Por regla
general, no es saludable ni física, moral y espiritualmente, responder a las
infamias que los mafiosos relajan. Pero hay veces que se hace inevitable
hacerlo en defensa de la verdad. Y este es uno de esos casos.
El odio
que caracteriza a los fascistas de: tradicion.familia.propiedad: heraldos del
pedofilo Cla; o-PUS dei; carismaticos; "comunion y liberacion";
legionarios de Marcial Maciel...otro Cla y demás, ese odio que es su norma de
sobrevivencia los enceguece y con ello se descubren tal cual son.
Con las
debidas disculpas por la contaminación que implica este tipo de contenidos, reproducimos
sus insultos sobre lo que sucede en Venezuela. Lo hacemos con el único objetivo
de EVIDENCIAR A ESTOS MAMMONITAS CON SUS PROPIAS EXPRESIONES. Y lógicamente
llamar la atención a los cristianos, católicos, autoridades civiles e incluso eclesiásticas,
sobre la real catadura de este grupo de neo.nazis. Hay que recordar que
tradicion.familia.propiedad y sus íncubos satánicos, no tienen personería jurídica
en el Ecuador.
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Venezuela: un circo… dictatorial (TEXTUAL DEL BLOG HERALDO)
Pues eso es lo que hemos visto estos días en Venezuela con lo sucedido en torno de la muerte del que fuera su presidente (en su cuarto mandato no asumido), el golpista Hugo Chávez.
Chávez y/o el llamado “gobierno bolivariano”, después de engañar al pueblo presentando un candidato enfermo con un cáncer mortal que lo llevaría a la tumba tan solo menos de cuatro meses después de la elección, después de ocultar todo sobre su enfermedad en un hermetismo antidemocrático y de difundir falsas fotografías donde se le veía saludable y sonriente con sus hijas en Cuba -cuando en realidad estaba en las últimas; después de todo esa desconsideración para con los venezolanos y el mundo, hay ahora quienes denuncian algo que no parece tan inverosímil: el cuerpo de Hugo Chávez no estaba en el ataúd durante el cortejo fúnebre, mientras seguidores enardecidos le acompañaban llorando, gritando y desmayándose. El féretro estaba vacío o había dentro un muñeco. Después del paseo por las calles de Caracas, traído su cadáver desde Cuba y colocado en el cajón en el sótano del Colegio Militar, fue abierto y mostrado para los funerales.
Lo que está sucediendo es dantesco. ¿Hay que reír o llorar?
No se nos dice clara y definitivamente si Hugo Chávez murió en Venezuela o en Cuba, si murió de cáncer, de infarto o de envenenamiento. O de todo eso a la vez. Parece que sus últimas palabras habrían sido, muy explicablemente, “No quiero morir, no me dejen morir”. Pero sus seguidores afirman que no ha muerto. El pueblo chavista grita “yo soy Chávez” y la senadora Piedad Córdoba “hay millones de Chávez”. Rafael Correa de Ecuador: “Seguirá más vivo que nunca”; Cristina K: “hombres como él no mueren”; Raúl Castro: “Invicto, invencible y victorioso”; Ahmadineyad, el musulmán de Irán: “Chávez es un plan para salvar a la humanidad y resucitará como Jesucristo”.
Más realistas, pero no menos pretensiosos, fueron Pepe Mujica: “fue como un padre”, Lugo, el ex obispo inmoral de Paraguay: “Padre de la soberanía de América Latina”, Daniel Ortega: “hizo realidad el sueño de Bolivar”, el infaltable Evo Morales, especialista en metidas de pata: “el imperio envenenó a Hugo Chávez”… y así otros. El delfín Maduro, por su parte, anunció que “será embalsamado para ser expuesto eternamente”, pese a que para Hugo Chávez embalsamar y exhibir cuerpos “es macabro”, así lo declaró en 2009, lo que fue oportunamente publicado. El actor dramaturgo venezolano Pablovsky declaró “vivirás siempre como el Che y Evita”, y el pastor Jesse Jackson dijo en su prédica: “Estamos aquí porque Hugo Chávez vive”.
En nuestro medio, Radio Sucumbíos se apresuró a publicar la noticia luctuosa de la muerte de Chávez y reprodujo otra declaración de Maduro: “Los que mueren por la vida no pueden llamarse muertos, y a partir de ahora queda prohibido llorarle”. ¡Prohibido llorar!
En la Academia militar de Caracas, Maduro declaro que el difunto es “un Cristo de los pobres de esta tierra”. Y hubo hasta un sacerdote venezolano isamita (Pablo Urquiaga), que, parafraseando la Sagrada Escritura y comparando a Hugo Chávez con Jesucristo, escribió: “Dios mío, Dios mío, porque lo has abandonado”, “Chávez es un profeta y un mártir”.
En sus funerales, fueron protagonistas políticos, artistas, cantores, atletas, indígenas, jefes de estado (en funciones o depuestos)… tutti frutti. Lástima que la nota auténticamente religiosa fue esperada en vano. Por otro lado, el personaje más ovacionado en los funerales fue el presidente de Irán. El más abucheado: el Príncipe de Asturias.
Pero lo más inquietante es que este circo toma aires de dictadura: Maduro se autoproclamó sucesor de Chávez, pese a que la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela señala que quien asume la presidencia del país ante la "falta absoluta" del mandatario en funciones será el presidente de la Asamblea Nacional, a cargo del ex general Diosdado Cabello. Pero la constitución no cuenta, cuenta la voluntad del “comandante supremo bolivariano”. Además, Nicolás Maduro –que no terminó su enseñanza secundaria y tiene por profesión ser chofer de autobús- es investido como “presidente encargado” (!?) y nombra como su vicepresidente a un yerno de Chávez, Jorge Arreaza. ¿Democracia o nepotismo partidocrático?
¡Qué muerte rodeada tantos fraudes y de tantas mentiras!
Hay que decir que todas esas lágrimas de cocodrilo de presidentes y de gente sencilla, se explican por el petróleo, del cuál Venezuela es pródiga y con el que logra la supervivencia de gobiernos aliados en dificultad que han fracasado económicamente con su socialismo del siglo XXI. Y, claro, se ha dado también alguna ayuda a pobres y necesitados; ¿para qué sirve el petróleo y el dinero sino para eso?
Pese a todo, el deseo de toda persona cristiana es que el presidente Chávez descanse en paz.
Él, que tanto criticó al Papa, al Cardenal de Caracas y a los Obispos de Venezuela, tuvo derecho a una Misa muy solemne en la ciudad eterna: El Cardenal Urosa, estando en Roma para participar del cónclave, celebró un funeral por Chávez en una basílica romana ¡pero al cual no fue casi nadie! Eran treinta sacerdotes en el altar mientras el templo estaba sin fieles… pero con varios periodistas.
"Me impresiona la muerte de Chávez y me identifico con el dolor de mis compatriotas, pero me doy cuenta de que nuestra religión, la católica, nada tiene que ver con estas manifestaciones de histeria y de culto pagano con que el régimen pretende inmortalizar al presidente", declaraba uno de los clérigos a cambio del anonimato.
Mientras en Roma se preparan, con toda la gravedad y la pompa que ameritan, la elección y la proclamación del esperado nuevo Papa, un manto circense de histeria y paganismo cubrió estos días a la nación venezolana que va hundiéndose cada vez más en una vulgar dictadura, siguiendo las sendas de un muerto que nos dicen “inmortal”.
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"No
mancha al hombre lo que entra por su boca, sino lo que sale de su corazón"
decía Jesús el Amor a quien seguimos. Aquí están estos de cuerpo entero.
