DIOS DE VIVOS
NO DE MUERTOS
Amigo de la vida, rostro mestizo de tu mismo pueblo, fuego encendido que no se apagará jamás, semblante
de peregrino que te quedaste tatuado para siempre en el corazón de quienes
entendemos que la lucha por el Reino de Dios no es teoría sino praxis
cristiana. Amigo que entendiste el mensaje de Jesús como lo que es, compromiso
por la vida de los que nada tienen. Sin
academicismos teológicos te apropiaste del evangelio. Y hablaste de Cristo a pesar de quienes, en
nombre de no sé qué evangelio, ignoraron
tus opciones emancipadoras en favor de los excluidos de todos los
tiempos. Menos mal que el Dios que se
nos mostró en Jesús es un Dios de vivos no de muertos, un Dios que apuesta por
la vida en abundancia para aquellos que nunca han tenido vida.
Comandante te fuiste una tarde de marzo, atravesaste
las barreras del tiempo y del espacio y ahora estas en la otra orilla donde la
Escritura Sagrada nos dice que “ya no hay llanto, ni muerte, ni dolor sino alegría sin fin”. Desde allí te
haces compañero de camino de los pueblos
cada día y en cada espacio, menos mal que Cristo Resucitado nos hace partícipes de su resurrección, en él,
en Cristo nos hacemos trascendentes, en él resucitamos todas y todos. Ahora tu resurrección como la de tantas y
tantos cristianos nadie te la puede robar, porque quien cree en ti Señor
no morirá para siempre. AMEN.
Padre Numa Molina