Pedro Pierre
A una amiga francesa venida por unos meses se le ocurrió pedir a unos jóvenes indígenas y mestizos del Chimborazo hacer un video para presentarse y explicarse sobre su identidad. Encontré el resultado bastante sorprendente: ¿cómo presentan su identidad los jóvenes de hoy nacidos en un ambiente indígena? Hasta aquí siempre he escuchado hablar de retroceso de la cultura indígena. Por una parte, el Bien vivir y convivir indígena llenan páginas de la Constitución. Por otra, muchos jóvenes no logran enfrentar el reto de ser indígena o mestizos en un país y un sistema que continúa atropellándolos mayoritariamente.
¿Qué dijeron estos jóvenes indígenas y mestizos de hoy sobre su identidad? Muchas enseñanzas nos dan en el video titulado ‘Pitak kanchic-¿Quiénes somos?’. Nos presentan desafíos, valores y caminos de esperanza, no solo para ellos sino para toda la sociedad ecuatoriana.
Los desafíos: “No podemos mostrar indiferencia a lo que sucede en nuestro alrededor, en nuestro planeta. La sociedad ecuatoriana no avanza, verás. El extractivismo no es la única vía de desarrollo: hay otro desarrollo posible. Si no conozco mis valores culturales no podemos llegar a la interculturalidad. Si no sabemos quiénes somos, estamos perdidos. Al ir a la ciudad y creer que era lo máximo, hemos perdido todo”.
Los valores: “Hay que tener la memoria del oprimido, no para estar lamentándose sino para sobresalir. Nadie te va a quitar tu identidad, sino tú mismo. Todos somos hechos de todos. Soy mestiza y me identifico con la lucha de los indígenas. Espiritualidad indígena: la naturaleza es el libro de vida de los indígenas. La fuente para identificarse son los mayores. El corazón de la identidad es la comunidad. Los mitos están para educarnos como jóvenes. Por cultura estamos hablando de la defensa de la vida”.
Caminos de esperanza: “Una superación colectiva es el camino. La lucha es contra un sistema que destruye la vida, es por otro modelo de sociedad. Las luchas de los jóvenes son la identidad, los estudios, la tecnología, la organización. Los colectivos son unas semillas de esperanza. No tenemos que hablar de identidad sino de revivir y sentir lo que está vivo en nosotros. Vive lo que te llena adentro de ti: es una alegría que nace poco a poco y que nadie te va quitar. El reto de la interculturalidad es aprender a superar los choques históricos de represión. Se trata de la diversidad en la complementariedad. Se trata de recrear un producto nuevo con los desafíos de hoy a partir de la fuente de los mayores. Estamos buscando nuevas formas de existencia en un verdadero equilibrio con la naturaleza”.
¿Sabremos escuchar la voz de Dios en los pueblos indígena, negro y mestizo? Aprendamos a ‘corazonar’, es decir a sentir con el corazón, chispa del corazón de los pueblos y del corazón de la madre Tierra. Las nuevas generaciones nos ayudan a nosotros los cristianos a entrar en esta dinámica renovadora. Hoy como ayer nos dice el autor del Apocalipsis, el libro de la esperanza por excelencia: “¡Todo lo hago nuevo!”.
