MONS. GONZALO LOPEZ M.

MONS. GONZALO LOPEZ M.

jueves, 27 de noviembre de 2014

Ni te cases ni te embarques con un policía de Ferguson, en Missouri

 
Asesinato del adolescente Michael Brown

Victor Andrés Gómez Rodríguez 

"En Ferguson, casi el 70% de los residentes son afroamericanos y más o menos el 30% son blancos, según los datos más recientes del Censo. La composición racial de la muchedumbre era más bien 9: afroamericanos a blancos. Pero los afroamericanos forman sólo el 6 por ciento de la fuerza policial." Errin Whack.

Cerca de la medianoche del 24 de noviembre de 2014, vía TeleSur, pudimos ver en La Habana gran parte de la conferencia de prensa que el fiscal asignado al caso del asesinato del adolescente afroamericano Michael Brown acontecido hace tres meses, el 9 de agosto; perpetrado alevosamente por el policía (“blanco”) Darell Wilson dentro de una muy sospechosa pandemia de crímenes cometidos por los cuerpos policiales angloestadounidenses contra jóvenes y adolescentes denominados en ese país “afroamericanos”.

No es necesario ser un especialista en ciencias jurídicas para discernir como un entuerto que el fiscal a cargo del caso sea quien ofrezca una conferencia de prensa para argumentar excusas retorcidas que exoneren, en este caso al policía Wilson, de cualquier impugnación al respecto. Todos, incluso el propio Wilson deben estar conscientes a diez de últimas de que Brown fue asesinato como en una ejecución. El adolescente estaba desarmado. Pero un “gran jurado”, se reunió durante 48 horas para exculpar a Wilson, quien a lo mejor ni siquiera salió de su casa para comparecer. E inmediatamente la familia de Brown informada del veredicto, no pudo sino hasta el día siguiente manifestarse públicamente en una conferencia de prensa doce horas después de que el fiscal de marras ofreció la suya. Y de que Barack Ussaín Obama ofreciera sus criterios desde Washington.

Lo que podría interpretarse de las declaraciones de Obama sería así más o menos, porque su anglo-semántica fue también bastante enredada:

· La justicia angloestadounidense es justa hasta lo posible, pero tiene que ser obedecida.
· Nadie puede negar de que a pesar de los conflictos existentes con la minoría “afroamericana”, los EEUU ha cambiado, quedan asuntos a solucionar en sitios puntuales de la unión.
· Él ora junto a los padres de Brown, pero hay que acatar el veredicto del “gran jurado”.
· El policía Wilson es inocente mientras no se demuestre lo contrario, aunque lo acusen de haber lanzado otra bomba en Oklahoma City.
· Nadie puede irse por sobre la ley angloestadounidense, quien se manifieste en oposición tendrá que hacerlo pacíficamente.
· El deber de la policía es interactuar con la comunidad, no actuar en contra de ella es lo que posibilita diferenciar entre pacíficos y terroristas.

En fin: todo el mundo boca abajo, y me voy que estoy apurado. Fin de la conferencia de prensa. Media vuelta y adiós.

Debemos tener en cuenta que el poder angloestadounidense está sentado sobre su propio excepcionalismo WASP, que es impenetrable como fundamento de lo que denominan el gobierno profundo. Y tiene a la segregación racial como un principio básico de su sobrevivencia.

Alcanzado una dimensión de record Guinnes Barack Ussaín Obama, se auto dilucida como un ejemplo del progreso de los EEUU en tal asunto. Resulta el colmo de la desvergüenza; ocultando que por la vía materna es un producto de la CIA. ¿No fueron los mismos “afroamericanos” quienes lo apoyaron, votaron por él y lo auparon hasta su segundo mandato presidencial? Donde las dan las toman. El racismo es una herramienta casi secular de la dominación capitalista, con vertientes “blandas” en otras propuestas sistémicas. Pero los EEUU continúan siendo, en tanto, hegemonía capitalista actual, la cumbre de la segregación racial pseudo-multiculturizada.

La pesadilla de un nuevo Black Panther Party, de los sesenta y setenta del siglo veinte es la peor amenaza para la dictadura WASP. Por esa razón el sistema angloestadounidense le hace añico cualquier legado, o miembro de aquella formación. Los han ido sacando de la cárcel solo para ir a morir de cáncer en la calle.

Cualquier joven o adolescente “afroamericano” por muy formal que sea, si no es un “payaso” social, un player del béisbol o el baloncesto profesional, un adicto indigente o un delincuente manifiesto, para los cuerpos represivos del sistema porta una diana en su frente. Lamentablemente en los EEUU esa “minoría” aún no acaba de despertar. Han hecho esfuerzos enormes por integrarse y siempre existe una fuerza “invisible” que les hace retroceder hacia los márgenes de la sociedad. Precisamente hacia la zona de tiro al pato, o tiro a la rata.

El abogado defensor de la familia Brown durante su conferencia de prensa manifestaba su disgusto y desaprobación por el desfachatado veredicto; y continuaba exigiendo justicia al mismo sistema, que apenas le ha permitido prometer que no soliviantará al 70 por ciento de la población afroamericana de Ferguson –evidentemente muy encabronada-, contra el 30 por ciento “blanco” que tiene el poder y el control de la autoproducción burguesa allí. El pastor protestante de su Iglesia puso, en la misma conferencia algunos puntos sobre las íes, pero es ya un anciano que solo podrá absolutamente nada contra el ascenso de la represión que le sobreviene a su comunidad.

Existe una sospechosa coincidencia política entre este asunto de Ferguson y la matanza de Ayotzinapa, Iguala en México. Obama y Peña Nieto se abrazan en la reafirmación del modo terrorista en que el actual imperialismo se deslastra, se libera de cualquier compromiso con los asuntos y problemas sociales provocados por el mismo sistema. Todos, desde el poder contra el cuerpo social. Hasta el ecocidio posible.

Que ni los padres de Michael Brown ni los familiares de los estudiantes mexicanos masacrados en Iguala esperen la más mínima conmiseración ni atención del sistema capitalista. Los golpes que vendrán contra el cuerpo social serán más fuertes y desalmados.