Pedro Pierre
Felices están los grandes supermercados porque no habían vendido tanto como en estos tres días y más que el año pasado. Felices están los bancos porque la gente se ha endeudado como nunca. Felices están las multinacionales porque los compradores se han dejado guiar por las propagandas. Felices están los impulsivos y los borregos porque han comprado barato sin darse cuenta que las rebajas de 50% eran para los productos que iban a caducar o los que estaban pasando de moda y ya no se vendían más. Felices los niños porque han podido disfrazarse de Papá Noel o llevarse uno a casa sin darse cuenta los papás que están llevando en su hogar el nuevo Herodes que mata a los inocentes de nuestros tiempos. Así va desapareciendo el Jesús pobre y sin techo que no es buena propaganda para los negocios engañosos.
‘Viernes Negro’. No hemos cambiado nuestras estructuras mentales porque utilizamos el color de nuestros hermanos negros para llamar la atención y someternos a la falsa felicidad de tener cosas que ni necesitamos.
‘Viernes Negro’. Destripamos con pasión y con razón a los conquistadores españoles de ayer que nos invadieron, violaron, robaron, humillaron… y no nos damos cuenta de que ahora abrimos los brazos, las puertas y las billeteras a los conquistadores gringos más dañinos y perjudicadores que los primeros. ¡Qué inconsciencia! Sustituimos el bien vivir nuestro por el bienestar material individualista y consumista que nos lleva a peor sumisión.
‘Viernes Negro’. Pronto vamos a sentirnos más pobres, más confundidos y más engañados… y no faltarán los de siempre para decirnos que es culpa del Gobierno que desaparece los mercados, cierra las tiendas de barrio y nos llena de viento, fantasía y engaños.
‘Viernes Negro’. Llenamos nuestras casas y los tachos de basura de fundas, botellas, platos y cuantas cosas más de plástico y soñamos -algunos gritamos- para que la cumbre del clima que se tiene en París revierta lo que nosotros aprobamos con nuestras conductas equivocadas y destructoras del medio ambiente. Comencemos por ser coherentes en nuestra vida personal y familiar… que sí podemos orientar hacia prácticas que favorecen una vida sana y una naturaleza respetada.
¿Hasta cuándo los ‘viernes negros’ sin que sonrojemos de vergüenza? Tal vez sea esto lo que Jesús llamaba “el pecado contra el Espíritu” que no se perdona… porque llamamos al mal bien, llamamos libertad y liberación lo que nos destruye y nos deshumaniza, porque creemos que la felicidad está completa cuando más y más cosas tenemos y acumulamos para nuestra infelicidad sin que nos demos cuenta. Jesús de Belén, en esta Navidad, nos haces recordar que has venido para que “nos demos cuenta” de lo equivocado que estamos, de lo perdidos que andamos, de lo superficial que nos llenamos. Haznos ver que podemos ganar la lucha contra el gordo Papá Noel que nos ahoga de a poco y contra los nuevos Herodes que nos matan también de a poco: es la lucha del pequeño David contra el gigante Goliat, pero sabemos quién salió vencedor.
