MONS. GONZALO LOPEZ M.

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martes, 17 de febrero de 2015

Francisco, sobre los coptos decapitados: "Han sido asesinados por el mero hecho de ser cristianos"

La Iglesia copta lo califica de "crimen abominable". Los musulmanes lo tildan de "barbarie"

RD.- "Han sido asesinados por el mero hecho de ser cristianos". Este ha sido el comentario, lleno de dolor, del papa Francisco, esta mañana, ante la noticia de la decapitación en Libia de 21 coptos egipcios por parte del Estado Islámico (EI).

El Pontífice ha alterado el discurso que tenía preparado, con motivo del encuentro en el Vaticano con representantes de la Iglesia Reformada de Escocia, y ha improvisado unas palabras en castellano para insistir en la tragedia que están viviendo los cristianos, víctimas del fanatismo religioso, en muchos países.

"Me permito recurrir a mi lengua materna para expresar un hondo y triste sentimiento. Hoy pude leer la ejecución de esos 21, 22 cristianos coptos. Solamente decía "Jesús ayúdame". Fueron asesinados por el sólo hecho de ser cristianos. Usted hermano en su alocución se refirió a lo que pasa en la tierra de Jesús. La sangre de nuestros hermanos cristianos es un testimonio que grita. Sean católicos, ortodoxos, coptos, luteranos, no interesa: son cristianos. Y la sangre es la misma, la sangre confiesa a Cristo. Recordando a estos hermanos que han sido muertos por el sólo hecho de confesar a Cristo, pido que nos animemos mutuamente a seguir adelante con este ecumenismo que nos está alentando el ecumenismo de la sangre. Los mártires son de todos los cristianos, recemos unos por los otros". (Traducción de Il Sismografo).

Ante el drama de la persecución, Jorge Mario Bergoglio instó a reforzar el ecumenismo. "Sean católicos, ortodoxos, coptos, luteranos, no importa, ¡son cristianos! -subrayó el Papa-. Y la sangre es la misma. La sangre testimonia a Cristo".

Durante el pontificado de Benedicto XVI y también en el actual, la supervivencia de los cristianos en Tierra Santa y la amenaza mortal que sufren las minorías cristianas en países de África y Asia ha sido una cuestión prioritaria de la Santa Sede, que se expresa continuamente a través de discursos, gestiones diplomáticas y viajes papales.

Francisco ha aludido al problema, con palabras claras y contundentes, en sus visitas a Tierra Santa, a Albania y a Turquía. En varias ocasiones ha pedido a los líderes religiosos musulmanes y a los dirigentes políticos de sus países condenas inequívocas de los actos terroristas y de la persecución a las minorías.

Los portavoces vaticanos siempre tratan de quitar importancia a las amenazas directas del EI, en cuyos vídeos propagandísticos, con truculentas imágenes, anuncian que su objetivo es la conquista de Roma. Un supuesto complot para atentar contra Francisco durante su reciente visita a Filipinas no fue confirmado, aunque quedaron dudas debido a las declaraciones del exjefe de los servicios secretos filipinos.

La iglesia copta declaró que confiaba en que El Cairo no dejaría sin castigo a los autores de "ese crimen abominable". Al Azhar, una de las más prestigiosas instituciones teológicas del islam sunita, calificó, por su parte, de "barbarie" la decapitación de los coptos.

Los actos de los yihadistas suscitaron una vez más el rechazo de la comunidad internacional. Washington condenó "el asesinato abyecto y cobarde de 21 ciudadanos egipcios", considerando que "la barbarie de ISIS no tiene límites".

El presidente francés, François Hollande, cuyo gobierno debe firmar este lunes la venta de 24 cazas Rafale a Egipto, "expresó su preocupación frente a la extensión de las operaciones" del grupo yihadista a Libia.

España expresó este lunes su "indignación y repulsa" por el asesinato de 21 egipcios cristianos coptos en Libia a manos de terroristas del autodenominado Estado Islámico (EI), quienes al reivindicar este "abyecto crimen", manifiestan su "motivación de odio religioso".

Según informó Exteriores en un comunicado, el Gobierno manifestó su "intensa repulsa" por los "crueles asesinatos" de estas "personas inocentes", al mismo tiempo que trasladó su "profundo pesar" a sus familias y allegados, así como al pueblo y a las autoridades de Egipto.

En ese sentido, el gabinete de Margallo hizo un llamamiento a todas las partes interesadas en Libia a "dejar de lado sus diferencias" para enfrentarse a la amenaza terrorista.