Luis Miguel Modino
Corresponsal en Brasil
Religión Digital.- La Iglesia de São Félix do Araguaia, con su obispo Monseñor Adriano Ciocca Vasino y el obispo emérito Monseñor Pedro Casaldáliga, han denunciado con vehemencia el asesinato de al menos diez campesinos, inclusive niños, perpetrado este último jueves, 20 de abril, en el municipio de Colniza, estado de Mato Grosso, el mismo donde ha vivido durante casi cincuenta años el obispo Casaldáliga, quien nunca dudó en asumir las causas de los más pobres, principalmente indígenas y campesinos sin tierra.
Se trata de un nuevo episodio de violencia contra los más pobres en un país en el que el Gobierno Temer ha decidido asumir "una posición de guerra contra los pobres", lo que ha hecho que se viva en un "clima de Tierra sin ley, una verdadera guerra civil en nuestro país".
La situación por la que pasa Brasil es cada vez más preocupante y las voces contra ese clima en el que el país vive resuenan cada vez con más fuerza, especialmente por parte de la Iglesia Católica. Cada día se repiten episodios que sólo pretenden masacrar a los más pobres y establecer un clima de impunidad que permita acabar con quien todavía luchan por la defensa de los derechos humanos.
La región de Mato Grosso ha sido una zona que tradicionalmente se ha visto sacudida por conflictos en el campo, lo que por el momento no parece tener una solución a corto plazo ante la impunidad existente, "fruto de la omisión de los órganos públicos".
En la nota, los agentes de la Prelatura de São Félix, claman "justicia y que los autores de esos crímenes sean procesados y castigados". Al mismo tiempo quieren continuar creyendo en que nada "robará los sueños y esperanzas del pueblo. Y jamás callará la voz de las comunidades que luchan".
En Mato Grosso del campo brota sangre
La Prelatura de São Félix do Araguaia, en reunión con sus agentes de pastoral, su obispo Monseñor Adriano Ciocca Vasino y el obispo emérito Monseñor Pedro Casaldáliga, en la ciudad de São Félix do Araguaia - MT, manifiesta su dolor, indignación y solidaridad con las familias asesinadas en la Gleba Taraquaruçu, municipio de Colniza - MT, el día 20 de abril.
Esta masacre tiene lugar en un momento histórico de usurpación del poder político a través de un golpe de estado institucional, con graves avances en la pérdida de derechos fundamentales para el pueblo brasileño que pone el gobierno del actual presidente Temer en una posición de guerra contra los pobres, lo que se refleja de forma concreta en los proyectos, como las Medidas Provisorias 215 y 759, que violan derechos de los pueblos del campo y comunidades tradicionales, como también en el aumento irritante del escenario de violaciones contra las/os defensores de los derechos humanos. Diversos políticos exponen abiertamente sus discursos de odio e incitación a la violencia contra las comunidades que luchan por sus derechos. Vivimos en un clima de "Tierra sin ley", una verdadera guerra civil en nuestro país.
Como consecuencia, el año 2016 fue el más violento de los últimos 13 años, apuntando para una perspectiva desoladora en el campo. Y esta situación de Colniza, donde asesinaron inclusive niños, nos pone delante de los objetivos de los ruralistas que no tienen ningún temor para conseguir las tierras que buscan.
Las familias de los agricultores de la Gleba Taraquaruçu vienen sufriendo con la violencia desde el año 2004. En este periodo, en decisión judicial, la Cooperativa Agrícola de Producción Roosevelt consiguió la reintegración de la propiedad concedida por el Juez de Derecho de la comarca de Colniza, como fue anunciado en la Nota de la Comisión Pastoral de la Tierra, del 20 de abril de este año. En 2007, al menos 10 trabajadores fueron víctimas de torturas y cárcel privada y, en este mismo año, tres agricultores fueron asesinados.
¿Como están, en este momento, las familias que viven en Colniza? El municipio ya fue considerado el más violento del país. Sabemos que en la región existen otros conflictos de extrema gravedad, como el de la hacienda Magali, desde el año 2000, y el conflicto en la Gleba Terra Roxa, desde el año 2004. La población teme que otras masacres puedan tener lugar.
Clamamos justicia y que los autores de esos crímenes sean procesados y castigados. La consecuente impunidad en el campo, fruto de la omisión de los órganos públicos, perpetúa la violencia.
En la semana en que lamentamos la masacre de Eldorado dos Carajás, ocurrido el 17 de abril de 1997, que mató 19 luchadoras y luchadores del pueblo, somos sorprendidos por otra masacre en el campo, que quiere amedrentar, callar las voces y someter la dignidad del pueblo brasileño.
Estamos seguros que la masacre ocurrida jamás robará los sueños y esperanzas del pueblo. Y jamás callará la voz de las comunidades que luchan.
¡La sangre de los mártires será siempre semilla de JUSTICIA y VIDA!
São Félix do Araguaia, 21 de abril de 2017