MONS. GONZALO LOPEZ M.

MONS. GONZALO LOPEZ M.

jueves, 25 de septiembre de 2014

3 caminos para cuidar el medio ambiente

 

Pedro Pierre 

pedro.pierre@telegrafo.com.ec

He aquí tres caminos sencillos para preservar y favorecer la vida de la naturaleza. Se trata de cumplir con las tres R: reutilizar, reciclar y reducir. La contaminación no es solo por la culpa de las grandes empresas -que sí contaminan, y bastante-, sino también por el descuido, la ignorancia y la irresponsabilidad nuestra. Muchos turistas están sorprendidos por la cantidad de desechos botados por todas partes, en particular en las calles, las veredas y las carreteras: "¡Qué país tan lindo y tan sucio!". ¿No será por todo esto que tanto nos enfermamos y prolifera mortífero y sin descanso el cáncer entre nosotros? Empecemos una campaña de cuidado del medio ambiente desde nuestra casa y nuestros propios esfuerzos.
Primera consigna: Reutilizar, a fin de no caer de lleno en el vicio del consumismo. La propaganda repetida sin discontinuar durante semanas, meses y años nos ha metido en la cabeza que, para ser felices, hay que comprar mucho, gastar sin parar y botar sin reparo. En nuestra casa muchas veces se amontonan cosas buenas que dejamos tiradas porque 'ya pasaron de moda' y hemos entrado en 'otra onda'… Estas cosas buenas todavía terminan al tacho de la basura. Cuántas cosas podríamos fácilmente reutilizar si no nos dejáramos llenar de falsas ilusiones que se llevan nuestra plata.
Segunda consigna: Reciclar, es decir, dar a las cosas un nuevo ciclo de vida. Los grandes almacenes han comprendido muy bien los métodos para vender siempre más y más mercadería: esta tiene que aparecer o reaparecer como nueva y novedosa. Miremos los carros: desde su invento los motores son fundamentalmente los mismos… pero las carrocerías sí que han cambiado, y siguen cambiando. Envuelven lo viejo de siempre con lo nuevo que nos envuelve a nosotros. Pensamos que un aparato un poco 'viejo' ya no vale y lo arrinconamos hasta que va al tacho de la basura. Reaccionemos. Seamos creativos para dar nueva vida a cuantas prendas y cuantos aparatos se amontonan en nuestros muebles y sobre nuestros armarios. Eso es reciclar.
Última consigna: Reducir. Tal vez eso sea lo más importante, porque demuestra que estamos viviendo de otra manera. Se entiende que necesitamos un mínimo de cosas y de dinero para vivir dignamente. Pero, cuántas cosas inútiles y hasta dañinas compramos sin mayor razón. La vida sencilla ha pasado a ser una virtud olvidada, cuando nos da libertad y voluntad para dedicarnos a actividades que nos humanizan y nos confraternizan. ¿Cuántos libros leemos? ¿Qué tiempos dedicamos a la cultura? ¿Por qué utilizamos tan pocos momentos para encontrarnos, escucharnos, reunirnos, organizarnos y arreglar juntos nuestro entorno?
El tiempo es nuestro para gozarlo inteligentemente y no desgastarlo en actividades vanas y deshumanizantes. A más sabiduría nos invita el libro bíblico de los Proverbios: "A los tontos les perderá su porfía y a los irresponsables su propia dejación. Pero el que me escucha dormirá en paz, no tendrá que temer la desgracia".