MONS. GONZALO LOPEZ M.

MONS. GONZALO LOPEZ M.

domingo, 30 de diciembre de 2018

Leonardo Boff: A pesar de las tribulaciones todavía celebramos la Navidad


Leonardo Boff 

En nuestro país, y en el mundo, vivimos tiempos sombríos. Hay mucha rabia y mucho odio. Reina sobre todo la falta de sensibilidad hacia nuestros semejantes, especialmente hacia los niños –como el Niño Jesús– que viven en las calles y sufren abusos. A pesar de todo vivimos la humanidad de nuestro Dios, que asumió nuestra condición humana, tan contradictoria.

El cristianismo no anuncia la muerte de Dios, sino la humanidad, la benevolencia y el amor misericordioso de Dios. Entre el buey y la mula, miremos al Niño: en él sonríe la jovialidad y la eterna juventud del mismo Dios.

Pasé por Belén de Judá y oí un susurro tierno. Era la voz de María acunando a su hijito: “Mi niño, mi Sol, ¿cómo voy a cubrirte con ropa?, ¿cómo voy a amamantarte, si eres tú quien nutres a todas las criaturas”?

Del pesebre vino también una voz angelical que me decía: “Oh criatura humana, ¿por qué tienes miedo de Dios? ¿No ves que su madre envolvió su cuerpecito frágil? Un niño no amenaza a nadie, ni condena a nadie. ¿No escuchas su suave llanto? Más que ayudar, él necesita ser ayudado y llevado en brazos”.

No dejemos que sea verdad lo que escribió el evangelista San Juan: “vino a los suyos y los suyos no le recibieron”. Nosotros queremos estar entre quienes lo reciben como hermano y compañero de camino.

La entrada de Dios en el mundo no fue estrepitosa. Sucedió al margen de la historia oficial, fuera de la ciudad, en medio de la noche oscura, en una gruta de animales. En Roma, capital del imperio, y en Jerusalén, el centro religioso del Pueblo de Israel, no se supo nada. Casi nadie se dio cuenta. Solamente aquellos que tenían un corazón sencillo, como los pastores de Belén. Éstos caminaron hasta la gruta, donde tiritaba de frío el Divino Niño.

La Navidad nos ofrece la clave para descifrar algunos misterios insondables de nuestra atribulada existencia. Los seres humanos siempre se han preguntado y se preguntan: ¿por qué la fragilidad de nuestra existencia? ¿Por qué la humillación y el sufrimiento? Y Dios callaba. Pero he aquí que en Navidad nos viene una respuesta: Él se hizo frágil como nosotros. Se humilló y sufrió como todos los humanos. Ésta fue la respuesta de Dios: no con palabras sino con un gesto de identificación. Ya no estamos solos en nuestra inmensa soledad. Él está con nosotros. Su nombre es Jesús.

La Navidad nos descubre también una respuesta última al sentido del ser humano. Somos un proyecto infinito. Sólo el Infinito puede realizar nuestra plena humanidad. Y sucede que el Infinito se hace humano para que el humano realice su proyecto Infinito. El Infinito se hizo ser humano para que el ser humano se hiciese Infinito.

Para concluir nada más conmovedor que estos versos de Fernando Pessoa, el gran poeta portugués, sobre el Niño Jesús:

Es el Niño Eterno, el Dios que faltaba. / Es tan humano... que es natural. / Es lo divino que sonríe y que juega. Por eso sé con toda seguridad / que él es el Niño Jesús verdadero. / Es un niño tan humano, que es divino. / Nos llevamos tan bien los dos, / en compañía de todo, / que nunca pensamos el uno en el otro. / Pero vivimos los dos juntos, / con un acuerdo íntimo, / como la mano derecha y la izquierda. / Cuando me muera, Niño mío, / déjame ser el niño, el más pequeño. / Tómame en tus brazos y llévame a tu casa. / Desnuda mi ser cansado y humano. / Y acuéstame en tu cama. / Cuéntame historias, si me despierto, / para que me vuelva a dormir. / Y dame tus sueños para que juegue, / hasta que nazca cualquier día / que tú sabes cuál es.

Feliz Navidad a todos y a todas. Confiemos: también hay una Estrella, como la de Belén, que ilumina nuestro camino, por más sombrío que se presente. Si yo no sé el camino, Niño, tú lo sabes, y lo sabes muy bien.

martes, 18 de diciembre de 2018

Leonardo Boff: La mente vuelta hacia la eternidad: 80 años de vida


Leonardo Boff

Mañana, 14 de diciembre, cumpliré 80 años de vida. Estoy descendiendo la montaña de la vida.

En primer lugar, doy gracias a Dios por haber llegado hasta aquí y por haber sobrevivido. De pequeño, con sólo algunos meses, estaba destinado a morir. En aquellos interiores profundos del Estado brasileño de Santa Catarina, en mi ciudad Concórdia, todavía no había médicos. Todos, desolados, decían: “pobrecito, va a morir”. Mi madre, desesperada, después de hacer el pan familiar en un horno de piedra, lo dejó entibiar y sobre una pala de madera me colocó unos cuantos minutos allí dentro. A partir de este intento último, mejoré, y aquí estoy, como sobreviviente.

Pensaba que nunca pasaría de la edad de mi padre que murió de un infarto fulminante a los 54 años. Sobreviví. Escribí un balance a los 50. Después pensaba que no pasaría de la edad de mi madre, que también murió de infarto con 64 años. Sobreviví. Hice otro balance a los 60. Entonces, estaba seguro de que no llegaría a los 70. Sobreviví. Tuve que escribir otro balance a los 70. Finalmente, pensé convencido, de todas maneras: no llegaré a los 80. Sobreviví. Y tengo que escribir otro balance. Como salí desacreditado en mis previsiones, ya no hago ninguna previsión más. Cuando llegue la hora que sólo Él conoce, iré alegremente al encuentro del Señor.

Releyendo los distintos balances, sorprendentemente, y sin intención previa, veo que hay constantes que atraviesan todas las memorias. Voy a tratar de hacer una lectura de ciego, que sólo capta lo que sobresale. Siempre estuve como poseído por alguna pasión más fuerte, que me llevaba a hablar y a escribir.

La primera fue la pasión por la Iglesia renovada por el Concilio Vaticano II. Escribí mi tesis doctoral en Múnich: La Iglesia como sacramento; Iglesia: carisma y poder (que me acarreó el ‘silencio obsequioso’) y Eclesiogénesis: las CEBs reinventan la Iglesia.

La segunda pasión fue por el Jesús histórico, su gesta, que lo llevó a la cruz. Escribí: Jesucristo el Liberador; Nuestra resurrección en la muerte; El evangelio del Cristo cósmico; Vía Crucis de la justicia.

La tercera pasión fue por san Francisco de Asís, el primero después del último (Jesús). Escribí: Francisco de Asís: ternura y vigor; San Francisco: nostalgia del Paraíso; Comentario a su Oración por la Paz.

La cuarta pasión fue por los pobres y oprimidos. Nació la teología de la liberación y escribí: Teología del cautiverio y de la liberación; El caminar de la Iglesia con los oprimidos; y, junto con mi hermano Fray Clodovis, escribimos Cómo hacer teología de la liberación.

La quinta pasión fue por la Madre Tierra, superexplotada. Escribí: La opción Tierra: la solución a la Tierra no cae del cielo; El Tao de la liberación: ecología de la transformación, junto con Mark Hathaway; Cómo cuidar la Casa Común.

La sexta pasión fue por la condición humana sapiente y demente. Escribí: El destino del hombre y del mundo; El águila y la gallina: una metáfora de la condición humana; El despertar del águila: lo dia-bólico y lo sim-bólico en la construcción de la realidad; Saber cuidar; El cuidado necesario; Femenino-Masculino, con Rose-Marie Muraro; El ser humano como proyecto infinito.

La séptima pasión fue por la vida del Espíritu: traduje la obra principal del místico Maestro Eckhart; retraduje actualizándola La Imitación de Cristo, de 1441, añadiéndole una parte nueva; El seguimiento de Cristo; Experimentar a Dios hoy; La Santísima Trinidad es la mejor comunidad; El Espíritu Santo: fuego interior, dador de vida y padre de los pobres ; Espiritualidad: un camino de transformación.

He publicado cerca de cien libros. Es trabajoso, con sólo 27 letras, componer las palabras, y después con las palabras formular las frases, y por fin con las frases concebir el contenido pensado de un libro. Cuando me preguntan: “¿Qué haces en la vida?”, respondo: “soy un trabajador como cualquier otro, como un carpintero o un electricista. Sólo que mis instrumentos son muy sutiles: apenas 27 letras”.

“¿Y qué es lo que pretendes con tantas letras?” Respondo: “sólo, pensar, en sintonía, las preocupaciones mayores de los seres humanos, a la luz de Dios; suscitar en ellos la confianza en las potencialidades escondidas dentro de ellos mismos, para encontrar soluciones. Intentar llegar al corazón de las personas, para que tengan compasión por el sufrimiento injusto del mundo y de la naturaleza, para que nunca desistan de mejorar siempre la realidad, comenzando por mejorarse a sí mismos. Para que, independientemente de su condición moral, se sientan siempre en la palma de la mano de Dios-Padre-Madre de infinita bondad y misericordia.

“¿Han valido la pena tantos sacrificios para escribir?”. Respondo con el poeta Fernando Pessoa: “Todo vale la pena si el alma no es pequeña”. Me esforcé para que no fuese pequeña. Dejo a Dios la última palabra. Ahora en el atardecer de la vida, reviso los días pasados, y tengo la mente vuelta hacia la eternidad...

lunes, 10 de diciembre de 2018

Padre Pedro Pierre: FRANCIA SE VISTE DE AMARILLO

 
Padre Pedro Pierre

El sábado 7 de diciembre se movilizaron nada menos que 89,000 policías por toda Francia contra decenas de miles de manifestantes vestidos de chalecos amarillos ocupando las capitales provinciales de todo el país. Es el signo de un descontento generalizado contra políticas neoliberales que aumentan regularmente los impuestos. Por ejemplo en Francia, un litro de gasolina cuesta más que un galón de la misma en Ecuador, o sea, ¡casi 5 veces más! Como en nuestro país, allá también los pobres financian a los ricos cada vez más ricos. Los manifestantes se visten de un chaleco amarillo para identificarse de una manera llamativa -dicen que el amarillo es el color que más atrae la vista. Los jóvenes participan numerosos porque, como en todas partes, son los más afectados por un sistema que los margina: tienen que ir a buscar empleo en cualquier continente del planeta en una vida loca por enfrentar las dificultades de la vida.

Ya son 3 semanas que duran estas protestas, cada vez más numerosas. Piden la dimisión del presidente y la disolución de la asamblea legislativa. Critican las instituciones y desconfían de todos los partidos políticos, de los que no son parte: ¡los de izquierda han hecho en los gobiernos anteriores una política de derecha! En cuanto a los sindicatos, estos son bastantes débiles. En estas manifestaciones salen líderes espontáneos… Estas manifestaciones recuerdan las de mayo de 1968 que abarcaron a toda Europa y lograron 2 cambios significativos: el salario mínimo equiparado a la canasta básica e igual entre varones y mujeres haciendo el mismo trabajo. Se ve consignas parecidas como por ejemplo: “¡A ver si lo cambiamos todo!”

A los manifestantes de mayo de 1968 les faltaba organización, formación política e incidencias en los poderes del Estado. Las viejas instituciones capitalistas resistieron y todo volvió poco a poco a su cauce ‘normal’: la explotación inmisericorde de los trabajadores y la destrucción sistemática de la naturaleza. En 50 años bien poco se ha avanzado. Y no parece que se va a avanzar mucho. Las revoluciones se hacen después de años de luchas, de organización disciplinada y de formación política, con un pueblo decidido a jugarse la vida por un cambio, ahora ecológico-socialista. No se trata sólo de crear problemas al sistema neoliberal. Se trata, por una parte, de vivir mayoritariamente de otra manera, personal y colectiva: menos consumista, utilitarista, mercantilista y más compartida, más organizada, más favorable a la promoción del bien común. Por otra, se trata de sustituir el sistema neoliberal comenzando por uno mismo, la familia, la vecindad, la ciudad para llegar poco a poco a un Estado nacional con instituciones diferentes.

En Ecuador estamos lejos de un cambio significativo a pesar de las desgracias en las que estamos. ¿Cuántos deseamos un cambio de sistema? La inmensa mayoría de la gente está preocupada por consumir más y siempre más. Lo estamos viendo en cada Navidad: por todas partes un papanoel capitalista desaparece a un niño Jesús naciendo en un pesebre, que desde su estilo de vida sencillo va a construir una comunidad de discípulos decididos a continuar el proyecto del Reino, es decir, una sociedad fraterna, equitativa e universal. Mientras seguiremos honrando a un Niño divino que nos prometo un Reino de los cielos para no se sabe cuándo, seguiremos apoyando un sistema que nos explota, nos engaña y nos embrutece.

¡Que esta Navidad sea un paso más hacia una vida personal sencilla y fraterna, una convivencia igualitaria y equitativa, la defensa de nuestros derechos y de los de la naturaleza! En eso no ayude el niño Jesús, pues para eso vino.

sábado, 24 de noviembre de 2018

Leonardo Boff: “Quien odia al hermano es un asesino”


Leonardo Boff 

Reina mucha violencia, rabia y odio en nuestro país a causa de la segunda vuelta de las elecciones. Lo que nos escandaliza y va contra la Constitución que afirma ser un Estado laico (no oficializa ninguna religión ni estas pueden ser usadas partidariamente), son las iglesias neo-pentecostales y algunas evangélicas, concretamente la Universal y su líder, que se han transformado en centros de fake news, verdadera máquina de producción de calumnias y falsedades contra el candidato Haddad, hasta afirmar que, de modo semejante al estado totalitario comunista, “el niño después de 5 años pasa a no pertenecer ya a los padres sino al Estado”. ¿Quién puede imaginar semejante absurdo de una persona que vive en armonía con su familia? Además de ser mentiras y calumnias, suscitan el odio.

Aquí no vale otro argumento que el de la Biblia, que por lo menos reconocen, aunque traicionen sus preceptos.

El gran mensaje de Jesús es el amor incondicional hasta al enemigo, pues incluso “ama a los ingratos y malos” (Lc 6,35). Quien está fuera del amor, está lejos de Dios y traiciona el legado de Jesús.

Más explícita aún es la primera carta de San Juan: “Si alguien dice: ‘amo a Dios‘ pero odia a su hermano es un mentiroso” (1Juan 4,20).

En otro lugar es aún más perentorio: “Quien odia al hermano es un asesino. Y sabéis que ningún asesino tiene la vida eterna” (1Juan 3,15). Pues estamos llenos de asesinos en nuestro país y sabemos especialmente de dónde vienen, aunque no exclusivamente: de un candidato que es claramente homófobo, misógino, enemigo declarado de los LGBTI, de indígenas y de quilombolas. Predica la violencia contra ellos, cosa que ya está siendo practicada en anticipación a su eventual victoria (que los cielos nos libren) en varios lugares del país por parte de sus seguidores, llegando incluso al asesinato del gran maestro de capoeira en Salvador, maestro del cantante Gilberto Gil y de Caetano Veloso, y a la violencia contra una joven de Porto Alegre a la que con una navaja le grabaron en la pierna la esvástica nazi.

Esta actitud va contra toda la base religiosa cultural cristiana de nuestro país. Son verdaderos enemigos de la patria, además de enemigos de los mencionados arriba. En el lenguaje del Nuevo Testamento son asesinos.

Pero lo que más nos falta –y éste fue el legado de Betinho, nuestro Gandhi de los trópicos– es la sensibilidad. Supo identificar la crisis central de la humanidad actual en la línea del Papa Francisco hoy. De su boca oímos y de su ejemplo aprendimos que “la crisis central no está en la nueva economía política de la exclusión, ni en la corrupción de la política, ni en la derrota moral de la humanidad. La crisis fundamental reside en la falta de sensibilidad de los humanos hacia otros seres humanos”.

Después de siglos de racionalismo y de dictadura del proyecto de la tecno-ciencia, hemos quedado todos con una especie de lobotomía que nos impide sentir al otro como otro, que incapacita nuestro corazón para sentir el pulsar de otro corazón y nos hace crueles y sin piedad ante el sufrimiento humano y la devastación de la biosfera.

No es el logos griego, ni la ratio cartesiana, sino el pathos (el sentimiento profundo), y el cuidado (cura en latín) quienes organizan las estructuras básicas de la existencia humana en el mundo junto con los demás.

Esta es la gran lección humanitaria, ética y espiritual que Betinho nos ha dejado como legado inmortal. Esta lección todavía hoy habla a lo profundo de cada ser humano, donde vive el mundo de las excelencias como el amor, la solidaridad, la compasión y la verdadera hermandad entre todos.

Esta lección, en el contexto actual de Brasil, atravesado por odios y rabias viscerales, posee inmensa actualidad. Sería la única cura verdaderamente eficaz.

¡Qué falta nos hace Betinho en estos días!

miércoles, 21 de noviembre de 2018

Padre Pedro Pierre: NO HAY MIGRANTE ILEGAL


Padre Pedro Pierre

Ese es el lema a favor de los migrantes frente a las calificaciones de indocumentados, ilegales, extranjeros, refugiados: “¡Ningún migrante es ilegal!” Pues la tierra y sus bienes son de todos. Desde que nuestros primeros antepasados salieron de África, todos somos el resultado de migraciones que nunca han parado a lo largo de la historia de nuestro planeta. Estados Unidos es el ejemplo más recién: el territorio de lo que es hoy América del Norte ha sido invadido hace apenas 250 años por migrantes europeos -a veces de la peor calaña- que eliminaron a físicamente sus ocupantes milenarios.

Ahora se nos habla de 4 caravanas de migrantes centroamericanos que viajan a Norte América huyendo del hambre, la miseria, la violencia, los asesinatos estatales, la falta de seguridad, de empleo, de condiciones mínimas de vida digna… situación provocada por los mismos Estados Unidos, por gobiernos apoyados por ellos, por un sistema capitalista impuestos por el imperio norteamericano. Estos migrantes van a buscar en Estados Unidos lo que se les robó, en definitiva lo que es de ellos… En las Américas en particular, las fronteras han sido inventadas para separar los pueblos, oponerlos los unos a los otros, asegurar la dominación de unos pocos sobre los demás, organizar la explotación por parte de las multinacionales e instituciones internacionales como el FMI (Fondo Monetario Internacional), OMC (Organización Mundial del Comercio), BM (Banco Mundial), BID (Banco Internacional de Desarrollo), etc.

Acaba de darse en México el 8° Foro Social Mundial de las Migraciones frente al actual desastre humanitario de dimensiones nunca vistas antes. Su lema era: "Migrar, resistir, construir y transformar". Dentro de un mes la ONU (Organización de las Naciones Unidas) está convocando a los países del planeta para lograr un ‘Pacto Mundial’ que promueva una migración “segura, ordenada y regular”. Al Foro Social de las Migraciones, el papa Francisco ha enviado un mensaje particularmente frontal. Advierte el papa que no nos podemos limitar a denunciar las injusticias y sus responsables sin promover medidas que las van contrarrestando y superando: todos somos cómplices, directa o indirectamente, de estas migraciones que hoy se vuelven inmensas caravanas de decenas de miles de gentes y familias enteras. Hace notar el papa que "migrantes, refugiados y desplazados son ignorados, explotados, violados y abusados en el silencio culpable de muchos… La 'cultura del descarte' se ha vuelto una enfermedad 'pandémica' del mundo contemporáneo… Hay maldades que extirpar, injusticias que arrasar, discriminaciones que destruir, privilegios que derrocar, dignidades que reconstruir y valores que plantar”. Recuerda el papa que las organizaciones de la sociedad civil y los movimientos populares, están invitados "a comprometerse para promover una repartición de responsabilidades más equitativa en la asistencia de los solicitantes de asilo y refugiados".

En este tiempo en que ya los grandes almacenes nos manipulan para hacer una Navidad de derroche, ¿qué vamos a hacer, individual y organizadamente, para que nos solidaricemos tanto con migrantes como con las y los que son demasiados pobres para migrar…?

miércoles, 14 de noviembre de 2018

El Papa reitera : "El obispo es un servidor y no un príncipe"


Vatican News

Humilde, templado y no príncipe. Así es como el Papa Francisco describe como debe ser el perfil de un obispo, al comentar la Carta de San Pablo Apóstol a Tito en su homilía en la Casa Santa Marta de hoy.

Es la Carta del Apóstol San Pablo a Tito la que ha dirigido la reflexión del Papa Francisco en su homilía de la Misa matutina en Casa Santa Marta y en la que el Papa ha diseñado con mínimo detalle un boceto de la figura del obispo; una definición de los criterios para poner orden en la Iglesia.

La Iglesia no nació completamente ordenada

Fervor y desorden son las dos palabras que el Papa usa para contar cómo nació la Iglesia, recordando incluso las "cosas admirables" realizadas. "Siempre hay confusión - afirma - la fuerza del Espíritu, desorden y no debemos asustarnos" porque "es un buen signo".

"Nunca la Iglesia ha nacido completamente ordenada, todo en orden, sin problemas, sin confusión, nunca. Siempre ha nacido así. Y esa confusión, ese desorden, debe ser arreglado. Es verdad, porque las cosas deben ponerse en orden; pensemos, por ejemplo, al primer Concilio de Jerusalén: había una lucha entre los judaizantes y los no judaizantes ... Pensemos bien: hacen el Concilio y arreglan las cosas".

Obispo, administrador de Dios y no de bienes

Por eso - subraya el Papa - Pablo deja a Tito en Creta para poner orden, recordándole que "lo primero es la fe". Al mismo tiempo, da los criterios y las instrucciones sobre la figura del obispo "como administrador de Dios".

"La definición que da del obispo es ‘administrador de Dios', no de bienes, de poder, de las cordadas, no: de Dios. Siempre tiene que corregirse a sí mismo y preguntarse: ‘¿Yo soy un administrador de Dios o soy un hombre de negocios?'. El obispo es administrador de Dios. Debe ser irreprensible: esta palabra es la misma que Dios le ha pedido a Abraham: ‘Camina en mi presencia y sé irreprensible'. Es una palabra fundadora, de un líder".


El perfil para la elección del obispo

Francisco también recuerda como no debe ser un obispo. En la definición, explica que el obispo no debe ser arrogante, ni soberbio, ni enojado ni adicto al vino - uno de los vicios más comunes en la época de Pablo - ni tampoco un hombre de negocios apegado al dinero.

Sería "una calamidad para la Iglesia - dice - un obispo como ese", incluso si solo tuviera uno de estos defectos. Por el contrario, el Papa señala que debe ser capaz de "dar hospitalidad", debe ser "amante del bien", "sensible, justo, santo, amo de sí mismo, fiel a la Palabra digna de fe que le ha sido enseñada": estas son las peculiaridades del servidor de Dios.

"Así es el obispo. Este es el perfil del obispo. Y cuando se investiga para la elección de los obispos, ¿sería bueno hacer estas preguntas al principio? Para saber si se puede ir adelante con otras investigaciones. Pero sobre todo, vemos que el obispo debe ser humilde, manso, siervo, no príncipe. Esta es la Palabra de Dios. "Ah, sí, padre, esto es cierto, esto después del Concilio Vaticano II debe hacerse ..." - "¡No, después de Pablo!". No es una novedad postconciliar esta. Esto es desde el principio, cuando la Iglesia se dio cuenta de que tenía que poner orden con tales obispos".

"En la Iglesia - concluye el Papa - no se puede poner orden sin esta actitud de los obispos". Lo que cuenta ante Dios no es ser simpáticos, predicar bien, sino la humildad y el servicio. Recordando la memoria de San Josafat, obispo y mártir, Francisco pide rezar por los obispos para que "sean así, seamos así, como Pablo nos pide ser".


lunes, 29 de octubre de 2018

José Javier Travieso: "Francisco sabe que no está solo, ni de Dios ni de sus hermanos"


José M. Vidal

José Javier Travieso (Don Benito, 1952) lleva 32 años en Perú y cuatro como obispo del Vicariato de San José del Amazonas, en plena Amozonía peruana. Sin un sólo kilómetro de asfalto, se desplaza por los ríos. Necesita sacerdotes y espera que el próximo Sínodo de la Amazonía abra tambiuén "caminos nuevos" en ese campo, asi como en el apoyo y la protección "a las poblaciones indígenas".

¿Cuántos años lleva en Perú?

Treinta y dos años.

Es misionero claretiano

Sí.

Nacido en Don Benito

Efectivamente: Don Benito, Badajoz.

¿Cuándo entra en los Claretianos?

En 1968 hice mi profesión religiosa como claretiano, en el 76 la perpetua y la ordenación sacerdotal. Un año aquí, en España, entre Tenerife y la Península, y luego me enviaron a estudiar a Roma.

¿Qué estudió en Roma?

Teología pastoral. Y de allí el superior general me envió al Perú.

Y, desde entonces, en distintos sitios y en distintos cargos, imagino.

Sí. El mayor tiempo lo pasé en Lima, la capital, colaborando con alguna obra claretiana en alguna parroquia. Y trabajando, también, en el aporte a la formación pastoral de religiosos y religiosas, impartiendo estudios de teología en el instituto Instituto Teológico Juan XXIII.


¿Que depende de quién?

La Facultad de Teología de Lima es de la diócesis de Lima. Se fundó, antes de que yo llegase, como parte de un acuerdo entre provinciales un instituto para formar a los estudiantes al sacerdocio con la característica de que fuera una formación teológica seria, pero también con su orientación y dirección pastoral. Para el trabajo allí en el Perú. Y eso sigue siendo el Instituto Juan XXIII.

O sea, que treinta y dos años después se sentirá tan peruano como español.

Tengo la doble nacionalidad.

La historia y las raíces, de todas formas, nunca se olvidan, ¿no?

Claro, lo que vamos viviendo se queda con nosotros. Podemos recordarlo o ponerlo en ejercicio con mayor o menor rigor dependiendo de lo que se necesite, pero nos acompaña siempre.

¿Cuándo le nombran obispo?

En el 2009.

¿Le llaman para decírselo?

Sí, me llamaron de la Nunciatura y yo me preguntaba para qué sería. Me lo dijeron y me sorprendió enormemente. Parece que así lo quería el papa Benedicto. Consulté, recé y aquí estoy.

¿Y le mandan inmediatamente al Vicariato?

No. Fui ordenado obispo por el arzobispo de Trujillo y fui auxiliar suyo durante ocho años.


¿Con quién, exactamente?

Con Héctor Miguel Cabrejos, que sigue siendo arzobispo de Trujillo, Perú.

Y ahora presidente de la Conferencia.

Sí.

Tuvo una buena escuela.

La escuela fue buena, aunque no sé si aprendí bien, mucho o poco. Pero lo intentamos.

Y de ahí le eligieron obispo del Vicariato.

El papa Francisco fue el que me llamó al vicariato de San José del Amazonas, en la selva peruana.

Descríbanos a grandes rasgos la extensión, población... Un poco cómo es su Vicariato.

Antes quiero decir algo: la selva amazónica en Perú ocupa más de la mitad del territorio. Uno entiende que, a los ojos del mundo, lo que más aparece del Perú es su historia virreinal y después republicana, a través de lo que es Lima y alguna zona de la costa peruana. Y luego, del gran foco turístico del Cuzco y Machu Pichu. Pero el territorio peruano tiene algo más del 60% de selva amazónica. Es grande y se extiende desde el sur, el vicariato apostólico de Puerto Maldonado, conocido ahora por la reciente visita del Papa, que comenzó allí. Ese es el vicariato del sur. Y sigue por los límites con Bolivia y Brasil, hacia arriba, con San Ramón, con Pucalpa, con Requena Iquitos. Luego quedan Yurimaguas y Jaén, mirando el mapa, en la parte norte izquierda, y el vicariato del norte en la región de Loreto que limita con Ecuador, Colombia y Brasil, y es el de San José del Amazonas.


¿Qué extensión tiene?

155.000 kilómetros cuadrados de bosque, ríos y cielo.

Me comentaba que no hay ni una sola carretera.

Ni una.

Se esplazan siempre por ríos.

Sí.

¿Cuánta gente?

Te digo cifras aproximadas desde que llegué, hace tres años y medio. Tenemos algunos cálculos, que se vienen manteniendo, de 160.000 habitantes. Se trata de pequeñas comunidades asentadas en las riberas de los ríos, porque esto es selva tupida.

O sea, selva virgen: impenetrable.

En algunos casos. En otros son parcelas cercanas a unos caseríos en la ribera del río, para poder ir y volver en poco tiempo a la caza de un animal y para el sembrío de algunos productos elementales de huerto como arroz, plátanos... Y luego la pesca.

Me ha comentado que la mayoría de la gente viene de la sierra, de otras partes de Perú.

Ahora mismo, la mayoría de habitantes son familias que ha ido viniendo, durante décadas, desde otras zonas del Perú, de la sierra en concreto, para establecerse allí. Y los que son indígenas, y habitantes de la selva desde siempre, son varios pueblos que han quedado bastante empequeñecidos debido, en algunos casos -como cuando fue aquella terrible cosa de la búsqueda del caucho- a tener tanta población indígena esclavizada, obligada a trabajar en las corporaciones que se establecieron allí. Murieron muchísimos. En realidad fueron asesinatos por maltrato, como mano de obra obligada.


¿Esclavos?

Sí, esclavos. Muchas poblaciones. Algunos escaparon; los que pudieron. A veces les perseguían para que no lo consiguieran. Fue una tragedia. Hace de esto cien o ciento y pico de años. Quedan varios pueblos allá, con su lengua y sus costumbres, aunque bastante mermados. Son los primeros habitantes que hubo allí, que viven y conocen, que tienen su modo pensar, su cosmovisión, su lengua y sus costumbres.

Se trata de respetar y de tratar de que no se pierda algo tan grande, como es una forma de vida en este mundo, de parte de una comunidad humana. Hay bastante tarea que hacer, también animándoles a ellos, porque a veces todavía sufren algún tipo de invasión, de varios tipos, económicamente hablando también. Y los jóvenes, lógicamente, van teniendo la mirada puesta en poder hacer algún estudio e ir abriéndose camino. La pena es que bastantes veces avergonzándose, en la ciudad a la que llegan, de sus raíces. Aunque no todos, porque el fenómeno es variopinto. Pero esa es la situación ahora, son la minoría. Estos pueblos: quichuas, porapo, boras, yaguas huitotos, cocama, tikuna...

¿Cada uno tiene su lengua, su cosmovisión?

Sí. Sus tradiciones.

¿Hay algunos no contactados?

Buena pregunta.

¿Cuántos misioneros tiene, cuántos curas?

Nacidos allá, todavía solo dos. Tenemos algunos seminaristas, cinco, que todavía en periodo de formación. Y hasta doce sacedotes de varias edades, algunos ya mayorcitos, que al no ser de allí, están algún año y luego se van. Tenemos déficit por eso también


¿Y monjas?

Tres o cuatro comunidades, sobre todo de México, que nos apoyan en tres o cuatro puestos de misión. Pero tenemos quince puestos, con unas setecientas pequeñas comunidades. No alcanzamos a todos. Hacemos lo que podemos y este servidor, por donde va, va buscando. Y cuando me dicen: ve a hablar con fulano, yo voy. Y como estoy aquí ahora, si alguien puede apoyar, yo encantado. Por ejemplo ayer, con los misioneros claretianos, al padre Eleuterio, que se encarga de las religiosas de clausura, le dije: ¿me puedes buscar a alguien que me proporcione ayuda de alguna comunidad para que colabore con nosotros allí?

Necesita sacerdotes imperiosamente.

Sí.

De hecho, está buscando sacerdotes y religiosas.

Sí, porque de esos quince puestos de misiones, que son responsables de muchas comunidades cada uno de ellos, tenemos atendidos la mitad. La otra mitad la tenemos sin sacerdote. Y alguna de ellas con alguna comunidad religiosa, o algún laico o laica. El completo del servicio ministerial de la Iglesia lo tenemos a la mitad de lo que son las necesidades del vicariato.


¿En el próximo sínodo, habrá caminos también en eso?

En este punto, yo quisiera entregarte desde la REPAM y nuestro Centro Amazónico de Aplicación Práctica -que los obispos de la selva crearon en Perú, antes de la REPAM, hace cuarenta años- un trabajo coordinado que ha confeccionado el documento de preparación para el sínodo amazónico, con algunas fotografías, con párrafos fundamentales y con el cuestionario para trabajarlo entre nosotros. De todos los vicariatos de Brasil, de Bolivia... Te voy a dejar un ejemplar para que te hagas idea de lo que estamos haciendo. Es un análisis de la realidad que tenemos por allá, apuntando cosas que hay que plantearse en el próximo sínodo del año que viene.

Da la sensación de que el Papa está empujando para que busquen una salida de cara a los “viri probati” y de cara a que las comunidades estén atendidas.

Claro. Normalmente -no en todas-, ya los obispos y los misioneros, antes de que yo llegara, han ido preparando animadores de comunidades y catequistas, que son un buen número, aunque todavía no suficiente.

¿Podría llegarse, incluso, a ordenar a esos animadores de comunidades?

Lo dirá el tiempo y las cosas que se puedan ver, en el caso de la Amazonía, después del sínodo. Pero, todas las cuestiones de qué sería bueno aportar, en todos los sentidos, están abiertas a plantearse. Me refiero en el sentido de aportar a la tarea de la vida y de la misión de la iglesia, y en el de seguir en el día de hoy con todos los que formamos parte de ella. Lo cual quiere decir que habrá que abrir caminos y seguir ritmos que correspondan a lo necesario para todos. Pero, seguramente, tendremos que buscar algún camino también de mejora de nuestra presencia en toda esta zona.


¿Lanzarán un grito en favor de la tierra, de la ecología y de las poblaciones?

Por supuesto. El sínodo está para que lo que es la Iglesia en la Amazonía, y la conciencia de la Iglesia universal en su presencia en la Amazonía, sea hacia las personas y el ambiente. Porque vivimos en este mundo, que tenemos que cuidar. Pero este mundo lo cuidamos nosotros, y concretamente los pueblos que habitan esas tierras. Entonces, es sobre las personas y sobre el ambiente. El mismo Papa lo dice. El título también lo dice claramente: “Amazonía, nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral”. Este es el horizonte hacia el que apunta el sínodo.

¿Las poblaciones indígenas necesitan protección?

Sí, pero entendamos esa protección: no significa que haya alguien que las proteja como si fueran menores de edad, o niños. Pero sí compañía y apoyo para que ellos sepan también lo que son, dónde están, y su situación social, política, geográfica y legal. Para que de esa manera también se protejan y cooperen en la protección del ambiente.

De hecho, apoyándonos en Misereor, una de las organizaciones que nos respaldan desde Alemania, estamos en un proyecto de acomapañamiento de líderes y comunidades indígenas en el Napo y en el Cucumario. Se trata de que tomen conciencia, y de que sean apoyados y acompañados para que sepan sus derechos, sus obligaciones, y cómo trababajar su presencia y sus posibilidades de mejora.

¿Le dan pena los últimos ataques que está recibiendo el Papa?

¿Puedes mencionar alguno, para decirte mi opinión?

Viganó, por ejemplo.

Mira, nosotros allí, desde la última asamblea de la Conferencia Episcopal peruana que hemos hecho, hemos enviado una carta al papa diciéndole que, lógicamente, estamos con él como Papa, y también como tarea que está haciendo y nos invita a hacer en la Iglesia. Pero si tú te refieres a alguna cosa en particular, tendríamos que mencionarla.


Me refiero al clima general: últimamente está recibiendo ataques de todas partes, sobre todo de los sectores más conservadores.

Pero ¿en qué sentido?

Le han acusado de encubridor.

Yo no tengo noticia de que así sea, por lo tanto, me parece que quien así lo diga tendrá que demostrarlo con toda claridad. Porque, si no lo es, sería una calumnia.

¿Le ve con fuerza, a pesar de eso, de seguir adelante con las reformas?

Por supuesto. Y como él dice desde el principio y cada día: que le apoyemos con la oración. Sabe que no está solo, ni de Dios ni de sus hermanos. Pero, lógicamente tiene que sufrir.

¿Cómo ve la Iglesia de España, cada vez que vuelves? Hay mucha diferncia, me imagino, en muchas cosas

No es fácil hablar, al menos así, porque uno viene aquí solo unos días. Y no tengo toda la idea. Si me dices algo en particular...

Por ejemplo, en lo último en lo que está metida la Iglesia española: la exhumación de Franco. Visto desde allí, ¿qué le parece?

Para eso y para otras cosas que estoy observando, en el conjunto del momento informativo y de conversación de la sociedad española del día a día, yo lo que veo es lo siguiente: que en la sociedad y en la Iglesia se pueden llevar las cosas de mil maneras. Pero hay algo muy importante: si todo es por el bien de cada uno y de todos en la convivencia, cuando la convivencia se resiente y ya no hay un ir abriendo caminos en común por el hecho de hacer o de pensar distinto, cuando afecta la convivencia y el poder hacer ese camino juntos: cualquier cosa -venga de donde venga- que lo afecte y que no colabore a mejorar cada día, me parece que, por lo menos, no es conveniente. No sé si será necesario o no: hay que pensárselo bien.


Hay cosas, me da igual lo que sea, que si provocan la pelea, la división y estar cada día más tensos, no pueden ser buenas del todo, o de ninguna manera buenas.

¿Qué nos pide, a la Iglesia española, para Perú? ¿Dinero, vocaciones?

Yo le pido a la Iglesia y a quien pueda tener la disposición, que cooperen con lo que es nuestra presencia y nuestro servicio. Hay mil maneras y necesitamos apoyos. Necesitamos personas y medios. Y si alguien quiere apoyarnos, yo le explico cómo y nos ponemos de acuerdo. Estaré en España hasta el día 4 de octubre

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