MONS. GONZALO LOPEZ M.

MONS. GONZALO LOPEZ M.

jueves, 7 de febrero de 2013

LOS NÚMEROS Y LA VIDA…



Cada vez que alguien quiere demostrar el éxito o  el fracaso de una actividad, apela a los números, a las estadísticas, aún cuando se trate de personas, de vidas. Es que nos enseñaron desde el principio de nuestro proceso de escolaridad, que dos y dos son cuatro, que cuatro por cinco son veinte, que tres menos uno son dos, que veinte entre cinco son cuatro.  Desde entonces, nos han dado a mamar el tetero corrompido del sistema capitalista. Nos enseñaron a sacar cuentas vacías,  excluyentes,  rentistas, divisionistas. Esas cuentas son la suma, la resta, la multiplicación, la división;  los conceptos que detrás de ellas se esconden, son totalmente  capitalistas. Echémosle cabeza un ratico para que nos demos cuenta cómo el sistema no nos pela desde nuestra niñez, esto es un ejemplo nada más entre muchos otros… Por eso, nos cuesta tanto “no botar la bola” aunque nos creamos muy revolucionarios, por eso, cuando hablamos, nos expresamos con conceptos del capitalismo y cuando actuamos, a veces es peor porque nos relacionamos con los demás en un contexto capitalista. Aquí, recuerdo una anécdota de una conversación con un camarada que en cada frase trataba de convencerme de que era un tronco de revolucionario, todo esto mientras hablábamos de nuestra relación con Cuba;  pero, de repente me pregunta:

Camarada, ¿Quién cree Ud. que sale ganando en las relaciones “comerciales” Cuba-Venezuela?

Yo respondí diciendo: Camarada, me está pidiendo que mida la temperatura de un niño, con un metro o que mida la distancia con un termómetro. Esta anécdota puede explicar, en parte, por qué nos cuesta y nos costará tanto avanzar, crecer, profundizar en Nuestro Socialismo. Porque como dijo El Ché: “No podemos construir el Socialismo con las armas melladas del capitalismo” y ya antes, de otro modo, lo había dicho Jesús el de Nazareth: “No se puede echar vino nuevo en recipientes viejos, porque se romperá el recipiente y se botará el vino”.

Toda esta perorata  debe llevarnos a pensar ¿Qué y cómo hacer, entonces? Bueno, entre todos y todas podemos encontrar la respuesta. Yo por mi parte, aporto lo siguiente: Partiendo de que yo creo que tenemos que aprender de nuevo, debemos emprender un nuevo camino de formación cuyo eje de rotación sea “El Buen Vivir” de todas y todos, entendido éste  como un proyecto sistémico de vida, en armonía con la naturaleza y orientado a lograr la sustentabilidad y sostenibilidad de la vida misma y de la humanidad; al fortalecimiento político, social, económico y cultural en apoyo a la consolidación del ejercicio del Poder Popular, generando procesos de educación y de trabajo liberador para el logro de la suprema felicidad necesaria y posible y cuyos valores fundamentales se sintetizan en la capacidad de servir como vivencia de la solidaridad y expresión del amor; de convivir, como expresión del ser; y de ser eficientes y eficaces, como expresión del hacer..

 Y podemos comenzar por aprender las cuatros operaciones fundamentales: Que cada uno y una tenga lo necesario, o sea, que entre todos y todas tengamos más.  Haciendo que todo lo bueno se fortalezca y para ello podo lo malo si no es salvable. Siendo más productivo en nuestros compromisos, para que finalmente, tengamos más que repartir. Si tengo dos arepas y consigo dos más, ya somos cuatro los que podemos comer. Si tengo una mata de naranjas y unas ramas están malosas, las podo para que la mata agarre más vida y produzca más frutos.  Si produzco más excedentes, hay más para repartir entre todos. ¡Ahí están, las cuatro operaciones!

No se por qué se me viene a la memoria aquello de Simón Rodríguez: “Inventamos o nos j… ¡Ah, no! O erramos”



                                   Aproniano.