MONS. GONZALO LOPEZ M.
sábado, 28 de febrero de 2015
Las religiones rechazan todo fundamentalismo
Manifiesto en la clausura del IX Seminario del IERMA
"Hemos venido a denunciar toda violación de los derechos y libertades inalienables de cualquier ser humano. Hemos venido a rechazar toda instrumentalización de la religión, y del nombre de Dios, para violentar a cualquier persona. Estamos seguros de que en nombre de Dios no se puede violentar nunca a nadie, no se puede justificar ninguna violencia o injusticia. Para nosotros, en nombre de Dios no se puede. Pero tampoco se puede hacer en nombre de una persona, de un poder, de una cultura, de una ideología".
Estas palabras forman parte de manifiesto de las religiones por la paz que se ha proclamado en la clausura del IX Seminario del IERMA (Instituto de Estudios sobre Religiones y Mundo Actual), de la Universidad de La Salle, celebrado en Madrid el pasado jueves, 26 de febrero.
Además de mostrar su rechazo a la violencia y a todo fundamentalismo, las religiones han testimoniado con su trabajo y sus proyectos que otro mundo sin violencia es posible en condiciones de paz y justicia.
El colegio de los Hermanos de La Salle en Jaffa, en Israel, y la Universidad de Belén, en Palestina, también de La Salle, han compartido su experiencia mostrando que es posible convivir en paz con diversidad de credos, incluso en contextos complicados. Ambas realidades educativas se han presentado en el Seminario del IERMA como oasis de paz para alumnos, familias y profesores siendo estos de diferentes religiones.
En la intervención inaugural del Seminario se han abordado también los recientes acontecimientos de París, de Copenhague, de los 21 cristianos coptos condenando expresamente estos actos fanáticos y denunciando que estas situaciones, cuya lista es lamentablemente larga, son demasiadas y deben cesar lo antes posible.
El director del IERMA, Carlos Esteban Garcés, ha reivindicado la dignidad de toda persona como referencia inalienable para todas las culturas, los pueblos, las ideologías, pero también para todas las religiones. Solo desde esta dignidad humana se puede comprender a fondo el sentido y los límites de la libertad, también de la libertad de expresión.
El profesor Esteban Garcés ha explicado en qué medida Je suis Charlie, nosotros lo somos porque ningún acto violento tiene justificación y las víctimas merecen nuestra sincera solidaridad. Pero también ha indicado en qué medida Je ne suis pas Charlie, no lo somos porque comprender bien la libertad, la de expresión como todas las otras, solo puede hacerse en referencia a la dignidad humana de la que emana, y estando así referida a la dignidad, no puede absolutizarse hasta violentar a las personas.
Además de los proyectos educativos de los Hermanos de La Salle, han compartido su perspectiva diversos representantes de algunas tradiciones religiosas. Luis Morente, asesor de la Federación de Comunidades Budistas de España, ha explicado que desde el punto de vista budista, el ejercicio de la violencia en nombre de Dios es un contrasentido que debería suponer el replanteamiento de la propia religión que la origina. Ninguna idea, ha añadido, capaz de producir muerte o sufrimiento puede ser llamada religión.
Mario Stofenmacher, Rabino de la Comunidad Judía Masorti BET-EL, en representación de la Federación de Comunidades Judías de España, ha comentado que vivimos en una época en la que hemos conquistado la sanidad, la seguridad, el bienestar, etc, pero estas maravillas construidas durante generaciones desaparecen y se diluyen cuando la violencia se hace presente. No podemos construir desde la violencia, ha denunciado, invitando a trabajar, perseguir y cuidar los pilares sobre los que se sustenta el mundo, la creación de D's: la justicia, la bondad y la paz. El mundo ha sido creado para nosotros. Somos por tanto nosotros los responsables de esta tarea.
Sami El Mushtawi director del Departamento Cultural del Centro Cultural Islámico de Madrid, ha proclamado que el islam rechaza la violencia en todas sus formas y aboga por la paz. Ha denunciado que no existe un estado islámico propio de la religión musulmana, porque creen en el Estado civil. El vocablo SALAM, paz, -ha explicado- es constantemente reiterado en El Corán, la paz es uno de los nombres de Dios. Dios invita a la morada de la paz e informa que la Paz predominará entre los moradores del Paraíso (10:10). Estoy seguro, ha añadido, que en todas las culturas y religiones hay gente capaz de tolerar, de comprender y de dialogar con los demás, espero que se unan para hacer un mundo mejor.
Ana Calvo Tello, en representación de la Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España, ha indicado que los evangélicos y protestantes creemos que Dios es amor y esto nos debe impulsar a respetar a los que son diferentes a nosotros, a reconocer la dignidad del prójimo y su derecho a vivir con nosotros. El mensaje de Jesucristo nos insta a renunciar a la violencia y a trabajar a favor de la reconciliación y resolución pacífica de los conflictos. Debemos comprometernos también a denunciar a los que se amparan en la religión para ejercer la violencia, no son nuestros ni representan nuestra creencia, denunció. Concluyó citando un discurso de Martin Luther King en 1964, en la Universidad de Oslo cuando fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz: "Tarde o temprano todos los pueblos del mundo tendrán que hallar una manera de vivir en paz y con ello transformar este lamento universal en un creativo Salmo de hermandad (...). Me niego a aceptar la desesperanza como la respuesta final a las ambigüedades de la historia (...). Creo también que un día, toda la humanidad se inclinará ante el poder de Dios".
El Seminario ha concluido con la proclamación de un manifiesto que expresa el sentir compartido de todas las tradiciones religiosas presentes en el acto, también algunas que estuvieron presentes y no intervinieron explícitamente. El manifiesto se apoya en el discurso de Martin Luther King, de 1963, Yo tengo un sueño. Actualizado ahora como Nosotros tenemos un sueño de paz entre las religiones y para todo el mundo.
Manifiesto de las religiones por la paz
El discurso de Martin Luther King, pronunciado el 28 de agosto de 1963
desde las escalinatas del Monumento a Lincoln
durante la Marcha en Washington por el trabajo y la libertad,
es un emblema de los valores universalmente deseados.
Está considerado como uno de los mejores discursos de la historia,
y tiene significativas referencias bíblicas.
Hoy queremos parafrasear aquel discurso,
nos apoyamos en Martin Luther King para prolongar su sueño y ampliarlo.
Actualizamos aquel sueño que era
"de esperanza para millones de esclavos negros,
chamuscados por las llamas de una maldita injusticia",
y hoy queremos que sea esperanza de paz y justicia
para todos los hombres y mujeres de nuestro planeta,
de cualquier edad, y en cualquier rincón del mundo.
Hace cien años, empezaba en 1963 Luther King,
hace miles de años, decimos nosotros hoy aquí,
la humanidad empezó a soñar un cielo nuevo y una tierra nueva,
empezamos a soñar una utopía de paz para todo el mundo,
un proyecto de libertad, de justicia, de fraternidad para toda la humanidad.
Este sueño humano comenzó hace mucho tiempo
en algunas personas y pueblos de nuestro historia.
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