MONS. GONZALO LOPEZ M.

MONS. GONZALO LOPEZ M.

martes, 17 de septiembre de 2013

La iglesia de a Pie se suma a la campaña del Ecuador, que denuncia la mano sucia de Chevron

SEGÚN LA TRANSNACIONAL, 7 VECES BUSCÓ ACERCAMIENTOS, PERO SIEMPRE ENCONTRÓ UN “CÍRCULO CERRADO”


Texpet, subsidiaria de la compañía estadounidense Texaco,
supuestamente realizó trabajos de remediación en Sucumbíos y Orellana,
pero la contaminación ambiental por derramamiento

de crudo o aguas de formación continúa.

Chevron fue una prioridad vital para la Casa Blanca
 
EL TELEGRAFO.- Un documento confidencial de 2010 de la petrolera revela que para lograr un acercamiento con el Gobierno

de Ecuador, ésta autorizó a una empresa de lobby contactarse con el entonces subsecretario de Estado, Arturo Valenzuela, quien debía enviar directrices al presidente Rafael Correa.
 
La petrolera estadounidense Chevron, acusada de contaminar el norte de la Amazonía ecuatoriana, buscó infiltrarse en el Gobierno de Rafael Correa para hacerle entender las “b o n d a d es ” de llegar a un arreglo político en lugar de insistir en procesos judiciales, los cuales se ventilan dentro y fuera de Ecuador.
 
Chevron, que compró las acciones de Texaco, se valió incluso de funcionarios, políticos y expertos de EE.UU. y de Ecuador para presionar en sus objetivos, según revela un documento confidencial de la misma multinacional que data del 22 de octubre de 2010 (ver facsímil).
 
De esa manera, la compañía buscaba no cumplir con la sentencia de la justicia ecuatoriana y no ver mermada su imagen internacional al tener que pagar $19.000 millones por daños y perjuicios por la afectación a la flora, fauna, aire, agua y la salud de 30.000 miembros de cinco nacionalidades indígenas: Cofán, Siona, Secoya, Waorani y Kichwa, así como de campesinos de las provincias de Sucumbíos y Orellana.
 
El documento de 2010 es dirigido por Alec Watson, de la empresa Hill & Company, a Bill Irwin, de Chevron. Watson es director de la consultora internacional Hills & Company, dedicada a proveer información y asesorar a clientes con afán de negocios especialmente en Latinoamérica, Rusia e India. Además ofrece asesoría sobre disputas legales entre clientes, socios, empleados o gobiernos extranjeros.
 
Watson, por su parte, fue secretario Asistente de Estado de Relaciones Hemisféricas; representante estadounidense ante la ONU; embajador en Perú; encargado de relaciones en Brasil, Colombia y Bolivia y varios países de Europa; director de desarrollo financiero y manejo de relaciones con el Congreso en conflictos económicos internacionales para el Departamento de


Estado, de donde tras retirarse pasó a liderar el programa internacional “The Nature Conservancy”. También trabajó en varias ONG, incluida la presidencia de la Fundación Panamericana de Desarrollo y la Fundación “Chapman Cox”. Reunión al más alto nivel En el documento confidencial, Watson comenta que se reunieron con Arturo Valenzuela, en esa época Subsecretario de Estado norteamericano para Asuntos del Hemisferio O cc i d e n ta l .
 
La reunión tuvo lugar en la oficina de Valenzuela, a la cual también asistieron el entonces Subsecretario Adjunto de Estado, Jeffrey DeLaurentis; el director de la Oficina de Asuntos Andinos, Kevin Whitaker; y el funcionario responsable de tomar nota (notetaker), Moisés Behar. “Inicié la reunión comentando favorablemente sobre el esfuerzo de la Administración de desarrollar una relación de trabajo constructiva con el presidente Correa y su Gobierno.
 
Apoyando ese esfuerzo, ofrecí una propuesta aprobada por Chevron y discutida previamente con el ex subsecretario Adjunto, Craig Kelly, para promover una discusión entre el gobierno ecuatoriano y Chevron, para resolver el polémico caso de la contaminación en Lago Agrio”, refiere el documento.
 
El pretexto para lograr el acercamiento con Correa era la supuesta intención del gobierno estadounidense de mejorar las relaciones con Ecuador. Es por ello que señalan: “El concepto central es que el Gobierno de EE.UU. transmita a Correa que en el interés de seguir fortaleciendo las relaciones bilaterales, cree que sería útil retirar el complicado tema de Lago Agrio de la agenda, en vez de dejar que los múltiples procesos legales se prolonguen interminablemente, como parece ser el caso”.
 
En ese sentido, la empresa consultora, con la venia de Chevron, destacó que el Subsecretario podía expresar a Correa: “El Gobierno de EE.UU. cree que sería mejor para todos si el Gobierno ecuatoriano entabla discusiones significativas sobre Chevron, incluyendo el juicio de arbitraje desfavorable de $700 millones contra Ecuador (que vendrá pronto); la validez de comunicados que el Gobierno ecuatoriano (en 1998, con Jamil Mahuad) dio a TexPet (subsidiaria Texaco); las Preferencias Arancelarias Andinas (Atpda), programas de desarrollo para la gente del Oriente, etc”.
 
Para no evidenciar la presión del Gobierno estadounidense, asimismo, se recomendaba aclarar que esas autoridades no estarán involucradas en ninguna de las discusiones ni negociaciones, pero que tratará de abrir las puertas para aquello, y que si el presidente Correa está interesado, para que la iniciativa sea exitosa, deberá nombrar a un representante totalmente autorizado.
 
Señalaba que ha notado que desde la perspectiva del Gobierno de EE.UU. un acercamiento con Correa demostrará el continuo interés de mejorar las relaciones y podría resultar en una resolución del tema C h ev ro n .Destacaba que la reunión con funcionarios del Departamento de Estado fue originalmente planeada para el 10 de septiembre (2010), pero cambiaron de fecha hasta determinar el enfoque, pues querían atraer la atención del Gobierno de EE.UU. a las importantes revelaciones del proceso de descubrimiento referente a las escenas omitidas en la película “Crudo”.
 
“El acercamiento que estamos proponiendo a Correa sería separado, paralelo a los procedimientos legales que deberán seguir, incluyendo los descubrimientos de ‘Crudo’ que pueden llegar a ser más complicados para los demandantes y el Gobierno ecuatoriano. Chevron debe seguir tomando medidas legales para asegurar que se pueda defender de su aplicación en los EE.UU. o en otro lugar, de cualquier decisión adversa de las cortes ecuatorianas”, añade.
 
Las medidas sutiles para que los funcionarios del Gobierno estadounidense se acerquen a su similar de Ecuador las toman considerando que Chevron ya había buscado, en siete ocasiones anteriores, acercarse a la administración de Correa, pero siempre fueron rechazados.
 
Según Watson, tras la reunión Valenzuela le respondió que estaba muy interesado y simpatizaba con la propuesta, pero “la desconfianza de Correa hacia otros fuera de su círculo es más fuerte que nunca. Está resguardado por un grupo pequeño de asesores, incluyendo el canciller Patiño, y es poco probable que simpatice con cualquier propuesta por el momento. Valenzuela precisó que es imposible contactarse directamente con Correa ahora... Entonces, cualquier acción con nuestra propuesta probablemente tendrá que esperar hasta el próximo año”.

Arturo Valenzuela fue subsecretario de Estado de Estados Unidos
entre 2009 y 2011, durante el primer gobierno de Barack Obama.

Por ello, Valenzuela y sus colegas se plantearon algunas interrogantes, entre ellas, ¿cómo Correa podría gestionar políticamente un acuerdo con Chevron en vista del proceso judicial de Lago Agrio, la presión política y toda la retórica negativa? Y Watson contestó: “Entiendo que esto es difícil, pero Correa está en la mejor posición para resolver esto, si él quiere una solución negociada”. “Podemos hacer referencia a las decisiones de ex fiscales generales en cuanto a que los acuerdos de liberación son legales y vinculantes. Señalé que Chevron entiende que todo acuerdo debe ser presentado como victoria para Correa, quien mostrará que ha obtenido de Chevron beneficios para la gente del Oriente y asistencia para que Petroecuador fomente esfuerzos de limpieza. El subsecretario vio que con los $700 millones del juicio de arbitraje desfavorable para Ecuador y la financiación para el desarrollo citado por Edward Scott en nuestra reunión previa, más los posibles esfuerzos de remediación ambiental, el paquete de Chevron sería muy atractivo para el Gobierno de Ecuador”, anota el documento confidencial.
 
“CORREA TENDRÁ QUE VIVIR LAS CONSECUENCIAS”
 
En el documento confidencial de 2010, se mira con recelo a Correa y su entorno político, pese a lo cual Chevron autorizó hacer lobby para conocer cuánto éxito tendrían si utilizaban a autoridades de Estados Unidos en ese objetivo. Según Alec Watson, director de la consultora internacional Hills & Company, quien le dirige la carta interna a un alto funcionario de la transnacional petrolera, el Subsecretario Adjunto de Estado, Jeffrey DeLaurentis, preguntó “¿qué nos hizo pensar que Correa no reaccionaría negativamente a nuestra propuesta?”, incitado por sus asesores a quienes les disgustan todas las compañías privadas petroleras. “Yo dije, él bien puede, pero eso no quita lo positivo del Gobierno de EE.UU. de haber expresado un interés por remover obstáculos para mejorar las relaciones. Además, él tendrá que vivir con las consecuencias de no haber aprovechado la oportunidad”.

FUNCIONARIOS INTERESADOS EN “AYUDAR”
 
El subsecretario de Estado de los EE.UU. para Asuntos del Hemisferio Occidental, Arturo Valenzuela, y el subsecretario adjunto, Jeffrey DeLaurentis, jugaron un papel importante en las pretensiones de Chevron para presionar al Gobierno ecuatoriano, según demuestra el documento confidencial elaborado en 2010 por Hills & Company, compañía contratada por la petrolera. Según Alec Watson, director de la consultora que participó de las reuniones con funcionarios del Departamento de Estado, “DeLaurentis preguntó ¿qué tal si Correa y su equipo ven nuestra propuesta como evidencia de que el Gobierno de EE.UU. estaba simplemente actuando por Chevron, protegiendo a las malvadas compañías de petróleo, etc.? Este es un riesgo que reconocí, pero añadí que el Gobierno de EE.UU. tendría que poner en claro que esta es una iniciativa del Gobierno de Estados Unidos y no una iniciativa de Chevron, y que él no tomará partido en ninguna de las discusiones o negociaciones, sino que simplemente quiere ver este obstáculo resuelto para mejorar las relaciones”. Retomando el tema de los diálogos bilaterales y la mención del subsecretario acerca del comercio, Watson dice que notó el impacto de este caso en la Atpda, lo cual era notable en ese momento. “Yo dije que Chevron está presionando su punto de vista. El subsecretario tomó nota de esto y sugirió que Kevin Whitaker (director de la Oficina de Estados Unidos de Asuntos Andinos) hable con el embajador ecuatoriano, (Luis) Gallegos, acerca de impedir las acciones de la Atpda (Preferencias Arancelarias Andinas)”. A decir de Watson, Kevin observó que la oposición más fuerte en Capitol Hill (Congreso) para los beneficios de la Atpda para Ecuador se derivó de la terminación del contrato de la Base Aérea de vigilancia de antinarcóticos en Manta, resuelta de manera unilateral por el Gobierno ecuatoriano. “Yo dije que Chevron cree que las acciones del Gobierno de Ecuador violan los requerimientos legales para los beneficios de la Atpda”. Algunas veces, durante la conversación, el subsecretario Valenzuela sugirió la participación de un intermediario con credibilidad en Ecuador, quien podría poner el asunto en un contexto de interés general para el Gobierno ecuatoriano. “Discutimos algunas posibilidades y concluimos que a Enrique García, de la Corporación Andina de Fomento (CAF), valdría la pena considerar. Aparentemente él está activo y es renombrado en Ecuador y puede discutir temas de amplio interés con Correa”. Por ejemplo, el subsecretario sugirió que García podría indicar, en una revisión de los temas económicos y los problemas de Ecuador, que la CAF ayude con A, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) con B, en las inversiones que el Gobierno ecuatoriano tendría que abordar C, D y E, incluyendo resolver el caso de Lago Agrio...”.  “Acordamos mantenernos en contacto cercano con este asunto. A lo largo de la reunión Valenzuela y sus colegas se mostraron muy comprometidos, constructivos e interesados en explorar alternativas para alcanzar nuestros objetivos”, concluye el documento.
 
LAS AGENCIAS DE CABILDEO DE CHEVRON SON 12
 
Chevron tendría contratadas 12 agencias de cabildeo y relaciones públicas, cuya misión principal es desprestigiar a los indígenas ecuatorianos y al Gobierno para tratar de evitar que se ejecute el pago de $19 mil millones por los daños ecológicos debido a la explotación petrolera al medio ambiente y a los habitantes de la Amazonía. Según el reporte de la Revista “Po l í t i co ” de Washington DC, en 2009 las firmas de relaciones públicas que trabajaban para Chevron incluían “Hill and K n ow l to n ”, que representan a la poderosa industria del tabaco en Estados Unidos, inmiscuida en los debates del cáncer por consumo de cigarrillo, que también han intervenido para negar la conexión entre la contaminación petrolera y el cáncer. A s i m i s m o, “Edelman Worldwide”, contratada para campañas políticas a favor de Chevron. Robinson Lerer Montgomery es quien lidera la compañía, que tiene su oficina matriz en Nueva York. También está “Sam Singer y A so c i a d o s ”, que maneja las relaciones públicas en el área de San Francisco, donde están las oficinas principales de Chevron. Además “C RC ”, empresa de relaciones públicas con sede en Washington, que ayudó a preparar el video (“Crudo”) a favor de la petrolera con Gene Randall, corresponsal de CNN, para contraatacar el reportaje de “60 m i n u to s ”, del prestigioso programa de la cadena CBS, sobre la contaminación propiciada por Texaco en la Amazonía ecuatoriana. El filme Crudo fue pagado para que la reportera saque la versión de la compañía. Chevron colgó el video en YouTube bajo el título “El reporte de Gene Ra n d a l l ”, video producido por “C RC ” para tratar de echar la culpa de la polución a la compañía estatal ecuatoriana Petroecuador. La revista de periodismo de la universidad de Columbia calificó al video de engañoso. El autor de la nota, Brad Jacobson, escribió que el gigante del petróleo Chevron marcó un precedente en lo que se refiere a borrar la línea entre lo que es periodismo y las relaciones públicas: “La producción Randall-Chevron no solo toca cuestiones de ética, sino que demuestra hasta dónde puede llegar un reportero en beneficio de los intereses corporativos”. Entre los cabilderos de Chevron también figura Wayne Berman, encargado del manejo de los aportes de campaña del excandidato presidencial y político Jhon McCain; el senador Jhon Breaux y Trent Lot. Además, Mac McLarty, quien laboró con el presidente Bill Clinton y es el nexo en el Departamento de Estado; Mickey Cantor y Karla Hills, embajadores de profesión que crearon su propia agencia de cabildeo para trabajar en la cancelación de la Atpda con Ecuador; el exembajador Peter Romero del gobierno de Clinton en Ecuador; Brian Pomper, exfuncionario de gobierno; y el senador Max Baucus. Asimismo, Scott Parvin, cabildero de profesión en Washington, quien laboró en la firma de abogados

Mayer Brown y varios empleados de la oficina de relaciones gubernamentales de Chevron que la dirige Bill Irwin. Solo en 2012, Chevron empleó 8 agencias, así como a su propio personal.
 
DATOS
 
Una auditoría de la Contraloría y varios estudios reflejan que la falta de remediación técnica sigue afectando la salud debido a la contaminación causada en la Amazonía ecuatoriana por Texaco ( Chevron).
 
Pese a que Texaco (cuyos derechos y obligaciones adquirió Chevron el 9 de octubre de 2001) dejó de operar en Ecuador hace una década, aún existen elementos contaminantes vertidos en el ambiente. 
 
La contaminación existente por falta de remediación será mostrada mañana por el presidente Rafael Correa, cuando acuda a una de las zonas de Sucumbíos en donde operó exclusivamente Texaco.
 
Según estudios que han servido para amparar la demanda de los afectados, se calcula que entre 1972 y 1992 Texaco contaminó el suelo, esteros, pantanos, ríos y cauces naturales con 464’766.540 barriles de agua de formación, las que resultan altamente tóxicas porque contienen petróleo (hasta cinco mil partes por millón) y están supersaturadas con sales de metales pesados como cadmio y mercurio.
 
Además, Texaco quemaba los gases de desecho al aire libre, sin adoptar las medidas adecuadas para evitar que se acentúe la contaminación con partículas altamente tóxicas. En ese sentido, se calcula
que quemó en total 235.000 millones de pies cúbicos de gas.