Pedro Pierre
Miles, decenas de miles, centenares de miles de refugiados acuden a las fronteras de Europa para huir del hambre y de las guerras desatadas por… la misma Europa, tanto en África como en el Medio Oriente. Los gobiernos de Europa se organizan para no acoger a las víctimas de sus propios errores y de sus afanes de dominación y destrucción sistemática. Bien poco en los medios de comunicación internacionales se habla de las causas de una tal catástrofe humanitaria… Cuando se sabe que estos medios de comunicación son controlados por las grandes multinacionales europeas y norteamericanas. Hay que buscar en los medios alternativos de comunicación para encontrar cómo los mismos Estados Unidos han apoyado, formado y financiado a Bin Laden para luchar contra los rosos presentes en Afganistán. Ahora los mismos han permitido que se formara poco a poco el Estado Islamista, heredero de Bin Laden y apoyado y financiado por Arabia Saudita… el país aliado de Estados Unidos. ¿Cómo es posible que en más de un año, las fuerzas militares de Europa y Estados Unidos no sean capaces de derrotar al Estado Islámico cuando derrocaron en quince días a Gadafi en Libia?
Se sigue el conocido dicho: “Dividir para reinar”. Los intereses de Europa y Estados Unidos están en el Medio Oriente por el abastecimiento de gas y petróleo y no quieren un mundo árabe unido que haría respetar sus derechos y su soberanía. Es también una manera de impedir las inversiones chinas y rusas en esta región del mundo que ya van superando por todas partes los avances económicos del ‘Occidente’.
Entonces los refugiados son una ‘buena’ manera de mantener ocupados los ciudadanos europeos en la acogida y la solidaridad. Felizmente, poco a poco estos mismos ciudadanos van despertando y descubren dónde están las verdaderas causas y quiénes, si no sus gobiernos, deben organizar la solidaridad con las víctimas de la política guerrera y expansionista de Europa y Estados Unidos. Las recientes elecciones en Inglaterra han hecho aparecer un nuevo contrincante cercano a Grecia y a Podemos en España. En todos los países ciudadanos comunes y corrientes deciden acoger alguna familia migrante y exigen a sus gobiernos la ayuda correspondiente para facilitar su bienestar mínimo y su inserción en Europa. Pues Europa tiene riqueza de sobra para que centenares de miles de refugiados puedan encontrar un espacio para vivir. El papa Francisco ha aportado la fuerza de su voz para que las parroquias católicas acojan a lo menos una familia de estos refugiados. Eso es la solidaridad desde la base: la fuerza y la fraternidad de las gentes sencillas. Esta solidaridad ha de permitir el descubrimiento escandaloso de las causas de tal éxodo y exilio que se transformará en reclamo para que cesen las guerras. No es ser profeta pensar que el papa Francisco hará un llamado en este sentido en su próximo viaje a Estados Unidos. Que la solidaridad y la denuncia sean también nuestras banderas de lucha como cristianos y personas de buena voluntad.
