MONS. GONZALO LOPEZ M.

MONS. GONZALO LOPEZ M.

martes, 12 de junio de 2018

Padre Pedro Pierre: SANTIDAD AL ALCANCE DE TODOS


Padre Pedro Pierre

“¡Estén felices!”, tal podría ser la traducción del título de la última carta pastoral del papa Francisco sobra “La santidad en el mundo actual”. Personalmente resumiría la temática diciendo que “la santidad es hacer felices a los demás, más particularmente a los pobres y necesitados”. La carta del papa está llena de referencia evangélica: eso nos hace bien, porque la Buena Nueva de Jesús tiene también estas características: Podemos ser felices; debemos ser felices porque eso es nuestro destino. Pero tantos enemigos anidan en nosotros y nuestro alrededor que preferimos muchas veces escuchar falsos ‘cantos de sirenas’ y nos dejamos engañar por placeres fáciles, inmediatos, fugitivos y a la final destructores de la verdadera felicidad.

El papa Francisco nos orienta con dos textos fundamentales del mensaje de Jesús: el programa de vida de las ‘Bienaventuranzas’ y la parábola tajante del juicio final. Las Bienaventuranzas que conforman el corazón del mensaje de Jesús, nos dibujan los verdaderos caminos de la felicidad: “¡Fuera de los pobres no hay salvación!” repetía monseñor Romero; “¡la Verdad, Pilato, es estar del lado de los pobres!”… frases que nos describen quién fue Jesús y cuál es el esencial de su mensaje. La fraternidad es el camino de la santidad, comenzando por las y los que más la necesitan. Pero preferimos el individualismo, la indiferencia, la chismografía, el consumismo, el desprecio, el racismo… y la felicidad se nos aleja…

La parábola del juicio final es de las más claras: “He tenido hambre y sed, estuve desnudo y sin casa, enfermo y encarcelado; y me ayudaste o no me ayudaste… porque cada que lo has hecho o no la has hecho, lo estaba haciendo o no lo estaba haciendo conmigo mismo”, o sea, a Jesús. Claro, preferimos desviar el ojo y el oído. Y nuevamente se nos escapa la felicidad.

La santidad, la felicidad o la salvación, sí están al alcance de la mano, si así lo queremos. “¡Estén felices!”… ‘haciendo felices a los demás’, nos repite el papa…