MONS. GONZALO LOPEZ M.

MONS. GONZALO LOPEZ M.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

“Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo”

Decía Winston Churchill: “El Socialismo solo se puede dar en dos lugares: En el cielo y allí no hace falta y en el infierno donde se ha implantado”. Jesús de Nazareth vino a este mundo a “implantar” el Reino de su Padre en el corazón de todos los seres humanos. Ese era su “proyecto” de vida, su razón de ser y existir. Los seres humanos habían implantado el “reino de las tinieblas”, de la injusticia y de la maldad y EL venia a enseñarnos una nueva manera de vivir, de compartir y de “amarnos los unos a los otros” como El nos amo. En una frase: “Para que la voluntad de su Padre se haga en la tierra como en el cielo”. Sabemos que en el “cielo” se hace la voluntad de Dios Padre; por tanto, es cierto lo que dice Churchill: Allí no hace falta el “socialismo” pero en la “tierra” donde se ha “implantado” no se ha hecho como Dios quiere porque se ha “impuesto” y todo lo “impuesto” (aunque sea bueno) se convierte en “malo” ya que Dios Padre no impone nada sino que lo “propone” para aquel que lo quiera aceptar y vivir. Toda “virtud” que se impone, se aberra; ya no es una virtud. Lo mismo pasa con el “socialismo”. Se necesita estar preparado para compartir con los demás y no para “competir” como pasa en el “capitalismo”; hay que liberarse de todo “egoísmo y ambición individualista” para que busquemos no solo el bien personal sino el “colectivo”. Pensar y actuar por lo “social” y no por lo “individual”. Se necesita aprender a AMAR como Jesús de Nazareth nos amo, que dio su vida por la salvación de todos(as). El no vino a salvar su vida sino a entregarla por la salvación de los demás y lo hizo de forma voluntaria, nadie lo “obligo”, nadie se lo impuso: solo el Padre se lo pidió. En la cruz Satanás lo invito a “salvarse a si mismo” y el rechazo esa tentación, se mantuvo firme: pensando no en el sino en los demás que creerían en el.
El problema no esta en el “socialismo” sino en el ser humano que esta “corrompido”, lleno de egoísmo y mezquindad, que solo piensa en “salvarse a si mismo” sin importarle el destino de los demás. Nos han pervertido y alejado del “proyecto de Dios” al crearnos “a su imagen y semejanza”. Dios es COMUNIDAD (koinonia), comunión comunicante de Amor y solo en COMUNIDAD podremos ser como EL. En el infierno reina el “sálvese quien pueda”, el egoísmo y la maldad, la envidia, la ambición, la explotación, el despilfarro y la miseria. La desigualdad. El “cielo” es COMUNION, unidad, igualdad, generosidad, entrega, bienestar para todos, paz, alegría, respeto, libertad y justicia. “Cielo e infierno” no son lugares específicos”, sino “estados espirituales del alma” que se pueden dar en cualquier sitio o lugar, sobe todo en el “corazón” del ser humano pues allí quiere habitar el “Emmanuel” (Dios en nosotros). Estar en el cielo es vivir en COMUNION; estar en el “infierno” es existir en el aislamiento, el individualismo y la mezquindad; es decir, en la soledad absoluta. Como lo dijera Sartre: “El infierno son los demás”.

Esto no quiere decir que el “socialismo” sea el “Reino de Dios” ni mucho menos; sino, que el socialismo, no impuesto sino expuesto y asumido en Libertad, prepara mucho mejor al Reino que el “capitalismo” que nos aleja. Es por eso que Jesús nos enseñó a Orar diciendo: “Venga a nosotros tu Reino: hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo; es decir, que Dios Padre quiere que su Reino se haga aquí en la “tierra” y no solo en el cielo y que la tierra deje de ser un ‘infierno” como actualmente lo es donde en vez de “amarnos los unos a los otros, nos estamos “matando los unos a los otros”.

                                                                 Pbro. Pablo Urquiaga. Caracas. Venezuela  (23/09/12)

Nota: Frente al imperio hay dos tipos de cristianos: Los que se adaptan y los que se rebelan. Estos últimos son los auténticos.