Padre Pedro Pierre
Acabo de recibir respuesta de una carta que envié a un amigo sacerdote de Venezuela para que me confirme la situación de su país, en particular a propósito de dos tomas de posición: la de la Conferencia Episcopal Venezolana -con la que se ha solidarizado la Conferencia Episcopal Ecuatoriana- y la de los religiosos venezolanos, criticando al presidente Maduro.
Escribía a mi amigo que “había notado que los obispos venezolanos eran mayoritariamente favorables a los sectores ricos del país… No me parece justo descalificar a un presidente legítimamente elegido que busca defender a su pueblo. Tampoco me parece justo dar a entender que quien no quiere dialogar es el mismo Gobierno cuando la realidad es todo lo contrario… (tal como lo confirma un reciente comentario del papa Francisco). Los medios de comunicación bien poco hablan de Brasil y Argentina, donde la situación es igual o peor… Los grupos económicos venezolanos están provocando una escasez deliberada de alimentos para desprestigiar y hacer caer el gobierno de Maduro y ponerse en su lugar… Armar a grupos de ciudadanos para defenderse es otro derecho contra posibles ataques armados de la derecha… El reciente apoyo de un millón de personas en una manifestación a favor de Maduro no es poca cosa…”.
He aquí la respuesta de mi amigo: “Pienso que tu visión de la situación de Venezuela está fiel a la realidad… Venezuela tiene petróleo, oro, metales raros, etc., que deben volverse a disposición del imperio, y tiene que ‘pagar’ además el liderazgo de Chávez y su papel en América Latina, para que se vuelva sumisa a estos mismos intereses… No les importa el pueblo para nada ni lo que tiene que sufrir…
La Iglesia venezolana es más derechista que todas: llamó a la desobediencia civil, pero nadie le hizo caso… ni la oposición… (X…) es el sacerdote venezolano que da la cara y denuncia que los obispos hacen declaraciones políticas y no pastorales, con toda razón… Sí, creo que el diálogo es la única solución para no más violencia y evitar una intervención extranjera que llevaría a la guerra civil.
A pesar de los errores de Maduro, la gente quiere que siga gobernando, según las encuestas venezolanas, en 57%: ver Hinterlaces, en internet.
La violencia es de la oposición, aunque hace creer con los medios internacionales de comunicación que es lo contrario y que la situación del país es desastrosa, etc. En los barrios populares donde vivo no he visto ni manifestaciones ni barricadas ni saqueos… Esto no quita que el descontento y los problemas son muy grandes y apremiantes…
Las acciones violentas son de grupos reducidos en distintas ciudades del país y siempre en sitios o urbanizaciones de la clase alta y media. Los sectores populares no han ‘bajado de los cerros’, como se dice en Caracas. Podrás leer en Últimas Noticias de Venezuela en fecha de hoy (1 de mayo) el artículo de J.V. Rangel”.
Reflexión final: ¿No quieren Lasso y compañía crear en Ecuador el mismo caos que la derecha venezolana cuando dicen ‘gobernaremos desde la oposición’? Estemos atentos.