“Yo creo en ti, piadoso Jesús mío (y nuestro); que
por mi bien (y por el nuestro también) estás en el Altar; que das tu cuerpo y
sangre juntamente, al alma fiel y celestial manjar (que eres TÚ Señor).
Así reza un canto muy antiguo que desde joven oigo
en la Iglesia. Yo
creo firmemente en la PRESENCIA REAL
de Cristo en la Eucaristía ;
creo por convicción de que EL está PRESENTE SACRAMENTALMENTE (no físicamente
como nos lo han hecho creer); es decir, ESPIRITUALMENTE y de forma INTEGRAL
(completa) o como antes se decía: “en cuerpo, sangre, alma y divinidad”. Creo
que EL ES EL PAN DE VIDA; que se ha querido quedar de esa forma para decirnos:
“el que me come vivirá por mí”. Es verdadera comida de salvación para
fortalecernos en nuestro caminar. De eso no tengo la menor duda.
Pero Señor, cuando te “contemplo” en el Santísimo
Sacramento; es decir, en la “custodia”; no me gusta donde te ponen. Al detallar
la mayoría de las “custodias” son de “oro” y de piedras preciosas incrustadas;
unos “tridentes” que sobresalen como unas “lanzas”. Creo que todos esos “adornos”
lo que hace es “desfigurar” tu verdadero rostro; en vez de “custodiarte y
protegerte”, es “tergiversar” tu mensaje y tu figura HUMILDE Y SENCILLA como te
presentaste ante nosotros. Tú eres REY pero “no de éste mundo”; tú desprecias
la “riqueza y los lujos de éste mundo” y es por eso que te “desfiguran” con
tanto lujo. Prefiero que te contemplen “solo en la HOSTIA ” sin mas adornos
para que te podamos contemplar en la HUMILDAD y en la “nada” de ese minúsculo
“pedacito de pan” (que casi no es PAN); así se reflejaría mejor tu
“anonadamiento” (kénosis=Fil. 2, 5-11)
Tú no retuviste tu “condición divina” y nosotros
empeñados en “desfigurarte”; sabes que no es nuestra intensión, claro está, pero
esas “custodias” deberían eliminarse o cambiarse por algo más sencillo pues no
nos ayudan a “contemplarte” como realmente eres: Dios sencillo que se hace PAN,
se parte y se comparte para darnos su propia vida. Amen.
Pbro.
Pablo Urquiaga
Párroco en Caricuao2 de Junio del 2013