Padre Pedro Pierre
Globalmente las cosas no se van a arreglar; más bien van a empeorar. El sistema capitalista que domina el mundo nos lleva irremediablemente a la catástrofe. Este sistema siempre ha crecido al saqueo de la naturaleza y la explotación de las personas. Y lo sigue haciendo inexorablemente. Al nivel de la naturaleza vemos las catástrofes por doquier más frecuentes y más fuertes. En cuanto a los pueblos que quieren zafarse de este sistema, la realidad es la dominación, patente en Venezuela y el Medio Oriente.
Para el sistema capitalista, el desempleo no es un problema, sino una manera de abaratar los salarios. Ni tampoco las migraciones que desestabilizan Europa: más bien crean un problema que distrae a los europeos. Lo vemos en Francia, en Inglaterra: ganan los partidos de derecha, felices con un capitalismo mejor asentado y pujante.
¿Hasta cuándo? Hasta que los pueblos, los jóvenes, los pobres más numerosos por todas partes, los explotados tomen conciencia de que son ellos quienes tienen que sustituir el sistema capitalista. Es cierto que ahora hay más resistencias a este sistema: se lo analiza, se lo califica de mortífero, se lo condena con palabras muy duras como en caso del papa Francisco.
Pero mientras no ponemos en marcha otra manera de vivir individual, colectiva y nacionalmente, el sistema capitalista seguirá riéndose de nosotros y nos seguirá chupando la vida y la sangre. Así van naciendo alternativas de una manera de vivir que cuida de las personas y de la naturaleza. Muchos de nosotros tratamos de comer de una manera más sana, de cuidar el medio ambiente y nuestro entorno, hacemos compras colectivas, siembras comunitarias, comercio equitativo, abono natural… Participamos en actividades ciudadanas para conocer nuestros derechos y hacerlos respetar. Nos integramos a organizaciones que organizan una convivencia más armoniosa. Las últimas elecciones han demostrado que no se podía votar a la ligera, que se debía conocer a los partidos y sus representantes, que no se podía elegir quiénes ponen primeros el dinero adquirido a toda costa y el consumismo desenfrenado.
La antropóloga brasileña Moema Miranda, que es laica franciscana, reflexiona sobre la Amazonía y sus pueblos y afirma que “el sistema capitalista es incompatible con la supervivencia de la vida humana en el planeta”. Un escritor uruguayo estadounidense dice que “el capitalismo es el único sistema que ha puesto a la especie humana al borde de la catástrofe global. No se puede eliminarlo hasta que sea reemplazado por otro sistema. Eso en caso de que quede planeta o humanidad”.
En su tiempo, la poetisa Gabriela Mistral advertía: “Enseña el sueño de Bolívar… No seas un ebrio de Europa, un embriagado de lo lejano, por lejano y extraño, y además, caduco de hermosa caduquez fatal”. El 25 de julio se celebró el Día internacional de las Mujeres Afrolatinoamericanas, Afrocaribeñas y de la Diáspora; su lema era: ‘Afrodescendencias y propuestas contra-hegemónicas’. Aportemos nuestro granito de arena porque el futuro se construye ahora.
