Pedro Pierre
Los humanos estamos hechos para vivir en comunidades. Nadie es una isla ni nadie puede vivir sin los demás. Crecemos gracias a la cohesión y participación familiares, nos capacitamos en la comunidad educativa, nos desarrollamos gracias a asociaciones, clubes, comités, redes, relaciones estables…
Lastimosamente en nosotros anida el egoísmo, el deseo de dominación, el afán de tener siempre más, la agresividad: no hemos eliminado la violencia que impera en el mundo animal de donde venimos ni el individualismo del mundo vegetal, nuestro más antiguo ancestro. Lastimosamente también nos hemos organizado o hemos dejado que nos organicen según el modelo capitalista en que lo material prima sobre lo humano, la competición sobre el compartir, la violencia sobre el perdón, el consumismo sobre el respeto a la naturaleza.
Esto contribuye a la gran crisis actual. En un mundo globalizado, el 1% capitalista se impone al 99% del resto de la población y nos obliga a sacrificarlo todo sobre el altar sagrado del mercado y de la ganancia… de ellos. Los más débiles pagan el precio alto: los empobrecidos, las mujeres, los jóvenes, las personas especiales y mayores.
La organización es el camino de solución de nuestros problemas. Siempre ha sido así pero nos cuesta creerlo, nos cuesta superar nuestro orgullo, nos cuesta ser hermanas y hermanos de verdad. Grandes figuras mundiales nos muestran el camino y son parte de los mejores símbolos de una humanidad reconciliada: Gandhi, Mandela, Chico Méndez, Fidel Castro, Hugo Chávez, monseñor Leonidas Proaño, con su lucha por y con los pueblos indígenas de Ecuador y América Latina… Todos han optado por los pobres y su organización, a fin de que logren ser los actores de su propia liberación.
Es el desafío del actual Gobierno, porque los ecuatorianos esperamos más que dádivas y beneficios materiales. Necesitamos ser un pueblo, es decir una nación, una unión ecuatoriana que construye su identidad y su futuro a partir de la fraternidad activa y creativa. Necesitamos autoridades locales, provinciales y nacionales humanistas que fomenten la organización de todos, particularmente de los más golpeados por las dificultades de la vida.
El papa Francisco acaba de invitar a las organizaciones populares a construir una sociedad y un mundo distinto y mejor en su reciente reunión con Juan Grabois, dirigente popular argentino y fundador del Movimiento de Trabajadores Excluidos, organización cartonera conocida a nivel mundial. Entonces, ¡manos a la obra!