Isabel Gómez Acebo
RD.- "Si quieres vocaciones abandona la sacristía". Esta es una de las frases que les ha dicho el Papa Francisco, el 21 de octubre, a los reunidos en una conferencia organizada por la Congregación del Clero, en Roma. La gente joven está buscando dar sentido a sus vidas y la mejor respuesta que podemos darles es salir a su encuentro, pararse a su lado y escucharles. Una vez hecho esto llamarles al seguimiento de Cristo.
La gente que trabaja en la Iglesia debe de estar siempre en movimiento y utilizar la frase que Jesús utilizó con sus discípulos: "Seguidme". "El deseo de Jesús es que las personas estén siempre en camino, que se muevan desde una postura sedentaria y mortal para la vida, rompiendo la ilusión de que se puede vivir feliz estando confortablemente sentado encima de sus seguridades", les dijo el Papa.
La búsqueda y el deseo son magnitudes que tiene los jóvenes naturalmente y "es el tesoro que el Señor coloca en sus manos y que deben cuidar y cultivar para que florezca". El cuidado es esencial. Requiere habilidades para "el discernimiento que debe acompañar a la persona y que supone no hacerse con su voluntad o con la pretensión de controlar la gracia de Dios".
La promoción de las vocaciones, que es la misión de todos los católicos, debe seguir los pasos que utilizó Jesús cuando interactuaba con personas. "Jesús se paró y miró, sin prisas. Es lo que convirtió su mirada en fascinación". No se quedó resguardado en su fortaleza sino que se internó por las ciudades y los pueblos, parando para escuchar a las personas que encontraba conociendo "los deseos de la gente que le buscaba, las desilusiones de unan de pesca infructuosa, la sed ardiente de una mujer que fue al pozo a buscar agua o el deseo imperioso de cambiar de vida".
"De la misma manera, en lugar de reducir la fe a un libro de recetas o a una colección de normas, podemos ayudar a la gente joven a preguntarse las cuestiones fundamentales, ponerse en camino y descubrir la alegría del evangelio". Todos los pastores, especialmente los que están involucrados en que los jóvenes católicos hagan discernimiento de sus vocaciones, deben tener un estilo pastoral que sea "atento, no precipitado, dispuesto a parar y a profundizar, a entrar en la vida del otro sin que él o ella se sientan juzgados o amenazados".
El Papa Francisco les dijo a los participantes en la conferencia que a él nunca le ha gustado hablar de pastoral vocacional, como una oficina en la cancillería diocesana o en la sede de una orden religiosa. No es una oficina o un proyecto, ya que se trata de ayudar a alguien que cumpla con el Señor y responder a su llamada. "Aprender del estilo de Jesús, que fue a los lugares de la vida cotidiana, se detuvo sin prisas y, mirando a sus hermanos y hermanas con misericordia, de esta forma los llevó a un encuentro con Dios el padre", dijo el Papa. Mientras miran a los jóvenes con piedad, los animadores vocacionales y los obispos también deben evaluar a los candidatos para el sacerdocio con "cautela, sin ligereza o superficialidad", dijo.
"Especialmente a mis hermanos obispos les digo: vigilancia y prudencia", terminó diciendo el Papa. "La iglesia y el mundo necesitan sacerdotes maduros y equilibrados, pastores que sean intrépidos y generosos, capaces de cercanía, de escucha y de misericordia". El trabajo de promoción de las vocaciones puede ser frustrante y desalentador, añadió, "pero si no nos encerramos en quejas y seguimos adelante a anunciar el Evangelio, el Señor estará con nosotros y nos dará la fuerza para lanzar las redes de nuevo, incluso cuando estemos cansados y decepcionados por haber pescado nada".