EL TELEGRAFO.- Los frecuentes aguaceros elevan a la superficie de los pozos los rezagos del petróleo
Alrededor de mil pozos en la región oriental presentan daños en sus aguas producto de la explotación inadecuada por parte de la empresa estadounidense, que abandonó el país en 1986. Los residuos del crudo en zonas que no fueron remediadas aún afectan a los pobladores
Redacción Actualidad
Un majestuoso manto verde se observa desde el aire al ingresar a la región amazónica, un color que prevalece en los cerca de 50 kilómetros que separan a Lago Agrio del cantón Shushufindi, sitio en el que se encuentra el pozo 4 Aguarico, testigo de la contaminación ambiental que dejó Chevron en el país tras su salida en 1986.
Llegar desde Lago Agrio hacia el sector de Aguarico -concretamente a la población Libertad, donde está el pozo- toma alrededor de 2 horas en bus. En el trayecto es posible constatar enormes tuberías que recorren casi en paralelo los bordes de la carretera que está bien mantenida. Un cielo nublado y una temperatura que bordea los 25ºC permiten un cómodo desplazamiento hacia lo que fue el pozo petrolero.
En el sector, los letreros amarillos con la señal gráfica mundial de peligro (una calavera) y otros rojos con la leyenda “sitio contaminado”, advierten a los visitantes del riesgo existente en la pequeña superficie, que se divisa a simple vista y en un área de alrededor de 10 m2.
Los enormes árboles son los testigos de lo que ocurre ahí diariamente. Algunas pequeñas plantas, hojas secas y troncos que crecen en la especie de pantano impiden ver directamente lo que, en una profundidad de tres y cuatro metros, tiene el lugar.
Previo a la llegada del Mandatario ecuatoriano, Cinthya Zapata, del Ministerio del Ambiente, sumerge una botella de plástico que sale totalmente negra.
Paola Carrera, gerenta del Programa de Reparación Ambiental y Social (PRAS) del Ministerio del Ambiente, es la encargada de explicar detalles de este pozo, cuya pequeña tubería desgastada por los casi 30 años de existencia, tras la salida de la petrolera conocida en ese época como Texaco, es la prueba de lo que ocurrió en ese período. Ese tubo sirvió para enviar los desechos hasta el río Aguarico.
Ella, junto al técnico Héctor Bonifaz, descienden sobre un tronco en el que dan unos saltos y enseguida se forman burbujas y una especie de natas negras saltan a la superficie. Eso, narran, es lo que siempre ocurre después de cada aguacero, que en esta zona y en casi toda la región son frecuentes. “Son sedimentos livianos que con el movimiento salen a la superficie, sobre todo después de una lluvia porque el agua se filtra”, menciona Carrera.
Los dos especialistas y el Primer Mandatario, una vez que llegó, metieron las manos en la especie de pantano y siempre salieron sucias. Lo hicieron inicialmente con la protección de un guante, después decidieron exponer directamente sus extremidades, como lo han hecho por años los residentes del lugar.
Al gobernante le tomó cerca de 15 minutos eliminar los residuos de la contaminación en su mano. “Utilicé hasta diluyente y no he podido sacar todo, imaginen cómo hacen los habitantes de este sector que conviven con esto desde hace casi 30 años”.
Por eso, los aproximadamente 10 comuneros presentes en la actividad de Correa asentían con la cabeza cada una de las expresiones del Mandatario. “Queremos que nos ayuden a que Chevron remedie lo que dañó en nuestras tierras. Nunca nos han dado ni un centavo y nuestras pérdidas han sido grandes”, dijo José Guamán, del pozo 3 Aguarico.
Él tenía un criadero de aves y algunas cabezas de ganado, que se perdieron porque existen especies de lagunas con huellas de petróleo a las que fueron los animales a beber agua y después de 3 días murieron. Incluso su esposa falleció al caer accidentalmente en la laguna contaminada.
FORO SOBRE DAÑOS DE CHEVRON EN LA AMAZONÍA
El colectivo “Patria y Cultura” realizó la noche del pasado martes el foro “Soberanía y Dignidad. ¡Chevron- Texaco, nunca más!”.
En la sala Demetrio Aguilera Malta de la Casa de la Cultura, Jaime Galarza, presidente de esta plataforma social, relató que en el marco histórico de las concesiones petroleras, Texaco recibía entre el 6% y 7% de la producción petrolera, en calidad de regalías.
El escritor contó que la empresa extrajo crudo por más de 20 años, por lo que sacó más de mil millones de barriles de petróleo para industrializarlo, triplicando sus ganancias.
Pablo Fajardo, abogado de los afectados por la contaminación de Chevron, denunció que la transnacional arrojó más de 18 mil millones de galones de agua tóxica a las vertientes y ríos de la Amazonía ecuatoriana.
Para ello, insistió, se adecuaron mil fosas para vertir desechos tóxicos. Por cada barril de agua que no reinyectaban en el subsuelo se ahorraban tres dólares.
El jurista registra más de dos mil muertes de colonos e indígenas por cáncer y centenares de abortos espontáneos por los tóxicos vertidos en la naturaleza. “Es un crimen: un etnocidio y genocidio que se cometió en nuestra Amazonía ecuatoriana”, insistió.
A estas exposiciones se sumó el testimonio de Justino Piaguaje, dirigente de la nacionalidad secoya, quien relató que durante su niñez, la compañía Texaco dinamitaba el territorio sin consentimiento para buscar petróleo.
Afirmó que el principal problema en las comunidades de la Amazonía es la contaminación, lo que afecta a la salud. Recordó que en el río Aguarico hay manchas negras de petróleo y los niños creen que es algo “natural”.
Cerca de 10 integrantes de su nacionalidad fallecieron por estas causas, afirmó. “Ya no somos ciertos grupos de nacionalidades o de campesinos que estamos gritando al cielo solos”, refirió Piaguaje a propósito de la visita del presidente Rafael Correa a la Amazonía para constatar el impacto ambiental.
PETROLERA DICE QUE LA HAYA FALLÓ A SU FAVOR
Chevron anunció ayer en un comunicado, que una corte internacional sentenció a su favor en medio de la disputa que tiene con Ecuador. Según ese supuesto fallo, la compañía queda eximida del reclamo que hace el país por supuestos daños ambientales.
"El Tribunal concluyó que los Acuerdos de Liberación de Responsabilidades que el Gobierno de Ecuador firmó con TexPet liberaron a TexPet y a sus afiliadas de toda responsabilidad por cualquier reclamo ambiental colectivo o de interés público”, señala el documento (vea el texto original).
El canciller Patiño, en su cuenta de Twitter, respondió: “Chevron sigue su campaña de mentiras.... el laudo parcial del Tribunal de Arbitraje La Haya manifiesta claramente que Texaco-Chevron no está eximido por daños ocasionados a ciudadanos en el país... Chevron dice ‘el juego terminó’. Lo cierto es que la batalla recién comienza”.