MONS. GONZALO LOPEZ M.

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lunes, 28 de julio de 2014

Palestina, víctima de exterminio genocida


Gustavo Pérez Ramírez

Un vistazo a la evolución del mapa de Palestina desde 1946 evidencia que es víctima de exterminio genocida con la pérdida progresiva de su territorio. Desde la creación del Estado de Israel en 1947, Palestina perdió de un tajo el 55% de su territorio, que va decreciendo por sucesivas invasiones militares. En la guerra de 1947-49, Israel invadió nuevos territorios, y a consecuencia de la de los Seis Días en 1967, anexó 23% de Cisjordania, Gaza y el este de Jerusalén. La reciente ocupación militar de la Franja de Gaza consolidará la invasión de ese territorio. Ya se prevé la desaparición total de Palestina.

Israel no cesa de destruir viviendas, escuelas, hospitales, ambulancias palestinos; construye asentamientos fortificados y va diezmando la población; está acabando con niños y mujeres, que constituyen la mayoría de los muertos. Los desplazados aumentan a decenas de miles. Es claro que Israel pretende aniquilar a los palestinos.

Esto explica por qué incumple obstinadamente la Resolución 242 de la ONU que ordena que se retire de las tierras ocupadas.

La posición del presidente Barack Obama, es de “rotundo apoyo al derecho de Israel a defenderse”, desconociendo que Palestina es víctima de ocupación militar, no el agresor, y que desde el Parlamento israelí se amenaza con el exterminio genocida: Ayelet Shaked, miembro del Partido Hogar Judío, agrupación política de derecha religiosa sionista, ha dicho que “todas las madres de los palestinos deben ser asesinadas durante el asalto israelí sobre la sitiada Franja de Gaza, porque dan a luz a pequeñas serpientes”.

Los premios Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel y Rigoberta Menchú han lanzado un llamado a los gobiernos que expresan su solidaridad con el pueblo palestino en Gaza, “a que comiencen por cortar relaciones militares con Israel. Los palestinos necesitan hoy una solidaridad eficaz y no caridad”.

Es la posición que deseamos que adopten Unasur, con su nuevo secretario, y -sin demora- los países de la Alba, como reacción inmediata al nuevo zarpazo sionista contra Palestina.

Es hora de que Ecuador proclame a los cuatro vientos la doctrina del gran Mariscal de Ayacucho, que estipula que “la victoria no concede privilegios”. Con el Tratado de Armisticio y de Regularización de la Guerra, Sucre se adelantó décadas a la creación del Comité Internacional Cruz Roja y a los Tratados de Ginebra, y echó las bases para el nacimiento del Derecho Internacional Humanitario, violado cruel y cínicamente por un imparable gobierno israelí.