MONS. GONZALO LOPEZ M.

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viernes, 30 de diciembre de 2016

Trump y el ambiente, irresponsabilidad genocida



Gustavo Pérez Ramírez

En la extraña democracia del norte, el Colegio Electoral otorga formalmente la presidencia del país; lo hizo con Donald Trump, a pesar de que su contendiente tenía 3.360.107 millones de votos ciudadanos de ventaja. El planeta Tierra queda en grave riesgo.

Nada raro que en un futuro noticiero después de su posición, aparezca Trump recostado en un diván de su despacho, jugando con un globo terrestre, dándole golpes con su trasero, como Chaplin en su rol de Hitler en El Gran Dictador, mientras dicta a su Secretario del Ambiente la orden de retirar a EE.UU. del pacto mundial sobre el clima, entre otras medidas propuestas durante su campaña a través del país, que con China son los que más CO2 emiten a la atmósfera. China, al menos reconoce el peligro y acaba de lanzar un satélite de control de emisiones CO2, denominado TanSat.

Trump considera que “el concepto de calentamiento global fue creado por y para los chinos para atacar la competitividad de la industria estadounidense”. Así lo destacaron 375 científicos estadounidenses, 30 de ellos premios Nobel, al denunciar los riesgos que conlleva para la humanidad el plan energético del nuevo presidente.

Para ello nombró secretario del Ambiente a Scott Pruitt, un escéptico del cambio climático, y uno de los aliados más influyentes de la industria de las energías fósiles. Se irá acelerando la destrucción del planeta con la desaparición de especies animales y últimamente del hombre, por las medidas que están por tomarse irresponsablemente.

¡Paradójico! En la Convención de la ONU en Paris- COP 21, de diciembre de 2015, se logró por primera vez un acuerdo universal vinculante para reducir las emisiones de gases con efecto invernadero.

El consenso fue 0 carbono adicional, para mantener la temperatura media mundial sin que rebase 1.5° Celsius, respecto a los niveles preindustriales. Esto requiere un cambio de los comportamientos humanos impuestos por un sistema económico al servicio del mercado, que está destruyendo la naturaleza.

Los ciudadanos del mundo, embarcados en este frágil planeta, tenemos la responsabilidad vital de reaccionar, al menos para urgir que el Sr. Trump reciba una asesoría, como parte del proceso de transmisión de mando. Debería ver el excelente documental de Leonardo Di Caprio “Antes de que sea tarde”. Un video vale más que mil palabras.

En este se observa el enorme impacto que la actividad humana tiene sobre el calentamiento global y la influencia de la industria de combustibles fósiles sobre las decisiones de los políticos. Debería ver también “An inconvenient truth”, sobre la campaña de Al Gore, exvicepresidente de EE.UU. para educar a los ciudadanos sobre el calentamiento global; y al menos uno más, “Zeitgeist: Moving Forward”, en el que Peter Joseph, explica la necesidad de una nueva economía social sostenible.

El obsoleto Colegio Electoral no cumplió con una de sus razones de ser: velar porque “el oficio de Presidente nunca quede en manos de quien no esté dotado en grado eminente con las calificaciones requeridas”, según propuso Alexander Hamilton, uno de los padres fundadores de los EE.UU.