"En este mundo "globalizado" donde sobrevivimos, de las fuerzas mayores de dominio, una es la comunicación. La hay de infinidad de tipos, orientación e intereses. Resulta ocioso insistir en su poder, ya lo sabemos.
En el caso que comentamos y nos referimos hoy cabe apuntar a su descarnada e inhumana miseria ética y hasta estética. El "famoso" semanario dizque "satírico", no es más que una suma de mediocridades y bajezas de lo peor que tiene la llamada "prensa independiente". La pluma conque las burguesías más retardatarias desahogan los odios que no se atreven a proclamar con su propia firma. Girando como faunos en danza ante su propio excremento, los "periodistas, libres e independientes" del bodrio en cuestión, tienen a la fe de los creyentes como uno de sus objetivos preferidos, de TODOS los creyentes.
Quienes mataron a sus cómplices hace un año son unas bestias sin duda y no representaban al Islam, sino a los poderes demoniacos de la guerra. ¿Se puede matar con un lápiz? SI. ¿Cuántas personas inocentes, hechos no juzgados por la ley, cuántas creencias legítimas, ilusiones o diferencias, han caído y caen en las garras de los "caricaturistas" y deben cargar con el escarnio, la infamia y el dolor en nombre de la "sagrada libertad de expresión"?
En el Ecuador los conocemos muy bien: ofenden, denigran, se burlan cruelmente y ¡ay! del "atrevido" que reclame.
El texto a continuación nos debería relevar de cualquier comentario, pero era preciso hacerlo, precisamente porque algunos... no les tenemos miedo. Equipo de la Iglesia de a pie. "
RD.- "Un año después, el asesino sigue corriendo". La caricatura de Dios armado con un kalashnikov a la espalda es la portada con la que el semanario satírico francés «Charlie Hebdo» reivindica su supervivencia frente al fanatismo religioso en un número especial por el primer aniversario del atentado yihadista contra su redacción, cometido el pasado 7 de enero.
En su editorial, el director Laurent Sourisseau, conocido como «Riss» y uno de los supervivientes del ataque terrorista, señala que en la historia de «Charlie Hebdo» desde su reaparición en 1992 «la muerte siempre ha formado parte del periódico», en primer lugar porque estaba amenazado de desaparición por razones económicas.
Riss denuncia que desde que publicaron las famosas caricaturas del profeta Mahoma en 2006, «muchos esperaban que nos mataran», y en ese grupo incluye a «fanáticos embrutecidos por el Corán», pero también de otras religiones que «nos deseaban el infierno en el que creen por habernos atrevido a reírnos de la religión».
También -añade- algunos «intelectuales amargados» o «periodistas envidiosos»: «Ese atajo de locos y de cobardes quería nuestra muerte».
El director recuerda que en 2011 sufrieron un primer atentado, cuando fueron incendiados sus locales en un momento en que estaban vacíos, lo que llevó a la policía a darles protección.
Una protección que el mismo Riss reconoce que consideraba que no hacía falta un mes antes del ataque de enero de 2015: "las historias de las caricaturas era pasado. Pero la religión desconoce el tiempo. No cuenta en años o en siglos porque sólo cuenta la Eternidad".
«Un creyente -razona-, sobre todo fanático, no olvida nunca la afrenta a su fe porque tiene por detrás y por delante la Eternidad. Es lo que habíamos olvidado en 'Charlie'. La Eternidad nos cayó como un rayo ese miércoles 7 de enero».
Riss justifica la continuidad de la publicación después del atentado precisamente porque «todo lo que hemos vivido desde hace 23 años nos da la rabia» para continuar.
«Nunca hemos tenido -añade- tantas ganas de romper la cara a los que han soñado con nuestra desaparición. No serán unos gilipollas encapuchados los que van a echar por tierra el trabajo de nuestras vidas y todos los momentos formidables que vivimos con los que murieron. No serán ellos los que verán palmar a 'Charlie'. Es 'Charlie' el que los verá palmar».
Su conclusión es que «las convicciones de los ateos y de los laicos pueden mover todavía más montañas que la fe de los creyentes».
Su número especial de esta semana sacará a la venta cerca de un millón de ejemplares con 32 páginas, en lugar de las 16 habituales, con ilustraciones de los dibujantes asesinados el 7 de enero pasado pero también de los actuales, así como mensajes de apoyo de personalidades.
Entre esas personalidades están las actrices Isabelle Adjani, Juliette Binoche o Charlotte Gainsbourg, intelectuales como Talisma Nasreen, o músicos como Ibrahim Maalouf, además de la ministra francesa de Cultura, Fleur Pellerin.