Jesús María Urio Ruiz de Vergara
El papa Francisco ya venía siendo criticado, dentro y fuera de la Iglesia. Dentro, por sus ideas conciliares, mejor llamémoslas evangélicas, por parte de católicos que parecen haber olvidado las enseñanzas fundamentales, y el estilo de Jesús. Y fuera de la Iglesia, por los grupos que comandan, si haber sido elegidos democráticamente para ello, las finanzas y el movimiento del dinero de nuestro mundo, cada vez más global. Pues bien, el viaje del Papa a tres países de América Latina, y sus pronunciamientos y guiños a gobernantes tenidos por izquierdistas, o directamente comunistas, ha aumentado drásticamente el número, y la idiosincrasia de los censores del papa Bergoglio.
Ya había sido insultado el obispo de Roma, por ciertas élites económicas, de ser comunista. Es conmovedor como ciertos grupos socio-económicos consideran un delito el ser comunista. Pues bien, habrá que recordarles que, exceptuando Estados en situación de especial neurosis económico militar, la ideología comunista no constituye delito, es decir, se puede mantener, enseñar y propagar, libremente. No puede el mundo dejarse llevar por los fantasmas familiares de los ciudadanos estadounidenses, y ver posibles monstruos peligrosos en cualquier persona con ideas socialistas o izquierdistas. El papa Francisco no es un comunista al modo clásico, pero, ¿y si lo fuera? Tendría el mismo alcance que la afirmación, que a nadie sorprendería, de que Juan Pablo II era capitalista. Ambos sistemas económicos han sido condenados por la Iglesia, como ya he recordado en este blog, así que es muy problemático y osado catalogar como tales a dos representantes máximos de una organización que los ha condenado por igual.
Nadie tiene la culpa, sino sus protagonistas, de que haya ciudadanos de algún país, (en EE.UU., desde luego, pero en España hay más políticos de los que debería, acusando, como de un delito infame, a sus adversarios políticos, cuando la Democracia española ya legalizó el Partido Comunista Español. Pero parece que a algunos representantes de la derecha patria les da igual lo que sea, o deje de ser, democrático. Y, por lo que sé, ni siquiera en USA es delito, actualmente, tener y profesar ideas comunistas. Pero hay personas obsesionadas contra ideas como la justicia social, el reparto equilibrado de la riqueza, la igualdad de oportunidades, la misma dignidad, e igualdad de derechos, de trabajo y capital, el absoluto respeto a la dignidad de todo ser humano; y la apremiante necesidad de que todos los Gobiernos cumplan dos requisitos fundamentales: 1°), que controlen y tengan poder de decisión sobre los grupos e instituciones multinacionales de índole financiera y económico-empresarial; y 2°), que tengan, como prioridad, la defensa de los más débiles y necesitados.
Si tener y defender las ideas expresadas en el párrafo anterior es ser comunista, el papa Francisco lo es, como también lo fue, entonces, Jesùs de Nazaret, quien por algo fue llevado a la cruz.
