MONS. GONZALO LOPEZ M.

MONS. GONZALO LOPEZ M.

lunes, 28 de enero de 2013

QUE SEAN UNO

El ecumenismo cobro fuerza a raíz de la convocatoria que en el año 1962, el Papa Juan XXIII, dotado de virtudes evangélicas, especialmente de la humildad, e inspirado por el espíritu de Dios, convoco al Concilio Ecuménico II, a los creyentes y fieles de la Iglesia Católica y a los miembro creyentes de otras iglesias históricas y también a los no creyentes, a participar en esta gran asamblea universal, para dialogar, reflexionar, debatir, sobre EL CAMINO DE LA UNIDAD, la solidaridad, los signos de los tiempos de la época moderna.
 
La característica del Concilio Vaticano II, fue ser una asamblea abierta, amplia, no dogmatica, en la cual participaron miembros  representativos de otras iglesias, dirigentes de estados no creyentes, observadores, laicos, pastores, mujeres, y otros.
 
La aplicación de este objetivo es una debilidad, que ha fallado, porque una cosa es la declaración triunfalista, y otra es la realidad en que se debate la unidad de los cristianos.
 
Por ejemplo, tratando de aplicar el principio de la unidad en las bases, se organizo en la ciudad de Quito, Ecuador, el grupo de la Fraternidad, en donde participaron líderes de las iglesias existentes en la ciudad, se convocaban para desayunar y hablar del tema de la unidad, y planificar actividades  pertinentes, no pude juzgar si este grupo avanzo o se estanco, porque el momento en que opte por el matrimonio, se rompió la unidad con mi persona y ya no me invitaron.
 
De igual manera, participe en la fundación de la Universidad Cristiana Latinoamericana, junto con pastores de la ciudad., con el objeto de llevar a la práctica esta misión, pero constate que en el ámbito académico también hubo marginación. Entonces caí en la cuenta que la unidad de los cristianos queríamos hacerlo a nivel de los líderes de las Iglesias, cuando la enseñanza de Nuestro Maestro Jesús se encuentra en el sermón de la montaña, junto a la gente que le seguía.
 
Entonces el ecumenismo debe volver a las bases, a las comunidades, a los grupos, mediante la evangelización constante, porque desde allí empiezan los verdaderos cambios y las transformaciones sociales y espirituales. Siguiendo el ejemplo de humildad y sencillez de nuestro maestro Jesús, sin actitudes de poder y gloria.
 
Es doloroso contar que en la iglesia católica, apostólica, romana, la unidad, la fraternidad, la maternidad, se ha quedado en el camino de Emaús, porque a los presbíteros casados se nos ha marginado y se nos da un trato especial de alejamiento, actitudes contrarias al evangelio.
 
De igual manera se margina a quienes realizan una evangelización liberadora de las esclavitudes de dominación, a las comunidades eclesiales de base, a los grupos de liberación, a quienes quieren servir a las comunidades desinteresadamente.
 
No olvidemos que el anhelo de Jesús antes de irse de este mundo fue  QUE SEAN UNO
 
MARIO MULLO SANDOVAL
Quito, 23 de Enero 2013