MONS. GONZALO LOPEZ M.

MONS. GONZALO LOPEZ M.

lunes, 31 de julio de 2017

Rufo González: Jerónimo Podestá, obispo con los pobres y con los sacerdotes casados


Rufo González
Religión Digital

Jerónimo sintió la vocación sacerdotal en la Acción Católica, introducida en Argentina por el año l931 según el modelo de la A. C. Italiana. Él fue uno de los socios fundadores del Centro de Jóvenes de A. C. en su pueblo a mediados de los años treinta. Maduró su vocación sacerdotal ya entrado en la universidad, estudiando tercero de Medicina. Deja los estudios médicos para ir al seminario de La Plata en 1940. Allí fue ordenado sacerdote en 1946.

La Pastoral Obrera cambió su corazón clerical en corazón evangélico

Nos lo cuenta un sacerdote obrero, Fernando Portillo, que compartió su ministerio con el obispo de Avellaneda. En la revistas del Moceop (Movimiento Celibato Opcional), "TIEMPO DE HABLAR TIEMPO DE ACTUAR", nº 83, correspondiente al 4º trimestre 2000, firmaba este "recuerdo de Jerónimo y su relación con los curas obreros".

Cura obrero, "misión oficial de la Iglesia" en una nueva diócesis

"El obispado fue creado en 1961 y su primer Obispo Mons. Emilio Di Pasquo, que fue el fundador y primer Asesor General de la J.O.C. antes de ser consagrado Obispo, y de quien yo era amigo por haber trabajado juntos en la J.O.C. ya que fui Asesor General de la Diócesis de San Juan. Mi Arzobispo de San Juan conocía mi deseo de ser cura obrero desde que estaba en 1º de Teología, aprobaba plenamente mi deseo y aceptaba (aunque éramos pocos clérigos en San Juan) que buscara un lugar más adecuado para establecer la misión obrera en ambiente fabril.

Apenas nombraron a Di Pasquo en Avellaneda lo llamé para hacerle la propuesta, puesto que él ya conocía también mi propósito. En Noviembre me autorizó por escrito, porque mi pretensión era que fuera misión oficial de la Iglesia, como cualquier otro ministerio pastoral.

Di Pasquo falleció el 9 de Abril de 1962, cuando yo aún no había comenzado. Me presenté al Vicario Capitular de la diócesis, Hugo Orsi que me recordó, porque años atrás había participado en una charla sobre los curas obreros a la que fui invitado en el Seminario de La Plata. Aceptó que comenzara hasta que fuera nombrado el nuevo Obispo y resolviera en definitiva, brindándome un extraordinario apoyo en todo sentido, incluso para encontrar alojamiento y mi primer trabajo allí..."
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Jerónimo Podestá "nos constituyó oficialmente como Equipo de la Misión Obrera"

"Allí apareció providencialmente Jerónimo Podestá, nombrado y consagrado Obispo de Avellaneda en Diciembre de 1962, haciéndose cargo de la diócesis en Abril o Mayo de 1963. También nos habíamos conocido a través de la J.O.C. hacía varios años. Aprobó lo que estábamos haciendo y de acuerdo a nuestra propuesta nos constituyó oficialmente como Equipo de la Misión Obrera, donde poco después se unieron otros dos o tres compañeros. Aunque vivíamos separados y trabajábamos en distintos lugares, nos reuníamos todas las semanas para celebrar juntos, hacer revisión de vida y comer mientras intercambiábamos experiencias".

Acompañamiento pastoral

"Salvo excepciones, Jerónimo nos acompañaba y compartía nuestra reunión semanal con una gran simplicidad fraternal y con mucho respeto por nuestras opciones y decisiones, sin dejar de dar su opinión. Eran reuniones muy agradables y reconfortantes, aunque algunas veces surgieran conflictos o enfoques divergentes con el Obispo, como ocurrió en el caso de una huelga en la fábrica de unos patrones "muy católicos", donde Paco era el Delegado gremial y Jerónimo no estaba de acuerdo, pero el Equipo decidió que la decisión final correspondía a Paco que era quien trabajaba allí y conocía a fondo el problema y la situación de los compañeros de trabajo. El equipo recibió el apoyo de otro montón de curas que trabajaban en Villas de Emergencia y que fueron a la puerta de la Fábrica en apoyo de la gente. Fuera de esa situación transitoria, la relación fue siempre muy cordial y sincera con Jerónimo; cualquiera de nosotros llegaba al Obispado cuando disponía de un tiempo o tenía algún tema que quería charlar o consultar con Jerónimo, mientras tomábamos unos buenos mates y compartíamos un rato de intimidad y amistad. Tal vez esto último del mate y la intimidad de nuestra amistad era lo más importante de nuestra relación con él, aunque no recibiéramos ninguna otra cosa, ni lo pretendiéramos, para no agobiar su tarea que era bastante ardua, tanto en el interior de la Diócesis, como en la relación con sus "hermanos en el episcopado" y no pocas veces con las autoridades a quienes no les gustaba que se "entrometiera" en los conflictos para apoyar a la gente, o anduviera visitando barrios o fábricas o comiendo con los obreros en el puerto o en la puerta de las fábricas. Eso lo hizo muy popular y querido entre la gente y también sirvió de apoyo a muchos que llegaron a Avellaneda buscando comprensión. Este fue el primer Equipo constituido oficialmente como Misión Obrera en la Argentina...

Lamentablemente el Equipo se deshizo a fines de 1967, después que Jerónimo, asediado por presiones y maniobras de toda índole se vio obligado a dejar la Diócesis. Faltos de apoyo los curas obreros se disgregaron, Paco quedó solo y luego se radicó en un barrio pobre donde ya venía trabajando pastoralmente. Allí, en Villa Corina, organizó una Parroquia, construyendo el templo (después de jubilarse como obrero de una barraca de lanas y cueros), y donde continúa hasta el presente haciendo su labor pastoral".

¿Cómo se explica esta sintonía de Jerónimo con la clase obrera y la pastoral popular?

"Por su familia era de extracción burguesa acomodada. Era lo que se suele llamar un intelectual. Estudiante de Medicina, entró grande al Seminario, fue enviado a doctorarse en la Gregoriana de Roma y, una vez ordenado, quedó en el Seminario como Profesor y luego como superior, alternando con funciones y cargos en la Curia del Arzobispado de La Plata, donde terminó como Vicario General, antes de ser nombrado Obispo de Avellaneda. Desde esta perspectiva la pregunta no tiene respuesta. Pero ocurrió que en el Seminario tuvo un Profesor de Teología muy prestigioso y querido, que antes de ser Obispo, fue fundador y Asesor de la J.O.C. del Arzobispado de La Plata y "teólogo" de la Pastoral Jocista en la Argentina, Enrique Rau. Bajo su inspiración un buen grupo de sus alumnos se enganchó en la Pastoral Obrera y, entre ellos, Jerónimo, quien, como Asesor jocista fue entrando paulatinamente en el fuego del compromiso con la clase obrera".

El Evangelio le hizo defensor de los Derechos Humanos

"Esto se complementó en él con su amor por la gente, su interés por todos aquéllos que necesitaran ayuda o consejo, su sensibilidad para reaccionar contra la injusticia en cualquiera de sus formas y contra todo lo que atentara contra la dignidad de la persona. Eso lo llevó a constituirse en defensor de los derechos humanos durante la dictadura, acompañando todos los movimientos en ese sentido, lo cual en definitiva le valió el exilio, junto con Clelia, hasta el fin de la sangrienta y criminal dictadura, que asoló nuestro país desde el 24 de Marzo de 1976 hasta el 10 de Diciembre de 1983".

Defensa de los Sacerdotes Casados, fruto del Espíritu Santo

"Como Dios dispone sabiamente las cosas, este exilio sirvió a Jerónimo y Clelia para entrar en contacto con el Movimiento Internacional de Presbíteros casados, en un definitivo compromiso.

En conclusión, lo que distinguió fundamentalmente a Jerónimo a lo largo de su vida y en todo lo que hizo, fue su profunda afectividad enraizada en una sólida espiritualidad, que dio consistencia y fecundidad a su estructura humana. Sentía, comprendía, amaba y sabía transmitirlo a su alrededor, en una cálida amistad, inteligente y respetuosa"



domingo, 30 de julio de 2017

Chicago Tribune: “Ellos no son Resistencia, son matones”


Extracto del artículo publicado originalmente en Chicago Tribune. Usted puede ver el artículo original en ‘They all deserve to die’: Caracas militants vow to take up arms 

Por primera vez un diario de gran tirada en Estados Unidos presenta la cara violenta de la oposición en Venezuela.

"Todos merecen morir: Militantes opositores de Caracas juran tomar las armas con cócteles molotov”, titula hoy el Chicago Tribune su artículo sobre los acontecimientos en Venezuela y, por primera vez, desde abril, un medio de gran circulación en Estados Unidos revela el verdadero rostro de la oposición venezolana.

La maquinaria mediática internacional ha presentado hasta hartazgo como embajadores pacíficos y legítimos del cambio en el país sudamericano, pero la realidad es otra muy distinta. Los verdaderos objetivos — la ingobernabilidad política y el caos para presionar la salida del Presidente Nicolás Maduro — , “se les ha ido de las manos”, admite un dirigente opositor. Mientras, sectores cada vez más amplios de la población, incluidos muchos de las filas que adversan al gobierno, reclaman desesperadamente la paz.

Estaba tranquilo el sótano húmedo del noroeste de Caracas, donde docenas de jóvenes y mujeres se sientan en el suelo y ensamblan sus armas. Vierten asfalto, gasolina y pintura en botellas de cerveza, y atan nudos en tiras de tela para hacer mechas”, describe la periodista Noris Soto, corresponsal de Bloomberg, que firma la nota.

Todos ellos merecen morir”, dijo uno de los fabricantes de bombas, mientras rellena un frasco de gasolina, refiriéndose a las fuerzas de seguridad venezolana.

Es demasiado pronto para saber si realmente van a seguir adelante con sus amenazas, pero la audaz conversación es “una señal preocupante para los líderes de la oposición dominante que han emitido instrucciones — súplicas, recientemente — para que las manifestaciones y las marchas sean pacíficas”.

Pero esos llamados caen cada vez más en oídos sordos, añade Chicago Tribune. “Los activistas enmascarados lanzan sus bombas caseras, rocas, jarras llenas de heces, cualquier cosa que puedan conseguir. Han asaltado edificios de oficinas, destruido las ventanas de las tiendas y bloqueado los caminos.

No sabemos exactamente cómo controlarlos y tenemos miedo de que esto se pueda ir de las manos y dañar nuestra lucha”, dijo el diputado de la Asamblea Nacional, Ángel Alvarado, un viejo enemigo de Maduro y su predecesor y mentor, Hugo Chávez. “Estos muchachos radicales son un peligro”.

Chicago Tribune describe a estos “muchachos” como “agitadores vestidos con cascos de moto y bicicleta, gafas de natación y máscaras de gas, algunos llevan escudos hechos de antiguas patinetas”.

Estamos dispuestos a salir con armas, para enfrentarlos como iguales”, le dijo uno de ellos a la periodista, negado a dar su nombre y describiéndose solo como un luchador anti-Maduro de una familia de clase media. “La protesta debe evolucionar”.

Chicago Tribune recuerda los reclamos de paz del Presidente Maduro, que frente a esta arremetida de la violencia ha propuesta la elección de una Asamblea Nacional Constituyente el próximo 30 de julio: “Lo que estamos decidiendo aquí es que la próxima semana se decide la paz o la guerra, la violencia o la Asamblea Constituyente”.

La desafiante intransigencia de Maduro frente a la oposición generalizada es la prueba, según los radicales, de que necesitan los cócteles Molotov, incendiar ocasionalmente los vehículos gubernamentales o incendiar la basura.

La opinión de los más conservadores de la coalición anti-Maduro es que ya han ido demasiado lejos. ‘Hay un ambiente de anarquía’, dijo Ramón Muchacho, alcalde del distrito de Chacao de Caracas, que es la base central para las protestas en la capital. ‘Y hay grupos de personas que se aprovechan de la situación’.

Son iguales a los saqueadores que usan máscaras cuando saquean tiendas. Son delincuentes explotando el caos en la calle, dijo Fernando Fernández, dueño de una tienda de licores en Caracas. Una docena de ellos rompieron la vidriera de su negocio el viernes pasado y se llevaron el licor. ‘Esta es la primera vez que ocurre algo como esto’, dijo. ‘Ellos no eran la resistencia, eran matones.’”

sábado, 29 de julio de 2017

Fray Marcos Rodríguez: EL VERDADERO TESORO ESTÁ YA EN TU CAMPO


Fray Marcos Rodríguez
Mt 13, 44-52
 
El evangelio de este domingo nos propone las tres últimas parábolas del capítulo 13 de Mt. comentaremos el tesoro y la perla, que tienen un mismo mensaje. Si descubrimos lo que más vale, daremos a nuestra voluntad un objeto claro, porque la voluntad no puede ser movida más que por el bien, y en el caso de dos bienes siempre será movida por el mayor. Lo que Dios es en mí, es el tesoro. No se trata de un conocimiento discursivo o racional, sino de una experiencia en lo más hondo de mi ser. Seguimos empeñados en descubrir a un Dios que está fuera, y que además nos da seguridades.
 
Menos mal que la comunidad de Mt no se atrevió a alegorizarlas. No lo tenía fácil. El mensaje es idéntico en las dos pero tiene matices significativos. Una diferencia es que en un caso, el encuentro es fortuito. Y en el otro, es consecuencia de una búsqueda. Otra es que en la primera se identifica el Reino con el tesoro, pero en la segunda se identifica con el comerciante que busca perlas. Puede ser una pista para descubrir que la comparación no es con uno ni con otro, sino que hay que buscarla en el conjunto del relato. Las dos opciones se hacen con un grado de incertidumbre. Los dos se arriesgan al dar el paso.
 
La parábola no juzga la moralidad de las acciones narradas; simplemente propone unos hechos para que nosotros nos traslademos a otro ámbito. En efecto, tanto el campesino, como el comerciante, obran de forma fraudulenta y por lo tanto injusta (aunque legal). Los dos se aprovechan de unos conocimientos privilegiados para engañar al vecino. No actúan por desprendimiento sino por egoísmo. “Renuncian” a unos bienes para conseguir más bienes. No es su objetivo vivir de otra manera, sino conseguir una vida material mejor. No da un ejemplo pero en el orden espiritual las cosas no funcionan así.
 
En estas dos parábolas vemos claro cómo no todo lo que dicen es aprovechable. Jesús en el evangelio advierte una y mil veces del peligro de las riquezas; no puede aquí invitarnos a conseguirlas en sumo grado. El mensaje es muy concreto. El punto de inflexión en las dos parábolas es el mismo: “vende todo lo que tiene y compra”. Sería sencillamente una locura. Si vende todo lo que tiene para comprar la perla, ¿qué comería al día siguiente? ¿Dónde viviría? Esa imposibilidad radical en el orden material, es precisamente lo que nos hace saltar a otro orden, en el que sí es posible. Ahí está la clave del mensaje.
 
Hay dos matices interesantes. El primero es el abismo que existe entre lo que tienen y lo que descubren. El segundo es la alegría que les produce el hallazgo. Yo la haría todavía más simple: Un campesino pobre, que solo tiene un pequeño campo, en el que cava cada vez más hondo, un día encuentra un tesoro. O un comerciante de perlas que un día descubre, entre las que tiene almacenadas, una de inmenso valor. Evitaríamos así poner el énfasis en la venta de lo que tiene, que solo pretende indicar el valor de lo encontrado. Todo lo contrario, se trata de un minucioso cálculo, que les lleva a la suprema ganancia.
 
No damos un paso en nuestra vida espiritual porque no hemos encontrado el tesoro entre los bienes que ya poseemos. Sin este descubrimiento, todo lo que hagamos por alcanzar una religiosidad auténtica, será pura programación y por lo tanto inútil. Nada vamos a conseguir si previamente no descubrimos el tesoro. Nuestra principal tarea será tomar conciencia de lo que somos. Si lo descubrimos, prácticamen­te está todo hecho. La parábola, al revés, no funciona. El vender todo lo que tienes, antes de descubrir el tesoro, que es lo que siempre se nos ha propuesto, no es garantía ninguna de éxito.
 
Un ancestral relato nos ayudará: cuando los dioses crearon al hombre, pusieron en él algo de su divinidad, pero el hombre hizo un mal uso de esa divinidad y decidieron quitársela. Se reunieron en gran asamblea para ver donde podían esconder ese tesoro. Uno dijo: pongámoslo en la cima de la montaña más alta. Pero otro dijo: No, que terminará escalándola y dará con él. Otro dijo: lo pondremos en lo más hondo del océano. Alguien respondió: No, que terminará bajando y la descubrirá. Por fin dijo uno: ¡Ya sé dónde lo esconderemos! La pondremos en su corazón. Allí nunca lo buscará.
 
Tenemos que aclarar que el tesoro no es Jesús, como deja entender Pablo, y sobre todos los santos padres. Jesús descubrió la divinidad dentro de él. Éste es el principal dogma cristiano. “Yo y el Padre somos uno”. Tampoco la Escritura puede considerarse el tesoro. En muchas homilías, he visto estas interpretaciones de las parábolas. La Escritura es el mapa, que nos puede conducir al tesoro, pero no es el tesoro. Tampoco podemos presentar a la Iglesia como tesoro o perla. En todo caso, sería el campo donde tengo que cavar (a veces muy hondo) para encontrar el tesoro.
 
Jesús no pide más perfección sino más confianza, más alegría, más felicidad. Es bueno todo lo que produce felicidad en ti y en los demás. Solamente es negativa la alegría que se consigue a costa de las lágrimas de los demás. Cualquier renuncia que produzca sufrimiento, en ti o en otro, no puede ser evangélica. Fijaos que he dicho sufrimiento, no esfuerzo. Sin esfuerzo no puede haber progreso en humanidad, pero ese esfuerzo tiene que sumirme en la alegría de ser más. Lo que el evangelio valora no es el hecho de renunciar. Lo que me tiene que hacer feliz es el conseguir mi plenitud.
 
El tesoro es el mismo Dios presente en cada uno de nosotros. Es la verdadera realidad que soy, y que son todas las demás criaturas. Lo que hay de Dios en mí es el fundamento de todos los valores. En cuanto las religiones olvidan esto, se convierten en ideologías esclavizantes. El tesoro, la perla no representan grandes valores sino una realidad que está más allá de toda valoración. El que encuentra la perla preciosa, no desprecia las demás. Dios no se contrapone a ningún valor, sino que potencia el valor de todo. Presentar a Dios, como contrario a otros valores, es la manera de hacerle ídolo.
 
Vivimos en una sociedad que funciona a base de engaños. Si fuésemos capaces de llamar a las cosas por su nombre, la sociedad quedaría colapsada. Si los políticos nos dijeran simplemente la verdad, ¿a quién votaríamos? Si los jefes religiosos dejaran de meter miedo con un dios justiciero, ¿cuántos seguirían creyendo? Si de la noche a la mañana todos nos convenciéramos de que ni el dinero, ni la salud, ni el poder, ni el sexo, ni la religión eran los valores supremos, nuestra sociedad quedaría paralizada.
 
Tener la referencia del valor supremo me permite valorar en su justa medida todo lo demás. No se trata de despreciar lo demás, sino de tener claro lo que vale de veras. El “tesoro” nunca será incompatible con todos los demás valores que nos ayudan a ser más humanos. Es una constante tentación de las religiones ponernos en el brete de tener que elegir entre el bien y el mal. Radicalmente equivocado. Lo que hay que tener muy claro es cuáles son las prioridades dentro de los valores, y qué valores son en realidad falsos.
 
 
Meditación
 
En tu propio campo tienes el único tesoro.
Si aún no te has dado cuenta,
es que lo has buscado en otro campo
o que no has ahondado lo suficiente.
 
Una vez descubierto lo que hay de Dios en ti,
todo lo demás es coser y cantar.
 
Si no experimentas al Dios vivo en el fondo de tu ser,
todos los esfuerzos por llegar, serán inútiles.

viernes, 28 de julio de 2017

Leonardo Boff. El encuentro feliz de la Pachamama con Gaia


Leonard Boff

Quiero presentar un libro que en breve saldrá traducido en Brasil: La Pachamama y el ser humano (Ediciones Colihue 2012) de Eugenio Raúl Zaffaroni, bien conocido en Brasil en el ámbito jurídico. Es un reconocido magistrado argentino, ministro de la Corte Suprema desde 2003 a 2014 y profesor emérito de la Universidad de Buenos Aires.

El presente libro se inscribe entre las mejores contribuciones de orden ecológico y filosófico que se han escrito últimamente. Se sitúa en la línea de la encíclica del Papa Francisco, también argentino, Laudato Si, sobre el cuidado de la Casa Común (2015). Zaffaroni aborda la cuestión de la ecología integral, especialmente la violencia social y particularmente la violencia contra los animales, con una información admirable de orden científico y filosófico.

Lo más importante del libro es la crítica del paradigma dominante, surgido con los padres fundadores de la modernidad de los siglos XVI y XVII que ex abrupto introdujeron una profunda cisura entre el ser humano y la naturaleza. El contrato natural, presente en las culturas de Occidente y Oriente desde tiempos inmemoriales, sufrió un corte fatal y letal.

La Tierra dejó de ser la Magna Mater de los antiguos, la Pachamama de los andinos y la Gaia de los contemporáneos, algo vivo y generador de vida, para ser transformada en una cosa inerte (res extensa de Descartes), en un mostrador de recursos colocados a disposición de la voracidad ilimitada de los seres humanos. Es clásica la formulación de René Descartes: el ser humano es el maître et possesseur de la naturaleza, es decir, es el amo y señor de la naturaleza. Puede hacer de ella lo que bien le parezca. Y lo ha hecho.

La cultura moderna se construyó sobre la comprensión del ser humano como dominus, como señor y dueño de todas las cosas. Estas no poseen valor intrínseco, en contra de lo que van a afirmar más tarde la Carta de la Tierra y con gran fuerza la encíclica papal. Su valor reside sólo en poder estar al servicio del ser humano.

Es el proyecto del poder, entendido como capacidad de dominación sobre todo y sobre todos, partiendo de quien tiene más poder. En este caso, los europeos, que realizaron la aventura del sometimiento de la naturaleza, la conquista del mundo, la colonización de naciones enteras, el genocidio, el ecocidio y la destrucción de culturas ancestrales. Y lo hicieron usando la fuerza brutal de las armas, de la espada y también de la cruz. Hoy en día con armas capaces de extinguir la especie humana.

Zaffaroni rastrea el surgimiento de este proyecto civilizatorio y lo hace con gran riqueza bibliográfica. Se enfrenta con valor y con gran libertad crítica a los presumidos corifeos del pensamiento moderno como Hegel, Spencer, Darwin y Heidegger. Me restrinjo a las críticas que hace al Hegel del Geist (espíritu). Con su filosofía-ideología se volvió el mayor exponente del etnocentrismo. Herbert Spencer con su biologismo estableció la raza blanca como superior y todas las demás consideradas como inferiores, lo que acabó por legitimar el colonialismo y todo tipo de prejuicios.

Zaffaroni aborda la cuestión del animal visto como sujeto de derechos. Escribe: “a nuestro juicio, el bien jurídico en el delito de malos tratos a animales no es otro que el derecho del propio animal a no ser objeto de crueldad humana, para lo cual es menester reconocerle el carácter de sujeto de derechos”. El autor es duro al constatar “que nos hemos convertido en los campeones biológicos de la destrucción intra-especie y en los depredadores máximos extra-especie”. Su propuesta es clara: “Solamente sustituyendo el saber del dominus por el de fraterr podemos recuperar la dignidad humana” y sentirnos hermanados con los demás seres.

América Latina fue la primera en inaugurar un constitucionalismo ecológico, incluyendo en las constituciones de Ecuador y Bolivia los derechos de la naturaleza y de la Madre Tierra. Anteriormente, y también por primera vez, fue México quien introdujo en su constitución de 1917 los derechos sociales. Zaffaroni hace la apología de las virtualidades creadoras de armonía del ser humano con la naturaleza que la visión andina del “buen vivir y convivir” (sumak kawsay) comporta; también de Gaia, la Tierra como un superorganismo vivo que se autorregula para siempre producir y reproducir vida. La Pachamama y Gaia son dos caminos que se encuentran “en una feliz coincidencia del centro y de la periferia del poder planetario”. Ambos son portadores de esperanza de una Tierra Casa Común, en la cual todos los seres están incluidos. Ellos nos liberarán de las amenazas apocalípticas del fin de nuestra civilización y de la vida.

Zaffaroni nos trae una brillante y convincente perspectiva, crítica severa por un lado, pero llena esperanza por otro. Merece la pena leerlo, estudiarlo e incorporar en nuestra comprensión su visión de una ecología holística y profundamente integradora de todos los elementos de la naturaleza y del universo.

jueves, 27 de julio de 2017

Padre Pedro Pierre: Los hermanos enemigos



Padre Pedro Pierre

Los palestinos árabes y cristianos y los judíos pertenecen a la misma raza y al mismo origen religioso por Abraham y Sara. En Jerusalén están sus principales centros religiosos. Jesús era judío y tenía la visión bíblica de Dios padre y madre con un proyecto de sociedad libre, equitativa y abierta a la trascendencia. Dedicó su vida a crear un movimiento al servicio del Reino de Dios, o sea, una manera de vivir más digna, más fraterna y solidaria, respetuosa de la naturaleza y en comunión con Dios: de allí nació el cristianismo. Unos 6 siglos más tarde, Mahoma, un árabe nacido en la vecina Arabia Saudita, inició la religión musulmana inspirándose en el cristianismo.

Por la destrucción de Jerusalén y la dispersión de sus habitantes por los romanos en 130 d.C., esta ciudad dejó de ser un centro importante. Los judíos formaron comunidades religiosas en los países donde emigraron y los cristianos eligieron Roma como el centro de la cristiandad. Luego unos palestinos judíos y cristianos pasaron a formar parte de la religión musulmana. Como todos los pueblos, pasaron por momentos de enfrentamientos, pero lograron convivir en el mismo territorio de Palestina.

Y pasaron los siglos hasta después de la Segunda Guerra Mundial, cuando la ONU (Organización de las Naciones Unidas), recién creada por unos pocos Estados, apoyó a judíos europeos, principalmente para establecerse en Palestina y conformar al Estado israelita, sin consultar a los palestinos cristianos y árabes que allí vivían.

Por una parte, los países europeos, habiendo dejado de colonizar esta región, querían tener un espacio de influencia en todo este Medio Oriente y, por otra, los judíos sionistas con su ideología de conquista y de corte fascista querían tener un territorio para existir como nación y extenderse del Nilo de Egipto hacia el Éufrates de Irán… Por lograr su expansión, Israel emprendió guerras contra los palestinos, Egipto, Jordania, Siria y Líbano. Y estas guerras de invasión siguen todavía, en particular en Palestina y en Jerusalén, donde acaparan cada vez más espacios expulsando más y más a los palestinos.

Los palestinos se resisten a esta invasión armada y descarada desde 70 años, a veces violentamente, en respuesta a las agresiones constantes por parte de los israelitas. Israel no respeta las resoluciones de la ONU que limitan su espacio nacional y tampoco quiere firmar un entendimiento con los palestinos.

El papa Francisco invitó a Roma a los jefes de Estado de las dos naciones para avanzar hacia la paz; sembraron en el Vaticano un árbol de la paz, que debe haberse vuelto un sauce llorón… por las muertes que continúan en los enfrentamientos provocados por Israel. 

Muchos grupos civiles y religiosos, cristianos, judíos y musulmanes, tanto en Israel y Palestina como al nivel internacional, buscan presionar a Israel para que, por fin, deje de matar a palestinos y usar la violencia para lograr propósitos inhumanos e ilegítimos. Unámonos a estos grupos para hacer avanzar la paz, que se dice en hebreo: shalom, salem, Jerusalén (‘ciudad de la paz’).

miércoles, 26 de julio de 2017

Red de Intelectuales en Defensa de la Humanidad apoya a la Venezuela bolivariana


La Red de Intelectuales, Artistas y Movimientos Sociales en Defensa de la Humanidad emitió una declaración que condena la injerencia de los Estados Unidos en los procesos internos de Venezuela, al tiempo que ratifica el apoyo al país bolivariano y al gobierno legítimo de Nicolás Maduro.

El comunicado, con el título Nuestra América y los pueblos del mundo con la Venezuela bolivariana, también hace referencia a la escalada de violencia sucitada por la oposición en los últimos meses y su intensificación en los días previso a las elecciones de la Asamblea Nacional Constituyente. Además alerta sobre una posible “intervención armada contra el pueblo venezolano; una intervención que nuestra América Latina y el Caribe no pueden aceptar”. 

Declaración de la Red de Intelectuales, Artistas y Movimientos Sociales en Defensa de la Humanidad

La Red de Intelectuales, Artistas y Movimientos Sociales en Defensa de la Humanidad, condena la renovada injerencia del Gobierno de los Estados Unidos, presidido por Donald Trump, quien amenaza a la República Bolivariana de Venezuela, en una actitud que revela su prepotencia y agresividad sin límites, incompatibles con la legislación internacional que norma los vínculos entre los Estados y rechaza con firmeza la intromisión en los asuntos internos de otros países.

En vísperas de las elecciones para la Asamblea Nacional Constituyente, que se celebrarán el próximo 30 de julio, se ha intensificado una escalada de violencia para impedir este acto democrático y lesionar la participación y previsible victoria del pueblo bolivariano.

Esta escalada de violencia desatada por la derecha nacional e internacional contra el pueblo de Bolívar y Chávez, con la complicidad de los medios de comunicación en su poder, propicia y celebra un fraudulento “plebiscito” convocado por una Asamblea Nacional que se encuentra fuera de legalidad constitucional y que alienta los atroces crímenes de las guarimbas terroristas, de los pirómanos inhumanos, y ha nombrado, sin facultad para ello, nuevos jueces del Tribunal Supremo de Justicia, al tiempo que ha previsto la creación espuria de un gobierno paralelo al legítimamente instituido por la voluntad popular. El propósito es claro: desestabilizar al país para impedir el triunfo en la elección de la Asamblea Constituyente, el próximo 30 de julio, y crear las condiciones para una nueva etapa en la escalada subversiva contra Venezuela.

La administración estadounidense, con la confabulación de gobiernos títeres de la región y de sus principales aliados europeos, prepara una intervención armada contra el pueblo venezolano; una intervención que nuestra América Latina y el Caribe no pueden aceptar y ante cuya posibilidad, los intelectuales, artistas y movimientos sociales estamos en la obligación de denunciar y contrarrestar con todos los medios y recursos a nuestro alcance.

El mensaje histórico de Bolívar, cobra hoy mayor vigencia que nunca. La epopeya que libran los hijos de Bolívar y de Chávez, es también nuestra, pues se trata de una larga e irrenunciable batalla por la dignidad, la soberanía y la autodeterminación de nuestros pueblos

En esta hora decisiva de la Historia, hacemos nuestro el himno patrio de la entrañable Venezuela: “Unida con lazos / que el cielo formó / la América toda / existe en nación”. Como un solo pueblo y una sola voz lucharemos por ella.

¡Viva Bolívar! ¡Viva Chávez!

América, 24 de julio de 2017.

domingo, 23 de julio de 2017

Rosa Chávez: el obispo “rojo” de El Salvador


Rodolfo Cardenal
Director del Centro Monseñor Romero

En el entusiasmo y la alegría por la designación de monseñor Gregorio Rosa como cardenal de la Iglesia católica, se han colado algunas voces falsas. La distinción honorífica es una reivindicación de lo mejor de la Iglesia salvadoreña.

Es un reconocimiento explícito del ministerio episcopal de monseñor Romero y monseñor Rivera, del ministerio sacerdotal del clero de la arquidiócesis y del compromiso de una multitud de laicos, que dieron la vida por su fe. Simultáneamente, es una desautorización explícita de aquellos obispos y clérigos, militares y políticos, Gobiernos y periodistas que los reprobaron, calumniaron, persiguieron e incluso asesinaron a muchos de ellos. Todo en nombre de Dios y de la tradición católica. Ahora, deslumbrados por el aura de la púrpura eclesiástica, y quizás por cierto arranque de fervor nacionalista, algunos de estos se han sumado a las expresiones de alegría y sin la más mínima vergüenza han exaltado la trayectoria del nuevo cardenal.

El mismo monseñor Rosa se ha encargado, con gran acierto, de poner las cosas en su sitio, sin dejar espacio para la confusión. En el centro de la distinción ha colocado a monseñor Romero y su significado para la Iglesia salvadoreña y para el país. Es consciente de que el cardenal debiera haber sido él. Pero como eso no pudo ser, porque sus enemigos lo impidieron, incluso intentaron la destitución, la reivindicación ha venido a través de su elevación al cardenalato. Asimismo, han sido reconocidos los esfuerzos de monseñor Rivera para poner fin a la guerra civil mediante una salida política, para defender los derechos humanos pisoteados por la dictadura militar y oligárquica, y para configurar la Iglesia arquidiocesana de acuerdo con las enseñanzas del Concilio Vaticano II, de Medellín y de Puebla.


Monseñor Rosa fue compañero destacado de los dos arzobispos. A los dos los acompañó en momentos decisivos de la Iglesia, estuvo a su lado cuando fueron atacados por la nunciatura, por los otros obispos, por la dictadura militar y la oligarquía y sus aliados. El compromiso de los tres obispos con el pueblo salvadoreño empobrecido y oprimido les acarreó el odio del poder oligárquico y militar, el cual se expresó a través de las empresas mediáticas, de pasquines y pronunciamientos, y en una persecución implacable de los cuerpos de seguridad. El precio pagado por su solidaridad con los dos arzobispos fue no ser nombrado arzobispo de San Salvador. Monseñor Rosa no fue arzobispo, en gran medida, por no ser del agrado de la oligarquía, de los militares, de los Gobiernos y de sus partidos oficiales. Tampoco lo fue de la nunciatura y de algunos movimientos católicos laicales.

La opción de la Iglesia arquidiocesana por los pobres y su liberación de toda clase de opresión provocó la cólera de la oligarquía, tal como lo acaba de reconocer uno de los connotados líderes de la Arena de entonces. Monseñor Romero, monseñor Rivera, monseñor Rosa y Rutilio Grande y todo lo que representaban eran sus enemigos. El orden oligárquico, sostenido por los militares, esperaba que contribuyeran a mantener al pueblo callado, pasivo y resignado con su suerte. Los sufrimientos de esta vida serían recompensados grandemente en la otra. Pero ninguno de ellos aceptó desempeñar ese papel, porque el Evangelio no tolera la opresión. Ninguno confundió fe y política, pero todos fueron conscientes de que la predicación del reino de Dios en una situación tan injusta como la del país tenía implicaciones políticas. Ninguno se asustó de ellas. Al contrario, se mantuvieron fieles al pueblo salvadoreño y a Jesús hasta entregar su vida.

Los mismos que antaño rechazaron que la Iglesia tuviera una palabra que decir sobre la injusticia predominante, ahora, a raíz del cardenalato de monseñor Rosa, reproducen en grande las intervenciones del papa Francisco, donde corrobora esa opción de la Iglesia salvadoreña. No parece que se hayan convertido, porque su postura ante la injusticia no ha cambiado. Solo son oportunistas nacionalistas que, tal vez ofuscados por la púrpura, exaltan en monseñor Rosa lo que no hace mucho condenaban implacablemente.

La elevación al cardenalato es más que una reivindicación personal por los agravios recibidos por la fidelidad a la Iglesia de los pobres de monseñor Romero. La distinción ratifica que esa Iglesia y sus enseñanzas constituyen la verdadera Iglesia de Cristo. En este sentido, no es solo un reconocimiento orientado al pasado, sino que también implica un compromiso de cara al futuro inmediato. Si esa es la verdadera Iglesia de Cristo, la continuidad es un deber.

Cuántas veces estos obispos, y muchos clérigos, fueron descalificados desdeñosamente como obispos "rojos". Irónicamente, la investidura del cardenalato en monseñor Rosa ha dado a El Salvador un obispo, en sentido estricto, "rojo".


sábado, 22 de julio de 2017

Fray Marcos Rodríguez: ACEPTA QUE HAY CIZAÑA EN TU CAMPO


Fray Marcos Rodríguez
Mt 13, 24-43

La parábola de la cizaña es una de las siete que Mt narra en el capítulo 13. Como decíamos el domingo pasado, se trata de un contexto artificial. Como todas las parábolas es un relato anodino e inofensivo por sí mismo, pero que, descubriendo la intención del que la relata, puede llevarnos a una reflexión muy seria sobre la manera que tenemos de catalogar a las personas como buenos y malos. Mal entendida, puede dar pábulo a un maniqueísmo nefasto, que tergiversa el mensaje de Jesús. Bien y mal se encuentran inextricablemente unidos en cada uno de nosotros.

Empecemos por notar que el sembrador siembra buena semilla. La cizaña tiene un origen distinto. Este lenguaje debemos explicarlo. Según aquella mentalidad, hay un enemigo del hombre empeñado en que no alcance su plenitud. Pero la hipótesis del maniqueísmo es innecesaria. Durante milenios el hombre trató de buscar una respuesta coherente al interrogante que plantea la existencia del mal. Hoy sabemos que no tiene que venir ningún maligno a sembrar mala semilla. La limitación que nos acompaña como criaturas, da razón suficiente para explicar los fallos de toda vida humana.

La vida arrastra tres mil ochocientos millones de años de evolución que ha ido siempre en la dirección de asegurar la supervivencia del individuo y de su especie. A ese objetivo estaba orientado cualquier otro logro. Al aparecer la especie humana, descubre que hay un objetivo más valioso que el de la simple supervivencia. Al intentar caminar hacia esa nueva plenitud de ser que se le abre en el horizonte, el hombre tropieza con esa enorme inercia que le empuja al objetivo puramente egoísta. En cuanto se relaja un poco, aparece la fuerza que le arrastra en la dirección equivocada.

El objetivo de subsistencia individual y el nuevo horizonte de unidad que se le abre al ser humano no son contradictorios. En el noventa por ciento deben coincidir. Pero esa pequeña proporción que les diferencia no es fácil de apreciar. Como en el caso de la cizaña y el trigo, solo cuando llega la hora de dar fruto queda patente lo que los distingue. Es inútil todo intento de dilucidar teóricamente lo que es bueno o lo que es malo. La mayoría de las veces el hombre solo descubre lo bueno o lo malo después de innumerables errores en su intento por acertar en su caminar hacia la meta.

En el ser humano, el bien biológico individualista sería siempre bueno mientras no vaya contra el bien de los demás. Todo el esfuerzo que haga el ser humano por vivir mejor de lo que vive en una época determinada, sería estupendo si toda mejora alcanzara a todos los hombres, y no se consiguiera el bien de unos pocos a costa del mal de muchos. En el mundo que nos ha tocado vivir, podemos descubrir esa contradicción. El hombre, buscando su plenitud como individuo, arruina su plenitud como ser humano.

El punto de inflexión en la lógica del relato lo encontramos en las palabras del dueño del campo. “dejadlos crecer juntos hasta la siega”. Lo lógico sería que se ordenara arrancar la cizaña en cuanto se descubriera en el sembrado, para que no disminuyera la cosecha. Pero resulta que, contra toda lógica, el amo ordena a los criados que no arranquen la cizaña, sino que la dejen crecer con el trigo. Este quiebro, es el que debe hacernos pensar. No es que el dueño del campo se haya vuelto loco, es que el que relata la parábola quiere hacernos ver que otra visión de la realidad es posible.

No les deja crecer juntos porque el señor se siente generoso y perdona la vida a los malos. La única razón que el dueño aduce es “que podríais arrancar también el trigo”; precisamente por la dificultad de distinguirlos a simple vista. La primera lectura nos advierte que Dios obra con moderación porque todo lo puede. Jesús da un paso más y nos dice que Dios no tiene nada que perdonar. Nuestra posibilidad de fallar no le inquieta, en cambio a nosotros nos desconcierta. Dios no puede premiar ni castigar “a posteriori”, porque se ha dado a cada uno antes de que lleguemos a la existencia.

La respuesta del amo está fuera de toda lógica. Esto es lo que debería hacernos pensar. El trigo y la cizaña tienen que convivir a pesar de que son plantas antagónicas y lo que produce una, será siempre a costa de la otra. La cizaña perjudica al trigo, pero la realidad es que son inseparables. Aplicado al ser humano, la cosa se complica hasta el infinito, porque en cada uno de nosotros coexisten juntos cizaña y trigo. Nunca conseguiremos eliminar del todo nuestra cizaña. Solo tomando conciencia de esto, superaremos el puritanismo y podremos aceptar al otro con su cizaña.

Esta mezcla inextricable no es un defecto de fabricación, como se ha hecho creer con mucha frecuencia; por el contrario, se trata de nuestra misma naturaleza. Dejaríamos de ser humanos si anularan nuestra posibilidad de fallar. No solo es absurdo el considerar a uno bueno y a otro malo, sino que el solo pensar que una persona se pueda considerar perfecta, es descabellado. Querer arrancar la cizaña es una tentación, que demuestra la falta de confianza en uno mismo.

También hoy Jesús, a petición de sus discípulos, explica la parábola. Una vez más, no se trata de una explicación de Jesús, sino de un añadido de la primera comunidad, que convirtió las parábolas en alegorías para poder utilizarla como instrumento moralizante. En la explicación que el evangelio da de esta parábola, se ve con toda claridad la diferencia entre parábola y alegoría. Podemos apreciar cómo se desvía el acento desde la necesidad de convivir con el diferente a la insistencia en que los malos serán quemados, con la intención de que el miedo a ser chamuscados nos haga mejores.

Si a través de veinte siglos, la Iglesia hubiera hecho caso de esta parábola, ¡cuántos atropellos se hubieran evitado! Tanto en la doctrina como en moral, se ha perseguido al que discrepaba de la oficialidad, solo por el afán de conservar la pureza legal, que tanto preocupa a los dirigentes. Se ha excomulgado, se ha desterrado, se ha quemado en la hoguera a miles de cristianos que eran bellísimas personas, aunque no coincidieran en todo con los cánones oficiales. Es patético, que a algunos de los que han sido sacrificados sin piedad, después se les haya declarado santos.

Aún tenemos pendiente un cambio en nuestra actitud ante el diferente. Hemos sido educados en el exclusivismo. Se nos ha enseñado a despreciar al diferente. Jesús sabía muy bien lo que decía a un pueblo judío que se creía elegido y superior a todos los demás. A pesar de la claridad del mensaje, muy pronto olvidaron los cristianos las enseñanzas de Jesús y reprodujeron el exclusivismo judío. Una sola frase resume esta actitud totalmente antievangélica: “fuera de la Iglesia no hay salvación”. Esta máxima (mínima) ha sido defendida todavía por el último Catecismo de la Iglesia Católica.


Meditación

Por mucho que nos empeñemos en impedirlo,
la cizaña y el trigo van a seguir creciendo juntos.

Si descubres los fallos en los que tropiezas cada día,
estarás en condiciones de aceptar a los demás con los suyos.

El objetivo del cristiano no es alcanzar la perfección,
sino aceptar al otro a pesar de sus fallos.

viernes, 21 de julio de 2017

Leonardo Boff: De la recesión económica a la depresión psicológica


Leonardo Boff

Estamos en una situación generalizada de crisis sobrepuestas unas a otras y en un ambiente de caos.

Los conceptos de crisis y de caos pueden ayudarnos a entender nuestra realidad contradictoria. Para ilustrar la crisis se usa la palabra china, que está compuesta por dos caracteres: uno expresa riesgo y el otro oportunidad. Efectivamente la crisis contiene el riesgo de desmontar un orden hasta degenerar en la barbarie, pero también puede representar la oportunidad de refundar un nuevo orden. Yo personalmente prefiero el origen filológico de crisis en el sanscrito: se deriva de la palabra kir o kri, que en sanscrito significa limpiar y purificar. De ahí viene la expresión acrisolar: limpiar todo lo que es accidental hasta que aparece lo esencial. Y crisol, recipiente que purifica el oro de las gangas. Las palabras en el chino y en el sanscrito son diferentes, pero el significado es el mismo.

Algo parecido ocurre con el caos según la cosmología contemporánea. Por un lado, es destructivo de un orden dado y por otro es constructor de un nuevo orden diferente. Del caos, nos dice Ilya Prigogine, Nobel de química (1977), nos vino la vida.

Aplicando estos sentidos a nuestra situación, podemos decir que la crisis generalizada y el caos dominante pueden, si no sabemos manejar su energía destructiva, degenerar en barbarie, y si aprovechamos la positiva, alumbrar una nueva configuración social de Brasil.

En el momento actual tenemos la oportunidad de cerrar el ciclo de un tipo de política que nos viene desde la colonia, basado en la conciliación entre sí de las clases acomodadas y siempre de espaldas al pueblo, hoy actualizada por un presidencialismo de coalición. Parece que este modelo de hacer política y de organizar el Estado, controlado por estas clases, que implica grandes negocios turbios y mucha corrupción, ya no puede seguir adelante. Es demasiado destructivo. Lava-Jato ha tenido el mérito de desenmascarar este mecanismo perverso y anti-social. Ojalá surja la posibilidad de una construcción social nueva.

Sin embargo, estas clases dieron el golpe parlamentario interesadas en prolongar este orden que garantizaría sus privilegios, con el propósito de desmantelar los avances sociales de las clases populares emergentes y de alinearse con la lógica del Gran Capital a escala mundial, hegemonizado por Estados Unidos.

Como observó Márcio Pochmann, uno de los mejores analistas de las desigualdades sociales y de la riqueza y pobreza del país, “la élite brasilera escogió el lado equivocado” (El golpe y la traición de las élites: https://goo.gl/QUpRZn )

En vez de asociarse a lo nuevo, a un nuevo arreglo político, económico y social, a la mayor iniciativa de desarrollo multilateral desde el final de la Segunda Guerra Mundial, iniciada en Eurasia, que propone una globalización inclusiva en la que nosotros a través del BRICS estábamos incluidos, escogió la alineación tardía con las fuerzas que detentan la hegemonía mundial bajo la regencia de Estados Unidos. El presupuesto de esta nueva iniciativa de Eurasia está estimado en 26 billones de dólares hasta el año 2030, e incluye a otras 65 naciones, que corresponden a casi 2/3 de la población mundial. Se crean oportunidades de desarrollo, comenzando por los países más necesitados. Aquí podríamos estar y no estamos por causa de nuestra ineptitud y nuestra subordinación.

Ese proyecto apunta hacia un nuevo orden mundial, una especie de keynesianismo global, innovador, con una posible mayor igualdad y justicia social, respetando la soberanía de las naciones.

El grupo en torno a Temer optó por el viejo sistema militarista e imperial cuya seguridad reside en bases militares distribuidas por todo el mundo. Están entre nosotros en Argentina, en Paraguay, en Chile, en Perú, en Colombia y también en Brasil a través de la cesión de la base de Alcántara en el estado de Maranhão.

La venta de tierras a extranjeros, especialmente allí donde existe gran abundancia de agua –por aquí pasa el futuro de la humanidad junto con la biodiversidad– hiere profundamente nuestra soberanía y ofende al pueblo brasilero, celoso de su territorio.

Una vez más estamos perdiendo la oportunidad del lado positivo de la crisis y el caos actuales. Desperdiciamos esta posibilidad única, por falta de un proyecto de nación libre y soberana. Usando una expresión de Jessé Souza, se debe a la “estupidez de la inteligencia brasilera” que está aconsejando a Temer.

El efecto se nota por todas partes: los 14 millones de desempleados, los 61 millones de morosos, la desindustrialización, los 33 navíos en construcción abandonados a la oxidación y la neocolonización impuesta que nos hace solo exportadores de materias primas.

Asistimos, anestesiados, a este crimen contra el futuro del pueblo brasileño. Temer, sometido a varios procesos, cuida de sí mismo en vez de cuidar del pueblo brasilero. Una ola de indignación, de tristeza y de desamparo se está abatiendo sobre casi todos nosotros. De la recesión económica estamos pasando a la depresión psicológica. Si no reaccionamos y no nos armamos de coraje y esperanza, la barbarie podrá estar solo a un paso. Nos negamos a aceptar este ignominioso destino.

jueves, 20 de julio de 2017

Padre Pedro Pierre: Hoja de ruta del Gobierno



Padre Pedro Pierre

El presidente Lenín Moreno acaba de hacerlo público su plan de gobierno. De esta manera nos sentimos fijados sobre las orientaciones que van a tomar las palabras, actividades y leyes que surgirán del Poder Ejecutivo. Se nos dice que se sustenta en dos pilares fundamentales: la sustentabilidad ambiental, es decir, el respeto al medio ambiente; y el desarrollo territorial, es decir, el crecimiento tanto de la producción como de la población en general. Luego se nos explica que este plan se organiza en tres ejes principales con nueve objetivos nacionales, o sea tres objetivos para cada uno de los tres ejes.

El primer eje compromete al Estado a “garantizar los derechos para todos durante toda la vida”. Nos alegra ver que se pone en el primer puesto al ser humano porque “es sujeto de derechos” y nadie debe sufrir discriminación. Es importante esta afirmación, ya que se va a buscar primero no un desarrollo financiero sino el crecimiento de las personas y este estará al servicio de ellas. Los objetivos de este primer eje apuntan, por una parte, a “garantizar una vida digna con iguales oportunidades para todas las personas”, por otra, a trabajar por “la interculturalidad y plurinacionalidad, revalorizando las identidades de las diversas nacionalidades” y, en fin, a respetar y hacer respetar “los derechos de la naturaleza para las actuales y las futuras generaciones”.

El segundo eje propone orientar “la economía al servicio de la sociedad” para lograr la vigencia de los derechos humanos. Los tres objetivos que apuntan a ello, primero, buscando implantar “un sistema económico social y solidario” en el marco de la dolarización, luego, impulsando la productividad para el crecimiento económico sustentable y redistributivo, y, en fin, desarrollando las capacidades productivas para lograr la satisfacción de las necesidades alimentarias y del desarrollo rural integral. Aquí notamos que se quiere dar prioridad al campo, tanto en crecimiento productivo como en su desarrollo humano. Pues es grande la brecha entre la ciudad y el campo, en particular en el mundo indígena.

El tercer eje apunta hacia “más sociedad y mejor Estado”, o sea, que vayamos constituyéndonos en una nación más integrada y relacionada, gracias a “un Estado cercano a la ciudadanía que brinda servicios públicos de calidad y con calidez. Para lograrlo, los objetivos propuestos son, primero, “una sociedad activa y participativa” motivada por el mismo Estado, luego, “la transparencia y la corresponsabilidad para una nueva ética social”, y, en fin, la soberanía, la paz y la integración latinoamericana y mundial.

Termina la presentación de este plan de gobierno con un llamado a “la participación ciudadana” para que aportemos nuestra colaboración. Se la facilitará mediante la organización de “doce foros ciudadanos, en todo el país, abierto para discutir sobre las temáticas del plan, cuyas propuestas se incluirán en el documento”. Eso nos da a entender que a partir de los diálogos llevados a cabo por el Gobierno y sus diversas instituciones: “llegar a acuerdos sostenibles y duraderos y proyectar al país hacia el Buen Vivir”.

Con este plan podremos demandar a nuestros gobernantes, a condición de cumplir con nuestra parte, la organización activa y propositiva. “Ayúdate y el Gobierno te ayudará”.

miércoles, 19 de julio de 2017

José M. Vidal: Los símbolos del obispo-poeta, Pedro Casaldáliga


José M. Vidal
Sao Felix do Araguaia

Como buen poeta y artista consumado, Don Pedro Casaldáliga vive rodeado de símbolos. Sencillos, pobres y austeros, como él, pero siempre bellos. Desde su casa, repleta de recuerdos, a su catedral, decorada por Cerezo, pasando por su capilla o sus objetos más cotidianos.

Este obispo siempre vivió como su gente. De hecho, no quiso tener nevera, cocina de gas o teléfono hasta que no lo tuvieron la mayoría de sus fieles. Y por supuesto, nada de palacio. Su casa, en el número 1310 de la Avenida Governador José Fragelli de Sao Felix no se distingue de las demás. Rectangular, con un tejado a dos aguas cubierto de uralita, revocada y pintada de color ocre y con un pequeño porche adosado.

Delante de la casa, un trocito de césped, con un cactus, varias plantas de aloe-vera, un arbusto, una enredadera y un viejo tronco seco y quemado, recuerdo de las famosas quemas de campos, para desforestar la selva, que siguen llenando el cielo de nubes en este época del año.

En el pequeño porche de entrada, tres macetas con plantas tropicales. Desde hace años, a la casa no se entra por la entrada principal, que solo la abre para ventilarla Doña Diolice, la señora que cuida de la casa y de la cocina de Pedro. Su segunda madre, que le mima tanto, que hasta aprendió a hacer tortilla española para su obispo.

La entrada es por la parte lateral y da directamente a la cocina. El interior de la casa no tiene techo. Se ven las uralitas viejas y humedecidas, y el ladrillo sin revocar. Las paredes se alegran con los cuadros y recuerdos del obispo, colgados por todas partes, excepto en el rincón reservado a la cocina grande de butano.

Hay dos estanterías, para colocar los perolos y los platos de duralex, y un mantel de cuadros blancos y azules colgado en una pared, con bolsillitos, para colocar la cubertería. Una mesita para los cántaros del agua y otra, para los desayunos, con taburetes.


A la derecha de la puerta de entrada a la cocina, una mesita para el teléfono. A su lado, una foto de una mujer joven y guapa con un niño en brazos y la clásica cerámica con una frase: "Al entrar, Dios te bendiga. Al salir, Dios te acompañe". Y, en la puerta que da al patio, un cartel con la foto del Papa y una de sus frases: "Ninguna familia sin casa, ningún campesino sin tierra, ningún trabajador sin derechos". Los viejos lemas de Casaldáliga ahora retomados por el propio Papa de Roma.

La casa dispone asimismo de un saloncito, con las paredes tapizadas de recuerdos: las gorras de las distintas campañas reivindicativas, el cuadro de la Misa de los Quilombos, el Cristo y el Francisco de Asís de Maximino Cerezo, un cuadro de Neruda y otro de Chaplin, un remo parecido al que utilizó de báculo del día de su ordenación episcopal y un sombrero sertanejo, como el que usó de mitra. Porque este obispo nunca utilizó mitra ni báculo ni anillo.

El anillo dorado, que le mandó Pablo VI para su consagración episcopal, se lo regaló a su madre y él se puso (y lo sigue llevando desde entonces) un anillo de tucum (palmera), símbolo de la opresión de los indios.

En una estantería, hay cruces de colores, diccionarios y libros en catalán, pequeñas esculturas de madera y todo tipo de premios que recibió en todo el mundo a lo largo de su vida.


Su habitación y sus libros de cabecera

En la estancia contigua, su pequeña habitación, con una cama estrecha y un colchón con muchos años. Justo en la pared de al lado de la cama, la foto del mártir que le salvó la vida, Joao Bosco, y, encima de la cama, sus libros de cabecera en todos los sentidos. Sus preferidos, los que hojeaba y consultaba a menudo.

Repasarlos es como desvelar el secreto de sus fuentes. Hay libros de Ernesto Cardenal y de César Vallejo. Dos obras de González Faus, 'La Humanidad nueva' y 'Proyecto de hermano'; 'Símbolos de libertad' de José María Castillo; Mysterium Liberationis en dos volúmenes; El 'Jesús' de Schilleebeeck; el clásico de Galeano 'Las venas abiertas de América Latina'; 'Cristianismo y religiones' de Dupuis; 'Nuevo socialismo y cristianos de izquierda' de Rafael Díaz Salazar; 'Cristo libertador' de Jon Sobrino; o 'Los Herman os Karamazov' de Dostoyevsky.

Su vieja Lexikon 80, la máquina en la que escribió todos sus libros, homilías, discursos y poemas, se conserva en el archivo de la Prelatura, donde guardan la memoria del obispo de los pobres.

La parte superior de la estantería de su habitación está repleta de recuerdos, entre los que sobresale el crucifijo en forma de hoz y martillo del jesuita boliviano Espinal, que hizo famoso Evo Morales, al regalárselo al Papa Francisco, en su reciente visita al país andino.


En la otra habitación de la casa, una cama y un armario, en el que se conservan sus paramentos litúrgicos. El alba de las grandes ocasiones, dos estolas de colores, el cáliz, la patena y el copón de madera.

Con el tiempo, la casita sin revocar fue creciendo hacia la parte trasera, con un patio cubierto y abierto, que hace las veces de comedor y donde pasa la mayor parte del día Don Pedro, sentado en su silla baja, mientras las gente pulula a su alrededor, cada cual atento a sus quehaceres.

En el jardín trasero, la capilla, en forma de corazón abierto al mundo. Rodeada de plantas y de taburetes de madera entorno a un pequeño altar. Toda de ladrillo visto. En el frontal, el sagrario de colores. A la derecha, la Virgen. A la izquierda, una escultura de madera del mapa de Africa con esta leyenda: 'Crucificada'.

Al lado, un Cristo negro y debajo una cajita de hojalata, un tesoro. Al abrirla, aparecen dos reliquias: un trocito de sotana ensangrentada de monseñor Romero y un trocito de un hueso de Ignacio Ellacuría. Dos de sus mártires de la liberación. Sangre derramada por los pobres. Por debajo, un cesto con una Biblia abierta. Como si el pan de la Palabra floreciese con las sangre de los mártires.


La catedral pintada por Cerezo

Desarma por su belleza sencilla. Por fuera, parece una iglesia típica de barrio, con una campana colgada al lado. Pero, ya de entrada, destaca un gran mural de azulejos de la Virgen de la Asunción, que ocupa la parte superior de la fachada. Y una puerta de madera, repleta de símbolos en cada uno de sus cuadrantes.

En uno de ellos, por ejemplo, aparece un remo y un hacha en forma de cruz, con el río debajo. En otro, el mate que toman los indios.

Al abrir la puerta, un bofetón de belleza, color y simbolismo de la espiritualidad de la liberación. Maximino Cerezo en todo su esplendor y su mural tantas veces visto, pero nunca admirado de cerca. En la parte superior, el Espíritu Santo en forma de paloma que cubre a los crucificados que portan la cruz hacia Cristo resucitado.


La procesión sale de las chozas. Está formada por una representación elegida de pobres: un indio, un negro, un campesino...Cargan con la cruz, pero con la confianza que les da el resplandor del Cristo resucitado, que se levanta por encima de las alambradas. Un mural, que resume a la perfección la vida de este obispo diferente, dedicado a las causas de los pobres, jugándose la vida por ellos, con ellos y como ellos.

En la parte posterior del mural y del altar de la 'catedral', la capilla ante la que rezaba, a menudo, Casaldáliga. Su pozo de Jacob, su remanso de paz, donde se encontraba a solas con su Dios, cargado con el llanto y el grito de los suyos. Quizás por eso, al lado del sagrario, Maximino Cerezo pintó está frase: "Yo soy el pan de vida". Y Casaldáliga lo sabe bien, no en vano se pasó la suya repartiéndolo a los preferidos del Señor.


Mis insignias episcopales


TU MITRA

será un sombrero de paja sartanejo;
el sol y la luna;
la lluvia y el sereno;
el pisar de los pobres con quien caminas
y el pisar glorioso de Cristo, el Señor.

TU BÁCULO

será la verdad del Evangelio
y la confianza de tu pueblo en ti.

TU ANILLO

será la fidelidad a la Nueva Alianza del Dios Liberador
y la fidelidad al pueblo de esta tierra.

No tendrás otro ESCUDO
que la fuerza de la Esperanza
y la liberdad de los hijos de Dios.

No usarás otros GUANTES
que el servicio del Amor.