Pedro Pierre
Siempre es motivo de alegría el nacimiento de una nueva organización que busca el bien de sus socios y su participación al bien común de un país. Red de Maestros y Maestras por la Revolución educativa se llama la organización que levantaron los maestros y profesores desde 6 años de organización. Recibió en días pasados sus estatutos aprobados de manos del Ministro de Educación, con presencia del Presidente de la República.
En nuestra época del individualismo triunfante, lastimosamente los sindicatos no llevan viento en popa y muchas veces son perseguidos por los gobiernos. El mal recuerdo que ha dejado la Unión Nacional de Educadores durante décadas de demagogia y traiciones es, para los docentes, un desafío a superar para tomar en sus manos la puesta en marcha de un mejor servicio educativo.
Ojalá aprendan de la experiencia pasada que la unión entre un sindicato y un partido político es un mal matrimonio que pone el primero al servicio de los intereses partidistas. Igualmente un sindicato no puede ser la mano derecha ni la izquierda del patrono. Todavía no se ha llegado a una autogestión empresarial de los patronos con los obreros, excepto en unos casos contados en ciertos países. Se nota que la unión es con el Gobierno, muy identificado con un partido político, que funciona como patrono de los maestros y profesores.
¡Que llegue la revolución educativa! Porque hace un decenio el nivel educativo del país era uno de los peores de América Latina. Actualmente hemos llegado al capitalismo del siglo 20. Hace falta entrar en el siglo 21 y mirar para adelante. Que los conocimientos de última generación y las sabidurías ancestrales se unan para caminar de la mano y los ecuatorianos seamos como una sola mano con sus dedos diferentes.
Los maestros son piezas clave en la educación de los niños y jóvenes. Hasta aquí han sido los mejores servidores del sistema capitalista, incluso en las escuelas y los colegios católicos. Es necesario preparar un futuro distinto para salir del callejón de salida de la miseria y la dependencia. La integración latinoamericana nos hace esperar más libertad para construir la Patria Grande siempre soñada. La educación es clave para que este sueño se haga realidad. Dice el poeta peruano Juan Damián: “Maestra del pueblo… ‘1’niño es más que un número y la suma de hombres no es ‘un pueblo’… Agricultora de libertades, obrera de las conciencias, artesana de cien hombres, sembradora de un gran sueño: estos chicos, tus semillas, mañana serán árbol, ese árbol, nuestro pueblo”.
Construyamos este sueño: que los de arriba se hagan servidores de los de abajo para que crezcamos juntos, desde nuestras diferencias, a fin de ser la gran familia ecuatoriana, resultado de la unión equitativa de todas las sabidurías antiguas y modernas. Pues nos advierte San Pablo cuando escribe a su amigo Timoteo: “La raíz de todos los males es la codicia del dinero”. Aprendamos desde la escuela la ‘codicia’ de la plurinacionalidad y multiculturalidad.