Iroel Sánchez
Ingeniero y periodista cubano.
Trabaja en el Ministerio de la
Informática y las Comunicaciones.
Fue Presidente del Instituto Cubano
del Libro.
En twitter @iroelsanchez
Si un país es considerado la sexta economía mundial, los principales acontecimientos relacionados con él deberían ser noticia. Más cuando en ese país acaba de ocurrir un cambio de gobierno con el que está en desacuerdo una parte sustancial de su población y la legitimidad del nuevo mandatario ha sido objeto de cuestionamiento también en otras naciones. Y si el nuevo gobernante de ese país tan importante confiesa inesperadamente que el motivo para deponer a sus predecesores no es el que hasta ahora conocíamos, sino otro bien diferente de lo que él mismo había dicho, estamos entonces ante un suceso que debe ser noticia de primera plana en todo el mundo.
El actual presidente brasileño, Michel Temer, reconoció el pasado miércoles 21 de septiembre, en un discurso, que la razón por la cual fue depuesta la anterior presidenta brasileña Dilma Rouseff, no fue la expuesta en el juicio al que la sometió el Parlamento de ese país.
En un intervención ante la Sociedad de las Américas y el Consejo de las Américas, con sede en la ciudad de New York, Temer expresó literalmente:
“Hace muchos meses atrás, diez, doce meses, nosotros lanzamos -entonces era yo todavía vicepresidente-, lanzamos un documento llamado Un puente para el futuro. Porque nosotros estábamos convencidos de que sería imposible al gobierno continuar con aquel rumbo y entonces sugerimos al gobierno que adoptase las tesis que apuntábamos en aquel documento llamado Un puente para el futuro. Como eso no sucedió, no se adoptó, se instauró un proceso que culminó ahora con mi instalación como Presidente de la Repúbica”
Y no es que el discurso haya sido ocultado o editado, está disponible íntegramente en la página oficial de la Presidencia de la República Federativa de Brasil, pero de nada vale esa supuesta transparencia si las personas no se enteran porque ningún gran medio de comunicación de Brasil hace referencia a tan grave asunto.
Y no es que el discurso haya sido ocultado o editado, está disponible íntegramente en la página oficial de la Presidencia de la República Federativa de Brasil, pero de nada vale esa supuesta transparencia si las personas no se enteran porque ningún gran medio de comunicación de Brasil hace referencia a tan grave asunto.
El portal The intercept que ha hecho importantes filtraciones relacionadas con el exanalista de la inteligencia estadounidense Edward Snowden, y lidera el conocido periodista Glenn Greenwald llamó la atención sobre el hecho:
“Literalmente, ninguno de los numerosos medios del Grupo Globo, ni el mayor periódico del país, Folha, ni ninguna de las revistas políticas siquiera mencionó los comentarios sorprendentes e incriminatorios de Temer. Fue impuesto un verdadero apagón. Mientras que muchos periodistas y sitios independientes abordaron la admisión del recién instalado, ninguno de los grandes medios de comunicación dijo una palabra.”
Los gran prensa actuó como un único y poderoso partido político para imponer el impeachment contra Dilma alegando violaciones presupuestarias pero ahora que se conocen las verdaderas razones: el rechazo de la destituida presidenta a imponer un plan neoliberal que recorta el gasto social en salud y educación, privatiza importantes sectores públicos y favorece la desregulación a favor del mercado, solo hay silencio.
Subraya The Intercept que las entidades ante las que habló Temer en New York están integradas por representantes de las corporaciones multinacionales y miembros del stablishment de la política exterior de Estados Unidos hacia América Latina. Una de ellas fue fundada por el industrial estadounidense David Rockefeller y tiene en su staff a John Negroponte, ex embajador de EEUU en Honduras durante la guerra sucia en Centroamérica en los años ochenta del siglo pasado.
Tras ver caer en Guatemala al gobierno de Jacobo Árbenz, el Che escribió a su madre que “los términos medios no pueden significar otra cosa que la antesala de la traición”, en una reflexión que la actuación de Michel Temer trae a la actualidad.
No hubo que esperar mucho para que afloraran los verdaderos motivos por los que Dilma Rouseff saliera de la Presidencia de Brasil, tampoco para que aparecieran sus reales beneficiarios, pero de ambas cosas no nos enteraremos por los defensores de la libre expresión solo para los que pueden ser propietarios o anunciantes de medios de comunicación y cuya sinergia con los que aplaudieron a Temer en New York.