MONS. GONZALO LOPEZ M.

MONS. GONZALO LOPEZ M.

miércoles, 17 de abril de 2013

Derecha venezolana golpista


Leonardo Vicuña Izquierdo

Nicolás Maduro ganó las elecciones y la derecha presidida por Henrique Capriles,  ultraderechista de “Tradición, Familia y Propiedad”, candidato doble perdedor, lloriquea y grita histérico, sin dignidad no acepta perder con 250.000 votos, e insensato reclama el conteo “voto a voto”; y como el proceso es electrónico, exige que la auditoría sea “manual” y no solo del 54% que ya se hizo, sino del 100%. Qué locura, y como no lo acepta, convoca a la violencia.

¿Qué persigue la derecha llorona? Desestabilizar, crear el caos, generar condiciones para un nuevo golpe de Estado; en suma, corresponderle a la CIA. Por algo afirmó Maduro, “los gringos quieren desatar la guerra del pueblo contra el pueblo”.

El PSUV tiene suficiente experiencia y madurez para resistir la arremetida fascista, a fin de no caer en provocaciones de quienes, como hace 11 años, pretenden arrebatarle el triunfo al pueblo. Los venezolanos, justo hace pocos días, recordaban que la oligarquía en abril del 2002 secuestró al Presidente Chávez y “nombró” a Carmona, poderoso y bobo empresario que jamás había ganado una  elección ni en su casa.

El pueblo en dos días recuperó el poder, mejoró su organización y consolidó un período que duró 14 años. Con el liderazgo inmenso del Comandante, en ese lapso ganaron 17 de 18 elecciones, legitimaron de sobra el proceso. Solo una consulta perdieron con estrecho margen, lo que asumieron para corregir aspectos del proceso que, siendo verdadero, está sujeto a altibajos, avances y retrocesos, que hay  que saber sortear.

Nicolás Maduro, que no es Hugo Chávez, ganó y bien. Sumó la tercera victoria en apenas seis meses; siete millones y medio de hombres y mujeres acudieron a respaldarlo, como lo pedía el Comandante, venerado por su pueblo. De esa manera reiteraban su lealtad y afirmaban la continuidad de la revolución que impulsará nuevos cambios, ajustará  sus tácticas y quehaceres, enfrentando a la derecha golpista y sus hordas fascistas que son agresivas, temerarias; que asesinan, conspiran, quieren volver al pasado inicuo de explotación, saqueo y muerte; de sumisión al imperio yanqui, liquidación de soberanía, entrega del petróleo.

Este es triunfo no sólo de Venezuela y la revolución bolivariana, es de América Latina toda y de los revolucionarios del mundo; de la democracia, soberanía y justicia; a la par es derrota del neoliberalismo y fascismo, de la CIA, empresarios retrógrados, conspiradores  de todo pelaje, financistas de la antipatria y acciones perversas y criminales.

Si bien Maduro no es Chávez, uno y otro aportaron al proceso; Chávez fue invencible, ni la muerte lo derrotó en su pasión por servir y por el cambio; Maduro tiene inmenso potencial de trabajo por su pueblo y la Patria de Bolívar.

Los países de la región y el mundo, con las poquísimas y conocidas excepciones, reconocen la transparencia del proceso electoral. Qué bueno que los gobiernos de Chile y Colombia, al igual que los de Rusia y China, entre tantos, hayan saludado este triunfo democrático.

Estamos con el pueblo que grita eufórico ¡Viva Venezuela! ¡Viva la Revolución Bolivariana!