MONS. GONZALO LOPEZ M.

MONS. GONZALO LOPEZ M.

viernes, 16 de enero de 2015

“Si crías cuervos…”


Pedro Pierre

Felizmente somos muchos a “no ser Charlie Hebdo” y contra la venganza que consta en el himno nacional francés: “Que la sangre impura (de los enemigos) llene nuestros surcos”. Los atentados de París son definitivamente condenables y horrorosos. Hay que ir más allá de una solidaridad con el semanario satírico Charlie Hebdo y de unas manifestaciones multitudinarias. Estos crímenes son el resultado de una enfermedad sicológica, política y religiosa: es suprimiendo las causas que quitaremos las consecuencias.

La sátira, justificada por la ‘libertad de opinión y de expresión’, es siempre difícil de manejar, sobre todo cuando poco se respeta a las personas. Todos, musulmanes, católicos y otros nos merecemos respeto, y si se nos critica con razón se lo debe hacer con el debido equilibrio, que no hiera los sentimientos personales.

Pero hay razones mayores que se esconden tras el atentado de Charlie Hebdo. Unos articulistas han atinado exactamente al señalar las opciones guerreras de Estados Unidos y la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) con invasiones cínicas, bombardeos descarados, destrucciones masivas y el caos sistemático. Francia lastimosamente ha sido, en este sentido, uno de los mejores alumnos de EE.UU.

Más todavía, el conjunto de los países del Norte ha fomentado los extremismos que ensangrentaron París y más allá: Israel con sus atrocidades encubiertas por sus padrinos occidentales, los talibanes para ayudar a expulsar a los rusos de Afganistán, Al Qaeda para derribar los gobiernos indeseables según Estados Unidos… Hoy estos extremismos siembran terror en la casa de sus amos de ayer porque la violencia y la destrucción traen violencia y destrucción sin límite. Esto desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. 70 años de guerras provocadas… casi 2 generaciones que no han conocido lo que es la paz. Palestina es el más doloroso y vergonzoso ejemplo.

Otra situación que ha facilitado el crecimiento del extremismo islámico es la situación de los árabes en Francia, víctimas de racismo, marginación, humillación, desprecio, persecuciones… Es otro cultivo de la violencia absurda y mortal que lamentamos hoy. Estos combatientes desesperados le pagan y le pegan a Occidente con la misma moneda sangrienta con que les inundaron en su tiempo. “Si crías cuervos, te sacarán los ojos”.

Con razón preguntaba el papa Francisco en su discurso a los eurodiputados de Estrasburgo: Europa, ¿qué has hecho de tu alma, qué has hecho de tu fe, qué has hecho de tus ideales artísticos y humanitarios, qué has hecho de tu espíritu revolucionario, qué has hecho de los derechos humanos…?

Felizmente, una vez más, presenciamos las últimas patadas de este imperio agónico que no tiene otra opción que destruirlo todo en su propia destrucción. Que sepamos descubrir y fomentar nuevas opciones de sociedad, incipientes también en Estados Unidos y Europa, para construir la civilización planetaria del Bien Vivir, porque la energía cósmica del Bien ha de arrasar con la maldad humana.