profundo del ser humano, ahí sí apunta el tema de la Resurrección. Si aceptamos que el ser humano es un proyecto infinito y está devorado por un deseo que no conoce límites, como Aristóteles y Freud reconocieron, ahí se plantea la pregunta: ¿cuál es el objeto adecuado a su impulso infinito y al oscuro objeto de su deseo infinito?

Sólo un infinito sacia nuestra sed de infinito, sólo una vida que es eterna hace descansar el deseo. Es la famosa experiencia agustiniana del “cor inquietum” que sólo descansa cuando encuentra a Dios. El sentido de la vida es más vida, es la plenitud de la vida. Es lo que los cristianos llamamos Resurrección.

IHU On-Line – ¿En qué consiste el “resucitar” según la Teología y la Antropología?

Leonardo Boff – La Resurrección no puede ser identificada con la reanimación de un cadáver como el de Lázaro que, finalmente, acabó muriendo. La resurrección es la irrupción del “novissimus Adam” de San Pablo (1Cor 15,45). Es decir, es la completa realización de todas las incontables virtualidades presentes en el ser humano. Si es un proyecto infinito, la Resurrección representa el momento en que estas virtualidades llegan a su plena floración.

IHU On-Line – ¿Cuáles son los límites de buscar la Resurrección como un dato histórico? ¿Y de qué forma la lectura mítica puede ampliar el entendimiento acerca de la Resurrección?

Leonardo Boff – Nadie vio la resurrección de Jesús. Tenemos sólo testimonios de personas a las que se dejó ver y algunas señales como el sepulcro vacío y sus vestiduras. Por lo tanto, no es un hecho histórico susceptible de ser detectado por una cámara o por la televisión. Es un hecho que sucedió en Jesús, accesible por la fe en los testimonios.

Este evento no pertenece al mundo del bios, de la vida biológica que siempre termina en la muerte. Por eso los textos juiciosamente hablan de Zoé, que significa una vida eterna. Tampoco dicen: hemos visto al Señor, sino: Él se dejó ver (óphte en griego, aoristo pasivo de oráo ver). La iniciativa parte de Jesús y no de los apóstoles, a los que les permite verlo. Podríamos decir que la Resurrección es la concreción de la utopía predicada por Jesús, el Reino de Dios, que implica la superación de la muerte y el morir. No sin razón Orígenes, uno de los más geniales teólogos cristianos del norte de Egipto en el siglo III, denomina la resurrección como la autobasilea tou Christou: la autorrealización del Reino en Cristo.
Cuando las realidades son demasiado grandes, nos faltan conceptos y palabras. El mejor camino es elaborar narrativas y proyectar mitos que en el sentido moderno del término (en C.G. Jung y en los antropólogos) son un medio de expresar lo indecible. El mito no inventa el hecho, le da una forma que podamos comprender. En esa línea se debería pensar la resurrección de Jesús. Antropológicamente es fecunda, pues se encuentra con lo que de utópico e infinito discernimos en el ser humano.

IHU On-Line – Muchos estudiosos sostienen que la Resurrección de Cristo es la victoria de la vida sobre la muerte. ¿Cómo podemos comprender tal perspectiva?

Leonardo Boff – La vida está llamada a la vida y no a la muerte, aun cuando sabemos que un día vamos a morir. Este es el anhelo fundamental del ser humano, no sólo vivir mucho, sino, como señalaba Nietzsche, vivir eternamente. En ese sentido, la Resurrección representa un tipo de vida tan plena que en ella no penetra la muerte. Pero para eso, ella necesita transfigurarse, es decir, realizar totalmente al ser humano en sus infinitas posibilidades. No vivimos para morir, como dirían los existencialistas. Morimos para resucitar. Don Pedro Casaldáliga lo formuló bien: la alternativa cristiana es o vida o resurrección.

IHU On-Line – ¿Es posible afirmar que el Dios vivo en el Cristo sólo se revela plenamente en la Resurrección? ¿Por qué?

Leonardo Boff – Mientras estaba entre nosotros, Jesús participaba de todo tipo de limitaciones e incluso achaques de la existencia humana. Es lo que está implícito en la encarnación. El autor de la Epístola a los Hebreos es muy concreto: “entre súplicas, clamores y lágrimas se dirigió a aquel que lo podía salvar de la muerte… y aprendió a obedecer por medio de los sufrimientos” (Hb 5,7-8). Más adelante dice que él “es el general de la fe” (12,2). La Resurrección es la superación de esta situación carnal y el paso a la situación “espiritual” (del Espíritu de vida). Aquí Dios se revela como el Dios que hace de un muerto, un vivo y de un vivo el “novísimo Adán”. Se da la plena revelación del Dios vivo que quiere la vida y que en el libro de la Sabiduría se revela como “el apasionado amante de la vida” (Sb 11,24).

IHU On-Line – ¿En qué consiste la idea de “resurrección de la carne” y de qué forma se articula con la perspectiva del sepulcro vacío, tan detalladamente descrito en la narrativa de Marcos?

Leonardo Boff – “Carne”, bíblicamente, significa la situación humana frágil, enfermiza, mortal. Esta situación fue totalmente transmutada por la Resurrección. Pablo lo dice claramente: “se siembra un cuerpo vital y se resucita un cuerpo espiritual” (1Cor 15,44). Yo sostengo la tesis, aceptada por muchos, de que las apariciones al final del evangelio de Marcos serían un añadido posterior, un pequeño resumen de las apariciones. El Marcos original no tendría nada de eso. Jesús termina diciendo “a los discípulos y a Pedro que Él (Jesús) los precederá en Galilea. Allí me veréis como os dije” (Mc 16,7).

Con eso quiero decir que Jesús no se ha manifestado aún de forma plena. Todos estamos en camino a Galilea (el término de la historia) para verlo entonces cara a cara. Me parece que así se entiende mejor la historia humana, porque a pesar de la Resurrección de Cristo en verdad nada ha cambiado, pues campa la muerte y la violencia en el mundo. En la esperanza caminamos hacia la Galilea de la resurrección. El mismo Jesús está en proceso de resurrección, pues sus hermanos y hermanas, que somos nosotros, aún no han resucitado ni el universo que le pertenece ha alcanzado su plenitud. Está todavía en fase de cosmogénesis. Cuando todo se complete, entonces, Jesús y su comunidad habrán finalmente resucitado. Aquí caben las palabras de Ernst Bloch: “el génesis está al final y no al principio”.

IHU Online – Usted dice que la Resurrección representa “una revolución en la evolución”. Me gustaría que detallara esa perspectiva.

Leonardo Boff – La moderna cosmología afirma unánimemente que el estado del universo no es la estabilidad, sino la movilidad. Todo se está expandiendo, completándose y autocreando. La evolución permite que las virtualidades latentes dentro del universo conozcan emergencias, puedan irrumpir bajo las formas más diferentes. En este sentido, el universo no está todavía listo. En vez de hablar de cosmología, deberíamos hablar de cosmogénesis, la lenta y progresiva génesis de todas las cosas.

Cuando digo, siguiendo a Jürgen Moltmann, que la Resurrección es una revolución en la evolución, quiero decir que la Resurrección es una pequeña anticipación del fin bueno de la creación, como si el término de la evolución se anticipase y nos mostrara en pequeño lo que nos está preparado. Eso es una revolución dentro de la evolución que aún continúa y sigue su curso.

IHU On-Line – ¿De qué forma el panenteísmo puede contribuir al entendimiento de la Resurrección en nuestro tiempo?

Leonardo Boff – La expresión panenteísmo fue creada en el siglo XIX por un teólogo protestante de nombre Krause. Y no tiene nada que ver con el panteísmo. Él quiere decir lo que la teología antigua y clásica enseñaba y todavía enseña con la expresión “pericóresis” (la intro y retro relación de todo con todo) o “circumincesión”. Primero se aplicaba a la relación de la creación con el Creador: ambos están de tal manera imbricados que uno no puede ser entendido sin el otro. Después se aplicó a la cristología y a la doctrina trinitaria. Las tres divinas Personas están tan íntimamente relacionadas que una siempre implica a la otra y así eternamente.

Panenteísmo significa, entonces, que Dios está en todo y todo está en Dios, guardadas las diferencias entre criatura y Creador. No se trata de panteísmo según el cual todo es indistintamente Dios. El propio Voltaire mostró el absurdo filosófico que tal afirmación comporta. El panenteísmo guarda las diferencias, pero revela cómo ambos están presentes el uno en el otro y no pueden ser pensados separadamente. Esta comprensión puede generar una mística como la de Pierre Teilhard de Chardin o la de San Francisco de Asís, que conseguían ver a Dios en todas y en cualquiera de las realidades.

El Cristo cósmico de las epístolas de San Pablo y de la introducción del evangelio de San Juan nos da la perspectiva del “pléroma”, es decir, de la universalidad de la presencia del Resucitado en todas las cosas. Es célebre el dicho 77 del evangelio apócrifo de Santo Tomás, al que grandes nombres de la exégesis como Joaquim Jeremías y otros confieren gran autoridad, pues parece haber salido de la boca del Resucitado: “Yo soy la Luz del mundo. Todo salió de mí y todo vuelve a mí. Raja la leña y estoy dentro de ella, levanta la piedra y estoy debajo de ella, porque estaré con vosotros todos los días hasta el final de los tiempos. Levantar una piedra cuesta y rajar la leña es duro. Incluso estos quehaceres comunes contienen la presencia del Resucitado.

IHU On-Line – ¿Cómo puede la vuelta a la experiencia de la Resurrección de Cristo inspirar a la humanidad de nuestro tiempo a superar sus dilemas?

Leonardo Boff – Tal vez este pequeño cuento del área de la ecología que se encuentra en mi libro Ecología: grito de la Tierra – grito de los pobres (307) pueda responder a esta pregunta: «En cierta ocasión un anciano y santo monje fue visitado en sueños por el Resucitado. Este, el Resucitado, lo invitó a pasear por el jardín. El monje accedió con entusiasmo y lleno de curiosidad. Después de caminar largo tiempo dando vueltas por el sendero del jardín como hacen aún hoy los monjes después del almuerzo, el santo y anciano religioso se atrevió a preguntar: “Señor, cuando andabas por los caminos de Palestina, una vez dijiste que un día volverías con toda tu pompa y gloria, ¡pero esa vuelta se está demorando mucho!”. Tras unos momentos de silencio que parecían una eternidad, el Resucitado respondió: “mi querido hermanito: cuando mi presencia en el universo y en la naturaleza sea evidente; cuando mi presencia en tu piel y en tu corazón sea tan real como mi presencia aquí y ahora; cuando esta conciencia se vuelva cuerpo y sangre en ti hasta el punto de no pensar más en ello; cuando estés tan lleno de esta verdad que ya no necesites preguntar con curiosidad, entonces mi querido hermano habré regresado con toda mi pompa y gloria”».

Más no se necesita decir: el Resucitado está entre nosotros sólo en las fimbrias del misterio; quien crea y sea sensible percibirá su presencia.

Traducción de Mª José Gavito Milano Leonardo Boff é teólogo e escribió el libro Nuestra resurrección en la muerte, Vozes 2004

miércoles, 4 de abril de 2018

Oscar Soto: Educación popular y teología de la liberación - pensamientos en Semana Santa

“Grito de Esperanza”
Jafeth

Oscar Soto

Y serás tú, por fin, la Patria Grande,
India, negra, criolla, libre, nuestra,
un Continente de fraternos Pueblos,
del Río Bravo hasta la Patagonia.

Que Dios, la paz, el mar, el sol, la vida...

Serás un parto de utopías ciertas
y el canto de tus bocas hermanadas
enseñará la dignidad al Mundo.

-Pedro Casaldáliga-

Nuestra América, levantada entre las masas mudas de indios, llena de pueblos apresurados por conocerse para pelear juntos, tal las intenciones de José Martí; tiene un manantial de recursos materiales y simbólicos que la describen, entre defectos y virtudes. Sobresalen, sin embargo, dos grandes características que se enredan en el retrato de nuestra particularidad: tributamos la peor de las desigualdades y poseemos el encanto de las mayores esperanzas.

Somos pobres, dominados y excluidos; pero persistentes, luchadores y esforzados. Fuimos colonizados, despojados y desposeídos pero supimos re-inventarnos en movimientos, abrazos, solidaridades y revueltas. Esta es una de las razones por las cuales nuestro continente es un territorio de esperanza: la comprensión del mundo, en nuestro sur, fue y es mucho más grande de lo que nos propone la crueldad del día a día.

¿De qué realidad hablamos?... Hace más de 500 años desde la llegada del colonizador, los pueblos amerindios se transformaron en materia prima para un fenómeno relativamente moderno en la época: la racialización de los cuerpos en tanto jerarquías sociales, físicas y políticas. Esa división tajante entre opresores y oprimidos constituye parte del peor legado de la colonia en nuestras corporalidades y geografías, vigente hasta hoy.

De la religión, la política y la sociedad colonial que nos impusieron, poco podemos rescatar, salvo el recuerdo de que fuimos “bárbaros” y ahora tenemos “civilización”, dicen todavía. Hablar de educación y creencias en un territorio despojado y “evangelizado” aun debería causar escozor entre “los vencedores”. Las espiritualidades ancestrales que se intentaron -y se intentan- despoblar de Nuestra América, son el grito permanente contra el relato del dominador, son la descolonización y la libertad por la que se lucha aquí. No obstante esto, con el tiempo América Latina se ha re-inventado. Aquellos oprimidos y negados también se rearmaron; la educación popular y la teología de la liberación latinoamericanas son un punto pequeño que dan cuenta de ello.

Pedagogía y fe para la Patria Grande

La acumulación de experiencias de la Educación Popular -desde Paulo Freire en adelante- ha intentado oponer a la cultura capitalista hegemónica, la cultura popular y sus formas de solidaridades ancestrales, como el mejor camino para la educación política de base; como una dinámica nueva que busca vincular las carencias diarias con los proyectos utópicos. A diferencia de la política heredada de los dominadores, presente en muchos partidos tradicionales en la actualidad, la educación popular propone re-educarnos en los movimientos sociales de base, acumular poder popular y construir alternativas desde abajo, potentes al punto de mover a los de arriba también.

Sucede que el mismo cristianismo que se impuso a capa y espada, también gestó su orillo contestatario en rechazo a la religión opresora, reivindicando para sí un evangelio anti-imperial y un Jesús hermano y compañero. La Semana Santa por la cual transitamos recordando muerte y resurrección, no es otra cosa que el retorno de los vencidos a la escena de la historia. Las formalidades de creencias o adscripciones de fe pasan a un segundo plano. En un continente empobrecido todo es relativo, salvo el hambre y la exclusión de los últimos de la hilera.

Aunque parezcan ya pasadas de moda en un siglo nuevo, las enseñanzas de la educación popular y la teología de la liberación latinoamericanas, se mantienen por fuerza de los tiempos que nos tocan vivir: ni la fe en un futuro mejor, ni la organización popular pueden quedar fuera de las batallas que damos contra el capitalismo, el colonialismo y la sociedad patriarcal en las que habitamos. Este tiempo de reflexión para quienes creen y quienes no, es el espacio para mediar las estrategias que se opongan a aquello que es más fuerte aun que el sistema económico que padecemos: el modelo cultural e ideológico que reproduce la dominación a la que, por otro lado, nos resistimos.

José Martí diría que no hay proa que taje una nube de ideas, sin embargo hace unos cuarenta años cuando las ideas libertarias ocuparon los espacios políticos, pedagógicos y religiosos, los dominadores fueron obligados a hablar de distribución económica, de justicia social y de reformas agrarias; hoy parece que las fuerzas sociales-populares y las izquierdas latinoamericanas asumieron el lenguaje del mercado, las restricciones económicas y los planes de gobernabilidad “democrática”.

Así, como cada vez que los pueblos buscan su educación política para ser libres, los que oprimen optan por la represión y golpes militares, en este tiempo también enfrentamos a aquellos que ajustan, reprimen y hambrean, con la diferencia escasa de que, todo parece indicar, hemos dejado de lado la mayor enseñanza de esta Semana Santa (en clave libertaria): la salvación no es un acto heroico de un individuo iluminado, es en todo caso un ejercicio colectivo de amor y entrega por el prójimo y el que sufre día a día la pobreza, el hambre y la expulsión de sus tierras sagradas. La esperanza es un acto político que se construye a partir de lo que tenemos.

- Oscar Soto, politólogo, Universidad Nacional de Cuyo. Mendoza, Argentina; integrante del Centro Padre Carlos Mugica – Espacio Ecuménico Fe y Política.
oscarsoto28@yahoo.com.ar / @OscaritoSoto

martes, 3 de abril de 2018

Leonardo Boff: Con el Papa Francisco termina la Iglesia occidental y comienza la Iglesia universal


Leonardo Boff 

Han pasado ya cinco años del papado de Francisco, obispo de Roma y Papa de la Iglesia universal. Muchos han hecho balances minuciosos y brillantes sobre esta nueva primavera que ha irrumpido en la Iglesia. Por mi parte enfatizo solo algunos puntos que interesan a nuestra realidad.

El primero es la revolución hecha en la figura del papado, vivida en persona por él mismo. Ya no es el Papa imperial con todos los símbolos heredados de los emperadores romanos. Francisco se presenta como simple persona, como quien viene del pueblo. Sus primeras palabras de saludo fueron decir a los fieles “buona sera”: buenas noches. A continuación, se presentó como obispo de Roma, llamado a dirigir en el amor a la Iglesia que está en el mundo entero. Antes de dar él la bendición oficial, pidió al pueblo que lo bendijese. Se fue a vivir no a un palacio –lo que habría hecho llorar a Francisco de Asís– sino a una casa de huéspedes. Y come allí con ellos.

El segundo punto importante es anunciar el evangelio como alegría, como superabundancia de sentido de vivir y menos como doctrina de los catecismos. No se trata de llevar a Cristo al mundo secularizado, sino de descubrir su presencia en él por la sed de espiritualidad que se nota en todas partes.

El tercer punto es colocar en el centro de su actividad tres polos: el encuentro con Cristo vivo, el amor apasionado por los pobres y el cuidado de la Madre Tierra. El centro es Cristo, no el Papa. El encuentro vivo con Cristo tiene primacía sobre la doctrina.

En vez de la ley anuncia incansablemente la misericordia y la revolución de la ternura, como lo dijo a los obispos brasileros en el viaje a nuestro país.

El amor a los pobres lo expresó en su primera intervención oficial: “cómo me gustaría que la Iglesia fuese la Iglesia de los pobres”. Fue al encuentro de los refugiados que llegan a la isla de Lampedusa en el sur de Italia. Allí dijo palabras duras contra cierto tipo de civilización moderna que ha perdido el sentido de la solidaridad y ya no sabe llorar por el sufrimiento de sus semejantes.

Suscitó la alarma ecológica con su encíclica Laudato Si: sobre el cuidado de la Casa Común (2015), dirigida a toda la humanidad. Muestra clara conciencia de los peligros que corren el sistema-vida y el sistema-Tierra. Por eso expande el discurso ecológico más allá del ambientalismo. Dice enfáticamente que debemos hacer una revolución ecológica global (n.5). La ecología es integral y no solo verde, pues involucra a la sociedad, la política, la cultura, la educación, la vida cotidiana y la espiritualidad. Une el grito de los pobres con el grito de la Tierra (n. 49). Nos invita a sentir como nuestro el dolor de la naturaleza, pues todos estamos interligados y envueltos en un tejido de relaciones. Nos pide «alimentar una pasión por el cuidado del mundo… una mística que nos anime, unos móviles interiores que impulsen, motiven, alienten y den sentido a la acción personal y comunitaria» (nº 216).

El cuarto punto significativo ha sido presentar a la Iglesia no como un castillo cerrado y cercado de enemigos, sino como un hospital de campaña que acoge a todos sin reparar en su extracción de clase, de color o de religión. Una Iglesia en permanente salida hacia los otros, especialmente hacia las periferias existenciales que abundan en todo el mundo. Ella debe servir de aliento, infundir esperanza y mostrar a un Cristo que vino a enseñarnos a vivir como hermanos y hermanas, en el amor, la igualdad, la justicia, abiertos al Padre que tiene características de Madre de misericordia y de bondad.

Por último, muestra clara conciencia de que el evangelio se opone a las potencias de este mundo que acumulan absurdamente, dejando en la miseria a gran parte de la humanidad. Vivimos bajo un sistema que coloca el dinero en el centro, que es asesino de los pobres y depredador de los bienes y servicios de la naturaleza. Contra ellos tiene las palabras más duras. Dialoga con todas las tradiciones religiosas y espirituales. En el lavatorio de los pies del Jueves Santo estaba una niña musulmana.

Quiere a las Iglesias, con sus diferencias, unidas en el servicio al mundo, especialmente a los más desamparados. Es el verdadero ecumenismo de misión.

Con este Papa que “viene del fin del mundo” termina una Iglesia occidental y comienza una Iglesia universal, adecuada a la fase planetaria de la humanidad, llamada a encarnarse en las distintas culturas y construir ahí un nuevo rostro a partir de la riqueza inagotable del evangelio.