Padre Pedro Pierre
Nuevo gobierno, nuevas oportunidades, sabiendo que el mayor esfuerzo depende de nosotros, todos los ecuatorianos. No estamos en un país dividido de 48% contra 52%, porque en este cálculo olvidamos de contar a los que no votaron (el 18%) y a los que votaron nulo y blanco (el 12%). Somos un país diverso, pero no enfrentado.
Ecuador somos todas y todos los ecuatorianos y haremos del país lo que queremos que sea. Es a través del diálogo y la organización que podremos lograr los que queremos. Eso quiere decir que primero debemos saber qué país queremos, qué economía queremos, qué participación política queremos, qué cultura del Bien vivir queremos.
Por esta razón deberíamos ponernos unas prioridades. Dos de ellas bien podrían ser la información y la formación. ¿Con qué criterios elegimos nuestros medios de información? Estamos acostumbrados a mirar cualquier información, cualquier canal de televisión, cualquier periódico. ¿Nos hemos preguntado alguna vez quiénes son los responsables de estos medios de información y a qué intereses responden? ¿Sabemos cuáles son los medios que representan y defienden a los sectores populares? Estas últimas elecciones nos han permitido ver más claramente quiénes nos manipulan.
Al emprender una nueva etapa política, debemos fijarnos alguna meta sencilla: ¿qué voy a aportar al bien vivir y convivir de Ecuador como persona, como familia, como joven, como mujer, como cristiano, como profesional… y, sobre todo, con quiénes me voy a unir y organizar para alcanzarlo mejor? Desorganizados, nos quedamos en lamentos y críticas que no van más allá de nuestros problemas individuales. Desorganizados, no avanzan nuestros sueños ni nuestros propósitos. Desorganizados, nos quedamos amargados e ineficaces.
En Quito, un grupo significativo de jóvenes ha decidido formar una organización política para compartir inquietudes, conocer mejor el ámbito político y económico, capacitarse para entender mejor la realidad nacional e internacional, dar a conocer sus propuestas y ser mejor escuchados. Ojalá se multipliquen estos grupos de jóvenes, de adultos, de moradores, de cristianos que desean aportar su parte a la construcción de un Ecuador mejor.
Para los cristianos es bueno recordar frases que no envejecen, como, por ejemplo, las del papa Pablo 6° después del Sínodo de 1975: “La Iglesia tiene el deber de anunciar la liberación de millones de seres humanos…, el deber de ayudar a que nazca esta liberación, de dar testimonio de la misma, de hacer que sea total. Todo esto no es extraño a la evangelización”.
En su reunión de Aparecida en Brasil (2007) proclamaron nuestros obispos latinoamericanos: “Los cristianos son hombres de la Iglesia en el corazón del mundo, y hombres del mundo en el corazón de la Iglesia. Su misión propia y específica se realiza en el mundo, de tal modo que con su testimonio y su actividad contribuyan a la transformación de las realidades y la creación de estructuras justas según los criterios del Evangelio”.
A trabajar mancomunadamente, hombro con hombro.