Padre Pedro Pierre
El juicio penal a Jorge Glas no deja de sorprender por todas las acusaciones que publican los medios de comunicación comerciales: Glas aparece como culpable a pesar de que no aparece ninguna prueba física de la corrupción por la que se lo acusa. Un juicio penal tiene por lo menos 7 pasos para que haya condenación firme, entre ellos: denuncia, investigación, acusación con pruebas físicas, condenación formal, apelación del condenado y confirmación de la condena.
No hemos llegado ni a la mitad del proceso penal y ya se lo apresó y se lo está presentando como condenado. Qué asco y vergüenza dan esta situación en un país que se pensaba que había superado estas oscuras épocas.
Por eso hago mía la carta que un amigo dirigió a Jorge Glas, carta aprobada ya por un cierto número de personas y grupos que nos preocupamos por los destinos de nuestro país:
“Le escribo estas líneas para expresarle mi admiración por su valentía y nobleza manifestada durante este período tan duro y difícil para usted y su familia.
Su firme actitud, sin duda, ha logrado frenar temporalmente el accionar de poderosas fuerzas oscuras, campeonas de la intriga, la falsedad y la difamación. Permítame decirle que creo en usted, no en los fiscales y jueces. Creo en usted, no en la justicia imperial que ha logrado deteriorar la soberanía de la justicia ecuatoriana.
Considero que usted ha sido el vicepresidente más eficiente de Ecuador en toda su historia. Lo confirman las obras realizadas.
Comprendo perfectamente que las personas que sudan su trabajo, como lo ha hecho usted, no tienen tiempo para los chismes, las patrañas e intrigas propias de las oligarquías tan incapaces como privilegiadas, ni los agentes imperiales tan voraces como opresores, ni los envidiosos en general…”. En su tiempo, el apóstol Santiago escribía: “¿De dónde proceden esas guerras y esas riñas entre ustedes? Son el fruto de las codicias que hacen la guerra dentro de ustedes mismos”. ¿Y hasta cuándo vamos a permitir que nos manipulen descaradamente?