El obispo de San Diego, Robert McElroy |
Cameron Doody
RD.- En caso de deportaciones masivas, "movilización masiva" de la Iglesia. El obispo de San Diego, Robert McElroy, se ha enfrentado a Donald Trump, y ha calificado el plan del presidente electo de EE.UU. de expulsar a más de 10 millones de inmigrantes indocumentados como "un acto de injusticia que mancharía nuestro honor nacional".
Hablando esta semana en una conferencia en la Universidad de San Diego, el prelado comparó las ya anunciadas deportaciones masivas del magnate republicano con las expropiaciones históricas de tierras de los indígenas de EEUU, o con el encarcelamiento de soldados japoneses en el país durante la Segunda Guerra Mundial. Todo una injusticia social, dijo, ante la que los católicos no se deben callar.
"Para nosotros es impensable que nos mantengamos quietos mientras el 10% de nuestro rebaño se nos arranque y deporte de entre nosotros", denunció McElroy. "Es igualmente impensable que nosotros como Iglesia presenciemos la destrucción de nuestra acogida histórica a los refugiados en un momento cuando la necesidad de ofrecer santuario a los refugiados va en auge en todo el mundo".
Preguntado después de su intervención por qué medidas concretas la Iglesia puede tomar a favor de los inmigrantes bajo la sombra de las políticas propuestas por Trump, el obispo de San Diego primero se mostró consciente del miedo que muchos de ellos están experimentando, incluso afirmando que "Yo también tengo miedo".
Simpatizar con los inmigrantes sin papeles, sin embargo, no es suficiente para los católicos, e incluso el temor que muchos de ellos sienten puede llegar a ser parte del problema.
Cuando hablamos con la comunidad de indocumentados", dijo McElroy, "no podemos dar una sensación falsa de serenidad. Nuestra única esperanza es decir que nos mantendremos todos juntos". Solidaridad con los inmigrantes que puede pasar, incluso, por que los templos católicos se emplean como santuarios, o que los católicos utilizan estrategias de los movimientos históricos por los derechos civiles.
"Todos los pasos de la campaña por los derechos civiles tendrán que emplearse en caso de que nos enfrentáramos a una deportación masiva que rompiera familias", aseveró McElroy, refiriéndose a las luchas de políticos como Martin Luther King o sacerdotes como Maurice Ouellet por la igualdad de los afroamericanos en el sur de EEUU durante las décadas de los 50 y 60.
"Tenemos que proceder que la misma energía, compromiso y inmediatez que han caracterizado a la oposición católica al aborto o la libertad religiosa en años recientes", animó el prelado a los asistentes a la conferencia, antes de recalcar de nuevo en que, dada la situación en que se pusieran en marcha las políticas racistas de Trump, "la Iglesia nunca puede estar de acuerdo o colaborar con un mal tan grave en nuestra sociedad".