Hablar del amigo que se va, es hablar de la vida, del caminante incansable, del amigo de todos los que encontraba en el camino y del compañero de mil batallas. No es necesario desearte un buen viaje, ya que ahora te rodearán todos tus angelitos de la calle, los cuidadores de autos, los gatitos perdidos, las hijas del frío de la noche, los bichitos de las primeras lluvias, que se te adelantaron; ellos te acompañarán en tu viaje hacia el Buen Padre, porque te consideraban uno de los suyos.
Ahora, la hermana muerte, tu conocida, saldrá a tu encuentro, suprimirá el dolor, te presentará ante el amor verdadero y serás llamado hijo de Dios, porque has peleado el buen combate y has mantenido la fe. Has anunciado con tu vida que Jesús es el Mesías, el Hijo del Dios vivo, y que nuestro Dios lo resucitará también en el pueblo, en la calle y sobre él seguirá construyendo su iglesia y la muerte no les vencerá.
Equipo de Iglesia de a pie
Cuando llega un amigo,
dentro de mí suena una melodía que me hace feliz.
Cuando mi amigo se va,
quedo enriquecido con su música.
Mis melodías no se agotan,
porque con cada persona suena una distinta.
Las melodías de mis amigos me acompañan,
aún cuando ellos no están, por eso no los añoro.
No puedo echarte de menos,
porque estoy lleno de ti.
(Anthony de Melo)