Luis Miguel Modino
Corresponsal en Brasil
En una sociedad donde lo políticamente correcto nos lleva a no definirnos, somos llamados a descubrir que comunicar es escoger un lado, contar la historia desde un punto de vista. No hay noticia neutra, pues la historia no es imparcial, hay vencedores y vencidos, y, consciente o inconscientemente, nos ponemos del lado de unos o de otros.
A partir de esta premisa, comunicadores de la Amazonia brasileña están reunidos en Brasilia de 6 a 10 de junio, convocados por la Red Eclesial Panamazónica (REPAM), con el objetivo de asumir la comunicación en red, a partir de un compartir informaciones y experiencias, provocando un anuncio y denuncia surgido de la realidad de los pueblos y la biodiversidad de la región.
Es necesario articular una red de comunicadores que ayude a la REPAM y que posibiliten que dentro del ámbito eclesial se den procesos que hagan realidad una comunicación eficaz para la Región Amazónica y para Brasil, todo ello en vista de reforzar valores y acciones orientadas a transformar la sociedad.
En este sentido, como señalaba la antropóloga Moema Miranda, miembro del Consejo Internacional del Foro Social Mundial y del Comité de la REPAM, comunicar es responder a una llamada, a una vocación y ser conscientes de que todo comunicador tiene influencia en la historia.
La antropóloga, a partir de la Laudato Si' y de la idea de nuestras casas comunes: cuerpo, ciudad y cosmos, ha hecho un análisis de la realidad actual. Para eso es necesario descubrir que la Encíclica nos ayuda a rever muchas de las narrativas constitutivas de nuestro ser, a partir de la idea de que todo está relacionado.
Vivimos en una época en que, por primera vez en la historia de la humanidad, todo el planeta se ve afectado por el capitalismo ultra-liberal, que tiene como consecuencia una profunda relación entre las amenazas socio-económicas y las amenazas al Planeta Tierra, hasta el punto de haber ultra pasado todos los límites, lo que nos ha llevado a un tiempo de catástrofes, muestra de que el Planeta reacciona y nos dice que debemos cambiar de dirección y asumir una conversión ecológica inaplazable.
Esta situación se ve agravada por la cada vez mayor concentración de todo tipo de poder, fruto de una modernidad que provocó el inicio de la falta de respeto con la naturaleza, presente hasta entonces en todas las culturas. Esto tiene como consecuencia un cada vez mayor desequilibrio, aspecto que podemos definir como esencia del pecado, y una visión dualista del mundo, dando primacía al yo. Ante esto, la Laudato Si' nos llama a reencontrar nuestro lugar como seres humanos en la Comunidad de la Vida, expresión del Dios Trinitario.
Moema Miranda defiende lo que ella define como "ecosofía", conocer la sabiduría inherente a todo lo creado, que supera la economía y la ecología, y que se presenta como única salida si queremos evitar la destrucción del mundo y actualizar las palabras del Deuteronomio: "escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia". Junto con eso, no podemos perder de vista que los seres humanos no podremos sobrevivir solos, pues todo está relacionado.
Es necesario un cambio de paradigma, siendo una posible salida asumir el Bien Vivir, espiritualidad tradicional de los pueblos originarios latinoamericanos, basada en los conceptos de límite, armonía y coexistencia. De lo contrario vamos a convertirnos en una especia mortífera.
En la Amazonia brasileña todo esto se concreta, en opinión de Felicio Pontes, miembro del Ministerio Fiscal brasileño, en un combate abierto entre dos modelos de desarrollo, uno que define como depredador y otro al que llama socio-ambiental, sabiendo que el concepto de desarrollo es uno de los términos más indefinidos que existen, pues un indígena de la Amazonia lo define como "agua limpia y selva protegida", en cuanto las grandes corporaciones empresariales presentes en la misma región lo vinculan al mayor lucro en el menor tiempo posible.
Desde la década de los setenta, todos los gobiernos brasileños, en mayor o menor medida, han apoyado y financiado el llamado modelo depredador, lo que ha provocado continuos conflictos con los pueblos originarios que han conducido a constantes episodios de violencia, lo que sólo en 2016 produjo 48 asesinatos en la región, como ha informado recientemente la Comisión Pastoral de la Tierra.
El fiscal ve en el modelo socio-ambiental algo propio de la Amazonia, constatado en experiencias concretas que se están desarrollando en los últimos años, a partir del uso racional de los productos presentes en la flora local, la redistribución de la renta y la propiedad colectiva de la tierra, algo que se da en las tierras demarcadas en favor de los pueblos originarios.
El gran desafío, en su opinión, es dar a conocer este modo de vida alternativo, hacer visibles a los invisibles, pues eso va a ayudar a que otras personas tengan la valentía necesaria para emprender acciones similares y asumir ese nuevo paradigma que la Laudato Si' nos propone.