MONS. GONZALO LOPEZ M.

MONS. GONZALO LOPEZ M.

viernes, 17 de mayo de 2013

La monja indignada

La benedictina Teresa Forcades
expone en València su crítica ética
del capitalismo
La revolución pacífica. Con la toca sobre el cabello, Teresa Forcades prefiere las escaleras a la tribuna del Paraninfo de la Universitat de València, desbordado. La "monja revolucionaria" explicó ayer cómo y por qué hay que cambiar el sistema capitalista por otro más justo. Entre todos.
La "monja revolucionaria" se expresa en catalán; ama la diversidad y recuerda que Dios destruyó la Torre de Babel (Génesis VI) porque "es el imperio el que quiere la lengua, la cultura, el pensamiento único". La religiosa, doctora en Medicina y Teología, llama a hacer la revolución. El cambio que propugna pasa, como en el Nuevo Testamento, por derribar los ídolos. El actual también es de oro y tiene los pies de barro. Se llama capitalismo.


Forcades cree que la crisis ha hecho evidente la necesidad de cambiar el sistema. La cuestión es cómo. Para empezar, no creyéndolo intocable. El capitalismo, dice, como los ídolos, es obra del hombre, no hay que postrarse ante él. No basta, añade, con cambiar a unos líderes por otros, hay que cambiar las reglas de juego. ¿Cómo? Para Teresa Forcades -que confiesa una veta "un poco anarquista"- la revolución "la haremos juntos a partir de la responsabilidad personal" y hay que hacerla "ya". Cita a Margaret Thatcher y su teoría neoliberal "salvaje" de la sociedad de los dos tercios: nunca se podrá gobernar para todos, siempre habrá un tercio de la población con problemas, un "lastre" que habrá que soltar para seguir adelante. Según los datos que maneja, un 30% de los catalanes vive en la pobreza. El tercio "descolgado". Como el continente africano a nivel planetario. 
Frente a esa realidad desgrana su crítica ética del capitalismo. Y se propone desmontar las "mentiras" que lo sustentan: el capitalismo no es el adalid de la libertad, utiliza la iniciativa privada (ella la defiende pero bajo otro modelo) pero la ahoga, predica el libre mercado pero sigue interviniendo (cita como ejemplo la Organización Mundial del Trabajo o las tasas que paga "el que hace pan, pero el que hace dinero no"). El capitalismo se apoya en el máximo beneficio, algo antiético, según la religiosa, como pagar un euro al trabajador que da a ganar mil. Teresa, que vive en un convento en Montserrat, acaba de impulsar junto al economista Arcadi Oliveres un manifiesto, similar al de los indignados, que incluye desde la expropiación de la banca y empresas energéticas a una auditoría de la deuda pública. La idea no es presentar una candidatura, aclara, sino abrir "desde abajo" un proceso constituyente que debata qué modelo de sociedad queremos. Invita a los valencianos a sumarse sin esperar a los "de arriba" porque "más vale pedir perdón que pedir permiso".