MONS. GONZALO LOPEZ M.

MONS. GONZALO LOPEZ M.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

“¿Católica quiere decir intercultural?”

 
 
Para los católicos, el gran acontecimiento del siglo pasado fue el Concilio Vaticano 2°, donde, en Roma, se reunieron unos 2.400 obispos representantes de la Iglesia católica de sus respectivos países. Una de sus expresiones más significativas fue la de “discernir los signos de los tiempos”. Dios ha hablado por medio de Jesucristo y nos sigue hablando por medio de las personas, los pueblos, las religiones y los acontecimientos de hoy. La Buena Nueva de Jesús nos exige nuevas actitudes frente a los desafíos que se presentan en cada época.
 
En la globalización, los cambios rápidos están provocando crisis de valores y crisis religiosas. Pero no por eso se deja de buscar nuevos caminos en los distintos campos de la vida personal y colectiva. Lejos de desaparecer, la exigencia de respuestas religiosas se presenta más fuerte y más apremiante: ¿dónde encontrar las huellas de Dios para hacer frente a los retos que nos plantean los tiempos actuales?, ¿qué nos dicen las religiones de cara al futuro? En este sentido las palabras y las actitudes del papa Francisco nos provocan a ser creativos si queremos ser fieles a Jesucristo. El mismo Jesús decía: ¡“Vino nuevo en odres nuevos!”.
 
En días recientes una conversación con un amigo indígena, Manuel, me llamó mucho la atención. Comenzó preguntándome lo que significaba la palabra “católica” que se aplica a las Iglesias reunidas en torno al Papa. “Católica” significa “universal”: se ha considerado el mensaje de Jesús como portador de una dimensión universal. Es decir que, como escribía san Pablo a los Gálatas: “Ya no hay diferencia entre judío y griego, entre esclavo y hombre libre; no se hace diferencia entre hombre y mujer, pues todos ustedes son uno solo en Cristo Jesús. Y si ustedes son de Cristo, también son descendencia de Abraham y herederos de la promesa”.

Aplicando esta frase a la realidad actual, mi amigo Manuel decía: “El cristianismo se ha de hacer indígena con los indígenas, negro con los negros, asiático con los asiáticos. Monseñor Leonidas Proaño quería, con razón, una Iglesia indígena. Pero no podemos encerrarnos en una sola cultura, tenemos que ser universales”. Y terminó diciendo: “Dios es el Dios de todas las religiones. Si es así, nuestra religión tiene que ser intercultural, asumiendo todas las culturas para abarcar todos los hijos de Dios”. Como a mí, Manuel ha de dejarlos pensando… y actuando para responder desde las riquezas de todas las religiones a “los signos de los tiempos”.