MONS. GONZALO LOPEZ M.

MONS. GONZALO LOPEZ M.

jueves, 15 de noviembre de 2012

Paraíso perdido



Atraídos por la ilusión del dinero fácil, desesperados por no encontrar un presente decente en el Ecuador, obedeciendo mayoritariamente a criterios materialistas e individualistas, decenas de miles de ecuatorianos eligieron migrar en los países del imperio capitalista. El paraíso prometido se transformó en infierno. En él, miles de ellos perdieron la vida, la esperanza, el rumbo y las ganas de vivir… mientras su patria busca resurgir en dignidad y encontrar caminos de una existencia más humana.
 
Lastimosamente España expone la triste realidad de una deshumanidad que nos recuerda los tiempos de la colonia. Nada menos que unos 500.000 latinos han sido desalojados de sus casas por banqueros desalmados. La mayoría de estas familias “desahuciadas” acampa en la calle... y la Unión Europea acaba de calificarlos de ilegales. El diablo les ha entrado en el alma.
 
Durante los últimos decenios Europa se ha beneficiado y sigue beneficiándose de los migrantes latinos y africanos: mano de obra barata, explotados descaradamente sin seguro y sin posibilidad de hacerse curar, sin hablar de humillaciones constantes, discriminación vergonzosa y asesinatos selectivos. ¿Dónde está la Europa de la cultura y de los derechos humanos? ¿Es ese el Occidente cristiano “elegido por Dios” para salvar a la humanidad descarriada, salvaje, analfabeta y subdesarrollada? Los socialismos europeos del siglo 20 y 21 no solo se hacen cómplices sino que son los promotores -como es el caso francés- del desalmado neoliberalismo.
 
¡Paraíso perdido!... si alguna vez lo hubo, lo son esos países del norte, condecorados vergonzosamente “premios Nobel de la Paz” mientras en el siglo 20 dos guerras tribales de alcance planetario, las llamadas 2 guerras mundiales, dejaron más de 50 millones de víctimas. Estos premios Nobel quieren echar humo blanco sobre sus invasiones devastadoras en Irak, Afganistán, Libia, Sudán, Siria, Malí…
 
No hay “paraíso perdido” porque ni ayer ni hoy hubo paraíso idílico. El libro del Génesis nos quiere hablar del paraíso prometido que hay que construir con la lucha diaria y solidaria y que se llama globalización fraterna, economía equitativa, poder popular, cultura pluralista y “espiritualidad sin religiones ni dogmas ni dioses”. Para este paraíso seguro hace falta que muchos migrantes, muchos creyentes y muchos ciudadanos nos unamos en el proyecto humanitario, espiritual y ambiental del Bien Vivir y Convivir. El infierno europeo tiene mucho que aprender de sus vecinos y migrantes del sur.