MONS. GONZALO LOPEZ M.

MONS. GONZALO LOPEZ M.

jueves, 14 de marzo de 2013

“ ¡ DÉMOSLE A DIOS UNA ESPERANZA ! ”





Comentarios sobre la elección del papa Francisco 1°


Miércoles 13 de marzo. PR.

1.   El hecho de que se haya elegido a un latinoamericano demuestra que los cardenales (a lo menos una parte significativa) habrían tomado conciencia que:
-          El ‘centro’ de la Iglesia se ha desplazado en Latinoamérica y
-          Que hay que poner orden (evangélico y conciliar) en la casa vaticana.
2.   Su nombre es de origen italiano. También se sabe que los argentinos se consideran más ‘europeos’ que latinoamericanos, creyendo que son algo superiores a los de las demás naciones: los argentinos ¡“descienden’… del barco! Y los demás pueblos de los Indígenas.
3.   Me es totalmente desconocido… Eso quiere decir que no camina con las CEBs ni con la Teología de la liberación. ¿Cómo va a poder sustituir el Derecho canónico por el Evangelio y el Catecismo católico por el magisterio latinoamericano de las Conferencias Episcopales Latinoamericanas? Felizmente en Argentina hay una Iglesia de los Pobres bastante activa. A ver lo qué dicen las y los compañeros/as de base de Argentina, donde los obispos en general fueron muy cercanos a las cruentas dictaduras.
4.   Pertenecía a la congregación de los jesuitas. Se puede pensar que conoce algo o mucho de la realidad eclesial y social tanto latinoamericana (las reuniones del CELAM) y vaticana como mundial.
5.   Esta elección me hace pensar en la del presidente norteamericano Barak Obama: dar la impresión de cambiar para seguir igual o peor.
-          Las noticias nos han mostrado y los hechos lo demuestran que las mafias del Vaticano (opus dei, heraldos, comunión y liberación…), de las nunciaturas, de los movimientos tradicionalistas son muy fuertes por todas partes. Gracias al apoyo incondicional de los 2 papas anteriores, han tenido a sus anchas tiempo, dinero y poder para manipularlo todo y cerrar las puertas que no llevaban para ellos a más privilegios, continuidad y poder.
-          No hay signos fuertes de cambios significativos: el viento se lleva las palabras y las buenas intenciones. Por ejemplo ni el papa anterior ni el nuevo se vistieron más sencillo para despedirse o presentarse, ni el cónclave modificó su organización medieval.
-          Sus primeras palabras son algo novedosas y no tan convencionales pero sigue el ‘vosotros’, el latín, el saludo a Benedicto su ‘vecino de cuarto’… Los silencios u ausencias son numerosos: No mencionó el nombre de Jesús ni del Reino; tampoco hubo referencia al Concilio que quiso una ‘Iglesia servidora y pobre’, ni a los pobres cuya opción es la característica de la Iglesia latinoamericana (ver comentarios personales).
6.   Francisco es un nombre llamativo. ¿Llevará al papa a seguir el ejemplo y las opciones de san Francisco de Asís que tanto hacen falta en la Iglesia? Del uno al otro hay mucho trecho si no se es capaz de dar la vida para esto.

Conclusiones
1.   Como en todas partes, los cambios vienen de las bases.
-          Este cambio ha comenzado más decididamente con el Concilio Vaticano 2° y es la Iglesia de América Latina la que más en práctica ha puesto las orientaciones del Concilio.
-          Hay que revertir mucho de lo que han hecho los 2 últimos papas contra el Concilio y Juan 23, las CEBs, la Iglesia de los Pobres, la Teología de la Liberación, el Ecumenismo, el Pluralismo religioso…
-          La descentralización del Vaticano y la participación de la mujer en la Iglesia son los mayores desafíos para dar poder de decisión a los/as laicos/as y a las Conferencias Episcopales continentales. Los nuncios deben desaparecer.
2.   Las iniciativas, protestaciones, presiones y propuestas tienen que surgir numerosas y frontales a todos los niveles (parroquias, diócesis, conferencias episcopales, nunciaturas y Vaticano) desde los grupos y las comunidades organizadas desde las bases y los sectores populares para continuar la construcción del Reino inaugurado por Jesús.
3.   “Démosle a Dios una esperanza”
Dios ha puesto la construcción de su Reino en nuestras manos individual y colectivamente. No hay que pedir al Espíritu Santo lo que nos toca hacer nosotros: eso es tomar el nombre de Dios en vano.

Deseo de todo corazón estar equivocado sobre mi poco optimismo para cambios significativos que tanto se necesitan. Que nuestros mejores sueños se vayan realizando poco a poco, estando dispuestos a pagar el precio correspondiente. ¡Ánimo para el camino que estamos abriendo para que “toda la Iglesia sea la Iglesia de los pobres” (Juan 23).

P.Pierre