Pedro Pierre
Para las elecciones en Paraguay, muchos deseábamos que triunfara un
candidato de los sectores populares. La matanza de los campesinos, los
esfuerzos del ex presidente Fernando Lugo, el golpe parlamentario para
destituirlo, las privatizaciones, la entrada de los transgénicos… y
cuántas cosas más no han logrado evitar que los paraguayos continúen el
camino comenzado para lograr un gobierno progresista. Esto significa
también que han sido activas y eficaces las mañoserías de la derecha
política, las manipulaciones de los grandes empresarios, las mentiras de
los grandes medios de comunicación, las ambiciones particulares…
No se revierte en unos pocos años cinco siglos de colonización,
explotación, matanzas, engaños, dominación religiosa… Lo decía Jesús en
su tiempo: “Los mismos que los oprimen se hacen llamar bienhechores”… a
tal punto que los oprimidos terminan asumiéndolo. Es la historia del
pajarito que nació en una jaula: muy difícilmente podrá salir, ya que se
le ha impedido aprender a volar, a ser libre, a elegir su comida.
Termina asumiendo que su aprisionamiento es lo mejor, que no hay más
alternativa, que sus dueños velan por sus derechos, que no es capaz de
gobernarse, que cambiar de situación atrae muchos peligros…
El proceso de cambio de América Latina comenzó a finales del siglo
pasado. En Ecuador, por los años 90, los indígenas han dado un salto
grande que se ha materializado por la inserción del Bien Vivir en la
Constitución de 2008; en Bolivia tienen un presidente indígena; en
México los zapatistas organizan su autonomía; en Guatemala presionan
para que se condene al presidente Ríos Montt, responsable de genocidio;
en Perú luchan contra la minería a gran escala; en Chile reclaman su
autonomía…
En Cuba se mantiene el camino del socialismo. En Venezuela “¡Chávez
vive, la lucha sigue!”, con ciertas dudas de los venezolanos que solo
con 260.000 votos desistieron del regreso a las desgracias del
neoliberalismo.
Pero por todos los países, con el apoyo de imperio del norte, siguen
al acecho los amigos de la explotación neoliberal, los defensores de la
propiedad privada intocable, los traficantes del lucro desmedido, los
promotores de una religión opresora…
Para salir libres y fraternos de la jaula endemoniada, nos hace falta
mirar hacia los héroes y mártires de ayer y de hoy para no desmayar en
el camino que nos han trazado hacia más libertad, organización y
creatividad, donde los cristianos descubrimos la presencia amiga de un
dios liberador.