Padre Pedro Pierre
Por todas partes se nos invita a cuidar la naturaleza. Las iniciativas a favor de la protección del medio ambiente vienen de muchas
personas y organizaciones de ciudadanos de a pie. Las grandes instituciones, empresas,
multinacionales, Estados se resisten a cambiar su prácticas contaminantes
porque sus prácticas destructoras de la naturaleza les permite lograr mayores
ganancias. Se confirma el dicho: “Si los pies avanzan, la cabeza tiene que
seguir”.
Confirmemos algunas prácticas ecológicas sencillas que nos ayudarán
personalmente a vivir mejor en un mejor ambiente y entorno. Las protestas y las
denuncias son no solo importantes sino necesarias, pero deben apoyarse en una
práctica cotidiana de vivencia ecológica, comunitaria, fraterna y defensa de la
justicia. Resumiremos muchas acciones en cinco actividades principales que
seguramente hemos visto, leído o escuchado alguna vez.: Reciclar, Reducir,
Reusar, Recuperar y Rechazar.
Primero reciclar, es decir, separar los desechos.
Cada vez más gentes lo estamos haciendo, sobre todo si tenemos un espacio de
tierra o una terraza donde sembrar, aunque sean flores. Se utilizan dos tachos:
en el uno ponemos lo que descartamos cuando preparamos la comida, comemos
alguna fruta o hacemos algún jugo. Descubriremos que esto representa las dos
terceras partes de lo que botamos… En un segundo tacho ponemos lo que la tierra
no asimila.
Luego reducir. Al reciclar nos sorprenderemos por la cantidad de
desechos que podríamos evitar de botar. Nos llenamos de fundas y bolsas… Poco a
poco los grandes almacenes nos invitan a traer de casa bolsos grandes y
descubriremos que lo que compramos cuesta menos, por el mismo hecho de no
utilizar un montón de fundas que luego botamos. Entremos a esta práctica de
reducir, en particular, el consumo de plásticos.
Reusar. ¿Quién no tiene en su
casa ropa, zapatos y hasta juguetes que ya no usamos, pero que seguimos
amontonando? Claro la moda no invita, nos empuja, hasta nos obliga a cambiar de
vestidos y de calzados cada vez más rápido. Nos meten en la cabeza que es mejor
lucir cosas nuevas… sin darnos cuenta de que todos utilizamos los mismos
vestidos, los mismos zapatos, los mismos lentes, el mismo peinado… Pasamos a
ser los esclavos de un consumismo que nos empobrece inútilmente y destruye la
naturaleza. Aprendamos a reusar y a regalar.
Recuperar, es decir, tener nuevos
criterios para transformar lo que desechamos quitando o añadiendo algún
detalle. Así viviremos en un ambiente personalizado que nos ayudará a sentirnos
bien en el espacio donde pasamos más tiempo. Recuperemos la belleza de cosas
sencillas. Rechazar. Esto no es lo menos importante. La propaganda nos hace
creer que un montón de cosas son de lo más necesario e imprescindible: nos dan
pensando, haciendo y gastando… ¿Hasta cuándo?… Hasta que seamos esclavos de lo
que engorda a otros…
Recordemos que la naturaleza no deja de cuidar de
nosotros: sigamos cuidándola también nosotros, para que continúe regalándonos
más y más vida.